Nicolás Braun, Gerente General de La Anónima, habla de la actualidad de la compañía que, desde su actividad en diez provincias diferentes, profundiza su compromiso con el triple impacto y hace historia convirtiéndose en la empresa B más grande del país.
Hay un dicho muy popular que afirma que “Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires”, pero también hay algunos casos que tiran por tierra estas palabras y dejan muy en claro que existe un mundo después de la General Paz y que el federalismo no solo es posible, sino que tiene cada vez más fuerza. Uno de estos ejemplos es La Anónima, que para un porteño puede ser un nombre nuevo, pero para los habitantes de las 90 ciudades donde se encuentra es prácticamente parte de sus vidas.
Se trata de la cadena de supermercados que en la actualidad cuenta con 169 sucursales en diez provincias distintas y un equipo de alrededor de 12.500 personas. La compañía también tiene dos frigoríficos, una fintech, una planta de panificados y una de feteado de fiambres. “Nos gusta decir que somos mucho más que un supermercado”, afirma Nicolás Braun, Gerente General de La Anónima, que describe en esta entrevista los objetivos de la compañía que tiene un fuerte compromiso con el triple impacto y marcó un hito muy importante al convertirse en empresa B en junio de 2025, siendo la más grande de la Argentina en lograr esta certificación.
¿Cuáles definirías como aquellos momentos bisagra en la historia de La Anónima?
Tenemos 117 años, por lo que hay muchos hitos históricos. En 1908, mi bisabuelo Mauricio Braun comenzó con el negocio de ramos generales y diría que uno de los primeros momentos trascendentales fue cruzarse de Chile a la Argentina y continuar así con el crecimiento del negocio. Pero respecto de la historia más reciente, un hito es cuando mi padre, Federico Braun, ingresó para tomar la conducción de la empresa junto a uno de sus hermanos, con una política de reinvertir utilidades, tener una visión clara de lo que queríamos ser como compañía, salir de algunos sectores que no eran estratégicos y dedicarnos en un ciento por ciento a la industria del supermercadismo. Esto ocurrió a finales de 1970, y durante más de 40 años La Anónima creció ininterrumpidamente gracias a esta visión clara, a la política de reinvertir y, sobre todo, a un buen equipo que se fue armando a través del tiempo.
¿Cuándo ingresaste a la compañía?
Si bien ya desde pequeño convivía con este gran proyecto, me sumé oficialmente en 1998, luego de estudiar Ingeniería Industrial y trabajar en el exterior. Fue y es un proyecto muy lindo en el que crecimos muchísimo, y para mí en lo personal, y creo que para la compañía también, fue un hito muy importante hacer la sucesión de una muy buena forma. Cuando en 2020 mi padre dejó de ser Gerente General –hoy continúa como Presidente del Directorio–, hicimos ese traspaso de forma tal que no solo no se perdiera valor, sino que se construyera y se siguiera con muchísimas de las cosas buenas que tiene La Anónima, e innovando en otras por supuesto.
¿De qué se trata el compromiso de triple impacto asumido en el año 2021?
Si bien ese fue el año en que lo asumimos de manera explícita y modificamos nuestro estatuto, estamos comprometidos con el triple impacto desde hace mucho más tiempo. La Anónima es una empresa que obviamente pone un foco importante en la parte económica –las compañías deben ser rentables, si no, no son sustentables–, pero tenés que lograr eso cumpliendo con todas las reglas, siendo transparente y pudiendo rendir cuentas. Nosotros cotizamos en bolsa, por lo que debemos ser transparentes y poner todo sobre la mesa, y esa es la forma en la que nos gusta hacer negocios. Pero siempre tuvimos una mirada muy especial respecto del impacto en las comunidades donde estamos y en el medio ambiente, y en 2021 decidimos fortalecer esto y comenzamos el camino hacia la certificación como empresa B. Esto nos llevó a explicitar nuestro compromiso de triple impacto en el estatuto de la compañía, pero sobre todo empezar a recorrer un camino y una metodología que materializara esta mirada en hechos concretos. Lo que quiere decir esto es que cuando llevamos adelante el negocio, tomamos decisiones teniendo en cuenta los tres impactos: económico, social y ambiental. Esta política está incorporada en todas las líneas de trabajo de la compañía y funciona muy bien. Es muy importante destacar que esto no significa dejar de ser rentables, a veces se da ese falso dilema que plantea que tener un buen impacto social y ambiental implica dejar de ser rentable, y para nosotros no es así, sino que consideramos que ambos objetivos deben ir de la mano, de lo contrario dejás de ser sustentable como empresa.
“Somos mucho más que un supermercado”
Desde tu rol de Gerente General, ¿cuál fue el proyecto que llevaste a cabo con el cual pudiste generar un gran impacto?
