Astrid Mirkin, VP de Markets de Rappi para Hispanoamérica: “En Rappi desafiamos las reglas de lo posible”

Astrid Mirkin se desempeña como VP de Markets de Rappi para Hispanoamérica. Si bien es Licenciada en Publicidad, egresada de la Universidad de Palermo, había trabajado siempre en empresas de tecnología. “Sumarme a este equipo fue un honor, porque pude ver desde primera mano el impacto y el desarrollo que tenemos como plataforma en las comunidades en las que operamos”, dice entusiasmada. Absolutamente convencida del poder democratizador de la tecnología, considera también que el fallo es una parte necesaria de la innovación y apuesta a un liderazgo de servicio en que las decisiones estén fragmentadas. Durante la entrevista con PRESENTE, se explayó sobre estos temas y habló de las acciones y los programas de RSE que lleva adelante Rappi y que la llenan de orgullo.

Sos Licenciada en Publicidad. ¿Qué herramientas de esta carrera aplicás para la gestión del negocio?

Es una muy buena pregunta, porque me dicen que tengo una carrera poco ortodoxa. La mayoría de las personas que ocupan mi cargo vienen de carreras más tradicionales. Creo que la publicidad me dio una gran cantidad de herramientas de comunicación. Al final del día, todos los que estamos al frente de negocios tenemos que comunicarnos: con nuestros equipos, con nuestras comunidades, con nuestros clientes. Me parece que lo que me ayudó a destacarme fue incorporar estas herramientas de comunicación y lograr que, a través de las palabras y las estrategias, las personas tengan ganas de sumarse a lo que venimos construyendo en Rappi.

¿Pensás que la tecnología es una herramienta clave para el desarrollo de la región?

Absolutamente. Creo que Latinoamérica sale adelante a través de la tecnología y el desarrollo. En Rappi somos un gran ejemplo de cómo contribuir al desarrollo económico de las sociedades en las que operamos. Por ejemplo, hoy hay más de 15.000 pymes que venden a través de Rappi. Una pyme que se da de alta en la plataforma aumenta sus ventas entre un 20 y un 30 por ciento. Eso es solamente posible a través de la tecnología. Antes, una pyme tal vez podía llegar a unas cuadras de donde estaba, y ahora, a través de Rappi, puede llegar a un montón de clientes en muchos barrios de la ciudad o en distintas ciudades. Lo mismo con nuestro servicio Turbo, que son entregas ultrarrápidas en diez minutos; llevamos más de 1200 productos a la puerta de un hogar o una oficina. Eso es posible a través de la tecnología. Hice toda mi carrera en empresas de tecnología porque estoy absolutamente convencida del poder democratizador de la tecnología y de que es un eje clave para el desarrollo económico.

¿Cómo es liderar un equipo tan grande teniendo en cuenta que se trata de una innovación constante? Hay que animarse a innovar, con lo bueno y lo malo que esto implica.

Es muy interesante, porque el tipo de liderazgo que buscamos en Rappi es uno que esté al servicio de los equipos y no al revés. Trabajamos para nuestros equipos, para removerles los obstáculos que se les pueden presentar. Eso no es menor y requiere un tipo de personalidad bastante especial en donde vos tenés que estar cómodo perdiendo el control, porque en un liderazgo de servicio se fragmenta la toma de decisiones. Yo trato de tomar la menor cantidad de decisiones posibles en el día. A la mayoría de los ejecutivos eso les da mucho miedo, preferirían tener la toma de decisiones más controlada, porque no está bien visto el fallar. Nosotros entendemos que, si no fallamos, no estamos haciendo lo suficiente ni lo suficientemente rápido. Cuando trabajás para un negocio que es absolutamente disruptivo como es Rappi, por definición vas a fallar. Si lo estás haciendo perfecto por primera vez, probablemente no innovaste lo suficiente. Eso está tan metido en el ADN y en nuestra cultura que es “fácil” poder fallar. Si te equivocaste porque estás haciendo, estás haciendo bien tu trabajo. Es muy distinto a otro tipo de compañías donde se busca la precisión desde cero. En esos casos, probablemente se limite la posibilidad de las personas de crear, de pensar afuera, de innovar, de hacerlo disruptivo. Si hubiésemos buscado la perfección desde cero, no estaríamos donde estamos.

¿De qué se trata Rappi Impacto y qué acciones incluye?

