La acción es parte del lanzamiento de “Air France ACT”, un programa que presenta su nueva trayectoria de descarbonización con el objetivo de reducir en un 30% las emisiones de CO2 por pasajero-km para 2030 en comparación con 2019, es decir, un 12% menos de emisiones totales.
Para ilustrar las formas en que se puede lograr este objetivo, Air France implementó una serie de acciones en dos de sus vuelos. Este proyecto forma parte de la iniciativa “Skyteam Sustainable Flight Challenge”.
De esta forma, Air France busca medir e ilustrar la eficacia de los métodos ya implementados y probados, como aeronaves de nueva generación, combustible de aviación sostenible (SAF), ecopilotaje, y el uso de rampas eléctricas y equipos de transporte de carga.
La compañía también busca explorar nuevas vías que podrían explotarse en el futuro, como el uso extensivo de la inteligencia artificial para optimizar las rutas de vuelo, o el uso de tractores autónomos para el transporte de equipaje, así como también ofreciendo a los clientes un catering más sostenible, local y de temporada, limitando el desperdicio de alimentos, al permitirles elegir el menú a bordo antes de volar y limitando el plástico de un solo uso.
La operación se realizó en dos vuelos comerciales, uno a Montreal operado por un Airbus A350 el 3 de mayo de 2022, y el otro a Lisboa el 4 de mayo de 2022, operado por un Airbus A220. Estos aviones de última generación, que constituyen el núcleo de la estrategia de renovación de la flota de Air France, consumen entre un 20 y un 25% menos de combustible que los aviones de la generación anterior. Su huella se reduce en un tercio. En 2030, estos aviones supondrán el 70% de la flota de Air France, frente al 7% actual, gracias a una inversión de mil millones de euros anuales de aquí a 2025.
El vuelo a Montreal se alimentó con un 16% de combustible de aviación sostenible (SAF) y el vuelo a Lisboa con un 30% de SAF, en comparación con el 1% que se utiliza actualmente en los vuelos que parten de Francia según la normativa vigente. Estos combustibles no fósiles se producen a partir de biomasa, como el aceite de cocina usado. Por lo tanto, no compiten con la cadena alimentaria y permiten una reducción media del 80% de las emisiones de CO2 respecto al combustible convencional en todo su ciclo de vida.
En tierra y a bordo, los pilotos implementaron técnicas de ecopilotaje, como el rodaje con un solo motor en tierra y la optimización de trayectorias en tiempo real, en coordinación con el control del tráfico aéreo.
El uso de estos métodos permitió una reducción cercana al 45% de las emisiones de CO2 en cada uno de los dos vuelos, según detallaron desde la compañía.
“Después del anuncio de nuestro nuevo CO2 basado en la ciencia objetivos de reducción de emisiones, era importante para nosotros ilustrar en términos concretos cómo nuestro sector debe transformarse para responder a la emergencia climática”, señaló Vincent Etchebehere, vicepresidente de sostenibilidad y nuevas movilidades de Air France.
Desde la empresa explicaron que se analizarán cifras, como el nivel de reducción de emisiones de CO2 para cada una de las palancas activadas, así como el feedback de los clientes presentes en ambos vuelos. Esta información se utilizará para considerar las formas más adecuadas de limitar la huella de carbono de las operaciones programadas de Air France en el futuro. Estos hallazgos se compartirán con las otras aerolíneas de la alianza SkyTeam que participaron en el Desafío de vuelo sostenible de Skyteam.
Acciones implementadas en cada etapa del viaje:
Antes del vuelo, se envía un mensaje a los clientes para pedirles que limiten el volumen y el peso de su equipaje. Además, para limitar el desperdicio de alimentos, se les anima a preseleccionar sus comidas para que solo se carguen a bordo los productos necesarios. En los salones se ofrecen productos más sostenibles, locales y de temporada y se utilizan materiales eco-responsables; operaciones en tierra totalmente eléctricas, con retroceso eléctrico de la aeronave, transporte de tripulaciones en autobús eléctrico entre su base y el puesto de estacionamiento de aeronaves y transporte eléctrico de carga.
Acciones a bordo:
Es clave el uso de aeronaves de nueva generación (Airbus A350, Airbus A220) que emiten hasta un 25% menos de CO2; uso de un 16% de Combustible de Aviación Sostenible (producido por Total Energies) en el vuelo a Montreal y un 30% en el vuelo a Lisboa, permitiendo en el caso de estos dos vuelos una reducción del 90% de las emisiones de CO 2 en todo el ciclo de vida, superior al promedio de la industria del 80%.
También se implementan técnicas de ecopilotaje (rodaje con un solo motor, uso de innovaciones a bordo para la optimización de la trayectoria táctica, optimización del ascenso y descenso), que permiten una reducción del 3 al 4% en el consumo de combustible en cada vuelo.
Además se utilizan equipos de restauración más sostenibles (carrito de comida de nueva generación más ligero, bandejas recicladas y reciclables, vajillas de celulosa, cubiertos y agitadores de madera FSC, vasos de papel, eliminación de botellas de plástico individuales). También se busca limitar el desperdicio eligiendo un plato caliente antes del vuelo en todas las cabinas y distribuyendo kits de confort producidos con materiales reciclados y que contienen cosméticos orgánicos, a pedido en Business y Premium Economy. Además se realiza una clasificación de botellas de plástico, cajas de jugo y latas, y se suma también un servicio de catering más sostenible, íntegramente preparado en Francia, con una oferta 100% vegetariana en vuelos de medio radio y la posibilidad de que los clientes que viajen a Montreal elijan antes del vuelo entre un servicio vegetariano o un plato que incluya carne de Francia o pescado de MSC pesca sostenible.