¿Cómo se incorpora la sustentabilidad en las bodegas?

En un país de grandes bodegas, la sustentabilidad no puede quedar de lado. El sector vitivinícola está incorporando diversas prácticas para lograr un impacto positivo.

Impulsadas por la necesidad de mitigar el impacto ambiental y responder a consumidores cada vez más conscientes, muchas bodegas del país han comenzado a transformar sus prácticas productivas. Desde el uso responsable del agua hasta la implementación de energías renovables y métodos de cultivo orgánicos, estas bodegas buscan elaborar vinos de calidad y cuidar su entorno.

En esta nota, conoceremos el compromiso de Bodegas Salentein, Catena Zapata, Valle de La Puerta, Fincas Patagónicas y Bodega Susana Balbo para lograr una industria más sostenible.

“En Bodegas Salentein entendemos la sustentabilidad como un compromiso integral con el entorno natural, las personas y el futuro del vino argentino. Implementamos prácticas agrícolas orgánicas certificadas por ECOCERT en diversas fincas del Valle de Uco y Pedernal, protegemos la biodiversidad, utilizamos compostaje para regenerar suelos y promovemos el uso eficiente del agua y la energía”, expresa Pablo Palumbo, Gerente de Sostenibilidad de Bodegas Salentein. “Este enfoque fue parte de nuestra visión fundacional: desde hace más de 25 años, elegimos producir en el Valle de Uco por su extraordinaria riqueza natural, y con ello asumimos la responsabilidad de cuidarla y preservarla. No es una estrategia, es nuestra forma de hacer las cosas”.

Pablo Palumbo, Gerente de Sostenibilidad de Bodegas Salentein.

¿Cuáles son los principales logros o resultados alcanzados con respecto a los objetivos de sustentabilidad?

Entre nuestros avances más destacados se encuentra la certificación sustentable de nuestras fincas productivas y bodegas bajo estándares nacionales e internacionales. Además de la producción orgánica certificada, en expansión.

Por otro lado, también logramos: la reutilización de subproductos mediante compostaje para enriquecer los suelos de manera natural; la reducción y clasificación de residuos reciclables, articulando con recuperadores urbanos y recicladores industriales; la medición y certificación de nuestra huella de carbono; la alianza con el COCINET y la Alianza Estratégica para la Sustentabilidad del Ecosistema Andino, promoviendo la conservación de los ecosistemas de montaña.

Siguiendo esta línea, estamos desarrollando junto a especialistas del CONICET, profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y la Fundación CRICyT un proyecto orientado a conservar y promover la biodiversidad a través de la restauración ecológica, el diseño paisajístico con especies de bajo requerimiento hídrico y el manejo integral de plagas, con un enfoque interdisciplinario. Esté proyecto está alineado con nuestra estrategia climática, capturando carbono en nuestras hectáreas de bosque nativo. En los últimos años también venimos trabajando en inversión social. Hemos logrado concretar convenios con la DGE (Dirección General de Escuelas); de esta manera, fortalecimos nuestra relación con actores locales y generamos valor social.

En este camino, ¿Han obtenido certificaciones de sustentabilidad?

Sí. Contamos con un sistema robusto de certificaciones que respaldan nuestras prácticas ambientales, sociales y de calidad: Protocolo de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina, con bodegas y fincas certificadas en San Juan y Mendoza; Certificación Orgánica (ECOCERT) en bodegas y fincas seleccionadas del Valle de Uco y Pedernal; Certificación de vinos veganos, garantizando que todos nuestros productos en Salentein, Portillo, Callia y Pyros son aptos para veganos; Normas ISO 9001, 14001 y 45001, que certifican nuestros sistemas de gestión de calidad, medio ambiente, y salud y seguridad laboral; Certificación BRC-GS (Global Standard Food Safety) para la seguridad alimentaria; Carbon Footprint, que certifica la huella de carbono en la línea Portillo; Auditorías de cumplimiento social empresarial bajo estándares de Amfori y Sedex.

Estas certificaciones reflejan un trabajo constante y riguroso en todas las áreas de la bodega y nuestros viñedos.

¿Cuáles son los principales desafíos de producir en forma sustentable en Argentina?

