Finanzas verdes: grandes oportunidades para las empresas

Las finanzas verdes o sostenibles hacen referencia a las inversiones financieras que se destinan a proyectos e iniciativas de desarrollo sostenible, productos ambientales y políticas que fomentan el desarrollo de una economía más sustentable y de diferentes objetivos ambientales. A nivel global, las finanzas sostenibles se están posicionando en distintos mercados. Por ejemplo, la Bolsa de Valores de Londres cuenta con la Marca de Economía Verde, que reconoce a las empresas y los fondos que cotizan en Londres que obtienen más del 50 por ciento de sus ingresos a partir de productos y servicios que contribuyen a los objetivos ambientales, como la mitigación y adaptación al cambio climático, la reducción de desechos y contaminación, y la economía circular.

Localmente, estas inversiones tomaron mayor impulso con la creación de la Regulación 885/2021 de la Comisión Nacional de Valores (CNV) destinada a fomentar la inversión en Valores Negociables con Impacto Ambiental, Social y de Gobernanza. Además, la emisión de Bonos Verdes, Sociales y Sustentables (SVS) tuvo un alcance récord en el mercado local durante el año 2022.

Para comprender más sobre este tema y sus impactos, dialogamos con reconocidos actores del sector tales como Banco Hipotecario, Banco Galicia, Itaú, BBVA, SMS Latinoamérica, Southern Trust y Genneia.

“Impulsar el desarrollo sostenible es una responsabilidad de todos” asegura Martin Ignacio Diez, Gerente de Finanzas en Banco Hipoecario, y agrega que la entidad “asumió el compromiso de dejar una huella positiva en la comunidad, ocupando un rol activo para las finanzas sostenibles a nivel local”.

¿Cómo están abordando las finanzas y las inversiones sostenibles?

Participamos de múltiples colocaciones en el mercado de capitales para propiciar el financiamiento de proyectos con impacto ambiental y social. Durante el primer trimestre de 2023, fuimos avalistas, organizadores y colocadores del primer bono con etiqueta de género de Argentina, acompañando a Pro Mujer en el marco del nuevo régimen simplificado y garantizado de emisiones con impacto social. Este tipo de proyectos potencia las inversiones que el Banco lleva adelante en materia de microcréditos, promoviendo el emprendedurismo con enfoque de género, el desarrollo de viviendas, entre otras iniciativas.

¿Cómo observan su evolución en la Argentina?

Sin dudas, las finanzas sostenibles marcan una tendencia creciente y pujante en nuestro país, tal como se observa en el resto del mundo. Si bien Europa ha desarrollado políticas y procesos que favorecen estas herramientas de financiamiento hace varios años, la Argentina ha mostrado interés y se ha comprometido a contribuir a la agenda global. Desde el acuerdo entre el BCRA y la CNV para impulsar la inclusión financiera; pasando por el incremento en la emisión de bonos sociales, verdes, sostenibles y ligados a la sostenibilidad; hasta la firma del Protocolo de Finanzas Sostenibles, que reúne a bancos públicos y privados, con base local y extranjera, en el marco del compromiso al desarrollo de las finanzas sostenibles en el país. Esto se traduce no solo en la oferta de instrumentos de financiamiento ligados a la sostenibilidad sino también en la mayor demanda por parte de los inversores, quienes cada vez más optan por este tipo de alternativas.

¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades?

Los mayores desafíos están ligados al compromiso genuino de todos los habitantes del planeta en procurar un futuro mejor para todos. Es necesario cambiar hábitos y procesos que permitan llevar adelante una transición ordenada y contundente. Las finanzas son un eslabón dentro del ecosistema global que debe operar para que el desarrollo sostenible se fortalezca; sin dudas, un eslabón fuerte, que aporta dinamismo a la economía mundial y que necesita articularse con una gestión responsable de los recursos y una distribución equitativa de la riqueza.

