La ayuda social que brinda Banco Itaú a la comunidad

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Leandro Perasso, Director del Área de Personas de Banco Itaú, conversó con PRESENTE acerca del plan de ayuda que están realizando desde el Banco y la Fundación durante este difícil contexto que estamos viviendo.

¿De qué se trata el plan de asistencia social en contexto COVID-19 lanzado por Banco Itaú y su fundación?

Cuando identificamos que el COVID-19 era una realidad, la necesidad de cambiar nuestra estrategia se transformó en algo muy simple, pero muy complejo a la vez que era cuidar a las personas y no solamente las que trabajan con nosotros o nuestros clientes. También tenemos una responsabilidad social que tiene que ver con que nosotros damos un servicio esencial. Cuando entendimos eso, y además que esto va muchos más allá de una crisis sanitaria, que esto tenía que ver con una crisis social, con un montón de aristas que van a influir a lo largo del tiempo en la realidad laboral de las personas y una emergencia muy vinculada con lo alimenticio y la parte de sanidad, entendimos que nosotros teníamos que encarar nuestro trabajo de una forma totalmente diferente.

En función de eso lo que hicimos fue, por un lado, reforzar nuestra relación con aquellas asociaciones que con la Fundación trabajamos muy fuerte a lo largo del tiempo, porque entendimos que en este momento posiblemente las prioridades, e inclusive la misma crisis económica, hacía que muchos casos los aportes que recibían estas asociaciones desaparecieran, entonces nosotros teníamos que mantener y fortalecerlo. El otro desafío muy grande fue entender que esta era una crisis sin precedentes desde el punto de vista no solo sanitario, sino también desde lo alimenticio, y la necesidad de urgencia hacía claro activar sobre una población muy necesitada. En función de eso, nos pusimos un desafío: no solamente participamos en grandes campañas, sino fundamentalmente aprovechamos la experiencia de nuestra Fundación para tratar de llegar a aquellas asociaciones barriales, civiles, merenderos, comedores, centros de asistencia que, posiblemente por su forma de organización, no tenían acceso a las grandes campañas y donaciones. A través de ellos, tratamos de generar el mayor impacto en las donaciones que nosotros hacíamos. Establecimos una partida de 50 millones de pesos, adicionalmente a lo que generalmente manejaba ya nuestra Fundación para direccionar directamente a esta emergencia que entendíamos como una prioridad. Complementando con esto, el tercer eje en el cual trabajamos fue el de las donaciones direccionadas, es decir, hablamos con nuestros colaboradores para saber si tenían referencia de personas con necesidades o fundaciones.

¿A qué campañas acompañaron desde abril hasta la fecha?

Participamos en campañas que tenían posiblemente más visibilidad, como #SeamosUno y #Super-Sí, y trabajamos en dos dimensiones, en primer lugar hicimos un aporte directo de soporte en el banco para esas campañas, y después empezamos a trabajar con nuestros colaborares y equipos para fomentar las donaciones. En este último punto, básicamente duplicamos o igualamos cualquier donación que hacía un cliente o colaboradores del banco. Es decir, 100 pesos que ellos aportaban, 100 pesos que nosotros duplicábamos en la donación. Además, se complementó con un trabajo para tratar de direccionar nuestro programa de puntos, también para que fuera posible donar desde ese ambiente y tuvo mucho éxito, no solo desde el punto de vista de los clientes, sino también de nuestros colaboradores.

¿Tienen un programa de voluntariado dentro del banco?

Tenemos un programa que, en realidad, es uno de los sostenes del trabajo social que hacemos en el banco. Sobre el pilar de la Fundación Itaú, acompañamos con los voluntarios dentro del banco y tenemos la posibilidad de participar con tiempo y herramientas que nos brinda el banco y la Fundación, y cumplir esta inquietud de ayudar y transformar la vida de otros. Más allá de la urgencia, este pilar se mantiene en el tiempo, porque tiene que ver con hacer sustentable las comunidades en las cuales vivimos o trabajamos y en función de eso las políticas que teníamos en la Fundación se mantienen: becas, sobre todos a potenciales estudiantes que están emprendiendo su vida laboral, les damos una práctica profesional para que asuman experiencia. Tenemos, además, algunas campañas de donaciones ya establecidas, vinculadas con Navidad y el Día del Niño, que son muy reconocidas dentro del banco y con una gran participación. 

¿De qué forma están colaborando con las comunidades para asistir a la situación sanitaria del país?

Hicimos un revelamiento con la idea de tener un impacto directo donde había una necesidad e ir a aquellas asociaciones que posiblemente, por cómo están constituidas, no tienen directamente acceso a las grandes campañas, pero que sí tienen un contacto directo con las poblaciones críticas, entonces este trabajo que se hizo de relevar necesidades y trabajar con más de 160 organizaciones para entender como podíamos ayudarlos y entendiendo que había un impacto muy fuerte para ellos en el monto de las donaciones que nosotros podíamos hacer, eso terminaba generando una gran diferencia en la necesidad que ellos identificaban muy claramente.

¿Qué acciones de RSE perfilan para esta segunda mitad del año?

Tenemos algunos ejes en los que estamos trabajando. El primero es seguir dándole foco a la necesidad y urgencia con esta red que ya armamos y tenemos identificada, reforzar los aportes que ya hicimos. Después entra en juego la actividad de la Fundación, que es esto de pensar, no solamente en la necesidad urgente de hoy, sino en cómo esto condiciona para adelante a las poblaciones críticas que nosotros intentamos ayudar. Identificamos que va a haber muchas necesidades desde lo laboral, educación, desigualdad. Desde la Fundación vamos a reforzar nuestros esfuerzos con esta lógica de generar un proyecto sustentable para estas personas que hoy están en una situación difícil.