Los desafíos son múltiples y cambiantes. Sostener prácticas sustentables requiere inversión, tecnología, formación continua y un fuerte trabajo colaborativo. En un contexto como el argentino, la continuidad a largo plazo es uno de los principales retos.

Seguimos trabajando día a día en generar una cultura interna y externa que valore la sustentabilidad, desde nuestros colaboradores hasta nuestros proveedores.

“Valle de La Puerta S.A. decidió incorporar prácticas sostenibles impulsada por una combinación de factores ambientales, económicos y estratégicos de mercado. Su enfoque se centra en la reducción del impacto ambiental, la innovación y el aprovechamiento integral de los recursos, la respuesta a las demandas del mercado y el compromiso social. Estas acciones contribuyen a la preservación del entorno, fortalecen la competitividad y el posicionamiento de la empresa en un mercado cada vez más exigente y consciente de la sostenibilidad”, responde Javier Collovati ingeniero agrónomo y winemaker de Valle de La Puerta, consultado sobre la incorporación de prácticas sostenibles.

Javier Collovati ingeniero agrónomo y winemaker de Valle de La Puerta.

¿Qué tipo de acciones vinculadas a la sustentabilidad están realizando?

Algunas de las acciones que llevamos a cabo tienen como objetivo principal la reducción del impacto ambiental. Para lograrlo, transformamos residuos en nuevos productos de valor. Por ejemplo, los residuos orgánicos generados en la industria de extracción de aceite de oliva y en la bodega son sometidos a un proceso de compostaje. De este modo, obtenemos compost, que posteriormente es peletizado para producir un biofertilizante como producto final.

Asimismo, los residuos de poda del olivar se convierten en carbón vegetal mediante métodos pirolíticos controlados que minimizan las emisiones y permiten aprovechar la biomasa de manera eficiente. Estas prácticas no solo contribuyen a la sostenibilidad ambiental, sino que también promueven la innovación y el uso responsable de los recursos disponibles.

También trabajamos activamente en la promoción de la biodiversidad mediante diferentes acciones, como la conservación de áreas de campo nativo y el establecimiento de corredores ecológicos que favorecen la flora y fauna autóctonas. Llevamos a cabo reforestaciones con algarrobo (Prosopis chilensis), una especie nativa, y desarrollamos técnicas de reproducción para fortalecer los ecosistemas locales. Además, implementamos iniciativas como la creación de islas de biodiversidad y la instalación de hoteles de insectos, que brindan refugio y promueven la presencia de polinizadores esenciales para el equilibrio ecológico. Estas medidas integrales refuerzan nuestro compromiso con la sostenibilidad y la protección del entorno natural.

En este camino, ¿Lograron obtener alguna certificación?

Contamos con la certificación en la norma “Sustainably Grown” para cultivos agrícolas, versión 3.0, bajo el estándar de SCS. Este estándar es internacional, incluye un conjunto de requisitos medioambientales, sociales y de gobernanza (forma en que se toman y administran las decisiones de la empresa) que debemos cumplir. De esta manera, se certifica que los cultivos agrícolas y sus producciones han sido gestionados y elaborados de forma sostenible.

¿Cuáles son los principales objetivos con respecto a estas prácticas?

Los principales objetivos y logros de Valle de La Puerta con sus prácticas sostenibles son: reducir el impacto ambiental transformando residuos en biofertilizantes y carbón vegetal, promoviendo la economía circular y disminuyendo emisiones; innovar en procesos productivos mediante tecnologías avanzadas que aprovechan eficientemente la biomasa; conservar y promover la biodiversidad protegiendo áreas nativas, creando corredores ecológicos y reforestando con especies autóctonas como el algarrobo; comprometerse socialmente, mejorando la calidad de vida de consumidores, comunidades, y gestionando los recursos pensando en las futuras generaciones; prepararse para retos regulatorios y de mercado, garantizando la rentabilidad y competitividad a largo plazo.

¿Cuáles son los desafíos y oportunidades de producir en forma sostenible en Argentina?

