Las nuevas bicicletas eléctricas de Philco prometen seducir a un mercado en crecimiento, que apuesta por la movilidad sustentable. Felipe Luongo, Product Manager de Philco, lidera el proyecto de la empresa.
¿Cuáles son los modelos de bicicletas que tienen hoy a la venta?
Tenemos modelos en distintas categorías: mountain bike, paseo, plegables e infantiles. Con las eléctricas (que tienen la opción de paseo y plegable) terminamos, de alguna manera, el lineal completo. Empezamos a venderlas en diciembre de 2017 y estas últimas las lanzamos en mayo.
¿Qué tuvieron en cuenta al momento de incursionar en este rubro?
Lo primero que hicimos fue pensar qué necesita la gente, cómo se transporta y qué herramienta podría tener para que fuera más eficiente de lo que era hasta ese momento. En la Argentina, la mayoría de los productos en el mercado cumplen con excelentes prestaciones, pero creíamos que había espacio para mejorarlos. Empezamos por un lineal de bicicletas tradicionales, que cuentan con un proceso de control de calidad y con un desarrollo tecnológico superior a lo que estaba en plaza, entregándolo en un precio más competitivo del que había hasta ese momento. Hoy seguimos con esa misma estrategia. ¿Cómo lo hacemos? Con los mejores proveedores del mundo y con la mejor plataforma de trabajo en la Argentina, para poder desarrollar este tipo de producto de importación. Otra clave es que todas nuestras bicicletas están siendo desarrolladas en nuestras oficinas. No es que tenemos un producto de un catálogo ni adaptaciones. Son ciento por ciento diseñadas y desarrolladas por nosotros. Si bien no reinventamos la rueda ni la bici, sí pensamos cada detalle para darle la mejor experiencia al usuario.
¿Cómo fue el desarrollo de las bicicletas eléctricas?
Tuvo mucho trabajo. Es un diseño completamente innovador a nivel tecnológico. En la Argentina todavía no existía ninguna plataforma de producción para consumo masivo. Hicimos un puntapié muy importante para el mercado de la bici y para las personas, para que puedan acceder a un producto de altísima calidad a un precio alcanzable. La gran diferencia de las bicicletas eléctricas o con asistencia eléctrica al pedaleo es que tienen un motor (que se maneja con un controlador y un display) y una batería (que le da la alimentación al motor). Las de asistencia eléctrica al pedaleo son bicicletas que no rompen la inercia con el motor, sino que uno tiene que pedalear para empezar a moverse. A partir de ahí empieza a asistirte el motor hasta los 25 km por hora. Después, se desactiva la asistencia y funciona simplemente a tracción a sangre. Esto es algo innovador, si bien en Europa Occidental el 9 por ciento de las bicicletas ya son eléctricas y se cree que para el 2025 lo van a ser más del 20 por ciento.
¿Qué implica que estén certificadas bajo las normas IRAM en la Argentina?
En el mundo existen certificaciones para las bicicletas con asistencia eléctrica al pedaleo, y en la Argentina la norma IRAM es el homónimo: la 40020 por bicicletas y la 60020 por las eléctricas. Esto es muy importante, porque quiere decir que cumplen con las normas de seguridad. Por ejemplo, se hacen 63 test destructivos sobre la bicicleta y otros sobre la parte eléctrica, para que esté muy cuidado el uso de los componentes y del proceso de fabricación. Para pasar estas normas, hay que cumplir requisitos como que no rompa la inercia con un acelerador, que no te asista después de los 25 km por hora, que al menos puedas hacer 40 km de forma autónoma con una batería. Las nuestras, en los modos más altos de asistencia (donde mayor es el consumo), pasan los 60 km en las pruebas. De hecho, no recomendamos ese uso, porque es muy fuerte. 250 wwts en ciclismo es mucha potencia. En cuanto a la vida útil, las pudimos certificar con más de 3 mil ciclados.
¿Cómo funciona el sistema de carga de la batería?
El cargador es muy parecido al de una computadora, y se puede enchufar con la batería puesta. Ambas bicicletas igual tienen la batería desmontable. Esto quiere decir que se puede sacar, llevarla a un lugar más cómodo y cargarla. Más allá de eso, tenemos una red de service capacitado para atender cualquier inconveniente de nuestras bicicletas en todo el país. También cuenta con accesorios, repuestos y baterías. Si bien en otros mercados es algo común, en el de las bicicletas no existe.
También el hecho de motivar la reducción del uso de autos tiene que ver con una política de sustentabilidad.
Hace tiempo fui parte de una campaña que decía “Una bici más, un auto menos”. Uno de los problemas de la ciudad de Buenos Aires es que no estamos tan acostumbrados a compartir autos. La bicicleta como un instrumento de la sustentabilidad y de reflexionar sobre qué dejamos nosotros a este mundo es fundamental. Sí creo que hace falta mucha infraestructura para poder hacer eso, que ya está pasando con la ampliación de la red de ciclovías y que acompaña este movimiento inteligente que nosotros fomentamos con las bicicletas eléctricas. Una mejor huella de carbono en el mundo nos parece clave, y el uso de la bicicleta no solo reduce la contaminación por el dióxido de carbono, sino también la sonora. Desde el primer momento, pensamos de qué manera generar un mejor impacto en la sociedad. La bici eléctrica es la punta de lanza de eso. Si bien había muchos que la estaban pidiendo, es también el principio para que la gente empiece a pensar desde un producto que quizás no era el primero que iba a elegir, pero que, a través de su descripción, entiende que puede cambiar muchísimo el espacio en donde vive por usarla.
¿Considerás que el rubro tiene aún mucho por innovar?
Muchísimo. La bicicleta en sí posee muchísimas disciplinas. En nuestro país, su uso todavía es muy corto. Saliéndome de lo deportivo, hay bicicletas que conocemos todos, pero que faltan: delivery, mensajería, tándem (donde va más de una persona). Hay espacio para seguir desarrollando tecnología, como también dentro de lo que es con asistencia eléctrica al pedaleo las tecnologías son muy jóvenes. Por ejemplo, estamos trabajando en un motor con potencia modulada, que va a entregar diferente potencia según la lectura de distintos sensores. No existe en el mundo. Hay mucha tecnología para desarrollar para que las personas se acerquen más a usar una bicicleta. Pero estamos trabajando mejorías en torno a la movilidad urbana, no solo en bicicletas.