De los pasillos del Hospital Argerich a la dirección general de una de las compañías científicas más antiguas del mundo, el recorrido de Marcelo Ponte, médico y politólogo de formación, es un cruce singular entre la clínica, la política sanitaria y la industria farmacéutica. Hoy está al frente de Merck Argentina, una filial con 95 años de historia en el país y un portafolio que combina medicamentos de alta especialidad, desarrollo tecnológico y compromiso con la sostenibilidad.
Formado en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Tres de Febrero, con una década de experiencia en el Ministerio de Salud de la Nación –donde fue parte de la arquitectura de políticas públicas– y con pasos clave por Swiss Medical y el área de Acceso en Merck, la mirada de Ponte sobre el sistema de salud es integral. “Fui médico tratante, hacedor de políticas, pagador, negociador de Acceso y hoy lidero una operación que atraviesa a la salud desde lo farmacéutico, lo científico y lo institucional”, resume.
En un escenario local signado por la volatilidad, el enfoque actual de Merck se apoya en tres pilares: las personas que trabajan en la empresa, el impacto en la sociedad y la reputación corporativa. En esta entrevista habla de las iniciativas de sostenibilidad de la empresa, de las alianzas con organismos científicos y de su rol como socio estratégico en investigación y acceso a medicamentos.
¿Cuál es tu formación y cómo ingresaste en la compañía?
Soy médico y Licenciado en Ciencias Políticas. Ejercí como médico clínico en el Hospital Argerich, en donde estuve diez años. Paralelamente, trabajé entre 2008 y 2016 en el Ministerio de Salud de la Nación como hacedor de políticas. Después estuve un año en Swiss Medical como Jefe de Políticas Médicas y, en enero de 2018, entré a Merck. Empecé en la sección de Acceso, que es el área de los laboratorios que se dedica a negociar con los pagadores (obras sociales, prepagas, gobiernos) para incluir los medicamentos de forma más rápida. En Acceso se negocian los precios con el financiador, se presentan las licitaciones, se trabaja para que un medicamento nuevo se incorpore en los distintos pagadores; es un área que crece mucho. Luego fui Director de Oncología y soy Gerente General hace casi dos años. Así que estuve viendo pacientes, haciendo política, como pagador, en Acceso, dentro de la industria en la franquicia Oncología y ahora como Gerente General.
¿Cuáles son los desafíos de este nuevo puesto?
En un país que siempre fue inestable, al que ahora se le suma la inestabilidad global, los desafíos están enfocados en tres grandes puntos: nuestros empleados, la reputación empresarial y todo lo que la empresa hace para la sociedad. El desafío entonces es manejar esos tres rubros. Una empresa tiene que ponerse más del lado de sus empleados y de la sociedad, porque esa es la función de las grandes empresas: operar en la sociedad en que se encuentran insertas. Antes yo estaba en un área específica, ahora trabajo con todo el grupo, porque soy Gerente General del área Farma, pero Director General de todo el grupo Merck. Entonces hay otras complicaciones, como los problemas con las importaciones. El Gerente General se ocupa de la parte contable, la financiera, tiene que reportar afuera. Y afuera es difícil a veces entender la problemática argentina, pero Merck cumple 95 años en el país, ya nos conocen.
Hablanos un poco de la compañía.
Merck es una empresa multinacional de origen familiar con sede en Darmstadt, Alemania. Fue fundada hace 357 años y sigue siendo hoy una empresa familiar: la mayoría de las acciones las tiene la familia, y es ella la que tiene la última palabra en las decisiones importantes. Es la empresa de ciencia, tecnología y salud más antigua del mundo. Llega a la salud por varios caminos. Tiene tres ramas. Una es Farma, que son todos los productos de la industria farmacéutica. La segunda es Ciencias de la Vida o Life Science, que, a nivel global, es más grande que Farma y que a su vez es proveedora de la industria farmacéutica, por ejemplo, fabrica reactivos para investigación básica, controla el agua potable que circula en las tuberías, hace control de lácteos, bebidas, gaseosas; está en la extracción de litio, en los cristales líquidos de celulares. La tercera rama es Electrónica, que fabrica semiconductores, por ejemplo.
En la Argentina están las dos primeras ramas. En Electrónica los productos se importan de Asia y Europa. La biotecnología está presente en Life Science, que provee a otras industrias. Algunos laboratorios son clientes de Merck porque les damos, por ejemplo, manitol, que es un compuesto orgánico. Entonces, llegamos a la salud por productos nuestros, pero también por productos para investigación básica e industria farmacéutica local.
¿Cuántos empleados trabajan en la empresa?