Gracias por preguntar, porque es uno de los productos que nos llena de orgullo. En Rappi, en noviembre del año pasado adherimos al pacto de la ONU, en el cual nos comprometimos a desarrollar iniciativas que generen impacto económico, social y ambiental. Agrupamos todas las iniciativas que estamos haciendo y las coordinamos para que todos los países dialoguen y tengan un efecto más ambicioso en la región como un todo. Por ejemplo, adherimos a Hambre Cero y, desde nuestros locales de Turbo, distribuimos alimentos con los bancos de alimentos locales para que los productos que se pueden consumir lleguen a personas que los necesitan. También tenemos iniciativas que contribuyen al desarrollo económico de las regiones en las que operamos. Trabajamos con pymes, con repartidores que tienen a Rappi como fuente de ingreso y de generación de oportunidades. En definitiva, Rappi Impacto es el paraguas que agrupa estas iniciativas que veníamos haciendo, pero que nos permitió escalar.

Rappi es una compañía joven. ¿El tema de la sustentabilidad es algo que nació con la compañía o se fue adquiriendo a través del tiempo?

Yo creo que nació con la compañía, porque, como vos decís, somos una empresa joven, y la sustentabilidad es una preocupación para las personas de nuestra generación. Por ejemplo, nunca contamos con empaques no reciclables, no es que tuvimos que migrar, nacimos con bolsas de cartón y empaques reutilizables. Cuando lanzamos Turbo nunca se nos ocurrió la idea de poner algo no amigable con el medio ambiente. Primero, bolsas reutilizables para los envíos grandes; y después, reciclables para los envíos pequeños. Eso no quiere decir que ya hayamos cumplido con todo lo que queremos. Nuestro compromiso crece con el tiempo y vamos encontrando nuevas oportunidades en donde generar estrategias de sustentabilidad que mejoren nuestra relación con el mundo en el que vivimos.

Hace poco dijiste que una de las claves del desarrollo del negocio es que haya mayor diversidad en todas las industrias. ¿Nos podrías desarrollar esa premisa?

Sí. Definitivamente, “diversidad e inclusión” es uno de los temas que me apasionan. Está demostrado que los equipos que tienen mayor diversidad e inclusión son los que cuentan con mejores unidades de negocios, no solo en Argentina y Latinoamérica, sino a nivel global. No solo es éticamente correcto, es definitivamente importante para el negocio, porque les servimos a muchísimos usuarios de distintas clases socioeconómicas, de distintos géneros, de distintas formas de pensar. Entonces, si nuestros servicios estuviesen pensados por un grupo homogéneo, estarían pensados para ese grupo y no podrían capturar la totalidad de las oportunidades de usuarios que hoy en día existen en el ecosistema. Nosotros incorporamos paneles para contratación que sean diversos e inclusivos. Nuestro equipo de directores está compuesto en un 52 por ciento por mujeres. A veces, cuando se habla de números, se habla en toda la compañía, pero también hay que tener en cuenta la parte de arriba de la pirámide, cómo ayudamos a que muchas mujeres puedan llegar. Yo hablo mucho de mujeres, porque si bien los grupos diversos son múltiples, las mujeres somos el único grupo diverso no minoritario, somos más del 50 por ciento de la población.

¿Tienen acciones en concreto, como acompañamiento de la maternidad, por ejemplo?

Sí, entendemos que para que una mujer pueda desarrollarse en el ámbito de trabajo es necesario pensar no solo en la equidad, sino también en la igualdad, en darle a cada uno lo que cada uno necesita frente a darles a todos lo mismo. Hace un tiempo bastante largo lanzamos las licencias de maternidad extendidas, y damos más de cinco meses pagos de licencia de maternidad. También trabajamos en el regreso al trabajo para que sea customizado según las necesidades de esa madre en ese momento. Además, tenemos un programa de mentoreo de mujeres para que puedan seguir desarrollándose. El desafío no está en incorporar a las mujeres a la fuerza laboral (al menos no en esta industria), pero sí en ayudarlas a desarrollarse y a seguir creciendo en las carreras.

 

 

¿Cómo es el programa de inclusión social y financiera que hacen junto al Banco Santander?

Gran parte de generar desarrollo económico es generar inclusión financiera. Es lo que uno puede hacer para que las personas puedan desarrollarse. Entendemos que Santander es una de las entidades que más sabe de finanzas, y nos alegró encontrarnos con un socio estratégico que quiso acompañarnos en ese camino para poder darles líneas de microcréditos y créditos, en este caso a usuarios repartidores que podían acceder a sus primeros vehículos para salir a trabajar (bicicletas o motos) o podían generar un cambio de vehículo con una cuota alineada con sus ingresos. Fue muy bien aceptado por los repartidores, es uno de los beneficios que más valoran. Nos gusta la idea de brindarles una herramienta de trabajo y también de incluirlos en el sistema financiero. Es el primero de muchos programas que van a venir, pero que no puedo contar todavía. Solo puedo decir que estamos trabajando en profundizar esa línea con los distintos agentes que operan en nuestro ecosistema.

