“En Sudamérica, somos los primeros en desarrollar un vehículo 100% eléctrico y de esta categoría”, Pablo Naya, Fundador y CEO de Sero Electric

En 2010, Pablo Naya visitó Europa como parte de un viaje de negocios de su concesionaria de Peugeot y Citroën, y se quedó fascinado con el tema de la movilidad eléctrica en ese continente. Fue entonces cuando se propuso desarrollar autos eléctricos en la Argentina. Inspirado en los Microcar europeos, al volver comenzó a realizar estudios y análisis de probabilidades para fabricarlos en nuestro país. Fueron años de investigación, tecnologías, procesos y desarrollo de piezas hasta conseguir el producto definitivo. Hoy, Sero Electric ofrece cinco modelos de autos fabricados casi en su totalidad en nuestro país. En el parque industrial PITAM, en el que funcionan la fábrica y las oficinas de su empresa, Pablo Naya mostró orgulloso al equipo de PRESENTE todos los modelos, explicó cómo funcionaban, habló de cómo fue el proceso de creación, de los planes a futuro y del presente de la movilidad eléctrica en nuestro país.

¿Cómo fue tu formación?

Yo soy técnico mecánico. Me formé en la parte automotriz. Hace 35 años tengo concesionarias de Peugeot y Citroën. Arranqué con la parte técnica de esos autos y después estuve en la parte comercial. En 2010, en uno de los viajes que hicimos a Europa con la marca, vimos cómo funcionaba la movilidad eléctrica. Ahí me surgió la iniciativa para hacerlos en la Argentina.

¿Es la primera vez que se desarrolla un vehículo de este tipo en la Argentina desde cero?

Somos los primeros en desarrollar en Sudamérica un vehículo 100 por ciento eléctrico y de esta categoría. No hay otro. El 80 por ciento del vehículo está hecho en nuestro país. En un principio, desarrollamos matrices, moldes y piezas que no pudieron reemplazarse con autopartes fabricadas en la Argentina. Por eso, impulsamos el desarrollo de proveedores. Hoy hay nuevos desarrollos de baterías más autónomas. El objetivo a futuro es producir vehículos eléctricos de vanguardia, con autonomías más extensas e insertarlos en el mercado como una opción innovadora a la hora de movilizarnos.

¿Cuándo empezó el proyecto?

Arranqué con el proyecto en 2010. Importé unos vehículos eléctricos de Europa para ver lo que había. Ahí empecé a estudiar. En 2014 o 2015 ya teníamos el primer prototipo de vehículo eléctrico, pero ni nosotros ni la gente sabíamos muy bien de qué se trataba. Lo desarrollamos de a poco. Estudié, visité empresas de Europa y aprendí bastante de lo que es hoy la movilidad eléctrica en el mundo. El desafío era construir un vehículo para transporte de personas que fuera económico, ligero, práctico y versátil. Otro de los retos era lograr un producto moderno, de andar agradable y diseño interesante.

¿Cuántas personas trabajan en la fábrica?

Acá trabajan ocho personas. Por supuesto, tenemos proveedores externos. Por ejemplo, la parte de fabricación del motor se hace de forma externa. Nosotros lo desarrollamos y otra empresa lo fabrica. Acá se ensambla el vehículo, y algunas partes mecánicas de soldado y estructura también se realizan aquí.

¿Cuántos modelos se fabrican en Sero Electric?

Tenemos cinco versiones homologadas y una que es para áreas privadas que es el modelo 4 Pasajeros, que utilizamos para aeropuertos, áreas internas de industria, seguridad. El resto puede ir por la vía pública. Las versiones son Sedán, Cargo Alto, Cargo Bajo Largo y Furgón. Estas son patentables, se pueden asegurar.

Contanos por favor brevemente la diferencia entre los modelos.

En el de 4 Pasajeros pueden ir cuatro personas más carga. Es ideal para transporte de personas en aeropuertos, hoteles, resorts, repartos, parques, etc. Puede ser con o sin puertas. Después están los homologados. El Sedán facilita la movilidad por la ciudad, es sencillo de conducir, tiene capacidad para dos pasajeros y también puede tener puertas o no. Es ideal para seguridad, colegios, para llevar invitados, para gente de edad avanzada o para evitar recorrer largas distancias a pie, por ejemplo, en paseos turísticos.

Las versiones Cargo y Furgón están pensadas para transporte de carga, obviamente.

Así es. Se pueden transportar mercaderías dentro de complejos u otros espacios sin gastar en combustible. Se pueden trasladar elementos de jardinería, limpieza, construcción, comidas rápidas, herramientas. Es ideal para una inmensa variedad de actividades. Las versiones Cargo Bajo Largo y Furgón está pensadas especialmente para empresas de logística de última milla, empresas de telecomunicaciones, logística para e-commerce, aeropuertos, policía, tránsito urbano, delivery de alimentos, mercadería, etc. Hay un nicho de mercado muy grande.

¿Cómo es el tema de la legislación? ¿Es igual para todos los modelos?

Después de trabajar con distintas entidades gubernamentales, en 2015 logramos que se legislara la categoría vehicular L6b en la Argentina. Gracias a esto y a la homologación, los vehículos pueden circular en la vía pública. Es la legislación para motos y vehículos carrozados, con todas las normas de seguridad para esa categoría. Esta legislación aplica a todos menos al de 4 Puertas, que no está homologado y no puede circular en vía pública.

¿La marca tiene presencia en el resto del país?

