¿Cómo elegir un libro para los chicos?

Cuando Fundación Leer le preguntó a la talentosa narradora de historias, Ana María Bovo si consideraba que narrar a los alumnos contribuía a promover su interés por la lectura, nos contestó lo siguiente: “Creo que sí, que hay una relación muy directa entre el hábito de oír relatos y su consecuente interés por los libros de los cuales provienen esas historias. Si el relato oral es eficaz, despierta muchas preguntas que los alumnos tratan de responderse en el proceso individual de la lectura del texto”.

No hay duda entonces: leer a nuestros niños cotidianamente refuerza el contacto con los textos, fortalece vínculos y prepara el camino de un incipiente camino lector. Porque en definitiva, los adultos que promueven verdaderamente la lectura en los niños no regalan libros y los ofrecen cual golosinas, sino que leen con ellos, comparten la lectura y los diálogos posteriores, se comprometen.

Pero la pregunta ahora es qué leer, cómo elegir entre un mar infinito de libros para niños. Quizá resulte útil considerar las siguientes cuestiones:

• ¡No es necesario entender todo para disfrutar de un texto! Las poesías, los cuentos, las obras de teatro, las narraciones orales se disfrutan aunque no entendamos el completo significado del texto.

• Si no hay libros en casa, ¡visitemos la biblioteca más cercana! Promover la lectura y estimular el lenguaje en los niños no depende de los libros que tengamos. Las bibliotecas públicas y populares ofrecen una gran variedad de libros para chicos y salas específicas que se pueden visitar.

• Más allá de los libros. También podemos compartir relatos orales como las anécdotas o los recuerdos familiares, las canciones que sepamos de memoria y hasta las historias que podemos inventar.

• Libros para los más pequeños: ¿solamente los que tienen mucha imagen y poco texto? Existen compilaciones de canciones de cuna o antologías de poesías y cuentos breves que, aunque no tienen ilustraciones, pueden ser ideales para los chicos. Podemos elegir este tipo de libros para que un adulto se los lea.

• Libros para agarrar, morder y jugar. Los libros objetos, acolchonados, de tela, sumergibles, con ruidos e interacciones, son ideales para que los niños puedan tomar contacto directo. Es importante que las ilustraciones sean coloridas y estimulantes y jueguen con los textos de cada página.

• Clásicos de ayer y de hoy. Los clásicos no pasan de moda, los clásicos pasan a las modas. Clásicos son escritores como María Elena Walsh, Javier Villafañe, Graciela Cabal, Laura Devetach y Gustavo Roldán. Sus historias son creativas, llenas de imágenes y con juegos de palabras que sabrán atrapar a los incipientes lectores.

• Cuentos tradicionales. Historias como “Caperucita roja”, “Hansel y Gretel”, “Los tres chanchitos”, “El soldadito de plomo” son clásicos de todos los tiempos. Charles Perrault, los hermanos Grimm, Andersen y otros tantos autores han dejado una enorme cantidad de historias tan fantásticas como inolvidables que son sin duda el primer paso de todo lector.

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