Cuando en 1997 Hillary Clinton fundó en los Estados Unidos la organización Vital Voices Global Partnership, nunca se imaginó que el proyecto traspasaría fronteras hasta llegar a 184 países, entre los que se encuentran Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia. Voces Vitales Cono Sur es el nombre que toma la ONG en el cono sur de América Latina, donde desembarcó en 2009 para empoderar a mujeres líderes emergentes de la región.
Tras 15 años de trabajo constante, el proyecto se consolida cada vez más en Latinoamérica. “Lo que buscamos es invertir en mujeres líderes, porque consideramos que las mujeres que pasan por nuestros programas vuelven a su comunidad y generan un impacto que se multiplica”, afirma su Presidenta, María Laura Faría. Licenciada en Comercialización con orientación en marketing, hoy está al frente del equipo que lleva adelante estas iniciativas que año tras año impactan en la sociedad.
– ¿Cómo llega Voces Vitales al cono sur de Latinoamérica?
– La organización tiene un acuerdo con el Gobierno de los Estados Unidos para postular a mujeres referentes a un programa de mentorías internacional. El Departamento de Estado, a través de la embajada, abrió esta posibilidad para personas de Latinoamérica y así fueron elegidas cuatro mujeres para participar de este proyecto, el cual incluía ir a Estados Unidos y trabajar con mujeres de altos cargos y compartir el día a día con ellas, ver cómo lideran grandes compañías balanceando la vida profesional con la personal. Después de esta experiencia única, se buscó poder hacer una devolución de lo aprendido y aplicar este modelo de liderazgo desinteresado acá, en algo que se denomina “Paying Foward”, un método que seguimos aplicando, porque consideramos que aquellas que participan vuelven a su comunidad y generan un impacto. En este caso, lograron implementar la organización acá para ejercer un empoderamiento femenino a nivel local.
– ¿Qué particularidades tiene esta organización en el contexto social de Latinoamérica a diferencia de Estados Unidos?
– Nosotras trabajamos fuertemente en el empoderamiento económico. Estamos totalmente convencidas de que en función de las altas tasas que existen a nivel de violencia en América Latina, una de las formas de sacar a las mujeres de ese lugar es que tengan un empoderamiento económico. Por eso trabajamos fuertemente en los distintos niveles de la mujer. También buscamos contribuir a la disminución de la brecha en cuanto a los obstáculos que tiene la mujer para acceder a los puestos de decisión o al mercado global.
– ¿Se encuentran con muchas complicaciones y desafíos para lograr los objetivos?
– Los desafíos no tienen frontera, los obstáculos de la mujer, un poco más o un poco menos, son iguales en todos los países. La mujer no disfruta, no tiene los mismos derechos ni igualdad de condición, no hay igualdad salarial. Los obstáculos son exactamente los mismos. Uno puede ver a nivel cultural una apertura mayor a trabajar estos temas en algunos países, pero no hay una resistencia, todas las culturas están ávidas de este tipo de programas. Trabajamos mucho con corporaciones, que son grandes aliados para impulsar estas iniciativas, porque ya tienen algunos requerimientos a nivel de sus filiales, donde hacen falta llevar adelante estas iniciativas.
– ¿Cuáles son estas corporaciones con las que trabajan?
– Estamos convencidas de que el liderazgo es colaborativo, una mujer crece si todos crecemos. Entonces, siempre intentaremos aportar un granito de arena para trabajar por ejemplo con Fundación Flor, con Fundación Avon o con las distintas organizaciones que vamos sumando, nos aliamos para aportar lo que sabemos, que es el liderazgo de la mujer. Ahora por ejemplo estamos corriendo programas en donde capacitamos a las mujeres y les damos a las compañías un informe y un reporte. Les mostramos lo que logramos con el dinero que invirtieron, el impacto que generaron en la comunidad. Siempre tratamos de que todas las acciones en las que las empresas participan tengan un impacto real. Somos como la tercerización de los departamentos de responsabilidad social.
– ¿Cómo se conforma el equipo?