Sí, de a poco empezamos a desarrollar concesionarios de la marca, tenemos distribuidores en Córdoba, Mendoza y Rosario.

Ya nombraste algunas de las ventajas. ¿Cuáles son los otros beneficios de usar un vehículo de este tipo?

Su principal beneficio es que tiene un gasto de mantenimiento diez veces menor que un vehículo a combustión. El gasto de energía es bajísimo y, además, tributan un IVA del 10,5 por ciento. Te movilizás al trabajo sin combustible, gastando 70 por ciento menos que con cualquier otro tipo de vehículo. Además, como vehículo eléctrico, es en sí económico para lo que es la movilidad eléctrica a nivel global. En el mundo un auto eléctrico vale de 40.000 o 50.000 dólares para arriba. El costo de nuestros modelos va de 14 millones a 19 millones de pesos, según la versión. Son sencillos de manejar porque no tienen cambios. Básicamente no necesitan mantenimiento. Solamente si se desgasta una pastilla de frenos o los neumáticos, que son exactamente iguales que los de otros autos. Son fáciles de estacionar también. Son ideales para la ciudad. Sería ideal que los adoptaran para ahorrar combustible y generar movilidad sustentable sin emisión de dióxido de carbono.

¿Cómo es el proceso de carga de electricidad?

Son vehículos pequeños, que vienen con un pack de baterías que se cargan en la red doméstica, no necesitan cargadores específicos. Se pueden cargar en un tomacorriente normal. Con una carga completa, la duración es de cinco o seis horas, si está descargado. Nosotros aconsejamos que no lo descarguen completamente, que cuando tiene 20 o 30 por ciento lo enchufen para que la batería esté siempre en buenas condiciones. Si se carga sin tener una descarga profunda total, la batería dura más, como pasa con los teléfonos. Para hacer 100 kilómetros, una carga consume 6 KW, que son, a valores de hoy, 1200 pesos aproximadamente. Cuanto más peso tiene el auto, más autonomía consume. En un vehículo de combustión no se nota, pero cuantas más personas van, más combustible se consume. En lo eléctrico se nota más, porque las autonomías son más cortas.

Además de la no emisión de dióxido de carbono, ¿es un vehículo totalmente sustentable?

Sí, ciento por ciento. Es sustentable también en su construcción, el 96 por ciento es reciclable. Su estructura es de aluminio, la carrocería es de plástico. Usamos el plástico de las carrocerías reciclado para la fabricación.

¿Cómo ves el tema de la movilidad eléctrica en la Argentina?

Lento, muy lento. Recién la gente está entendiendo qué es la movilidad eléctrica porque la Argentina ha pasado por procesos económicos complejos estos años y la información es muy básica en comparación con otros lugares del mundo. Ahora estamos mandando vehículos afuera y vemos que la información que tiene la gente es distinta.

¿Ya están exportando?

Sí, estamos exportando a los Estados Unidos. Ya mandamos el primer embarque y calculamos que en septiembre será el próximo. En cada contenedor entran aproximadamente 18 vehículos. Allá terminamos de integrar algunas piezas, y hacemos la parte de electrónica. Tenemos una pequeña planta nuestra en Apopka, en Florida.

¿Qué es lo que los distingue respecto de los que se comercializan en Estados Unidos?

Allí se comercializan carros de golf, que la gente usa para ir al supermercado, etc. Nuestros modelos no son carros, son coches, son más lindos a la vista.

¿Qué proyectos tienen para lo que queda del año y el año próximo?

Calculamos que lanzaremos una nueva versión en septiembre. La idea es exportar a otros mercados si el dólar se pone más competitivo. Estuvimos haciendo un estudio en Brasil, habíamos mandado algunas unidades, pero no pudimos exportar por un tema de cambio. Ahora estamos más competitivos para ingresar en el mercado brasilero, que nos interesa. Estamos viendo también mercados como Paraguay, Chile, Uruguay. Vamos con pasos cortos, que es lo que nos dejan en la Argentina. Tuvimos muchas etapas. Cuando hicimos el desarrollo, hasta 2015 no podíamos importar nada. Nosotros importamos controladores, celdas de baterías, porque no hay productores en la Argentina, las celdas son solo chinas. Después trabajamos con el Gobierno para poder tener la legislación. Luego, desde 2018 en adelante, lo que no podíamos era exportar. Ahora podemos importar y exportar, pero necesitamos mercado, que está retraído.

Una pregunta más personal. Ya tenías dos concesionarias que funcionaban bien. ¿Qué fue lo que te llevó a embarcarte en este desafío?

¡Qué pregunta! [Se ríe]. Mis hijos me dicen que estoy loco. Y… soy emprendedor. Fundamentalmente es por eso. Siempre me interesó la industria automotriz, y cuando vi esto en Italia, este tipo de vehículos, los Microcar, pensé: “Esto se puede hacer en la Argentina, puede haber un mercado interesante”. Y arranqué y fui para adelante, y nunca di un paso atrás. Si esto lo hubiese hecho en cualquier otro país de Latinoamérica, hoy estaría mucho mejor. Habría crecido exponencialmente. Pero vivo en la Argentina. Vivir acá es como empujar un auto con ruedas cuadradas. Cuando lograste hacer algo, viene otro esfuerzo. Estoy en una mejora constante de los autos. La diferencia entre los primeros productos y los actuales es abismal. Como empresa, ya somos una marca. Nos faltan unos pasitos para tener un poco más de crecimiento.

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