¿Cómo definirías la responsabilidad social empresaria?

Para mí es un eje estratégico del negocio. No se puede pensar un negocio independientemente de la comunidad en que opera. Filosóficamente, creo que es la convivencia armónica con la comunidad en la que operás. Nosotros digitalizamos economías de barrio. No me puedo desprender de las necesidades que tiene esa comunidad, porque estaría haciendo muy mal mi trabajo. Entonces, las acciones no pueden ser vistas como proyectos aislados, sino embebidos en el corazón del negocio. Vos tenés que escuchar cuáles son las necesidades de la comunidad. Tampoco puede ser un proyecto que suene bien en marketing o en un titular en medios, pero que no genere impacto. La RSE solamente es exitosa cuando es coconstruida con la comunidad con la que operás a través de herramientas de escucha de las necesidades y de proyectos que realmente ataquen esa necesidad, con un feedback loop constante. Lanzamos lo de inclusión financiera, escuchamos lo que había impactado y lo estamos retroalimentando. También entendiendo que vos no solo sos parte de ese contexto, sino que tenés un rol de privilegio en ese contexto. Una compañía que tiene el privilegio de haber sido adoptada por una sociedad tiene también la responsabilidad de crear soluciones para que en esa sociedad se viva cada vez mejor. No es algo que “si puedo, lo hago”, es parte de tu negocio. Tenemos la suerte de que cientos de miles de personas utilizan nuestro negocio todos los días, en distintas capacidades: repartiendo para generar ingresos, para vender más, para estar más tiempo en casa con su familia o para hacer sus actividades. Eso es fruto de un gran trabajo y es una gran responsabilidad. En Rappi la tomamos muy en serio.

¿Qué nos podés decir de las distintas aristas del negocio?

El año 2022 va a quedar grabado en mi corazón para toda mi vida, porque fue un año de consolidación del negocio en la Argentina. Salimos de la pandemia. Tuvo un momento muy importante en la pandemia: ocupamos un rol estratégico en poder ayudar a las personas durante un período impensado para todos. Y 2022 fue un año de consolidación, de las aperturas, de ver lo que quedó y consolidar nuestro negocio en la región. Abrimos muchísimas ciudades argentinas. Decimos que teñimos el país de naranja. Nuestra expansión empezó con Bahía Blanca, siguió con Neuquén, Corrientes, acabamos de abrir Pinamar, Paraná, muchos kilómetros en la provincia de Buenos Aires, lanzamos una nueva ciudad en Córdoba. No te nombro todas para no aburrirte. Yo recibo mensajes todas las semanas de usuarios y comercios que nos piden que vayamos a sus ciudades. Esto es solo el comienzo. Argentina es nuestra casa. Llevar nuestros servicios a cada vez más rincones del país es algo que nos encanta. Yo viajo personalmente a casi todas las aperturas, hablo con los comercios, con los vecinos; escucho sus necesidades y tratamos de pensar cómo customizar nuestra propuesta de valor para ese territorio específico. Es un trabajo artesanal.

¿Cómo ves 2023? ¿Qué nos podés adelantar?

El 2022 fue de consolidación, y 2023 va a ser de profundización de lo que consolidamos. Nos vamos a preparar para más aperturas de kilómetros cuadrados, para nuevos servicios, para más verticales para que cada vez más personas puedan consumir productos a través de Rappi. Por sobre todas las cosas, es el año de crear más tecnología y seguir con los esfuerzos en términos de velocidad.

Sos muy joven y tenés una supercarrera. ¿Cómo te ves de acá a cinco años?

Es una buena pregunta. Me cuesta pensar en una vida después de Rappi. Es una compañía muy especial y maravillosa para dedicarle tu tiempo, por lo que me veo trabajando para Latinoamérica, para seguir desarrollando la región, para generar tecnología que les mejore la vida a las personas. Pero el mundo cambia muy rápido. Si me preguntabas esto hace cinco años, no te podría haber dicho que me veía en Rappi, porque Rappi no existía. Me imagino en lugares que generen innovación constante y que desafíen las reglas de lo posible. En Rappi las desafiamos. Cuando hace unos años decíamos que íbamos a entregar en 35 minutos y que ibas a poder seguir tu pedido de manera live, la gente decía “Están locos”, y lo hicimos posible. Cuando hace un año decíamos que íbamos a entregar 1200 productos en menos de diez minutos, la gente nos decía “¿Dónde tienen escondidas las tiendas?”, y lo hicimos. Entonces en cinco años no sé qué va a ser posible, pero me veo en un espacio que genere que lo imposible se haga posible para que las personas vivamos cada vez mejor a través de la innovación y la tecnología.

 

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