La contaminación por plástico es uno de los problemas ambientales globales que más aumentó en los últimos años, generando graves consecuencias: daña especies y hábitats marinos muy valiosos, y causan importantes impactos económicos al afectar la seguridad de la pesca, el turismo y la navegación. En nuestras costas bonaerenses, y de acuerdo a los resultados de los Censos de Basura Costero Marina que Fundación Vida Silvestre Argentina realiza desde el 2016 junto a más de 20 organizaciones costeras de la Provincia de Buenos Aires, el 80% de los residuos encontrados en las playas bonaerenses fueron plásticos. Una alarma que nos indica que la contaminación por plástico y el manejo de los residuos derivados, necesita ser parte de las soluciones para proteger los océanos del mundo.
La basura que encontramos en el mar proviene principalmente de los desperdicios derivados de los pluviales, desechos arrojados directamente en la vía pública y las playas, desperdicios y redes de pesca de los barcos pesqueros y la pérdida de carga de buques comerciales. El aumento en la producción de plásticos (620% desde 1975), el tamaño de la población costera y la falta de manejo de la basura urbana, industrial y marítima están relacionados con la cantidad de plástico que termina en el mar. Por el movimiento natural de los mares, la basura deriva hacia otras costas o se desplaza mar adentro formando las “islas de basura” que encontramos en los giros oceánicos.
Se considera basura marina a cualquier material persistente de fabricación humana, sólido, que es descargado o abandonado en el medio marino y costero. El 80% de la basura marina proviene del continente debido a la mala disposición y manejo de los residuos urbanos o de las aguas pluviales no tratadas; el restante, de lo que pierden los barcos comerciales y pesqueros. Más allá de su origen, los indicios de la interacción de materiales no orgánicos con la fauna marina son preocupantes. Los desechos plásticos en las aguas oceánicas pueden representar numerosos peligros para la vida marina. Su ingestión, por ejemplo, puede conducir a deficiencias nutricionales o inanición por obstrucciones estomacales. Los residuos plásticos también pueden enredar, ahorcar y ahogar a animales como peces, tortugas, ballenas, lobos y aves marinas, delfines y tiburones. En este sentido Fernando Miñarro, Director de Conservación de Fundación Vida Silvestre, enfatiza que “la solución a este problema debe abordarse desde distintos aspectos. Necesitamos cambiar drásticamente el enfoque para cuidar nuestro ambiente, disminuir el consumo excesivo de plásticos, aplicar una correcta disposición de los residuos e incluir acciones de reutilización y reciclado de materiales. Regular el uso de los productos descartables plásticos y promover una correcta separación de la basura en origen, que permita recuperar los plásticos para fomentar la economía circular, son pasos cruciales hacia una mejora de esta problemática. Para poder brindar respuestas integrales a nivel local, es indispensable que Argentina legisle sobre una ley de presupuestos mínimos para la gestión integral de los residuos, regida por la responsabilidad extendida al productor”
Otro factor que incide y agrava esta situación es el impacto de los microplásticos en los ecosistemas marinos, creando una amenaza invisible para nuestras mares. Estos microplásticos, una vez que entran en la red alimentaria del ecosistema, afectan no solo la salud de los animales. De acuerdo al estudio “Ningún plástico en la naturaleza: evaluación de la ingestión de plástico de la naturaleza a las personas” - basado en un estudio solicitado por la Organización Mundial de Conservación, entidad que Fundación Vida Silvestre Argentina representa en nuestro país, y realizado por la Universidad de Newcastle – sobre el consumo de microplásticos en los seres humanos, determinó que una persona en promedio podría estar consumiendo aproximadamente cinco gramos de plástico por semana, es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. En vías de mejorar esta problemática, Argentina es el primer país latinoamericano en prohibir la producción, importación y comercialización de microplásticos en la industria cosmética, para reducir la cantidad de plástico que termina en los sistemas fluviales y marinos.
Cifras clave sobre la contaminación plástica:
- Se espera que las emisiones totales de CO2 producto del ciclo de vida del plástico aumenten en un 50%, mientras que el aumento de CO2 proveniente de la incineración del plástico se triplicará para el 2030, debido a decisiones que aún no han conseguido una correcta gestión de residuos.
- 13 millones de toneladas de contaminación plástica terminan en el mar cada año. Es el equivalente a que un camión de basura vuelque su carga completa de plásticos por minuto al océano.
- Otros 104 millones de toneladas métricas de plástico están en riesgo de entrar a nuestros ecosistemas para el año 2030 si nuestro enfoque no se cambia drásticamente.
- Desde el año 2000, el mundo ha producido la misma cantidad de plástico que en todos los años anteriores, de lo cual un tercio contamina a la naturaleza.
- A nivel mundial se ha documentado que más de 270 especies han sufrido por el enredo, mientras más de 240 especies han ingerido plástico.
¿Y desde nuestro lugar qué podemos hacer?
Uso responsable de las playas:
- Cuando no haya recipientes para depositar los residuos, o éstos estén colapsados, debemos llevarnos la basura de la playa y arrojarla donde encontremos un sitio seguro de disposición.
- No arrojar colillas en la arena. Las colillas son contaminantes muy peligrosos que asfixian los fondos marinos y además pueden ser consumidos por muchos animales. Apagar las colillas y disponerlas en recipientes adecuados disminuirá la cantidad que termina en el mar.
- Aceptar menor cantidad de envoltorio cuando realicemos una compra implica disminuir el consumo de plástico. El 33% del plástico que se produce a nivel mundial corresponde a materiales de disposición final inmediata. Evitá los sorbetes y los cubiertos descartables.
- Tener siempre bolsas reusables a mano. Los plásticos blandos que llegan al mar son los responsables de la muerte de muchos animales marinos, incluyendo tortugas y delfines.
- Si la ciudad cuenta con agua potable, hay que preferirla antes que la embotellada. Utilizar botellas reusables para recargarla, de esta forma disminuimos la cantidad de plástico que utilizamos.
- Es fundamental no arrojar basura en la vía pública. Todos los residuos que no se recojan de la vía pública terminan en el mar por el transporte del agua de tormenta de los pluviales. Además, el movimiento de los mares deriva la basura hacia otras playas. Es por esto que playas que no son visitadas o balnearios poco concurridos pueden sin embargo tener basura en la arena. Es importante mantener las ciudades limpias.
- Las tanzas y anzuelos abandonados en la playa o en las escolleras suelen enredarse en el cuerpo de las aves marinas. Esto les provoca lastimaduras e inclusive la muerte. El sector que se utilizó para la actividad debe quedar limpio de materiales de pesca cuando lo abandone.