En toda crisis, hay oportunidades. La crisis climática que atraviesa el planeta, representa una de las oportunidades más destacadas para que las finanzas sostenibles continúen creciendo exponencialmente. El desarrollo de productos y servicios sostenibles en el sistema financiero contribuye a atenuar los efectos del cambio climático, ya sea mediante la inversión en proyectos vinculados a eficiencia energética, energías renovables, movilidad sustentable, construcción sostenible o reciclado. De esta manera, se generan nuevas oportunidades de negocio que mejoran la diversificación de los inversores y atraen capital a largo plazo, en un marco de transparencia. Hoy el mercado de capitales ligado a la sostenibilidad es una oportunidad para ONG y Pymes, que pueden obtener financiación de proyectos ambientales y/o sociales, con tasas competitivas.

¿Cuáles son los límites que tendrán las empresas que no incorporen estos temas?

El principal riesgo asociado a la no incorporación de aspectos ESG a la gestión de cualquier empresa es reputacional; adicionalmente, la pérdida de posibilidades de acceso al financiamiento se traduce en una reducción de su cartera de clientes y esto repercute en las ganancias de la empresa. Es decir, no enfocarse en estos aspectos representará para cualquier compañía un mayor costo de capital, barreras para acceder al financiamiento y un menor valor de sus acciones.

Martin Ignacio Diez, Gerente de Finanzas en Banco Hipoecario

 

“Las empresas que aplican estos modelos alcanzan mejores resultados económicos, innovan con mayor facilidad y logran adaptarse a los nuevos desafíos que plantea un contexto cada vez más complejo” afirma María Alejandra Gonzalez, Líder de Cambio Climático y Financiamiento Sostenible en Banco Galicia, entidad que realiza diversas acciones para promover las finanzas sostenibles.

¿Cómo están abordando las finanzas y las inversiones sostenibles?

Las finanzas sostenibles son una tendencia que se viene afianzando en el mundo entero y que busca dar una respuesta a la demanda del mercado. Hoy las empresas tenemos el mandato de ser rentables, pero al mismo tiempo de impulsar el desarrollo social y el cuidado ambiental. Con esta visión, desde Banco Galicia asumimos el compromiso de ser líderes en el desarrollo de productos y servicios que respondan a esta demanda creciente de finanzas sostenibles. En este sentido, a escala local, formamos parte de los Principios de Banco Responsable de UNEP FI, fuimos uno de los bancos fundadores del Protocolo de Finanzas Sostenibles y somos parte de la Red Argentina de Pacto Global.

Así, en el 2018 realizamos la emisión del primer Bono Verde del sector privado por $100 millones de dólares con el fin de expandir el programa de préstamos para proyectos de eficiencia medioambiental. El bono fue suscrito por la Corporación Financiera Internacional (IFC), institución del Grupo Banco Mundial que ha estado a la vanguardia en apoyar el desarrollo de bonos verdes en mercados emergentes. El lanzamiento de este bono verde responde principalmente al interés del Banco para desarrollar y ofrecer a sus clientes productos y servicios que contemplan a la sustentabilidad, y que están en línea con las tendencias del sistema financiero a nivel global. Sumado a la larga relación que el Banco mantiene con la Corporación Financiera Internacional desde hace más de 20 años, fue lo que nos impulsó a lanzar este bono.

Asimismo, durante ese año comenzamos a trabajar en el Vínculo de Impacto Social (VIS), una herramienta de financiamiento que maximiza la solución de problemas sociales complejos otorgando retorno ajustado a resultados. Esta nueva herramienta es una derivación del Bono de Impacto Social, creada por Social Finance de Reino Unido. El mecanismo es simple, frente a un problema social en donde el Estado o los privados no pueden dar respuesta en forma aislada, se convoca a un grupo de inversores para obtener financiamiento. Se fijan los objetivos a alcanzar mediante la implementación del programa y los inversores obtienen su repago de acuerdo a los objetivos alcanzados.

En el 2020, 2021 y 2022 desarrollamos junto a Sistema B y SGR Resiliencia, la Línea +B especialmente destinada a empresas con impacto social y/o ambiental ya sea por los productos que comercializan o los servicios que ofrecen, con especial foco en Empresas B. De hecho, cabe destacar que actualmente presentamos una nueva línea de financiamiento exclusivo para empresas sustentables que cuenten con certificado MiPyme.