– Somos un equipo muy reducido, compuesto por cuatro personas y un board de seis más, que llega a una red de más de 30 mil mujeres. Gracias a esto fuimos seleccionadas por Vital Voices Global Partnership para un programa de acción colectiva; logramos el segundo puesto y por eso viajamos a Washington el año pasado, porque siendo pocas llevamos adelante un proyecto muy grande. Ahí es donde se pone en valor la acción colectiva que es el impacto que tiene esta gran red de Voces Vitales, estas mentoras, mujeres increíbles que participan de manera muy activa.
– ¿Cómo es la dinámica de los programas de mentoría que generan?
– Tenemos programas propios y desde ahí llevamos el concepto que trabajamos de mentoreo y networking a distintos programas. Nuestro primer proyecto es el que se llama Mentoring Walk, que es una caminata de mentoreo que surge en los Estados Unidos cuando a una alta ejecutiva le pedían muchos consejos, y como no tenía tiempo en su día a día para reunirse, las invitaba a conversar mientras hacía su caminata diaria en el Central Park. Nosotros hacemos esta caminata, que es el primer contacto que tiene una persona con el mentoreo, realizando una convocatoria por nuestras redes sociales. Ya lo hicimos en 29 localidades de Bolivia, Uruguay, Chile, Paraguay y Argentina durante el año 2024 y participaron más de 2500 mujeres. Después tenemos un programa de mujeres líderes, en donde trabajamos el liderazgo de manera transversal. Buscamos una mujer que identifica su propósito y la acompañamos en el proceso de definirse como mujer líder. Además, trabajamos lo que es la gestión de las emociones al liderar, primero las de ella misma y luego hacia el otro. Por último, buscamos cómo unir ese propósito con el desempeño y liderazgo para impactar. El último gran evento que hacemos nosotras es una jornada anual, en donde convocamos a diferentes personalidades alineadas a nuestros ejes de trabajo e invitamos a quien quiera participar de esta charla. También hacemos programas de mentoreo para distintas empresas e industrias.
– ¿Cuál sienten que es el diferencial que los hace únicos frente a otros tipos de mentoreo?
– Nuestra metodología se basa en el match making. Cuando hacemos el mentoreo, analizamos las necesidades que tienen esas aprendices y las capacidades de las mentoras para poder hacer esa unión. Siempre nos halagan que elegimos a las mejores personas, y creo que ese es nuestro gran valor agregado, que realmente usamos una metodología que está probada, funciona y es cada vez más valorada para unir a las personas correctas.
– ¿Cómo sienten que ha impactado el trabajo de ustedes en las mujeres y cómo sigue creciendo a través de los años?
– Tenemos algunas mediciones y hacemos seguimiento. Este año, por ejemplo, capacitamos a 45 mujeres en el sector de energía, de puestos senior y semi senior de la industria del gas y petróleo. Es interesante en ese caso cómo se puede analizar que, si bien el programa no ha sido el principal factor por el cual estas mujeres han tenido un gran crecimiento, sí se evidencia que después de un año de trabajo varias han logrado ascender de posición o cambiar a otras compañías con posiciones más altas. A través del seguimiento de los miembros de la red y de las encuestas de satisfacción, vamos midiendo el impacto. Vemos como cada vez son más mujeres las que participan. A través de un programa con Johnson & Johnson el año pasado capacitamos a más de 300 mujeres en el sector de salud y este año van a ser más de 1000, entonces creo que esos indicadores nos permiten ir viendo cuánto impactamos al cierre de estas brechas que te mencionaba al comienzo.
– Teniendo en cuenta todo lo que han logrado en los últimos 15 años, ¿qué objetivos tienen desde Voces Vitales para el 2025?
– El objetivo es crecer a nivel regional. La idea es llevar esta diversidad de voces e igualdad de oportunidades a nivel regional, para poder generar más impacto. Trabajar fuerte en Uruguay, en Chile, en Paraguay e ir consolidándonos cada vez más fuerte en el cono sur.