En un país que celebraba el centenario de la Primera Junta de Gobierno Patrio en lo que todavía era el Virreinato del Río de la Plata, Pirelli comenzaba un vínculo con la Argentina que ya lleva 112 años y se estrecha cada vez más. Esa exposición internacional llevada a cabo en Buenos Aires le permitió a la por entonces joven compañía italiana (fundada en 1898) acercarse al país y volverse parte de su historia.
Mauricio Canineo se unió a Pirelli hace ya cuatro décadas, fue CEO en las divisiones de México, Venezuela y Colombia (además de cubrir varias posiciones más en Brasil, donde nació), y ahora es desde hace seis años el CEO de Pirelli Argentina. “Puedo contar un poquito de historia. Aunque cuando pensé que había aprendido y experimentado todo, aquí me tocó vivir la pandemia y algunas otras cosas desafiantes”, le confiesa a PRESENTE en una charla en su oficina, contigua a la planta de producción ubicada en Merlo, provincia de Buenos Aires.
Cuando empezaste en la compañía, la sustentabilidad no era uno de los temas principales, ¿qué cambios viviste al respecto?
Cambió prácticamente todo. Antes no se pensaba tanto en estas cuestiones. Por ejemplo, visitabas la fábrica y, por las partículas en suspensión, salías todo manchado. Hoy vas con una camisa blanca y no pasa nada. Recuerdo a Eleonora Giada Pessina, actual Group Sustainability Officer, remando casi en solitario para que todas las demás personas se sumaran. Fue marcando, de forma insistente, todos los cambios que hoy vemos cristalizados. Una empresa como Pirelli, que cuenta con más de veinte plantas en todo el mundo, hoy tiene que tener una política global al respecto. Argentina, y todas las demás sedes, son parte de un mismo compromiso, y hay objetivos por cumplir. Es un proceso largo, pero que vale la pena hacer.
Hay una toma de conciencia y, además, una exigencia social en este sentido.
Sin dudas. Cuando uno ve fenómenos climáticos que son cada vez más fuertes, se preocupa. La gente está atenta a eso. De nuestro lado, no pensamos solo en la parte económica. Si fuera así, no se tomarían acciones. No se trata solo de salir en las fotos. Tenemos que hacer nuestra parte para no agredir al medio ambiente. Gradualmente, todo lo que llevamos a cabo es más sostenible. Y hay toda una matriz que se modifica. Por ejemplo, ya no se usa más vapor en las fábricas para vulcanización, sino nitrógeno. Eso evita el consumo de agua. Toda la tecnología está aplicada a esa forma de ver el mundo.
¿Todo eso tiene como base un cambio cultural?
Seguramente. A nivel interno, entre muchas otras cosas, eliminamos en la fábrica todo el plástico de un solo uso. No hay más botellas ni vasos descartables. Les regalamos a todos una taza y una botella de acero inoxidable. Es cultura de no generar desperdicios. A nivel empresarial, pretendemos alcanzar la carbononeutralidad en 2030, queremos tener un 40 por ciento de energía limpia en 2025, que el 40 por ciento de los productos sean reciclables, entre otros objetivos. Por eso, en el Anuario de Sostenibilidad 2023 de S&P Global estamos en el Top 1por ciento el reconocimiento más alto entre más de trece mil empresas.
¿Hacia dónde piensan que evoluciona la movilidad para ser sustentable?
Los vehículos eléctricos van a ir ocupando cada vez mayor espacio, aunque aún falta desarrollo. Es una tendencia. En la Argentina es una variante aún incipiente porque la infraestructura, como en todas partes del mundo, es la que manda. Hay una limitación aquí respecto a las posibilidades de carga. La autonomía aún no es muy grande, no hay suficientes puntos de carga ni tampoco autopistas específicas. Una alternativa para la transición son los carros híbridos. Creo que en quince años ya vamos a poder circular normalmente en carros 100 por ciento eléctricos. En 2026 el 60 por ciento de nuestras homologaciones van a ser para autos eléctricos. Es una solicitud del mercado que tenemos que acompañar.
Desde el punto de vista de la compañía, ¿qué desafíos implica esa conversión?
Nos lleva a desarrollar productos innovadores y a pensar en diferentes variantes. El carro es más pesado, entonces el neumático tiene que aguantar más peso, pero no puede quedar duro, porque se vuelve incómodo para el chofer. El neumático, además, es parte de la amortiguación del auto. Hay que dar confort y no perder la dirigibilidad. Hay que trabajar con materiales sostenibles, que puedan ser reciclables. Un auto eléctrico debe tener menos resistencia, lo que significa que los técnicos tienen que usar sílica. En el pasado, se extraía de la arena, hoy se busca en la cáscara de arroz, por ejemplo. Esa sílica que ofrece menos resistencia al mismo tiempo no puede hacerte perder capacidad de frenado. Entonces, hay que mezclar y trabajar con el dibujo. Y también está el aspecto del ruido: al ser vehículos más silenciosos, se escucha más el roce del neumático con el suelo, y hay que atenuarlo para que no resulte molesto. La combinación de todo esto es la belleza de un proyecto.
Esa búsqueda de desarrollo asociado a sustentabilidad se vio reflejada en el neumático P Zero.
Sí, en 2021 lo produjimos y fue el primer neumático con certificación FSC (Forest Stewardship Council) del mundo. Lo hicimos junto a BMW, para su modelo híbrido X5. Fue un desafío. Tiene una baja resistencia a la rodadura, lo que mejora el consumo de combustible y reduce los efectos nocivos de las emisiones. Además, los niveles de ruido son más bajos, lo que beneficia aún más al medio ambiente. Fue un trabajo de muchos años, que permitió llegar a este resultado.