Los desafíos son: cumplir con objetivos ambientales, sociales y de gobernanza que exigen un esfuerzo constante para mejorar; adaptar e innovar los procesos productivos para aumentar la sostenibilidad sin afectar la rentabilidad; garantizar condiciones laborales seguras y responsables, protegiendo el bienestar de los trabajadores en un contexto cambiante; superar barreras culturales y económicas para lograr los objetivos planteados e inspirar a otros actores del sector a adoptar prácticas sostenibles.

Las oportunidades pueden definirse en: impulsar la innovación tecnológica y organizacional que permita optimizar recursos y minimizar impactos ambientales; fortalecer el compromiso con la mejora continua, consolidando una ventaja competitiva en mercados; posicionarse como referente en producción responsable y sostenible; reforzar nuestro compromiso con la protección de los recursos —como el agua, el suelo, la energía y la biodiversidad, entre otros—, asegurando que las futuras generaciones también puedan beneficiarse de ellos.

“La visión de Catena Zapata es elaborar vinos que sean fieles al terroir. La visión de Laura es elevar nuestra región durante otros 200 años y, para ello, necesitamos preservar nuestro ecosistema y nuestras tradiciones agrícolas”, indican desde Bodega Catena Zapata.

Así, el compromiso de Catena con la sustentabilidad los llevó a crear acciones en la Argentina y en el mundo. En esta línea, se destaca el Catena Institute of Wine, centro de investigación creado en 1995 por la Dra. Laura Catena, que es miembro fundador de la Sustainable Wine Roundtable. Un espacio en el que colaboran viticultores, bodegas, exportadores e importadores, académicos, y consumidores, con la misión de hacer que la vitivinicultura mundial sea sostenible ambiental, social y económicamente. “Compartimos información, conocimientos, innovaciones y soluciones, y trabajamos juntos para preservar nuestra biodiversidad, reducir el consumo de agua, cultivar sin pesticidas, mejorar las prácticas agrícolas, e invertir en nuestra comunidad, garantizando su sustento, educación y salud”, agregan.

Además, como parte de The Porto Protocol, colaboran con otros miembros de la industria vitivinícola para mitigar el cambio climático en toda la cadena de valor.

¿Cuáles son los principales objetivos o logros alcanzados con respecto a los objetivos de sustentabilidad?

Por un lado, la reducción del peso de las botellas: Catena colabora con fabricantes locales de vidrio, como Verallia (filial francesa de Saint-Gobain), para reducir el peso de las botellas.

En cifras, Catena está reduciendo el peso de la botella de Catena Appellation Malbec (en algunos mercados) de 700 a 380 gramos. Esto supone una reducción media de las emisiones de CO2 (antes del transporte en barco) del 21%. En el caso de Catena High Mountain Vines Malbec y Cabernet Sauvignon (para todos los mercados de exportación) se realizó una reducción de 700 a 480 gramos a partir de la cosecha 2022.

Así, entre 2010 y 2023 hemos reducido el 40% del peso total de las botellas. La mayor parte del vidrio utilizado por las bodegas se fabrica en Argentina.

Por otro lado, el vivero libre de virus: aún en construcción, pero ya suministra a nuestros nuevos viñedos portainjertos libres de virus.

Asimismo, certificamos el Protocolo de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina.

“Necesitamos preservar nuestro ecosistema y nuestras tradiciones agrícolas”, indican desde Bodega Catena Zapata.

¿Cuáles son los principales desafíos de producir en forma sustentable en Argentina?

Existen varios desafíos, por un lado, la industria vitivinícola percibe bajos ingresos por la gestión gubernamental de las exportaciones y, al mismo tiempo, enfrenta dificultades para importar materiales básicos como corchos y barricas.

Por otro lado, los virus en los viñedos han aumentado el costo de preservar selecciones masales y viñedos sin injertar que son representativos de nuestro terroir y tradiciones. Además de la escasez de agua y disminución del agua de los glaciares andinos.

Por último, los combustibles subvencionados y la energía solar costosa, lo que hace difícil poder adquirir energía sostenible.

“En Fincas Patagónicas concebimos la sustentabilidad como un equilibrio entre tres ejes fundamentales: social, ambiental y económico. Este enfoque nos permite desarrollar nuestra actividad con una visión de largo plazo, en armonía con el entorno y las comunidades que nos rodean”, afirman desde la finca.

