En octubre de 1890 comenzó la producción y la venta de la cervecería fundada dos años antes por el emprendedor europeo Otto Bemberg, con la marca que rescataba la antigua denominación indígena del lugar en el que se había instalado: Quilmes, tribu nativa de Tucumán que había emigrado a la provincia de Buenos Aires.
Un siglo después, precisamente en el año 2000, Martín Ticinese ingresó en la empresa de la cual hoy es Presidente para la Argentina y el Uruguay. “Cuando entré en Quilmes, miraba como un sueño ser presidente de la compañía, y hoy haber llegado hasta acá es un orgullo gigante y una gran responsabilidad también, así que estoy muy contento”, dice en la entrevista con PRESENTE, en las recientemente inauguradas oficinas del barrio de Núñez.
A pesar de la inflación, la caída del salario real y los vaivenes macroeconómicos, la empresa se diversifica, crea nuevas marcas, apuesta a lo digital y sigue fabricando el 98 por ciento de su producción localmente. Todo esto sin perder la mirada en el triple impacto: creando valor económico, regenerando el ambiente e impulsando el desarrollo de las comunidades para que haya un impacto positivo en las personas y el planeta.
– Hace 23 años que formás parte del equipo de Quilmes. ¿Cómo fue el camino hasta llegar a tu cargo actual?
– Soy ingeniero industrial, egresado de la Universidad de Buenos Aires. Mi primera posición fue en el área de Marketing. Pasé por muchas posiciones y países. En Chile fui Gerente General, fui Vicepresidente de Soft Drinks, Vicepresidente de Marketing para la Zona Latinoamérica Sur; en Paraguay estuve en la división de No Alcohólicos para Paraguay, Uruguay y Chile.
– ¿Cómo se compone el equipo de Quilmes Argentina?
– Trabajan más de 6000 empleados directos. De manera indirecta, más de 130.000 personas se ven impactadas por nuestro ecosistema. Nos ocupamos de todo lo que va de la semilla a la botella, estamos totalmente integrados. Cultivamos nuestras propias semillas de cebada, que es el ingrediente principal y fundamental de la cerveza. Desarrollamos semillas para tener un producto mejor y más acorde con los cambios climáticos. Además, tenemos malterías, centros de elaboración de cerveza, de distribución, distribuidores que son nuestros, venta directa, equipos comerciales, industriales, de compras; una estructura muy amplia, que abarca todo el circuito productivo, desde el campo hasta la venta y la comunicación.
– ¿Dónde se encuentran los campos de cebada y de lúpulo?
– Los campos de cebada están principalmente en la provincia de Buenos Aires. Hay más de 1100 productores integrados y alineados con respecto a cómo queremos hacer las cosas. Tenemos un muy buen vínculo con ellos. Lúpulo hay en el sur, en Río Negro.
¿Cuáles son las marcas de la compañía?
Algunas son, en cervezas: Quilmes, Brahma, Budweiser, Stella Artois, Corona, Patagonia, Andes. Ahora lanzamos una marca de Estados Unidos baja en calorías, Michelob Ultra. En aguas, tenemos Eco de los Andes, Glaciar, Nestlé Pureza Vital, Awafrut. Somos embotelladores de Pepsi para todo lo que es PepsiCo (Gatorade, Pepsi, SevenUp, etc.). También somos distribuidores de Red Bull en la Argentina y hace dos años ingresamos en el negocio del vino, tenemos una bodega que se llama Dante Robino, en Mendoza. Con la marca Patagonia, lanzamos un destilado, un gin.
– ¿Considerás que actualmente hay un consumidor más informado que exige productos más saludables y sustentables?
– Sí, hay una tendencia después de la pandemia a hacer una compra más racional, a ver cómo el producto convive con el medio ambiente, la huella que deja. Creo que el consumidor tiene cada vez más conocimiento y elige más a la hora de consumir. Nosotros trabajamos todos los días para poder encontrar soluciones que respondan a estos intereses. Obviamente, la Argentina tiene muchos desafíos, pero la tendencia en el largo plazo es esa.
– ¿De qué se trata la plataforma Valor?
