Con el foco en las mujeres y en la nacionalidad, desde KPMG abordan la diversidad y alientan el desarrollo de la carrera profesional. También trabajan con sus clientes y la sociedad en general para potenciar el mensaje. Con 20 años de trabajo en KPMG, Tamara Vinitzky conoce en profundidad los diferentes puestos y áreas de esta firma. Comenzó como junior hasta llegar a su puesto actual de socia. Además, es la líder del Comité de Diversidad, integra el Comité Operativo y es Cochair del Women Corporate Directors (WCD), una organización sin fines de lucro que trabaja para favorecer el desarrollo de las mujeres en puestos directivos.
¿Ingresó a KPMG antes de salir de la facultad?
Sí, tuve un trabajo poco tiempo donde había entrado como analista contable y me cambiaron a recepcionista y a servir el café. Dije “Yo quiero hacer mi carrera” y renuncié. Vi el aviso en el diario, envié el CV a KPMG y entré de junior.
En algún momento pensó en ser emprendedora, pero algo la atrajo de una firma de consultoría. ¿Qué fue?
Siempre me gustaron mucho los números, y quería una carrera que me permitiera vivir de mis estudios. En algún momento pensé en ser maestra. Pero me incliné para el lado contable. Quería contar con mi propio negocio, no tener jefes. Y después me encantó la auditoría, trabajar todo el tiempo con gente distinta, el contacto con distintas empresas, industrias. Si hoy tuviera que volver a empezar, lo haría igual, más allá de que me interesó hacer carrera y llegar a socia. Me parece que, para iniciar una carrera, los estudios te dan como una visión general muy buena.
¿Desde qué óptica mira KPMG a la diversidad?
En el mundo de los negocios, va por la línea de diversidad de pensamiento. Los hombres y las mujeres tenemos visiones y características diferentes. Siendo la única mujer en el Comité Operativo, puedo decir que a veces se siente. Ellos también lo deben sentir, porque a veces tienen que dejar de hablar de cosas o se frenan. Cuanto más diversa es la mesa de toma de decisiones, me parece que más rica es la decisión, y en definitiva eso es mejor para la empresa. Tengo claro que la diversidad no es solo género.
¿Qué otros aspectos consideran dentro de la diversidad?
Generamos un Comité de Diversidad y comenzamos el trabajo por género. Pero contamos con un montón de gente de otras nacionalidades, con lo cual nuestro comité, que lanzamos este año, también está integrado por alguien que pueda poner foco en qué acciones podemos hacer como compañía para integrar a esas personas que vienen de otro país y de otra cultura.
¿Cuáles son las diferencias entre el hombre y la mujer?
La realidad es que cada ser humano es particular. Tengo un hijo varón y una hija mujer, y pude ver y entender en ellos esto de que las mujeres somos más vuelteras, más de reclamar, que el varón es más simple. En mis hijos pude ver lo que en las generaciones adultas muchas veces nos decimos. El hombre es más simple, más concreto. Las mujeres somos mejores negociadoras o por lo menos así se ve en el mercado. Tenemos mejor manejo del conflicto. Somos más autoexigentes. En WCD estamos muy en contacto con los head hunters, porque somos el semillero de mujeres directivas. Ellos nos cuentan que cuando las mujeres aplicamos a una posición de liderazgo y no cumplimos con el 100 por ciento de los requisitos preferimos no presentarnos, y los hombres sí. Tenemos que aprender a ser más arriesgadas. También a ser más lanzadas al momento de dar las opiniones y a estar más afuera del cubículo de la oficina. Los hombres van a los almuerzos, van a jugar al golf, y el networking lo tenés que hacer de 9 a 18. A nosotras siempre nos corren la casa, los chicos.
¿Qué consejo le daría a una mujer que está en el dilema de seguir su carrera corporativa o dejarla y dedicarse a ser madre?
Lo primero que le diría es que se puede ser madre y tener una carrera profesional a la vez. Yo trabajo muchísimo, pero salvo que esté de viaje, nunca me pierdo un acto de los chicos ni el primer día de clases. Cada tanto voy a buscarlos. Tal vez después a la noche prendo la máquina. Trato de no quedarme hasta tarde en la oficina para llegar y cenar con ellos y acostarlos. Con lo cual el consejo que les puedo dar es que sigan adelante con las dos cosas, no se pierdan la niñez de los hijos y no abandonen su profesión. Las dos cosas al ciento por ciento claramente no se pueden hacer, porque la mujer maravilla es solo un dibujo. También a nuestros hijos los motiva y los alienta el ver a su mamá trabajando. Lo que sí les diría es que busquen esos espacios y personas de contención. Se necesita a alguien en quien apoyarse en la casa y en el trabajo. Siempre contar con un mentor o un guía es importante para poder ir haciendo tu carrera y que alguien vea tu talento y te acompañe.