Por un lado, esta decisión de abordar el proceso de certificar como empresa B, lo que significó un gran desafío. Somos la segunda cadena de supermercados del mundo en obtener esta certificación.
Tenemos muchas acciones en línea con nuestro compromiso con el triple impacto. Un ejemplo fue dejar de entregar la bolsa camiseta de plástico en todos nuestros locales y reemplazarla por cajas y bolsas reutilizables, lo que fue muy bien aceptado por los clientes. Esta iniciativa, además de generar conciencia, para nosotros también significó un ahorro en costos.
Por otro lado, en pandemia iniciamos el programa Nutriendo Futuro, que consiste en entregar módulos alimentarios (62.000 por año) a hogares monoparentales que necesitan esa ayuda. También estamos trabajando mucho para evitar el desperdicio de alimentos y realizamos donaciones a partir de una metodología de trabajo que hemos puesto en marcha, funciona muy bien y es acompañada por muchos de los proveedores.
También hace más de 20 años trabajamos con Fundación Leer para ayudar a acercar la lectura a los chicos de las distintas ciudades en las que estamos, donando “rincones de lectura” en bibliotecas locales y también llevando las denominadas “maratones de lectura” con changos repletos de libros para que los chicos elijan y después se realice la maratón.
Además, hacemos un trabajo muy fuerte en reciclado. En todas nuestras sucursales se efectúa una correcta separación de residuos para que después los municipios puedan retirarlos ya segregados. Y con la colaboración de proveedores, instalamos puntos de reciclado en varias ciudades.
En relación con la eficiencia energética, estamos en un proceso de cambio de nuestras heladeras a equipos que son más eficientes en el uso de la energía y generan menor contaminación en el medio ambiente. También tenemos luces led en todos nuestros locales.
Otro tema importante es el desarrollo de proveedores locales. Siempre hacemos hincapié en lograr que proveedores de las zonas donde estamos nos puedan abastecer, y en muchos casos ayudamos así a impulsar su crecimiento e incluso hoy exportan.
¿Cómo es La Anónima?
Nos gusta decir que somos mucho más que un supermercado. Por un lado, tenemos 169 sucursales en 90 ciudades del país de 10 provincias diferentes, somos la cuarta cadena a nivel país, contamos con un equipo de alrededor de 12.500 personas. Además, contamos con dos frigoríficos exportadores de carne vacuna –uno ubicado en Salto, provincia de Buenos Aires, y otro en La Pampa–, una planta de panificados y una de feteado de fiambres. A esto se suma La Anónima Fintech, con la que les damos crédito a nuestros clientes a través de Tarjeta La Anónima –cuyo onboarding se hace de manera ciento por ciento digital– y de préstamos de consumo –que también se llevan adelante de forma virtual–.
Nuestra pata de venta on-line está funcionando muy bien. La Anónima tiene supermercados de un tamaño intermedio, por lo que el espacio nos limita para comercializar algunas de nuestras categorías. Un ejemplo claro es la línea blanca (heladeras, lavarropas, etc.), que hasta hace nueve años no vendíamos y ahora lo hacemos a través de nuestro canal on-line. Luego los clientes buscan los productos en nuestro pickup store o los reciben en su domicilio, y además brindamos un servicio posventa muy bueno.
¿Cómo se compone el porcentaje de e-commerce respecto de la compra tradicional?
Esta es una pregunta muy frecuente. Primero hay que hablar del contexto: en el interior, y sobre todo en las ciudades chicas, el comportamiento de compra, especialmente de alimentos, es un poco diferente. Muchos de nuestros clientes viven cerca de las sucursales, no tienen mucho tráfico para trasladarse, los tiempos son positivamente diferentes –en el interior se vive mejor de alguna manera– y muchas veces La Anónima se convierte en un lugar de encuentro y hasta de esparcimiento, entonces no hay tanta demanda por la compra on-line de alimentos. De todos modos, contamos con este servicio en 30 ciudades. Pero donde sí tenemos muy buena performance es, como comentaba antes, en productos como electrodomésticos, colchones, muebles. Por lo tanto, el e-commerce representa el 5 por ciento de nuestro total de venta, con mucha más presencia de productos que no son alimentos.
“Cuando llevamos adelante el negocio, tomamos decisiones teniendo en cuenta los tres impactos: económico, social y ambiental”
¿Cuáles son los próximos objetivos del negocio? ¿Planean desembarcar en CABA?