Hay alrededor de 220 empleados más los contratados. Casi la mitad trabaja en Farma y la otra mitad en Life Science. Hay tres sites: tenemos oficinas en el barrio de Saavedra; después está La Paz, en la localidad de Martínez, en donde hay un centro de calidad en el que se testea que los productos cumplan los requerimientos que pide la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para lanzarlos al mercado. Y el tercero y más grande se ubica en la localidad de Carlos Spegazzini, en el partido de Ezeiza. Es un centro de distribución de Life Science para todo el país, que se instauró en 1980 y en el que se está haciendo una reforma.
¿Cómo se compone tu equipo de trabajo?
Yo coordino a directores de unidades: hay una unidad de Oncología, otra de Neurología, Inmunología y Endocrinología, otra de Fertilidad; hay un Director de Acceso, un Director Médico y otro que maneja a los distribuidores de los tres países de Sudamérica en los que opera Merck además de la Argentina (Uruguay, Paraguay y Bolivia). Después, hay un asistente que hace los reportes directos y una persona de Business Intelligence que realiza el manejo de datos (la búsqueda de oportunidades, los estudios de mercado de competidores, ve como está el mercado, si se mueve o no, etcétera). Cada uno tiene sus equipos. A mí me reportan todos estos equipos que pertenecen a la división Farma. Los de Life Science no me reportan directamente, reportan afuera, yo manejo la parte institucional.
Hace poco inauguraron su primera iniciativa de autonomía energética en la Argentina. ¿En qué consiste y cómo funciona?
Todo lo que tiene que ver con huella de carbono nosotros lo incluimos en una política de sostenibilidad más amplia, que es global y adaptamos a cada país. Esta política tiene tres ramas. Una es la de nuestros pacientes/clientes (según sea Health Care o Life Science), otra es nuestra cultura organizacional puertas adentro y afuera, y la tercera es la de cuidado del medio ambiente. Con respecto a la huella de carbono específicamente, inauguramos en nuestra sede de Carlos Spegazzini más de 500 paneles solares, que empezaron a funcionar a principios de año. Todavía tenemos que esperar un año para ver los resultados, pero seguro en los meses de mucho sol nos va a dar autonomía energética. No lo sabemos aún, es una planta muy grande. El municipio de Ezeiza nos ayudó a conseguir el medidor para devolver a la red el excedente que tuvimos en los meses de mucho sol. En esta rama, más allá de los paneles, Merck hace muchos años compra certificados de energía renovable equivalentes a lo que pueda generar. Es la primera empresa que tiene esta iniciativa de los paneles solares. Los países presentaron proyectos a Global. Hubo más de 200, y dos de los ganadores fueron nuestros paneles solares y algo parecido que pasa en China. Eso habla del compromiso de Global para invertir en la Argentina. Con los paneles, se ahorran 350 toneladas de dióxido de carbono por año. Y estos tienen una vida útil de 25 años, así que tenemos pensado ahorrar 9000 toneladas de dióxido de carbono en total.
“Merck está en nuestra vida desde los primeros minutos. Por ejemplo, uno se lava la cara, apaga la alarma del celular y Merck ya estuvo dos veces: en el agua de la cañería controlada por Merck y en la pantalla del celular”
¿Qué actividades se realizan en lo que mencionaste como la rama de cultura organizacional de la empresa?
Puertas adentro, trabajamos muchísimo con diversidad e inclusión. Puertas afueras, con alianzas estratégicas. Por ejemplo, tenemos una alianza con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), que consiste en un premio científico, Merck Conicet. En dos ediciones fue también con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se llamó Merck MINCyT Conicet. Ahora se postulan entre 80 y 100 trabajos. Se hace una preselección de diez trabajos con jurado de ambas instituciones y esos diez pasan a una final. Trabajamos con esos diez, porque generalmente los investigadores saben investigar, pero no hacer negocios. Entonces, desde la startup hasta que ve la luz el proyecto, trabajamos con ellos en gestión de proyectos, en temas regulatorios, en economía de salud. Todo eso es muy importante, porque muchos proyectos tienen una potencialidad enorme, pero se quedan por esa falta de visión de negocio, de mercado. Finalmente, se elige el ganador, al que se le da una beca monetaria para seguir investigando. Este año, por los 95 años de Merck, va a haber otro premio más.
Contanos algún proyecto ganador que te haya llamado la atención especialmente.
Hay una startup ganadora que es una plataforma de biopsia líquida para detección precoz de cáncer. Son de Mendoza y hoy está muy avanzada, están cerca de salir al mercado. Es una biopsia para detectar en la sangre, según algunas mutaciones, si hay un cáncer activo. Esto nos llena de orgullo, y a mí especialmente, que soy del interior, de Nogoyá, Entre Ríos, porque el premio es muy federal.
