Frente a los desafíos del cambio climático y la contaminación ambiental, la gestión sostenible del agua emerge como una necesidad urgente no solo para garantizar el acceso equitativo a este recurso esencial, sino también para asegurar su preservación para las generaciones futuras.
Las empresas, grandes consumidoras de agua, tienen que adaptarse e implementar nuevas tecnologías para cuidar este recurso, siendo que varias de ellas miden su huella hídrica –un indicador que mide el volumen total de agua dulce utilizado directa e indirectamente por individuos, empresas o naciones, y tiene objetivos de reducción de consumo de agua–.
Para conocer más sobre los desafíos, las estrategias y las acciones vinculadas al uso responsable del agua, dialogamos con Cervecería y Maltería Quilmes, Grupo Bimbo, Siemens y Wavin Argentina.
“El agua es un recurso natural clave para la vida humana, pero también es un ingrediente fundamental en la receta de la cerveza, por eso trabajamos para lograr que el 100 por ciento de las cuencas hídricas en riesgo en las zonas donde estamos tengan una mejora medible en la disponibilidad y calidad del agua”, informa Vanesa Vázquez, Gerenta de Impacto Positivo en Cervecería y Maltería Quilmes.

¿Qué prácticas sostenibles realizan en la gestión del agua?
Promovemos la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y otras acciones que tengan como centro proteger las regiones en riesgo para asegurar la preservación del ambiente y las comunidades. En ese marco, desarrollamos nuestra estrategia de agua en dos pilares clave: eficiencia y restauración. En el primer eje se incluye:
Operación sustentable: monitoreamos diariamente los indicadores de consumo de agua, lo que permite identificar los desvíos y dar solución inmediata mediante la aplicación de buenas prácticas operacionales y lograr la eficiencia en el consumo. Planificamos acciones a futuro para continuar con el proceso de mejora continua, incorporando nuevas tecnologías cada vez más eficientes. Gracias a esto, hemos reducido un 30 por ciento el consumo de agua los últimos diez años para la elaboración de nuestras bebidas.
Reúso interno: incorporamos nuevas tecnologías para alcanzar la calidad necesaria del efluente o de proceso y así reutilizarla en los servicios auxiliares a la elaboración de bebidas. Reúso del efluente tratado en la comunidad: facilitamos el reaprovechamiento de agua de efluente tratado derivado del proceso de elaboración de bebidas para el riego o limpieza de espacios verdes en las comunidades vecinas.
En el eje de restauración, se destaca que somos uno de los promotores del Fondo de Agua de la cuenca del Río Mendoza, una articulación público-privada junto con el gobierno local y Aguas de Origen que busca desarrollar mejoras medibles en calidad y disponibilidad de agua.
En esta línea, participamos y cocreamos Sumá Nativas, el primer proyecto participativo de restauración de las áreas degradadas por incendios en la Cuenca Alta del Río Mendoza, del Fondo de Agua. Se trata de una iniciativa colaborativa, llevada adelante en articulación entre los sectores público y privado, organismos científicos y organizaciones dedicadas a la conservación de la biodiversidad y el medio natural. Tiene como objetivo restaurar las zonas dañadas a partir de su revegetación con plantas nativas y contribuir al desarrollo de la economía local mediante la creación de viveros, en conjunto con la comunidad para la producción y comercialización de especies autóctonas.
En 2024 comenzamos la última etapa prevista para este proyecto, que es medir y monitorear la cantidad y calidad del agua de la cuenca luego de la intervención de revegetación a través de Waterplan.
¿Existen certificaciones vinculadas con la reducción del consumo de agua?