Nuestra misión es ser la cadena líder de supermercados en el interior del país, por lo tanto, ciudad y provincia de Buenos Aires no son el foco de nuestra estrategia de crecimiento por el momento. Nosotros vemos, y nuestra historia lo confirma, que nos va muy bien en aquellas ciudades pequeñas y medianas muchas veces alejadas, en las que la logística es un atributo que pasa a ser una ventaja competitiva. Realmente sentimos que hay una demanda y que nuestra propuesta es exitosa en las plazas donde nos desarrollamos.
Justamente en 2017 hicimos un plan de negocio para ver las posibilidades de crecimiento, y la conclusión fue que podemos prácticamente duplicar la compañía sin necesidad de ingresar en CABA ni en provincia de Buenos Aires. Tampoco en ciudades muy grandes, como Córdoba por ejemplo. Hay muchas localidades del interior que pueden albergar una sucursal de La Anónima, tienen la demanda y nosotros la propuesta.
Desde tu rol como Gerente General, ¿hay alguna idea que aún no pudiste llevar a cabo?
Ideas hay un montón, y se trabaja constantemente en ellas. Desde poder hacer mejor lo que estamos haciendo, dado que a todos los equipos que conforman La Anónima nos gusta la mejora continua. También, como decía, llevar a la compañía a su máxima expresión desembarcando en todas las ciudades donde nuestro modelo de negocio sea demandado, lo que es un proceso desafiante, porque hay que recorrer cada plaza e ir encontrando alternativas para poner supermercados. Además, buscamos seguir creciendo con nuestra venta on-line, que la omnicanalidad realmente funcione bien considero que es un desafío para todos los retailers: que el cliente nos vea como una sola compañía y no como sectores divididos en gestión física y virtual.
También estamos avanzando, y aún nos queda mucho por recorrer, con lo que se llama la “personalización masiva”. Tenemos un plan de fidelización con el que vamos conociendo más a nuestros clientes para seguir mejorando en todos nuestros servicios. Hay mucho camino por recorrer, desde la compañía y también junto a los proveedores.
¿Cómo es la dinámica de trabajo desde tu rol teniendo en cuenta las distancias?
Al menos una vez por mes realizo una visita de no menos de tres días a cada plaza. Me lleva alrededor de dos años recorrer todas las sucursales, debido a que son muchas y las distancias son grandes. Sin dudas, una de las cosas que más disfruto es viajar y escuchar a nuestros equipos y clientes. Este es un negocio en el que muchas veces los que más saben son los que están en contacto con el cliente todos los días. Creo que uno de los desafíos y una de las fortalezas de una compañía como la nuestra es lograr estar cerca de las sucursales manteniendo un diálogo muy vivo con gerentes y colaboradores, esto es clave.
“Queremos ser la compañía líder de supermercados en el interior de la Argentina”
¿Cuál es la clave del éxito de La Anónima?
Siempre hablamos de tres patas. Una es tener una estrategia clara, saber adónde queremos ir y con qué propuesta. Como comenté antes, nosotros queremos ser la compañía líder de supermercados en el interior de la Argentina, y con una importante y diversificada batería de servicios que cumpla con la demanda del cliente.
La segunda pata está relacionada con tener las mejores herramientas, lo que llamamos best practices. Siempre hemos apostado mucho por sistemas y procesos. Podemos decir que somos un referente en consumo masivo. Buscamos siempre que nuestros equipos trabajen con las mejores herramientas, los mejores modelos de negocio. Para eso también viajamos a recorrer supermercados en otras partes del mundo con el objetivo de observar y tomar las buenas ideas. Y, por otro lado, para nosotros es clave el buen clima laboral, que se trabaje en equipo, pasamos gran parte de nuestro día en el trabajo, por lo que es inteligente buscar un buen clima para que todos puedan dar lo mejor de sí mismos, opinar, equivocarse, arriesgar, evitar la falta de comunicación entre sectores. También ponemos mucho foco en el trabajo con proveedores, que son los que más saben acerca de los productos que vendemos, entonces nos ocupamos de ver cómo trabajamos en conjunto para poder brindar lo mejor al cliente y construir un negocio que sea rentable para todas las partes.
¿Podrías compartir algún momento que te haya emocionado durante los viajes a las sucursales?
Hay muchos, pero te puedo nombrar uno de fines del año pasado, en Arrecifes, cuando una colaboradora se acercó con mucha timidez y me dijo “Mis padres me pidieron que hablara con usted para agradecerle, porque gracias a La Anónima yo pude lograr un crecimiento muy importante”, la verdad es que fue muy espontáneo, muy genuino.
Después tenemos una iniciativa interna muy linda en la que cada sucursal elige a un representante que viene a visitarnos a las oficinas de la dirección general. Ya vinieron tres grupos de 35 personas. Es espectacular recibirlos y conocer sus historias de vida, su crecimiento, lo importante que es la compañía para ellos, es muy emocionante.