La certificación no solo implica buenas prácticas en la fabricación, sino que apunta a toda la cadena de suministro, ¿verdad?
Sí, FSC es una asociación que controla todo el proceso productivo, a lo largo de toda la cadena de valor, que empieza en nuestros proveedores de caucho natural. La compañía ya avanzaba en una línea similar, ya que en 2017 hizo pública su política de caucho natural sostenible, y en 2018 fuimos miembros fundadores de la plataforma global para el caucho natural sostenible (GPSNR).
¿Hay políticas que Pirelli implemente para el recupero de productos que entran en desuso?
Con la Cámara de la Industria del Neumático estamos trabajando en algunos proyectos para los NFU (neumáticos fuera de uso). Hoy Pirelli tiene acuerdos firmados con Geocycle, del Grupo Holcim, para que la recuperación tenga un destino cierto para las gomas usadas. Ellos están certificados, lo que asegura que el destino del producto usado fue apropiado, que no contaminó el aire. No hay forma de no hacerlo, porque definitivamente tenemos que direccionar esos productos una vez que se descartan. Es un tema que tiene que ser reglamentado, con una ley bien hecha, para que todos tengan conciencia de que es una responsabilidad de quien produce, quien vende, quien usa y quien va a reciclar esto. Es economía circular. Al fin y al cabo, todos ganan.
Establecen alianzas…
Claro, porque nosotros recuperamos algunas cosas, pero hay un margen que no se puede reciclar internamente. Tenemos varios partners homologados. Si una empresa puede recibir el reciclo, pero no está homologada, y cuando quema el producto no aprovecha la energía disipada, no nos sirve. Es un proceso complicado. Necesitamos saber qué va a hacer con eso la empresa que quiera trabajar con nosotros, no sirve que lo tire en otro lugar, la responsabilidad debe ser completa. Si no, no cumplimos las metas que tenemos. Desde la casa central de Pirelli son muy estrictos, está muy medido todo, el reporte viene todos los meses y tenemos que responder a los KPIs. Si sos parte de Pirelli, tenés que cumplir.
¿En qué consiste el servicio de movilidad alternativa CYCL-e around?
Pirelli hizo un acuerdo junto a una marca italiana de bicicletas para desarrollar y lanzar una flota que utiliza neumáticos nuestros y que funciona con pedaleo asistido. Casi la mitad de los trayectos diarios cubren una distancia media de ocho kilómetros, así que es inevitable repensar los métodos de desplazamiento de las personas. La bicicleta es un medio de transporte cada vez más importante en muchas ciudades del mundo, y queremos ser parte de ese cambio. Ofrecimos a algunas compañías y hoteles en Europa una propuesta que, además de ser una solución de transporte, implica que Pirelli ponga a disposición de sus usuarios una aplicación específica para reservar el servicio o gestionar las operaciones de mantenimiento. En el caso de los hoteles, también itinerarios sugeridos para descubrir las cercanías de los establecimientos.
¿Hay un equipo de investigación y desarrollo detectando tendencias y oportunidades?
Sí, trabajamos mucho en esas áreas. Pirelli contrató 150 ingenieros hace casi un año en Bari, en un centro de desarrollo específico, para trabajar en movilidad sustentable, nanotecnología y otros factores. Queremos adelantarnos para que la tecnología sea cada vez más parte del desarrollo y menos agresiva con el medio ambiente. El 60 por ciento de nuestras homologaciones, en un futuro cercano, van a ser vía simulación. Eso disminuye el tiempo en pista, se gasta menos combustible, se utilizan y desechan menos neumáticos. Todo suma. El futuro llega rápido.
En la Argentina se implementan desarrollos que se realizan en todos lados, ¿se investiga también?
No hay acá un centro de desarrollo, pero contamos con un gran equipo de ingeniería local que tiene que hacer la adaptación de los productos. La industria automotriz homologa la producción local porque hay una adaptación a la necesidad de la Argentina. Los patrones son iguales para todas partes, y en los centros de desarrollo se prueban los productos con muchas condiciones diferentes. Pero el neumático producido y comercializado acá tiene que estar adaptado para solucionar cosas de la Argentina. Se exporta el 60 por ciento de lo que se produce, y eso debe estar adaptado a cada lugar donde se utilice. En Brasil están los supercomputadores y demás estructura para la investigación y el desarrollo. Yo, en la Argentina, tengo la ingeniería, las maquinarias y la gente para hacer eso realidad.
¿Qué espera la compañía de sus actividades en 2024 en la Argentina?
El futuro es incierto, y nunca se sabe ni siquiera dónde va a estar uno mismo. Pero tengo una sola certeza: Pirelli seguirá acá para adaptarse a lo que venga. Cuando Pirelli hace una planificación, no la hace pensando en el gobierno actual ni en el gobierno futuro. Hay algunas premisas y hacemos nuestra planificación sobre la base de lo que creemos que pueda pasar. Puede que haya crisis, pero la afrontaremos. Toda la inversión que se hizo en los dos últimos años para poder usar efectivamente ahora y todo lo que se está haciendo ahora para usar más adelante va a seguir acá. Nos adaptamos. No podríamos haber estado 112 años en el país si no supiéramos transitar los vaivenes que hay en la Argentina. No hay otro camino que no sea adaptarse. Nunca se van a abandonar los KPIs que tenemos de sustentabilidad, pase lo que pase.