– Empezamos en 2019 con Valor, una plataforma colaborativa de impacto social. El objetivo era fomentar la inclusión y la diversidad, y reducir la inequidad social. Todo a través de capacitaciones, asistencia, donaciones y ayuda para el desarrollo territorial. Queríamos generar más empleo, más educación y mejor alimentación. Durante la pandemia llegamos a más de 30 ciudades de todo el país. Elaboramos, por ejemplo, alcohol en gel. La plataforma fue creciendo y nos sirvió para tener relación con un montón de organizaciones sociales, para potenciar el desarrollo de estas organizaciones, que al fin y al cabo son las que hacen la diferencia en el lugar donde están. Hace poco, esa plataforma Valor cambió a Gauchada. Lanzamos nuestro primer producto social, cebada perlada, para consumo. Por cada paquete de cebada que vendemos, donamos la misma cantidad para organizaciones de la sociedad civil que forman parte de la red. Es un negocio social porque las ganancias se reinvierten en los programas de gestión que hacemos con las OSC. Hemos donado más de 3000 platos de comida desde que lanzamos Gauchada, hace poquito. De eso se trata, de ser parte de la solución.
– ¿Qué acciones realiza Quilmes para apoyar la agricultura sustentable?
– Hace un año y medio lanzamos con el músico Charly Alberti la 27 Eazy, la primera cerveza en el mercado hecha mediante agricultura regenerativa. La cerveza tiene un sabor diferente, un poco menos de alcohol y un cuerpo y un aroma especiales.
– ¿Tienen pensado replicarla en otras líneas de producto?
– Estamos evaluando. Tener cultivos regenerativos no es fácil. Toda la cadena debe estar alineada. Es el primer paso para que haya más.
– ¿Cómo fue el camino para convertirse en la primera empresa de consumo masivo en utilizar 100 por ciento energía renovable?
– Queremos ser una compañía carbononeutral para 2040. Eso implica saber cuál es la huella que se genera y reducir y compensar. Sin tener energía renovable era difícil. Con ese objetivo, empezamos con un parque de 21 molinos de viento en Achiras, provincia de Córdoba. Empezó en 2019, y en 2020 lo pusimos en funcionamiento. Toda la compañía utiliza energía renovable: nuestras diez cervecerías y plantas de gaseosas, dos malterías y una fábrica de tapas corona. Hoy podemos decir que todos nuestros productos están elaborados 100 por ciento con energía renovable, un desafío muy grande, una inversión muy importante.
– ¿Cómo trabajan la economía circular dentro de la operación?
Cuando se analiza la huella de carbono que dejamos, una parte importante está en los envases, por eso trabajamos en la retornabilidad. Además, dentro del proceso reusamos parte del producto, como el bagazo de la cebada, con el cual se hacen hongos comestibles, siempre pensando en economía circular.
– Desde Quilmes se realizan diversas acciones para promover el consumo responsable, ¿cuáles son los ejes centrales de estas iniciativas?
– Hace mucho tiempo fomentamos el evitar el consumo excesivo, mediante nuestro eje #CeroExcesos. Tampoco avalamos el alcohol en menores, con acciones mediante el eje #CeroEnMenores. En el tercer eje, #CeroAlVolante, tenemos el programa de conductor designado. A través de nuestra marca Andes Origen, apoyamos desde el inicio la Ley Nacional de Alcohol Cero al volante. Todas estas iniciativas son muy importantes, porque no queremos tener experiencias negativas.
En cuanto a productos, somos la primera marca que lanzó una cerveza cero alcohol, elaborada 100 por ciento con ingredientes locales. Eso nos permitió entrar con Quilmes 0.0 en las canchas de fútbol y satisfacer a personas que quieren tomar buena cerveza sin alcohol. También sacamos una Stella Artois sin alcohol. Es un primer paso, en el futuro se ampliará. Es importante que haya varias marcas, porque no a todos les gustan todas las marcas.
– Son parte del acuerdo Women’s Empowerment Principles de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres. ¿Cómo tratan el tema de género y de qué se ocupa el Comité de Autenticidad?
– El Comité de Autenticidad, que presido, vela por la diversidad e inclusión en diversos ejes, nuestra mirada es muy amplia. Además de género, tenemos políticas con respecto a la edad y al colectivo LGTBQ+. Y vemos avances en cada eje. Con respecto al género, para que tengas una idea, antes, en nuestra compañía, el 60 por ciento de las mujeres que eran mamás volvían al trabajo. Hoy el 100 por ciento vuelve a trabajar con nosotros, lo que habla de que la compañía se está adaptando a abrazar las etapas de cada una de las personas, porque queremos una empresa que saque la mejor versión de cada uno. Tenemos grupos de afinidad en cada uno de los segmentos que queremos desarrollar.