¿Qué tipo de prácticas sustentables implementan?

En el plano ambiental, implementamos prácticas como la reutilización del agua, reciclaje, producción de compost, certificaciones orgánicas y agropecuarias, y el desarrollo de una huerta propia que abastece nuestro restaurante y hace a su carta estacional.

En el aspecto social, apoyamos la formación continua de nuestro equipo, promovemos el consumo responsable (mediante el programa WIM – Wine in Moderation), colaboramos con Junior Achievement para prevenir la deserción escolar y llevamos adelante el proyecto de las tejedoras, una iniciativa que busca preservar el arte ancestral del telar traído por inmigrantes bolivianos asentados en los alrededores de la bodega.

Estas acciones responden a nuestra misión: elaborar productos de excelencia, proteger el medio ambiente, preservar las culturas regionales y promover un vínculo consciente entre la tierra, las personas y el vino.

En este camino, ¿Tienen alguna certificación de sustentabilidad?

Sí. En Fincas Patagónicas contamos con diversas certificaciones que respaldan nuestro compromiso con la sustentabilidad. En este sentido, nuestros viñedos están certificados con buenas prácticas agropecuarias (Global G.A.P.) y también contamos con la certificación orgánica otorgada por la OIA. A nivel productivo, aplicamos buenas prácticas de manufactura (BPM) y recientemente aprobamos el Protocolo de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina, que evalúa criterios sociales, ambientales y económicos dentro de la industria vitivinícola. Además, adherimos al estándar BSCI (Business Social Compliance Initiative), que promueve condiciones laborales justas y seguras a lo largo de toda nuestra cadena de valor.

¿Cuáles son los principales desafíos de producir en forma sustentable en Argentina?

Uno de los principales desafíos es el alto costo de implementación de prácticas

“Elegimos avanzar en este camino convencidos de que la sustentabilidad no es solo una responsabilidad, sino una forma genuina de cuidar nuestro entorno” Fincas Patagónicas.

sustentables, que muchas veces no cuenta con el respaldo de créditos blandos o incentivos específicos para el sector.

Además, en zonas rurales como en las que trabajamos, la falta de infraestructura para la gestión de residuos especiales —como bidones de agroquímicos o cubiertas de maquinaria agrícola— dificulta el desarrollo de procesos de reciclado eficientes.

Aun así, en Fincas Patagónicas elegimos avanzar en este camino convencidos de que la sustentabilidad no es solo una responsabilidad, sino una forma genuina de cuidar nuestro entorno y garantizar un futuro productivo.

Por su parte, Flavia Amad, Gerenta de Turismo, Hospitalidad y Gastronomía de la bodega Susana Balbo, y Carina Daguerre, Responsable de Calidad de la bodega, describen cómo se incorpora la sustentabilidad en el día a día de la compañía.

¿Qué tipo de prácticas sustentables implementan? ¿Por qué decidieron incorporar este enfoque?

Flavia Amad, Gerenta de Turismo, Hospitalidad y Gastronomía de la bodega Susana Balbo.

F.A.: En Susana Balbo, y particularmente en nuestro restaurante Osadía de Crear, la sustentabilidad es un eje transversal en cada decisión. Implementamos prácticas sustentables tanto en el viñedo como en nuestras experiencias gastronómicas y turísticas. Algunas de las principales acciones incluyen: Selección de productores locales y de cercanía, priorizando la economía circular y la reducción de la huella de carbono. Uso de productos de estación, lo cual favorece el consumo responsable y minimiza el desperdicio. Clasificación y gestión consciente de residuos, compostaje de materia orgánica y reutilización de materiales en cocina y eventos. Ahorro energético y control del consumo de agua mediante sistemas eficientes. Incorporación activa de prácticas de equidad de género y visibilización del trabajo de mujeres en gastronomía y vitivinicultura. Educación al visitante en temas de sustentabilidad a través de visitas guiadas y actividades enoturísticas.

Este enfoque nace de la convicción de que la hospitalidad de excelencia debe estar alineada con el respeto al entorno, el desarrollo de la comunidad y la responsabilidad social.

