Claudia Boeri, CEO de SAP para la Región Sur de América Latina: Tecnología para el crecimiento inclusivo

Claudia Boeri es ingeniera en Sistemas y magíster en Administración de Empresas, y, también, se desempeña como CEO de SAP para la Región Sur de América Latina, que abarca, además de Argentina, a Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Paraguay.

Esta empresa global de tecnología fue fundada en 1972 en Walldorf, Alemania, por un grupo de exejecutivos de IBM y es reconocida por ser la creadora del concepto ERP (Enterprise Resource Planning o planificación de recursos empresariales), un sistema de gestión empresarial muy difundido en todo el planeta. Tiene actualmente 110.000 empleados en todo el mundo y 1200 en la Argentina, donde funciona una filial desde 1994.

¿Cómo define a SAP y los servicios que presta?

SAP fue la compañía pionera en el desarrollo de ERP en el mundo y hoy sigue manteniendo el liderazgo: el 77 por ciento del PBI mundial se ejecuta a través de un software SAP. Si bien en un principio el ERP estuvo orientado solo a la parte contable y financiera, con los años se extendió a otros rubros, como procesos de negocios, recursos humanos, compras, clientes y otros, de modo que hoy las empresas pueden llevar a cabo a través de nuestro software su gestión empresarial completa. En el caso de RR.HH., por ejemplo, el trabajo comienza desde el momento en que la empresa tiene que llevar a cabo un recruiting [reclutamiento], sigue con el onboarding [adaptación] del nuevo empleado y continúa con el seguimiento de su desempeño para poder potenciar su talento. A su vez, cuando se analiza un sistema de ventas, se gestiona la interacción de la empresa que nos consulta con sus propios clientes; esto incluye perfilarlos, entender cómo llegar a ellos y saber escucharlos para retroalimentar la relación. Y en el caso de una industria, se puede gestionar la producción, los materiales, la logística y hasta los robots si los hay. También ofrecemos programas que buscan proveedores en todo el mundo para cualquier producto que se necesite en una línea de producción. Esta es una tarea que se volvió indispensable con la pandemia. Ahí nuestra función es trabajar muy cerca del cliente para profundizar en sus necesidades específicas y poder asesorarlo en cada etapa.

¿SAP desarrolla el software “a medida” para cada empresa o son las empresas las que tienen que adaptarse al servicio de SAP?

Es una combinación de ambas cosas. SAP brinda tecnología para gestionar empresas de una manera ágil, porque aporta transparencia y procesos claros. El software se diseña en 20 labs de todo el mundo –el más cercano de ellos está ubicado en São Leopoldo, en el sur de Brasil en los que se desarrollan distintos módulos y componentes que a nosotros nos vienen dados. Con estos elementos se arman ofertas modulares según las necesidades de cada compañía. Pero como las soluciones que ofrecemos en SAP tienen incorporadas las prácticas que ya han dado muy buen resultado con los clientes de todo el mundo, las empresas suelen adaptarse a lo que nosotros les ofrecemos.

Por otra parte, es un hecho comprobable que un software “a medida” muchas veces termina siendo un injerto que impide escalar y adaptarse a las nuevas necesidades en un mundo tan cambiante. En cambio, cuando las empresas adoptan un formato lo más estandarizado y universal posible, se facilita también su interconexión con otros usuarios a través de un lenguaje en común. Además, estamos trabajando mucho en el concepto de networks o redes, que significa tomar conciencia de que una empresa vive en una sociedad, en un ecosistema, es parte de una cadena de valor y, por lo tanto, necesita aprender a funcionar mejor dentro de esa red.

¿Utilizan la inteligencia artificial (IA) o el machine learning en estos productos?