Nuestro sistema de gestión Voyager Plant Optimization (VPO) asegura que cada planta cuente con herramientas de gestión para evaluar y mitigar impactos ambientales centrándose en los resultados obtenidos y en las mejoras aplicadas. Todas nuestras operaciones industriales están certificadas bajo el sistema de gestión VPO. Para alcanzar la certificación y sustentarla, son auditadas internamente por un equipo auditor especializado, con frecuencia trimestral. El Pilar de Medio Ambiente es uno de los siete pilares del sistema VPO, que además incluye Seguridad, Calidad, Mantenimiento, Gestión, Recursos Humanos y Logística. Las operaciones deben contar con planes de acción concretos y efectivos para cerrar las brechas que el personal de planta o el equipo auditor identifica dentro de las operaciones rutinarias y no rutinarias.
“En Grupo Bimbo nos hemos comprometido a reducir en un 20 por ciento el consumo de agua por tonelada producida para el año 2025, tomando como referencia nuestra línea base del año 2019”, detalla Ariel Nicolás Haro, Regional Sustainability Manager en Grupo Bimbo. Para monitorear este avance, miden su eficiencia hídrica a través del indicador de consumo de agua en metros cúbicos por tonelada producida (m³/t), lo que permite comparar de forma continua el desempeño de sus operaciones en relación con su objetivo de conservación del recurso hídrico.

¿Qué prácticas sostenibles realizan en la gestión del agua?
Nuestras prácticas sostenibles en la gestión del agua se enfocan en dos grandes pilares:
Circularidad del agua: impulsamos el reúso y tratamiento del agua dentro de nuestros procesos productivos, promoviendo un ciclo cerrado que reduce la extracción de nuevas fuentes y minimiza la descarga al medio ambiente. Esto incluye sistemas de tratamiento interno y recirculación para maximizar el aprovechamiento del recurso hídrico.
Contamos con sistemas de reutilización de agua, con aplicaciones específicas como sistemas de riego, usos en servicios sanitarios, limpieza de áreas externas y otros usos no productivos.
Eficiencia hídrica e innovación: aplicamos tecnologías y metodologías innovadoras para optimizar cada gota de agua utilizada. A través de mejoras en equipos, monitoreo inteligente del consumo y ajustes en procesos, logramos reducir significativamente la cantidad de agua necesaria por tonelada producida. La innovación es clave para mantener la mejora continua y alcanzar nuestros objetivos de sostenibilidad.
¿Existen certificaciones vinculadas con la reducción del consumo de agua?
Actualmente, no contamos con certificaciones específicas enfocadas exclusivamente en la reducción del consumo de agua. No obstante, cada año llevamos a cabo auditorías ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) realizadas por entidades externas especializadas.
Estas auditorías evalúan nuestros desempeños y prácticas sostenibles, incluyendo la gestión hídrica, y refuerzan la validez y la confiabilidad de la información presentada en nuestro reporte anual de sustentabilidad.
¿Qué desafíos existen para lograr una gestión sostenible del agua en los próximos años?
Uno de los principales desafíos que enfrentamos es el contexto macroeconómico, que en ciertas ocasiones dificulta la construcción de casos de negocio sólidos para invertir en infraestructura o tecnologías vinculadas a la gestión hídrica. A pesar de ello, observamos una creciente relevancia del tema del agua en las agendas corporativas y gubernamentales. Este interés creciente ha impulsado la creación de foros, fondos y espacios colaborativos en los que empresas y organismos públicos pueden encontrarse para debatir, compartir experiencias y trabajar de forma conjunta en soluciones sostenibles. Esta articulación multiactor resulta clave para enfrentar los retos del futuro y acelerar el progreso hacia una gestión responsable y resiliente del recurso hídrico.
“Siemens mantiene un firme compromiso con la reducción del consumo de agua en operaciones industriales, abordando este desafío tanto en sus propias instalaciones como a través de soluciones tecnológicas para nuestros clientes. La compañía ha desarrollado un enfoque integral que combina innovación tecnológica con prácticas sostenibles para optimizar el uso del agua en entornos industriales”, expresa Gonzalo Josa Scorza, Process Automation Manager en Siemens Argentina, Uruguay y Paraguay.

