Biogreen: Tu futuro huele bien – Parte 1

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Miles de personas sueñan con alcanzar la independencia económica con un proyecto personal, sintiéndose dueñas de sus acciones y protagonistas de su vida. Biogreen es una compañía que supo entenderlo y las ayudó a lograrlo. Federico Torres, Gerente Comercial, nos cuenta cómo en esta primera parte de la entrevista que realizó para la revista PRESENTE.

¿Se puede viajar en el tiempo?… Quizás se puede. Hace unos días, un hombre sentado a tu lado en el cine te llevó de regreso a un lugar, a un momento, a un recuerdo de tu vida que tuvo lugar mucho tiempo atrás. Usaba una colonia fuerte, varonil, que te recordó inmediatamente a tu abuelo materno. Un ser extraordinariamente bondadoso que dedicaba horas a enseñarte a vos y a tus primos a jugar a las bazas con las cartas francesas, mientras les contaba historias fantásticas de “sus años mozos”, como decía él. Entonces, si hoy te preguntaran si se puede viajar en el tiempo, probablemente responderías que sí. Claramente, esta es una anécdota de las miles que deben existir en las que el olfato se convierte en el sentido más placentero del mundo por lo que nos produce. Podríamos enumerar el abanico de sensaciones que provocan los aromas: el frescor del bosque, la salitre marina, el bronceado de la piel, las noches de primavera u otras tantas que nos suelen alegrar sin saber bien definir el porqué.

Biogreen es una empresa argentina que, desde hace un cuarto de siglo, trabaja sobre esos “viajes en el tiempo”. Okey, esta es una manera novelada de contarlo, pero la verdad es que quienes deciden aromatizar sus hogares, sus lugares de trabajo u otros espacios están eligiendo un disfrute particular a través del sentido olfativo.

A principios de la década del 90, la sociedad empezaba a tener una profunda conciencia sobre el daño que estaban ocasionando los aerosoles a la capa de ozono, pero ese conocimiento convivía con el deseo de que los espacios habitables, desde la casa hasta el auto, olieran bien, rico y fresco. Había que crear algo que pudiera remediar la confrontación de la conciencia y el deseo. Fue un emprendedor llamado Guillermo Zatti el que se propuso inventar un aromatizador que no usara aerosol, sino un vaporizador a gatillo. Pero fue por más y se convirtió en el primero en la Argentina en comercializar una línea de productos de limpieza ciento por ciento biodegradables con materias primas alemanas. Estas fueron las puntas de lanza de Biogreen, una compañía que en estos años ha crecido sostenida por un sistema de venta por catálogo impulsado por un equipo integrado por 30 mil revendedores en todo el país.

Hace ocho años, Federico Torres se sumó a la compañía en calidad de socio y Director Comercial, seducido por su misión y sus valores, sabiendo que podía desarrollar junto a los fundadores un plan de acción para crear lo que hoy es Biogreen y pensando cómo será en diez años. PRESENTE tuvo la oportunidad de conversar con él sobre la importancia que tiene Biogreen como empresa B y el compromiso que asume con su red de 30 mil revendedores. Biogreen es agente de cambio y nos explica por qué.

Contanos un poco sobre vos y cómo llegaste a ser socio de Biogreen…

Si bien soy mendocino, vivo en Buenos Aires hace 12 años. Tengo 42, estoy casado con Florencia y tengo una hija llamada Sara, de 1 año y 4 meses, de la cual estoy completamente enamorado. Estudié Administración de Empresas y hace 17 años que conozco el mundo de la venta directa, el network y el marketing. Fueron los dueños, Guillermo Zatti y Cecilia Buschiazzo, quienes me abrieron las puertas para que me sumara al equipo. Valoré muchísimo esa propuesta, pues comprendo que resulta difícil para una empresa familiar que se sume alguien que no pertenece a la familia, pero realmente son gente que apuesta al capital humano, a la innovación y al desarrollo de las personas.

¿Cómo está integrada Biogreen y con qué infraestructura cuenta?