Sí, por supuesto. Consideramos a la IA un habilitador tecnológico, es decir, una herramienta útil para facilitar la transformación digital. Por ejemplo, en recursos humanos, cuando se contrata personal nuevo hay que leer cientos de CV y clasificarlos para encontrar a los mejores candidatos, pero nuestro módulo de recruiting incluye un motor de IA incorporado en la búsqueda para que, en función de la vacante que haya que cubrir, pueda encontrar las mejores opciones entre los postulantes. Por otra parte, tenemos una plataforma que ofrecemos comercialmente a nuestros clientes para que ellos puedan crear sus propios procesos; y también aprovechamos el machine learning para mejorar las prestaciones de nuestro propio software, de modo que “vaya aprendiendo” a medida que se lo usa y pueda llevar a cabo sus tareas habituales en forma más inteligente

“Consideramos a la IA un habilitador tecnológico, es decir, una herramienta
útil para facilitar la transformación digital”

 

¿Cómo repercutió y qué enseñanzas le dejaron a SAP estos años de pandemia?

Sin duda, el tener que adoptar nuevas tecnologías para trabajar en forma remota puso de relieve el hecho de que todo esto ya no es un producto de lujo, sino una necesidad. Quedó en claro que en la actualidad no se puede gestionar una compañía sin las herramientas digitales adecuadas ni pensar un nuevo negocio sin incorporar la visión tecnológica de cómo llevarlo adelante y hacerlo crecer. De hecho, hoy en día cualquier CEO, director financiero, de marketing, recursos humanos, abastecimiento o logística ya es consciente de la necesidad de incorporar tecnología en todos los procesos: lo consideran un componente indispensable para su trabajo en la empresa. Nadie ignora que en la actualidad un cierre contable puede llevarse a cabo en apenas pocos minutos, en lugar de tardar dos o tres semanas como ocurría años atrás.

 

¿Tienen políticas de sustentabilidad dentro de la empresa?

Sí, muchas. Aunque la sustentabilidad es un concepto que originalmente se vinculaba con las empresas que generan más residuos, como la construcción o las industrias en general, la verdad es que hoy en día es algo que abarca todos los procesos de cualquier empresa, sea cual sea su negocio. En nuestro caso, las ayudamos a funcionar mejor y, a partir de ahí, a impactar positivamente en las personas. Por eso, nuestra misión es ser primero nosotros mismos lo más sustentables posible para facilitar que otros lo sean gracias al producto que les proveemos, y que nuestro software les sirva para gestionar también los procesos de sustentabilidad.

También tenemos un área nueva, que es la medición de la huella de carbono en todos nuestros procesos, y organizamos permanentemente actividades de voluntariado un día por mes vinculadas al cuidado del medio ambiente, como ir a juntar plásticos que trae el río en las playas de la zona norte del Gran Buenos Aires.

 

¿Llevan adelante acciones de responsabilidad social empresarial (RSE)?

Sí, también. Es algo muy importante para nosotros, trabajamos en muchas áreas y la mitad de nuestros empleados participan como voluntarios en alguna actividad, ya sea brindando capacitaciones a startups o estudiantes en función del expertise o el interés de cada uno. Además, desde hace tiempo implementamos nuestro programa Social Sabbatical, por el cual invitamos a nuestros empleados a tomarse un mes sabático con goce de sueldo para ir a trabajar con una ONG o emprendedor social y darles soporte tecnológico para la actividad que realizan. Muchas veces, si nos enteramos de que una ONG tiene un problema de imagen o dificultades en el fundraising [captación de fondos], la ayudamos a solucionarlo con nuestros propios expertos en marketing o comunicación. También colaboramos habitualmente con otras ONG, como Nuestras Huellas, que trabaja con emprendedores de sectores socialmente vulnerables, y a la que nuestros voluntarios ayudan a trabajar mejor a través de la tecnología. Por otra parte, tenemos un programa propio, Social Innomarathon, enconjunto con la plataforma Socialab, por el cual convocamos a emprendimientos sociales ya existentes, y que demostraron ser exitosos, para ayudarlos a escalar utilizando una tecnología más apropiada para su objetivo. La idea es que funcionen mejor y puedan generar un impacto social y ambiental. Un ejemplo muy interesante es el de Nilus, un emprendimiento tecnológico de Rosario. Ellos crearon una aplicación para conectar a los comedores comunitarios con grandes hoteles o supermercados que son los que tienen alimentos para donarles: entonces la app los pone en contacto para que unos digan qué cosas necesitan y los otros qué tienen para ofrecer. Además, hay una tercera pata, que son los camioneros, a quienes la app les ofrece hacer el transporte si están disponibles y pagarles, como si fueran un Uber; es decir que es un esquema win-win [todos ganan]. A Nilus le donamos nuestro software SAP Business One destinado a pequeñas empresas para optimizar su operatoria, y obviamente los asesoramos para utilizarlo.