Después tenemos también una alianza con el Parque de la Innovación, en la Ciudad, en la que Merck colaboró en el área de Salud. Allí hubo más de 100 trabajos presentados.
En esta apuesta de Merck con la investigación global, también hicimos una alianza con el Instituto Leloir, referente en investigación. Estamos trabajando allí para ayudar a becarios. Ellos usan algunos reactivos de Merck, entonces queremos facilitarles el acceso a estos.
¿En qué consiste el programa Redes?
Es un proyecto de ayuda social mediante el cual colaboramos con muchos lugares. El más paradigmático es con la Fundación Sí, que tiene una rama que se llama Residencias, en la que becan a personas que viven en lugares muy aislados del país para que estudien a nivel universitario. Merck colabora económicamente con este programa. El año pasado aportó 25.000 euros.
¿Cómo describirías la rama de clientes/pacientes?
Merck trabaja para tener más medicamentos, para más personas, más rápidamente. Desarrollamos herramientas para contar con más medicamentos, pero también para hacer programas para que esta medicación le llegue a la mayor cantidad de gente posible. En Acceso se hace lo que se llama “riesgo compartido”: se trabaja con los financiadores para que el producto llegue más rápido a los pacientes. Y trabajamos con tecnología médica para que los pacientes tengan mejor seguimiento. Hay un par de productos que tienen seguimiento. Por ejemplo, una hormona de crecimiento con la que el médico sabe en tiempo real si el chico se la aplica o no, si es total o parcial. El paciente se aplica un cartucho y eso dispara información a la nube. Además, hacemos campaña de prevención de las enfermedades en las que trabajamos.
¿Qué organismos son los principales compradores?
Merck tiene dos grandes porfolios: Especialidades, que son productos para enfermedades no tan frecuentes, en oncología y fertilidad; y el otro, que no está en la Argentina, es Cardiometabólico (diabetes, tiroides y cardiología). La Argentina cedió el manejo de este a un laboratorio nacional y nos dedicamos a Especialidades. Al ser productos muy específicos, la compra no es individual. Los pacientes los adquieren a través de un financiador: obra social, prepaga, gobierno. Esos son nuestros clientes.
Volviendo al medio ambiente, ¿tienen una política de reciclado de papel?
Sí, hay estaciones en las tres sedes. Tenemos todo dividido: papel, plástico, orgánico, latas, tetras. Juntamos también tapitas para el Hospital Garrahan y, por otro lado, la gente puede traer sus desechos electrónicos y las pilas.
“Queremos seguir haciendo investigación para desarrollar nuevas moléculas e indicaciones para las que tenemos”
Para finalizar, ¿qué proyectos tienen para el año que viene?
Uno piensa en el corto plazo en principio, pero también pensamos de generación en generación, ya que es una empresa familiar. En Farma queremos seguir haciendo investigación para desarrollar nuevas moléculas e indicaciones para las que tenemos. También buscar nuevas alianzas con otros laboratorios para comprar, por ejemplo, una molécula en fase avanzada, para poder desarrollarla y registrarla lo más rápido posible. Para los próximos años, queremos hacer varios lanzamientos. Y por supuesto, seguir sumando iniciativas para cuidar el medio ambiente, para la sostenibilidad, para nuestros colaboradores y la sociedad. Queremos seguir sumando alianzas estratégicas, como las del Conicet, Parque de Innovación, Instituto Leloir. Nunca nos olvidamos de los resultados, que deben estar, porque es una empresa con fines de lucro, pero siempre con la pata en nuestra gente. Tenemos una encuesta de clima cuyos números son muy altos: la gente está cómoda trabajando, pero siempre hay para mejorar.
Hoy la cabeza está mucho en este año en el que cumplimos 95 años de presencia en el país. Tenemos iniciativas, queremos armar un evento grande. Además, siempre que se junta el comité directivo, dejamos un espacio para Merck 2030. ¿Qué queremos? ¿Cuántas nuevas moléculas vamos a tener? ¿Qué estructura necesitamos para afrontar eso? Y siempre pensando en llegar con Farma a los pacientes y con Life Science a toda la sociedad.
Merck está en nuestra vida desde los primeros minutos. Uno se lava la cara, apaga la alarma del celular y Merck ya estuvo dos veces: en el agua de la cañería controlada por Merck y en la pantalla del teléfono. Hace un desayuno y ya apareció por tercera vez, porque Merck hace control de lácteos. Merck está con la gente desde el comienzo del día. Y quiere seguir estando.