Somos un grupo de 106 personas, además de nuestro enorme equipo de revendedores. Tenemos tres sedes: una contable-administrativa en Bahía Blanca, de donde son oriundos los fundadores; un centro logístico y oficinas comerciales en Pacheco; y nuestra planta de producción y laboratorio en Munro. En estos últimos ocho años nuestro crecimiento fue de un 30 por ciento interanual, y nuestra logística tuvo que ir generando un crecimiento de estructura; por eso hace poquito que estamos acá en Pacheco, lo cual nos facilitó nuestra llegada a todos los puntos del país.

¿Qué es lo que fabrican y qué tipo de investigaciones hacen?

En nuestra planta de Munro fabricamos fragancias de ambientes, difusores, perfumes personales y también aceites esenciales, dentro de nuestra línea de aromaterapia. La aromacología es nuestra pasión, por eso abocamos mucho esfuerzo a la investigación y el desarrollo. Cuando hablamos de esencias, nuestra materia prima es en su mayoría importada. También trabajamos con muchos proveedores locales. Con ellos investigamos nuevas alternativas de envases, productos y reciclados en pos de eliminar todo aquello que no tenga que ver con la sustentabilidad. Hay una filosofía, una suerte de ADN que nos caracteriza, algo que nosotros trazamos permanentemente en todos nuestros procesos productivos y que nos preguntamos en cada producto que lanzamos al mercado: ¿es Biogreen? Y ser Biogreen es trazar todo el proceso de producción bajo parámetros de sustentabilidad. Desde nuestro compromiso en la elaboración hasta nuestro trato con las personas.

¿Ustedes exportan?

Estamos dando nuestros primeros pasos en Chile y cerrando negociaciones para abrirnos al mercado boliviano. Uno de nuestros desafíos este año es desarrollar el negocio en Latinoamérica.

¿En sus laboratorios tienen “narices” expertas que testean los productos?

Nosotros trabajamos con nuestros esencieros, que tienen su “nariz”. Si bien internamente contamos con gente especialista en aromas, con muchísima experiencia, como Guillermo y Cecilia, trabajamos en tándem con nuestro equipo de desarrollo de producto y el equipo de marketing en innovación, pero nos apoyamos mucho en nuestros proveedores de esencias. Son ellos los que nos traen innovaciones de fragancias. Pero la elección de los aromas que lanzamos al mercado es decisión de nuestro directorio y del equipo de desarrollo.

¿Las fragancias se pueden patentar?

Las fragancias son un mundo a nivel de “contratipear”, como se dice. Muchas de las fragancias que nosotros hemos desarrollado se contratipean y pueden ser aromas muy similares a otros. En el mercado de las fragancias, es muy difícil decir que tenemos una que no se parece a ninguna otra. Muy pocas empresas poseen algún componente de la esencia exclusivo, y tal vez esos contratipos no se puedan generar. En nuestro caso, han generado varios contratipos de nuestras esencias.

¿Cuáles son los factores que llevan al consumidor final a comprar sus productos?

Nuestros consumidores nos eligen por varios motivos. Creo que hay un nuevo consumidor que nos elige principalmente por lo que transmitimos. Somos una empresa B, una empresa con propósito, responsable con el triple impacto, y estoy convencido de que este aspecto es clave cuando nos eligen. Luego, por supuesto, están nuestros aromas, que al probarlos te producen una sensación de bienestar.

¿Cómo lograron ser una empresa B?

La certificación de empresa B la recibimos en marzo de 2019, luego de someternos a un proceso que llevó más de un año de trabajo junto a las certificadoras. Nuestro director de operaciones lideró este proyecto y fue un gran trabajo, porque la empresa desde su nombre te dice que algo tiene que ver con el medio ambiente. Pero no solo debimos certificar nuestro impacto ambiental, sino también nuestro trabajo hacia la sociedad, las personas y cómo generamos un impacto económico positivo. Esa certificación nos demandó algo muy importante, que fue que teníamos que documentar la movilidad social que generábamos como empresa. Nuestra fuerza de ventas está compuesta por 30 mil personas que hacen este negocio y teníamos que certificar que ellas tuvieron una movilidad social real, que crecieron económicamente y que se desarrollaron profesionalmente. Fue uno de los más grandes y lindos desafíos. Respecto a nuestro impacto medioambiental, es un reto de todos los días: la selección de los proveedores, el trabajo con todo el equipo interno y externo… Nuestros envases son de PET reciclado. Y es un desafío de ahora para adelante y en conjunto con nuestros proveedores.