Con dos océanos y 18 parques nacionales, Panamá se destaca en la región por sus esfuerzos para proteger el medioambiente e invitar a la comunidad y a los turistas a ser parte de este compromiso.
Al día de hoy, el país logró alcanzar la conservación de más del 50% de sus océanos. Entre sus avances, se destaca la expansión del Parque Nacional Marino Coiba, designado como Hope Spot por Mission Blue, que triplicó su área protegida. Coiba es un paraíso natural que representa la puerta de entrada al arrecife de coral más grande del Pacífico Oriental Tropical. Bucear, practicar snorkel o navegar por sus aguas es sumergirse en un ecosistema cuidadosamente preservado donde el turismo se equilibra con la conservación.

Además, teniendo en cuenta que más de 200 playas panameñas ellas son sitios de anidación de tortugas marinas (protegidas por organizaciones y comunidades locales), en lugares como Mata Oscura (Veraguas) o Isla Cañas (Azuero) los visitantes pueden sumarse a programas de conservación y voluntariado, participando en patrullajes nocturnos, liberaciones de crías y jornadas de educación ambiental. A través de la Red SOSTUR, los viajeros de todo el mundo encuentran experiencias regenerativas que les permiten ser parte activa de la preservación.

En tierra firme, el Parque Internacional La Amistad, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, se destaca como la reserva natural más grande de Centroamérica.

Además, respecto a la cultura puntualmente, en los territorios de la comunidad Ngäbe Buglé, los visitantes pueden aprender de las familias locales cómo se elabora el cacao artesanal y descubrir prácticas tradicionales que han protegido sus bosques durante generaciones.
Panamá se posiciona así como un destino que invita a viajar de forma consciente y respetuosa, demostrando que el turismo responsable no es un ideal, sino una realidad posible.