También medimos cuánto atraemos a hombres y mujeres a nuestras marcas, y es 50 y 50; y cuál es el porcentaje de gente que entra a la compañía, y tenemos un índice muy sano. También vemos que las mujeres que están tienen un nivel de satisfacción y compromiso, un indicador de engagement, que también medimos para estar muy cerca de lo que pasa día a día. Lo mismo ocurre con otros grupos como el de edad. Tenemos una propuesta para que ingrese gente más grande y para que los que están hace más tiempo se queden con nosotros. Cada grupo escucha lo que le pasa al segmento de personas del que es parte y trae iniciativas. Las políticas contra la violencia de género también están incluidas en el programa de Autenticidad.
– ¿Qué opinás de la responsabilidad social empresaria?
– Tenemos la responsabilidad de hacer las cosas bien para hacer el bien. Creo que se trata de eso, de ser responsables, de ver cuál es el impacto de las cosas que llevamos a cabo todos los días para hacer el bien. Esa frase sintetiza lo que pienso.
– ¿Cómo fue el negocio en lo que va de este año y el año pasado?
– La Argentina está pasando por mucha volatilidad. El año pasado cerró un año muy volátil. Nosotros dependemos mucho del salario real. Cuando el salario real sufre, la compra de productos de consumo masivo que no son básicos ni esenciales sufre. En cuanto a volumen, estamos en un territorio negativo este año, pero creemos que esto va a pasar, y nos estamos preparando para una compañía más fuerte desde las propuestas de las marcas sólidas y saludables. También estamos en el mercado digital: tenemos Bees, que es nuestra plataforma de B2B (que ya cuenta con más de 250.000 puntos de venta, 60 marcas aliadas y 300 productos nuevos), y Ta-Dá, que es nuestra plataforma de venta directa al consumidor. Entonces, en la combinación de marcas físicas, marcas digitales y propuestas de servicio digital, sumadas a una compañía que busca perdurar por cien años más, que quiere ser carbononeutral para 2040, vemos la salida al futuro. Nuestro país tiene mucho de lo que el mundo necesita, no dudo de que va a salir adelante.
– ¿Tienen que importar insumos en el proceso productivo?
Gracias a una política de sustitución de importaciones, que nos propusimos hace cuatro años, el 98 por ciento es producido localmente. En la línea de cervezas, algunos insumos vienen de afuera, como el aluminio para las latas. La compañía tiene una balanza comercial positiva, exportamos más de lo que importamos. Exportamos malta de cebada y cebada. Una de cada cuatro cervezas que hace Quilmes en el mundo tiene cebada de la provincia de Buenos Aires. También vendemos cervezas terminadas a países como Estados Unidos, Inglaterra, Brasil y Centroamérica.
– ¿Qué proyectos tienen para el año que viene?
– Todo lo que es generar una transformación digital de la compañía tiene prioridad hoy. En esa línea, Bees y Ta-Dá son protagonistas. Eso implica renovar la experiencia con el consumidor y con la compra del cliente.
Además, queremos seguir con el compromiso de la huella de carbono, que todavía es significativa con los envases, por eso el trabajo con la retornabilidad y la reciclabilidad es importante. Queremos tenerlo en cada una de las marcas. Hace poco lanzamos Patagonia retornable. El otro eje es la huella del frío, la energía que se utiliza en los puntos de venta. Tenemos la idea de desarrollar equipos de frío más eficientes en el consumo de energía y un protocolo de eficiencia energética que va a permitir reducir un 30 por ciento el uso de energía. De acá a fin de año queremos tener dos operaciones 100 por ciento carbononeutrales.
– ¿Qué significa para vos estar en una compañía como Quilmes?
– Ser parte de una compañía que piensa en el triple impacto en todo lo que hace es fundamental. Cada uno de los proyectos que evaluamos son pensados en ese sentido. Tener gente capaz, equipos que pueden resolver problemas que parecen imposibles de resolver es fundamental. Son equipos que poseen capacidad para adaptarse y pensar propuestas alternativas, pero manteniendo siempre la línea de la compañía que queremos. Estoy contento con la compañía, con los equipos de trabajo. Creo que el futuro va a estar muy bueno.