Sin Azul No Hay Verde (SANHV), el programa marino de la ONG Conservation Land Trust (CLT), impulsa la creación de Parques Nacionales Marinos en Argentina y concientiza a la sociedad sobre la importancia de la conservación de nuestros océanos.
El 8 de junio de 2017, el gobierno nacional asumía el compromiso de protección del mar argentino a través de un decreto que otorgaba a la Administración de Parques Nacionales autoridad de aplicación sobre nuestras aguas.
Hasta ese día, era la industria pesquera junto con el Ministerio de Agroindustria y el Consejo Federal Pesquero quienes tomaban las decisiones sobre cómo debía ser manejado nuestro recurso marino, pero con este acto se daba comienzo a un largo proceso que llegaría a buen puerto.
Argentina es toda una novata en lo que corresponde al manejo de su zona exclusiva económica. La ley para el Régimen Federal de Pesca fue recién sancionada el 9 de diciembre de 1997 y no fue hasta el pasado 8 de junio que se dio inicio a un nuevo debate sobre la conservación de nuestro mar, la creación de áreas marinas protegidas.
Dentro del marco de la ley del Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas se trabajó en un proyecto de ley para la creación de las primeras AMPs. En contraposición de la gestión del mar, que va de la mano de la producción y tienen una mirada objetivo en relación al recurso pesquero, las áreas marinas tienen una mirada ecosistémica, por ende tienen en cuenta todos los factores que son imprescindibles preservar para poder contar con un mar sano.
Lo que no sabemos es que nosotros necesitamos del océano más de lo que éste necesita de nosotros. El océano regula el clima del mundo, disminuye el hambre con la pesca, genera trabajo, proporciona medicinas y genera la mayor parte del oxígeno que respiramos. Hoy sabemos que el rol del mar se encuentra en peligro. La Organización Mundial de Conservación, afirma que las poblaciones marinas a nivel mundial se redujeron a la mitad en los últimos 40 años y algunas hasta del 75%. El aumento de las temperaturas causado por el cambio climático tiene efectos devastadores en las ciudades y comunidades que viven sobre el mar. El plástico que inunda los océanos ya ha llegado a nuestras mesas.
Considerando que el 36% del territorio argentino es mar y que solamente el 2,6% está protegido, Sin Azul No Hay Verde junto con un grupo de ONG´s decidió trabajar para la creación de áreas protegidas en el mar que aseguraran un refugio seguro para los ecosistemas oceánicos.
En diciembre de 2017, el Proyecto de Ley entró al Congreso. La ley propone comenzar protegiendo 2 áreas: Banco Namúncura – Burwood, en Tierra del fuego, y Yaganes, también al extremo sur de la Argentina. La velocidad con la que nuestro planeta está cambiando exige que se tomen medidas rápido.
Parque Nacional Marino Yaganes
Se ubica al sur de Tierra del Fuego e Isla de los Estados, en el Pasaje de Drake que conecta el océano Atlántico con el Pacífico. Sus 69.000 km2 se acercan a las dimensiones de la provincia de Formosa (72.0066 km2) y su fondo marino se encuentra mayormente inexplorado. Se han detectado cañones submarinos y hay evidencia de bosques subacuáticos que probablemente contengan alta diversidad de especies.
El propósito principal de la creación de este Parque es conservar y proteger los variados tipos de hábitats marinos y las especies sensibles, raras o con funciones claves para dichos ecosistemas (invertebrados del fondo, tiburones, peces, aves y mamíferos marinos).
Parque Nacional Marino Namuncurá – Banco Burdwood II
Abarca aproximadamente 28.973 km2, equiparable a la provincia de Misiones (29.801 km2). El Banco Burdwood es una meseta sumergida que, al ser de menor profundidad que las áreas circundantes y gracias a las corrientes que lo rodean, genera el ascenso de nutrientes de las profundidades, generando una explosión de vida. Burdwood II es una extensión de la actual reserva marina, Namuncurá – Banco Burdwood.
El propósito principal de su creación es extender al actual Área Marina Protegida, para conservar un talud escarpado con cañones submarinos en donde habitan conjuntos de especies frágiles y únicas del fondo marino como corales (corales verdaderos, blandos y falsos corales) y esponjas. Estos forman bosques de animales que dan refugio a otras especies.
Ambos parques incluyen sectores de reproducción de peces de interés comercial como la Polaca, la Merluza Negra, el Granadero Chico y la Sardina Fueguina. Además, son áreas de alimentación y tránsito de aves y mamíferos amenazados de extinción, como el Albatros Errante y la Ballena Fin.
Proteger el océano no es optativo, es una obligación que tenemos con las próximas generaciones. Es nuestro deber comprender que sin océanos no hay vida. Lo que hagamos o dejemos que de hacer en estos próximos 10 años repercutirá para siempre en la salud de nuestros océanos.