¿Miden la huella hídrica de sus propias operaciones?, ¿cuáles son las principales soluciones que trabajan en Siemens para esta gestión?
La huella hídrica es un indicador que mide el volumen total de agua dulce utilizado para producir bienes y servicios, considerando tanto el uso directo como indirecto del agua. Se divide en tres componentes: agua azul (agua superficial y subterránea consumida), agua verde (agua de lluvia utilizada), agua gris (agua necesaria para diluir contaminantes hasta niveles aceptables). Respecto de las operaciones propias, en Siemens medimos la huella hídrica como parte de nuestro compromiso con la sostenibilidad. Todos los indicadores referidos a la utilización y gestión del agua son publicados en nuestro reporte de sustentabilidad anual.
¿Qué prácticas sostenibles realizan en la gestión del agua en operaciones industriales?
A nivel industrial contamos con soluciones y metodologías que aplicamos tanto en nuestras propias operaciones industriales como en las de nuestros clientes. En este sentido, trabajamos en diferentes enfoques, tales como monitoreo constante del consumo de agua, sistemas de medición inteligente, auditorías regulares de consumo, reportes anuales de sostenibilidad, evaluación del impacto en las cuencas locales. En particular, cada una de nuestras operaciones industriales implementa sus propias iniciativas hídricas en consonancia con nuestros objetivos. Por ejemplo, en China y Alemania, se utiliza agua de lluvia para instalaciones sanitarias, riego de plantas y limpieza de exteriores. En la Argentina, al no tener instalaciones industriales, las medidas que tomamos para reducción de nuestro impacto se realizan a nivel de las oficinas, donde capturamos el agua de lluvia y la reutilizamos en las descargas de toilettes, minimizando al máximo el consumo de agua potable.
¿Existen certificaciones vinculadas con la reducción del consumo de agua en el entorno industrial?
Siemens mantiene la taxonomía de la Unión Europea en el plano global, bajo la cual nos comprometimos a no generar daños significativos a la biodiversidad; esto implica regulaciones obligatorias para la gestión y reducción de emisiones de dióxido de carbono, de residuos y de agua.
A su vez, nuestros objetivos corporativos implican el análisis y la gestión de los riesgos relacionados con el agua, incluyendo la escasez, la contaminación, el cambio climático y patrones de inundaciones y precipitaciones en nuestros sitios desde hace varios años. Nuestro análisis comienza con una evaluación de riesgos en sitios relevantes, utilizando el Aqueduct Water Risk Atlas del World Resources Institute (WRI), y con la ayuda de una herramienta analítica interna identificamos los riesgos propios y los comparamos con los hídricos regionales.
Desde 2008, firmamos el Mandato del Agua del CEO de Naciones Unidas, una iniciativa del Pacto Mundial que promueve el uso responsable del agua, el saneamiento y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.
¿Qué desafíos existen para lograr una gestión sostenible del agua en las operaciones en los próximos años?
Los desafíos para lograr una gestión sostenible del agua en las operaciones durante los próximos años son diversos y complejos. En primer lugar, el cambio climático presenta retos significativos, con una creciente escasez hídrica, sequías más frecuentes y patrones de precipitación cada vez más impredecibles. Esto genera una competencia intensificada por recursos hídricos limitados, especialmente en regiones donde múltiples usuarios industriales y comunidades dependen de las mismas fuentes de agua.
Desde el punto de vista tecnológico, las organizaciones enfrentan la necesidad de implementar nuevas soluciones mientras gestionan los costos asociados. El requerimiento de actualizar infraestructuras antiguas y la integración de sistemas heredados con tecnologías modernas implica inversiones significativas y una planificación cuidadosa. Además, el mantenimiento de sistemas cada vez más complejos demanda personal especializado y dedicado.
