Ante el impacto que la pandemia está teniendo en los integrantes más vulnerables de la comunidad judía local, y con el objetivo de acompañar, contener y asistir a quienes necesitan respuestas urgentes, AMIA redobló sus esfuerzos para brindar más prestaciones de carácter social, ante el aumento significativo de la demanda de sus servicios.
“La prioridad de nuestro trabajo está enfocada en aquellas personas y familias que presentan mayor grado de vulnerabilidad”, explicó Ariel Eichbaum, presidente de AMIA. “Asistir y ayudar al prójimo es uno de los ejes esenciales de nuestra misión institucional. Es el compromiso que guía cada una de las acciones que estamos realizando para dar soluciones a las personas más necesitadas por la emergencia”.
Servicios sociales
El Servicio Social de AMIA está llegando a más de 2.000 personas, cuyas dificultades preexistentes se han profundizado. Cada día se preparan y envían a los domicilios de los beneficiarios que habitualmente concurren a la sede de Uriburu 650, más de 200 viandas de alimentos y medicamentos.
Se incrementó la línea de subsidios económicos para las personas asistidas.
Con motivo de la celebración de Pésaj, se distribuyeron más de 2.000 bolsas con productos para acompañar la celebración.
Más de 100 voluntarios se encuentran llamando a los beneficiarios, en particular a las personas mayores solas, para brindar contención, información y asesoramiento.
Profesionales están asistiendo a la población adulta mayor aislada y sin redes, que requieren asistencia para la realización de las tareas de la vida cotidiana (cobro de jubilación por cajero, compra de alimentos, medicamentos y otras gestiones).
Trabajo de red
En representación de la comunidad judía, AMIA integra #SeamosUno, una iniciativa en la que se trabaja en alianza con CIAS, CARITAS, Banco de Alimentos, ACIERA, Compañía de Jesús, y el Consejo de Pastores evangelistas de CABA. El proyecto se propone cubrir las necesidades de 4 millones de personas con el armado de 1 millón de cajas de alimentos y artículos de higiene.
AMIA además integra un Comité junto a la Fundación Tzedaká, el Hogar Ledor Vador, Ialedeinu y la Fundación Jabad, instituciones comunitarias que concentran la mayor cantidad de beneficiarios sociales. Los directivos y profesionales de las organizaciones están en contacto cotidiano para el intercambio de información, el análisis compartido y la generación de propuestas mancomunadas.
Cercanía y conexión
Mediante el programa #AMIAenCasa, la institución ofrece a la comunidad y a la sociedad toda, decenas de propuestas y actividades para seguir online desde los hogares.
A través de la página web, la página de Facebook, la cuenta de Instagram, el usuario de Twitter, la difusión vía WhatsApp (+54 9 11 49598800) y la atención automática de consultas a través del boot, más de 2.150.000 personas diferentes se han contactado con AMIA durante el mes de marzo. Durante abril se estima que la cifra será aún mayor.
Propuestas virtuales
Los cursos online de AMIA Cultura contabilizaron en 10 días más de 3.100 inscriptos. Las propuestas de capacitación del Servicio de Empleo, que se ofrecen a través de plataformas virtuales, recibieron más de 1.600 aplicaciones nuevas.
AMIA Joven migró todos sus talleres y actividades a espacios digitales y ya hay más de 1.000 jóvenes participando.
En una experiencia inédita, más de 70 comunidades del interior del país están comunicadas y recibiendo en forma conjunta las propuestas que ofrece vía ZOOM e Instagram el Vaad Hakehilot.
El Vaad Hajinuj dio comienzo al ciclo lectivo de los Institutos de Formación Docente integralmente a través del Campus Virtual. Además, puso a disposición de los docentes recursos y materiales pedagógicos y se encuentra en contacto permanente con las autoridades de las escuelas para monitorear la situación de cada establecimiento.
Valores que se ponen en acción
AMIA tiene más de 125 años de historia solidaria y gracias a ese ADN ha podido responder en cada una de las crisis que tuvo que enfrentar, aún en los tiempos más difíciles. La defensa a ultranza por el valor supremo de la vida se manifiesta una vez más frente a esta circunstancia tan compleja que atraviesa el mundo entero y nos compromete a seguir.
Sabemos además que, a pesar de todo este despliegue de propuestas que AMIA y otras organizaciones hermanas llevan adelante, hay personas, familias e instituciones que atraviesan momentos de gran incertidumbre. Cada caso merece una atención especial y el diseño de respuestas que, claro está, depende de seguir sumando voluntades.