C.D.: En la bodega implementamos un amplio abanico de prácticas sustentables, desarrolladas por un equipo interdisciplinario para mitigar el impacto ambiental y social de nuestra industria. Entre ellas destacamos:

Consumo y gestión de recursos: Optimizamos el uso energético con iluminación LED, paneles solares, maquinaria eficiente y concientización del personal. Controlamos exhaustivamente el consumo de agua y reutilizamos el efluente tratado para el riego por goteo en los viñedos. Promovemos la eficiencia en el uso de todos los recursos disponibles.

Gestión de residuos: Reciclamos y disponemos los residuos de manera responsable. Entregamos vidrio a proveedores locales, quienes destinan su valor a la Fundación Notti. Reutilizamos duelas de roble de barricas para fabricar muebles. Cartón, nylon, maderas, orujo y escobajo también son gestionados de forma consciente.

Packaging sostenible: Utilizamos botellas más livianas hechas con materiales reciclados y cajas kraft para reducir el impacto ambiental.

Cambio climático: Reconocemos su impacto y tomamos medidas progresivas para mitigar nuestra huella de carbono. Optimizamos la logística con botellas más livianas y promovemos el transporte grupal del personal para reducir la cantidad de vehículos en circulación.

Carina Daguerre, Responsable de Calidad de bodega Susana Balbo.

¿Tienen alguna certificación de sustentabilidad?

F.A.: Sí. Osadía de Crear ha sido distinguido con la Estrella Verde MICHELIN, un reconocimiento internacional que premia a los restaurantes con prácticas gastronómicas sustentables. Este sello certifica tanto la calidad de nuestra cocina como nuestro compromiso con el medioambiente, el trabajo ético y el impacto positivo en la comunidad. Además, desde la bodega se trabajan prácticas agrícolas y enológicas sostenibles, alineadas con estándares internacionales del sector.

C.D.: Desde hace más de seis años, la bodega está certificada bajo el Protocolo de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina, iniciativa que promueve prácticas responsables en toda la cadena vitivinícola, con estándares ambientales, sociales y económicos. También estamos adheridos al Pacto Global de las Naciones Unidas desde 2013, contribuyendo activamente a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Cuáles son los principales objetivos o logros alcanzados con respecto a los objetivos de sustentabilidad?

F.A.: Ser uno de los primeros restaurantes en bodegas de Argentina en recibir la Estrella Verde MICHELIN. Reducir significativamente el uso de plásticos y envases descartables. Consolidar una red de proveedores locales y agroecológicos. Fomentar la formación continua del equipo en prácticas sustentables y hospitalidad consciente. Integrar la sustentabilidad como valor diferencial en cada experiencia turística.

C.D.: Integrar el conjunto de bodegas que promueven buenas prácticas dentro de la industria. Gestionar de forma responsable la mayoría de los residuos generados. Reducir el consumo de recursos, generando conciencia y eficiencia económica. Ser referentes para colegas, proveedores y clientes, promoviendo un efecto multiplicador positivo. Incorporar la mejora continua como parte central de nuestra estrategia.

¿Cuáles son los principales desafíos de producir en forma sustentable en Argentina?

F.A.: El acceso limitado a tecnologías sustentables o una infraestructura adecuada, especialmente en zonas rurales. La falta de incentivos económicos específicos para fomentar inversiones sostenibles. Los costos operativos más altos asociados a insumos responsables y escalas reducidas. La necesidad de una mayor educación y concientización del consumidor. La inestabilidad económica y regulatoria, que dificulta la planificación de largo plazo. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, creemos que la sustentabilidad no es una moda, sino un compromiso profundo con el presente y el futuro. Trabajamos día a día para superarlos con creatividad, coherencia y pasión.

C.D.: Otro desafío es la falta de gestores de servicios adecuados para la disposición final de todos los residuos. La ausencia de una política clara que fomente acciones sostenibles. Las dificultades para concientizar a toda la cadena vitivinícola. La inestabilidad económica y regulatoria que complica la proyección sostenible. Pero sumado a lo expresado por Flavia, compartimos el compromiso, la perseverancia y la actitud constante de sumar en el ámbito de la sostenibilidad.

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