Los desafíos operativos se centran en encontrar el equilibrio óptimo entre las necesidades de producción y el consumo responsable de agua. Esto incluye la optimización de procesos existentes, la gestión efectiva de pérdidas y fugas, y la implementación de programas de mantenimiento preventivo que aseguren la eficiencia continua de los sistemas. Además, hoy uno de los inconvenientes principales identificados está en la pérdida de agua en las redes de distribución, que en algunos casos alcanza el 30 por ciento. Esto significa no solo pérdida del recurso, sino también de la energía empleada para potabilizar y transportarla.
“Aun en ciudades como Buenos Aires, donde la escasez de agua no es todavía un problema grave, es muy importante concientizar acerca del uso responsable del agua potable y trabajar en crear una cultura más orientada a su protección y cuidado a largo plazo”, afirma Víctor Guajardo, Gerente General de Amanco Wavin Argentina.

¿Qué prácticas consideran sostenibles en la gestión del agua?, ¿cuáles son las principales soluciones que trabajan?
Una gestión sostenible del agua requiere un enfoque integral que contemple tanto la eficiencia en el uso del recurso como su administración adecuada en entornos urbanos, cada vez más afectados por eventos climáticos extremos.
Entre las prácticas más sostenibles se destacan la reutilización del agua de lluvia para usos no potables como sanitarios, riego o limpieza; el reaprovechamiento de las aguas “grises” generadas en las viviendas (procedentes de lavabos, rejillas, etc.) mediante un tratamiento previo; la implementación de sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) para recuperar el ciclo natural del agua en entornos urbanos; la infiltración y retención del agua en origen como forma de reducir la sobrecarga de las redes pluviales tradicionales.
Hay muchas soluciones disponibles que se pueden implementar para que cada persona pueda contribuir con la gestión del agua y reducir los niveles de pérdida. Con un enfoque en el abastecimiento seguro y eficiente de agua, la mejora del saneamiento e higiene, la resiliencia climática e infraestructura, y la eficiencia energética en edificios, es que ofrecemos distintos sistemas y tecnologías amigables para la comunidad y el ambiente.
Water Network Management (WNM): es un servicio que permite gestionar de forma más eficiente las redes de agua, contribuyendo a que las empresas de servicios públicos controlen y reduzcan las pérdidas de agua. Se trata de un paquete completo de soluciones de diagnóstico inteligente para la gestión de redes de agua potable.
SUDS (sistemas urbanos de drenaje sostenible): promueven el uso de áreas verdes y la sustitución de superficies impermeables por opciones que facilitan la absorción del agua en el suelo o bien su recolección y almacenamiento. Estos sistemas no solo contribuyen a la mitigación de las inundaciones, sino que también fomentan la utilización del agua de lluvia para usos que no requieren agua potable (riego, lavado, descargas sanitarias), disminuyendo los niveles de consumo.
Geosintéticos: materiales fabricados a partir de la transformación industrial de polímeros que se utilizan para mejorar la capacidad de los suelos para el drenaje, la filtración e impermeabilización, entre otros.
¿Qué desafíos existen para lograr una gestión sostenible del agua en los próximos años?
Uno de los principales desafíos es concientizar acerca del uso responsable del agua potable y trabajar en crear una cultura más orientada a su protección y cuidado a largo plazo, especialmente en zonas donde el recurso aún no escasea de forma evidente. En ciudades como Buenos Aires, donde la percepción de abundancia sigue presente, es necesario fomentar la conciencia de que el agua es un recurso limitado y vulnerable.
Otro obstáculo importante es la ausencia de una normativa nacional que regule o incentive prácticas como la recolección de agua de lluvia, la reutilización de aguas grises o la aplicación de sistemas urbanos de drenaje sostenible. A diferencia de otros países, en la Argentina no existe aún una exigencia técnica o legal que oriente a los desarrolladores y municipios hacia soluciones más sustentables.
Encontramos otro desafío en relación con la diversidad e innovación de los sistemas de drenaje pluvial que se implementan actualmente. Trabajar en la implementación de otros sistemas más sustentables, de manera complementaria a los sistemas de drenaje tradicionales, puede resultar ampliamente beneficioso.