 

¿Qué resultados esperan conseguir con estas actividades?

En lo que hace específicamente a nuestro rubro, el objetivo es capacitar a los jóvenes en el uso de las nuevas tecnologías: necesitamos prepararlos para el mundo del trabajo del futuro… Un futuro que ya empezó y es cada vez más digital. Ese es el objetivo del programa Latin Code Week, enfocado en alumnos de los últimos años del secundario, que busca mostrarles cómo la tecnología puede ser una solución no solo para ellos, sino también para los problemas reales de la sociedad. Les enseñamos a usar un módulo que se llama SAP Build, especializado en el desarrollo de prototipos de aplicaciones móviles. Los invitamos a que diseñen una app y que también puedan idear un modelo de negocio y crear una especie de pequeña empresita, junto a voluntarios de SAP como mentores. La idea es que se introduzcan en cuestiones prácticas, como pensar quién pagaría por la app y cómo podrían financiar su desarrollo.

Esto se hace durante todo un año en escuelas de una docena de países de América Latina y concluye con una presentación frente a un jurado. Los estudiantes compiten en su curso, de donde sale el mejor de cada escuela; después surge un ganador a nivel nacional, y el representante de cada país compite a nivel regional.

 

¿Todo esto corre exclusivamente por cuenta de SAP Argentina o es una política común para todos los países?

Es algo que SAP hace en todo el mundo, no solo en la Argentina, y de hecho nosotros hemos ido a asesorar en lugares como India o Tailandia junto a voluntarios de SAP de otros países. También participamos en SAP.iO Foundries, que es una aceleradora de startups, a las que apoyamos con metodologías y tecnologías en su plan de negocios; luego les facilitamos la vinculación a un portal, SAP Store, donde pueden comercializar sus productos, que por lo general son tecnológicos. Así participan de un ecosistema de negocios ya curado por SAP como para poder arrancar. Para acceder a esto hacemos convocatorias abiertas: la primera fue para startups en el área de negocios de agricultura, que es un tema muy fuerte en Argentina y Brasil, y también es un área en la que hay mucho para trabajar en el eje sustentable.

 

¿Tienen prácticas de RSE también hacia adentro de la empresa?

Sí, muchas. Por ejemplo, fuimos la primera empresa del país que incorporó personas con autismo, en 2016, y lo seguimos haciendo. Es algo que surgió de nuestro propio personal, por vínculos directos, y nos planteamos la inquietud de cómo asegurar un futuro a personas en el espectro autista. Se empezó a investigar el tema y aprendimos que hay diferentes grados de autismo y que debemos romper con los estereotipos. Hubo mucha capacitación interna, nos abrimos, aprendimos a correr límites y nos asociamos con la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA), que nos hizo llegar cientos de currículums. La segunda fase, que todavía estamos atravesando, consiste en compartir esto con otras empresas para generar un efecto multiplicador.

 

También sos la Presidenta de la ONG Junior Achievement (J.A.). ¿Qué podés contar sobre eso?

Es un cargo rotativo en el que nos vamos sucediendo los 18 miembros del consejo ejecutivo de J.A. cada dos años, y yo ya voy por el segundo. J.A. es una ONG global cuyo objetivo es ayudar a los jóvenes a insertarse en el mundo laboral. Tiene un programa emblema que se llama Aprender a Emprender, que consiste en que los estudiantes de cuarto y quinto año, e incluso jóvenes de hasta 19 o 21 años, aprendan lo básico sobre cómo armar una empresa. Para eso, tienen que distribuirse las distintas tareas de marketing, finanzas, fondeo y generación de un producto. Entendemos que si llegamos a que el 10 por ciento de la población estudiantil del país pase por el programa vamos a estar generando un impacto y, quizás, un verdadero cambio. Un cambio muy necesario y que todos esperamos.

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