Para muchos trabajadores argentinos, la cuarentena es sinónimo de home office y trae consigo muchas preguntas: ¿Llegó para quedarse? ¿Me conviene seguir trabajando desde casa? ¿Son más las ventajas o las desventajas?
¿Cuáles son las principales ventajas?
Lo primero que pensamos al hablar de teletrabajo es que proporciona una solución fácil para ahorrar algo de tiempo para la familia y los amigos, también ayuda a conciliar y, por último, ahorra tiempo (especialmente en los traslados al lugar de trabajo).
1. Libertad y flexibilidad laboral
Según un relevamiento realizado por Adecco Argentina, 6 de cada 10 trabajadores argentinos afirman que trabajan más relajados desde su casa que en la oficina.
Trabajar remoto da mayor independencia y libertad. Promueve una mayor creatividad y productividad. Brinda al empleado una mayor libertad para poder trabajar según sus preferencias, es decir, es una modalidad más flexible.
2. Minimiza los gastos
La oficina exige un código de vestimenta adecuado junto con los accesorios pertinentes. Por lo tanto, en comparación con el trabajador de oficina, el teletrabajador no necesitaría comprar ropa formal para usar a diario.
Otro relevamiento, realizado por Adecco Argentina con bastante anterioridad a la pandemia determinó que el 46% de los argentinos dedicaba entre un 5% y un 10% de su salario a la vestimenta laboral y que casi la mitad estarían encantados de cumplir su jornada laboral en jeans y zapatillas.
3. Menores bajas por enfermedad
Los gérmenes se propagan por el aire. Si una persona enferma va a trabajar a la oficina, también es capaz de contagiar a sus compañeros. Como resultado, aumenta el número de bajas por enfermedad.
Las principales causas de ausentismo, en la normalidad, eran “los problemas de salud” (55,78%) y los “trámites personales y/o visitas médicas” (48,21%). Estos datos corresponden a un estudio que realizó Adecco Argentina, filial de la empresa líder en el mundo en consultoría integral en Recursos Humanos, hacia fines del año 2019.
Sin embargo, un teletrabajador está lejos del alcance de los gérmenes de los compañeros. Así, probablemente se reduciría una de las causas que genera ausentismo laboral.
4. Salud es la palabra clave
Un ambiente de trabajo saludable promueve una mejor productividad. Antes de la pandemia, casi la mitad (46%) de los trabajadores afirmaba que a veces las diferentes circunstancias del día laboral les impedían alimentarse adecuadamente. Al consultarles luego de comenzar el aislamiento, el 75% dice comer más sano porque puede tener más control sobre lo que cocina.
Y si hablamos de actividad física, durante la cuarentena, el 40% de los argentinos sigue sus rutinas en la casa; sin embargo, otro 38% no lo hace. El 22% de los encuestados no realizaba actividad física antes de la cuarentena.
¿Y las desventajas?
De los puntos anteriores, podemos concluir que el teletrabajo es un programa eficaz y eficiente para la mayoría de las organizaciones. Sin embargo, no podemos pasar por alto algunas desventajas de esta modalidad:
1. Cuesta desconectarse
Un teletrabajador, que generalmente trabaja desde casa, pasa la mayor parte del tiempo en ella. Esto hace que sea muy posible que la empresa solicite algún trabajo adicional. De esta forma, el factor motivador disminuye y afecta la productividad habitual. Por lo tanto, lo primero que debe realizar el empleado es aclarar las horas de trabajo.
2. “El trabajador remoto no trabaja”
Un trabajador remoto siempre se percibe como aquel que trabaja menos que un trabajador de oficina tradicional. Sin embargo, el 42% de los trabajadores argentinos dice dedicarle más horas al trabajo desde su casa que en la oficina.
Independientemente de la carga de trabajo, los logros de un teletrabajador se suelen contar menos, o al menos así era antes de la pandemia. Por lo tanto, se recomienda demostrar la carga de trabajo disponible junto con los objetivos conseguidos.
3. Disponibilidad ilimitada de distracciones
Las distracciones son inversamente proporcionales a la productividad. Un ambiente confortable en casa también cuenta con distracciones varias. Las actividades placenteras como ver la televisión, hablar con amigos u otros problemas familiares que resultan ser una distracción, pueden afectar el ritmo y la cantidad de trabajo realizado.
4. Separación de la vida personal y profesional
Un teletrabajador es un ser humano y no un robot. Por lo tanto, no cuenta con un sistema que le permita conmutar entre el modo oficina y el modo doméstico. Es imposible para el trabajador remoto cumplir con sus tareas laborales sin involucrar parte de su vida personal en el trabajo.
5. Falta de orientación
A veces, el empleado tiene ciertas consultas con respecto al proyecto asignado o es posible que desee algunas sugerencias del compañero de trabajo o del empleador. Mientras trabaja desde casa, es más difícil obtener una respuesta instantánea de alguien, lo que consume mucho tiempo. Además, esto aumenta las posibilidades de cometer un error o la insatisfacción del cliente.
6. Confinamiento disfrazado
Trabajar solo suele tener un precio. Un teletrabajador disfruta de la flexibilidad de las horas de trabajo y la libertad de elegirlas. Sin embargo, para una persona hiperactiva, es un confinamiento solitario disfrazado. Trabajar en soledad puede hacer que el ambiente de trabajo sea aislado y libre en comparación con el contexto de oficina tradicional. Aquí, la persona no experimenta cambios y no tiene a nadie con quien hablar para aliviar la carga de trabajo.