La pequeña ciudad de Boquete, situada al norte de la provincia de Chiriqui en el oeste de Panamá y cerca de la frontera con Costa Rica, es considerada uno de los mejores destinos de vacaciones a nivel mundial con paisajes inolvidables que encantan a quienes los ven.
Asentada en la cordillera Central, ofrece un clima templado y distintas posibilidades de ecoturismo que la han convertido en el destino preferido de los turistas. Estos no dejan de maravillarse con el volcán inactivo Barú, que tiene 11.400 pies de altura y vistas espectaculares, y –al mismo tiempo– un rico suelo volcánico que favorece el desarrollo de una flora y fauna excepcionales.
Durante mucho tiempo, Boquete fue uno de los secretos mejor guardados del mundo, un lugar al que los visitantes llegaban por el boca en boca.
Sin embargo, eso comenzó a modificarse cuando la Asociación de Jubilados Americanos eligió a la ciudad como uno de los cinco mejores lugares en el mundo para jubilarse. Para hacerlo, tomó en cuenta la combinación de cuatro elementos: seguridad, belleza, clima y costo de vida. Y como si eso fuera poco, también la guía de jubilación de la revista Fortune la ubicó entre los cinco mejores destinos para el retiro.
Este incremento del flujo turístico alteró el ritmo del pequeño poblado. Por eso, atento a esto nació el grupo I Love Boquete, que busca promover, reforzar e incentivar la promoción turística del lugar de manera sostenible.
A la par de publicitar a la ciudad como destino turístico ideal, su compromiso contempla un plan social que incluye el dotar de mejor señalización a los diferentes sitios de atracción turística y ubicar basureros en lugares de alto tráfico, gestión de campañas para cuidados del medio ambiente, jornadas de limpieza, así como una fundación para brindar elementos escolares a los niños de escasos recursos de la región durante el primer trimestre del año.
El florecer del Geisha
Es durante ese primer trimestre del año, más exactamente durante las primeras semanas de enero, que en la ciudad se desarrolla la Feria de las Flores y del Café.
Su origen hay que ubicarlo en el año 1950, y en aquella oportunidad solo se celebró al café, y en las casi dos décadas siguientes se realizó de manera intermitente (1950, 1957, 1961 y 1969).
Un momento de quiebre resultó la jornada del 9 de abril de 1970, cuando a un día de inaugurarse la quinta edición, la región sufrió graves inundaciones. Los boqueteños (uno de cada tres habían perdido sus casas), lejos de rendirse, decidieron reinventarse sumándole a la feria la posibilidad de compartir tanto la producción de café como la de las flores.
Fue en el año 1973 que el Festival del Café se convirtió en La Feria de Las Flores y del Café, y desde ese año y hasta 1991 se celebró en abril, momento en el que se decidió cambiar la festividad para enero, a los fines de aprovechar la estación seca en la región.
El café Geisha es la gran estrella de la región y está considerado el café más caro del mundo, ya que por un kilogramo de él se han llegado a pagar más de 2000 dólares. Su sabor se caracteriza por delicados aromas florales de cítricos, de jazmín, de orquídea, y sabores frutales de pera, durazno, naranja y chocolate.
Este café es original de Etiopía, pero el más exclusivo se produce en Boquete, más precisamente en la finca Elida Estate desde hace ya cuatro generaciones.
Wilford Lamstus, propietario junto a su familia del lugar, sostiene que esta “es una variedad sumamente exótica que sobresale de lejos sobre la variedad que le sigue a nivel mundial”.
El café de esta parcela, con 98 puntos sobre 100, fue catalogado por la publicación especializada Coffee Review como el mejor del mundo en 2019, por delante de cosechas de Kenia, Colombia y Costa Rica.
Hacer turismo en sintonía con la naturaleza
El aumento del turismo se ha hecho de manera sostenible, con un auge del ecoturismo, y la naturaleza y la cultura son puntos clave para los visitantes.
Pero, sin lugar a duda, una de las características de Boquete es la oferta en senderismo y deportes de aventura: hay muchos caminos para explorar, senderos para recorrer con guías o sin guías. La mayoría de ellos se encuentran en las afueras de la ciudad, en la región del Bajo Mono, e invitan a recorrer las montañas, bosques nubosos, la flora y la fauna de sus alrededores.
Entre toda la oferta existente, los más populares son: el sendero de los Quetzales, el de Culebra, el de las Tres Cascadas o El Pianista. También existe la posibilidad de realizar un paseo de media hora para llegar a la cascada El Tatica, un recorrido amigable para toda la familia.
Si el deseo es embarcarse en una caminata con dificultad media, puede optarse por el sendero Pipeline, un recorrido de unas tres horas –ida y vuelta–, o subir un poco la vara de la dificultad y elegir el sendero de la Cascada Perdida, que tiene una duración de seis horas.
Las personas que gozan de buen estado físico, levantándose bien temprano, pueden desandar uno de los senderos más conocidos –y el más exigente–: el de los Quetzales, de nivel moderado-alto. Son unas 10 a 12 horas de ida y vuelta, atravesando bosques húmedos y ríos.
Aunque algunos senderos son fáciles de recorrer, lo recomendable es ir con un guía, pues no todos están señalizados y es posible perderse. Estos incluyen el ya mencionado El Pianista, La Piedra de Lino, La Piedra de Artillería y La Piedra de la India Vieja.
Otras ventajas
El turismo en Boquete ofrece además un mercado diverso en cuanto a ofertas y precios. Es posible acceder a una gran variedad de servicios y actividades turísticas para casi cualquier presupuesto de viaje. Desde spas y resorts de lujo hasta hoteles simples y restaurantes con cartas a precios locales.
A las mencionadas actividades de turismo ecológico, aventura y senderismo, se les suman también los raftings y la tirolesa. Si el turista quiere realizar actividades de menor impacto o que requieran menor esfuerzo físico, la ciudad brinda retiros de meditación, estadías en hoteles rurales o tours de café.