LIDE Argentina llevó cabo de manera virtual la Séptima Edición del Fórum Nacional de Sostenibilidad, con la presencia de destacados líderes empresariales y expertos internacionales que compartieron su visión, experiencia y reflexiones para pensar sobre el lema de este evento, “Calidad de Vida: La buena normalidad”.
Rodolfo de Felipe, presidente de LIDE Argentina, dio inicio a la actividad poniendo en contexto su temática e invitando a pensar sobre la forma en que miramos hacia lo que vendrá: “Quiero empezar preguntándonos si estamos mirando el futuro con ojos nuevos o mantenemos una mirada con ojos viejos; si estamos pensando lo que viene como alternativa de vieja o nueva normalidad o, como les estamos proponiendo en este foro, hablamos de buena o mala normalidad para el futuro. Hay una paradoja entre el desarrollo económico y social, que todos valoramos y al que aspiramos porque es sinónimos de bienestar, que se enfrenta con la sostenibilidad. En esta situación se nos hizo mucho más evidente ese enfrentamiento por causa de la crisis sanitaria. Entendemos que es hora de revitalizar y profundizar el análisis del complejo entramado que es la desigualdad en el mundo de hoy, porque las distancias sociales se mantienen y se amplían”.
“¿De qué se trata la sostenibilidad para LIDE? Es encontrar el balance entre dos necesidades importantes que compiten entre sí: la necesidad de avanzar tecnológica y económicamente, y la necesidad de proteger al planeta y a los que vivimos en él”, definió para comenzar Javier Quel, gerente general de Tetra Pak para el Cono Sur y presidente de la división LIDE Sostenibilidad. Seguidamente, antes de dar lugar a las presentaciones de los expositores, aportó una primera reflexión sobre el tema convocante:
“Estamos terminando el 2020, el cual sin duda ha sido el año más desafiante de la historia reciente de la humanidad. La pandemia del COVID-19 puso en crisis a toda la sociedad y las formas cómo veníamos haciendo las cosas. Es por esta razón, que en este encuentro queremos proponernos pensar sobre cómo mejorar la calidad de vida de la población bajo la ‘nueva normalidad’, pero que hemos querido llamar ‘la buena normalidad’, ya que creemos que las cosas no deberán ser como antes, sino mejores de como las veníamos haciendo. La vida hacia adelante deberá adaptarse para convivir con un nuevo escenario que va más allá de la amenaza de un virus. En ese contexto, las temáticas ambientales, económicas y sociales, evidencian que no se han logrado satisfacer las necesidades de supervivencia de una parte considerable de la población mundial. El deterioro del medio ambiente ha llegado a tal punto que muchos fenómenos parecen irreversibles y los problemas sociales, lejos de resolverse, se han agudizado”.
Quel, concluyó: “La construcción de la buena normalidad deberá entonces ir en busca de nuevas y aún mejores prácticas que se puedan escalar e impacten positivamente en nuestra realidad. En esta línea, la Economía Circular como modelo de desarrollo económico sostenible presenta un nuevo paradigma en la gestión de los recursos, impulsando el cambio del actual modelo de economía lineal de producción, consumo y descarte, hacia una economía circular, donde los recursos son revalorizados y permanecen por más tiempo en el sistema, lo que nos llevan a transformar más que a desechar”.
La desigualdad: freno para la globalización y el desarrollo sostenible
“Desarrollo es una función que debe ser planificada y gestionada y que debe cumplir tres objetivos a la vez: un desarrollo económico, ligado a la eficiencia y a la eficacia de la asignación de recursos; un desarrollo social, que tiene que ver con la equidad y la solidaridad social a corto plazo; y desarrollo ambiental, que tiene que ver con lo que yo llamo el valor de la solidaridad a largo plazo”, comenzó su exposición Romeo Cotorruelo Menta, y continuó: “Siempre en un proceso de desarrollo hay uno de los objetivos que cuando se gestiona hace de impulsor, pero nunca hay que olvidarse de que hay que cumplir con los otros dos. Si se viola cualquiera de los tres, entramos en una ruptura del equilibrio, y esta es una forma de explicar la sostenibilidad o no sostenibilidad del proceso de desarrollo”.
A continuación, el destacado Consultor Internacional se refirió a la forma de definir la desigualdad en este marco:
“La mejor forma de explicar la desigualdad en todas sus expresiones es a través de la teoría del desarrollo, es la ruptura del equilibrio armónico y sistemático que debe haber entre los tres objetivos. La desigualdad más estudiada y discutida es la desigualdad en ingresos y en distribución de la riqueza en los últimos años. Pero hay muchas otras formas de desigualdad, como por ejemplo la desigualdad de género. También hay una desigualdad en educación y salud, que tal vez es la más importante de todas para conspirar contra el desarrollo sostenible, porque limita de por vida las capacidades de las personas, lo que hace que se comprometa la posibilidad de innovar, mantener la productividad y mantener los niveles de bienestar y un ambiente sostenible para las nuevas generaciones”.
En referencia al título que anticipaba su presentación, Cotorruelo Menta amplió: “Desde finales de los 80 con la caída del muro de Berlín y todo el proceso de aceleración de las nuevas tecnologías, hay que decir que la globalización, con todos sus defectos, ha generado más riqueza y mas posibilidades de empleo que toda la historia de la humanidad. Lo que pasa es que, en la práctica, también se observa que, en los últimos años, y sobre todo en la ultima década, se ha producido una aceleración de la desigualdad en el aprovechamiento de los beneficios de la globalización; pero no es un problema inherente al proceso de la globalización sino a su gestión”.
“En todos los escenarios se produce desigualdad, en todos los países, y la solución no es solamente económica ni responde a cuestiones ideológicas, sino que responde a cuestiones más profundas de carácter social, cultural y ético. Es mejor entender la desigualdad desde el punto de vista de fallos en el proceso de desarrollo, incumplimiento de los objetivos… ¿Y cuándo fallan estos? Por ejemplo, cuando hay poco acceso a las fuentes de financiación, cuando hay escasez de liderazgo ético, cuando hay un exceso de la gestión empresarial enfocada a la rentabilidad a corto plazo. En definitiva, si no mantenemos el desarrollo de manera sostenible, la globalización sigue adelante, pero sigue de manera totalmente desigual. Si seguimos igual, indudablemente aumentará el problema de la desigualdad. Si tomamos medidas, vamos hacia un escenario de pequeña reducción de la desigualdad. Pero, si vamos hacia un modelo totalmente nuevo, de nuevas políticas públicas y privadas, vamos a una reducción de la desigualdad”, concluyó.