Eugenia Pedrayes y Viviana Amarilla, dos socias y amigas, desarrollan talleres de juego, principalmente en escuelas, donde los alumnos crean dibujos que se convierten en remeras; a la vez que inventan, diseñan y fabrican juguetes y objetos originales.
Dibujitos surgió a partir de una necesidad básica y primaria: el pedido que le hacían en el colegio donde trabajaba a Viviana Amarilla, en ese entonces maestra jardinera, de ofrecerles a sus alumnos de sala de cinco un regalo de egresados. “Yo era buena con la tijera, entonces hacía caricaturas en papel de cada uno. Los padres lo esperaban, pero a los pibes les daba lo mismo. En ese momento, mi pareja, que hacía dibujos animados, me enseñó a usar Photoshop. Cada uno de los chicos se dibujó y con eso armé la placa, que es la primera remera que salió. Ahí sí sentí que estaban haciendo algo que era propio, que les pertenecía”, cuenta.
¿En qué momento Dibujitos comenzó a ser más que una remera?
Viviana: Lo que me pasó es que al año vinieron tres familias a decirme “¿La remera la podés hacer con mi hijo que está terminando en otro colegio?”. Así que le pedí permiso a la directora y me fui al otro colegio a hacer talleres. Al otro año, eran 16 familias. Como que se fue multiplicando naturalmente. Al tercer año, yo tenía ganas de ser mamá, y dije “Voy a quedarme en casa, trabajando, haciendo eso”. Pedí licencia un turno y al año siguiente ya tenía muchos grupos.
Eugenia: Fue exponencial. A medida que pasan los años, crece y crece.
Hoy no solo ofrecen remeras, sino también tazas, llaveros, juegos. ¿Por qué se diversificaron a ofrecer otros productos?
E: También hicimos un muñeco que nació para maternal, porque querían un recuerdo. Los juguetes acompañan desde el comienzo, lo que pasa es que nunca los sacamos a la venta. Muchas veces salían de errores en las remeras, que cortábamos y convertíamos en muñecos, tazas. Empezó a crecer desde ahí. Es muy raro que tiremos cosas. Sobre todo, porque los dibujos tienen un autor, hay alguien que les puso una intención, y van apareciendo objetos que se crean desde eso o algo que nos llama la atención.
V: Generalmente, después de un error surge algo. Un día me había equivocado en la resolución y me mandaron las imágenes chiquitas, y se me ocurrió hacer llaveros. Mi hija, por ejemplo, me inspiró mucho. La vi dibujar y dije “Esto tiene que quedar en algún lado”, entonces armé un muñeco. Ahora hacemos juguetes que inventamos y diseñamos nosotros, pero todavía no están a la venta. Solo tienen acceso las madres que están en Dibujitos y los directores de las escuelas.
¿Es importante establecer alianzas para llevar adelante un emprendimiento?
E: Hicimos un curso en Inicia para empresas del mañana, y ahí te das cuenta de que a todos nos pasan cosas parecidas. El emprendedor tiene un convencimiento nato en su proyecto. Confiás, siempre tenés una respuesta a lo que va a pasar.
V: Yo siento que Dibujitos cada vez tiene más potencia para crecer. Para mí las redes son fundamentales. Por ahí no son tan visibles, pero van sosteniendo y construyendo. Yo armo redes con gente que está investigando sobre educación alternativa, con artistas que trabajan de una manera lúdica y espiritual con niños. Vamos uniendo los emprendedores. Por otra parte, con algunos proveedores también armamos cosas diferentes. Por ejemplo, una de las costureras está ahora queriendo hacer unos bolsos a partir de los dibujos y la estamos acompañando. Lo que tenemos claro es que no somos estampería, pero si se acerca alguien con algo que nos entusiasme, armamos proyectos.
¿Qué consejo le darían a alguien que está empezando un emprendimiento?
V: Para mí lo que hagas te tiene que encantar. Yo hago las cosas como si las hiciera para mí. La diaria tiene que ser divertida y tiene que estar alineado con quien sos vos. También hay que animarse a delegar, porque la persona que llega puede hacer las cosas, en muchos casos, mucho mejor.
E: No aislarse. Ser abierto a encontrarte con la gente, con tus propios proveedores. Cuando son grandes, tenés que encontrar a alguien que te tenga paciencia. Buscar, no cansarte. Nos pasa mucho con nuestro contador, y es un dato que te puede servir mucho. Cuando sos emprendedor, estás encima de todo. Y enamorarte de lo que hacés y pasarla bien.