Además, generamos una alianza con Sumatoria para promover el financiamiento sostenible, ampliando el acceso al crédito a emprendedores y grupos asociativos de la economía social. En este sentido, realizamos un aporte no reembolsable al “Fondo de Emergencia para Economía Social”, enmarcado dentro del Fondo CoVida 20, a fin de que Sumatoria preste apoyo a distintos proyectos financiables de Emprendedores, Grupos Asociativos y Cooperativas de sectores vulnerables de Argentina. Luego de concretada la financiación de un proyecto, Sumatoria tendrá a su cargo la administración del crédito, incluyendo el monitoreo.

En paralelo, y como forma de continuar apuntalando estos emprendimientos de triple impacto, junto a Mayma, desarrollamos varios programas de capacitación para emprendedores. El objetivo es que puedan adquirir herramientas financieras para fortalecer su negocio. Por otra parte, participamos de tres ON, la primera con la organización social TECHO, la segunda con Sumatoria y la tercera junto a Pro Mujer, la cual lanzamos recientemente por un monto de $200 millones a 12 meses de plazo. También, integramos junto al GCBA el fideicomiso FONDES para potenciar el ecosistema emprendedor de la economía social y popular.

Así, como actores sociales relevantes buscamos generar productos innovadores que permitan el crecimiento sustentable, considerando la diversidad, la inclusión y el desarrollo económico, al tiempo que se respeta el cuidado ambiental.

¿Cómo observan su evolución en la Argentina?

Este tipo de financiación viene experimentando un crecimiento sostenido en todo el mundo. Con diferencias entre los países, vemos que cada vez más la cuestión del financiamiento de impacto es un tema en las grandes empresas, las pymes y los emprendimientos. Por otro lado, el sistema financiero también viene conformando diferentes grupos de trabajo en los cuales se comparten las mejores prácticas y experiencias sobre el tema. De esta manera, vamos observando que surgen herramientas de financiación innovadoras que dan respuesta a las necesidades del mercado.

¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades?

El desarrollo de este tipo de finanzas es uno de los pilares de nuestra Estrategia de Sustentabilidad. Esto nos lleva a trabajar tanto al interior del Banco como con la comunidad. El principal desafío radica en entender que no podemos hacerlo solos, sino que necesitamos de la unión de todos los actores sociales para poder generar los cambios necesarios. Trabajar colaborativamente con Gobiernos, empresas, organizaciones y asociaciones expertas, es la única manera de obtener resultados duraderos y a largo plazo.

¿Cuáles son los límites que tendrán las empresas que no incorporen estos temas?

Tener modelos de negocios inclusivos, diversos y sostenibles se convirtió en una necesidad para cualquier empresa. Ya no se trata simplemente de una imposición por parte de las personas, sino de una manera de trabajar y de hacer negocios que llegó para quedarse. Las empresas que aplican estos modelos alcanzan mejores resultados económicos, innovan con mayor facilidad y logran adaptarse a los nuevos desafíos que plantea un contexto cada vez más complejo.

María Alejandra Gonzalez, Líder de Cambio Climático y Financiamiento Sostenible en Banco Galicia

 

“Sabemos que uno de los principales retos para los clientes son los desafíos financieros. Las entidades bancarias desempeñan un papel catalizador en la transición hacia un mundo más justo y sostenible, por eso desarrollamos soluciones para abordar de manera integral sus necesidades y que, a la hora de invertir, la alternativa sostenible sea la más conveniente”, explica Oscar Gemignani, Gerente de Sostenibilidad y Partners de BBVA en Argentina.

¿Cómo están abordando las finanzas y las inversiones sostenibles?

Nuestra propuesta consta del acompañamiento y la asesoría en la transición sostenible de nuestra cartera. Por eso se ha impulsado un plan de formación en materia de acción climática y crecimiento inclusivo de nuestros equipos comerciales. Ofrecemos productos mayoristas y minoristas a medida, se celebran acuerdos estratégicos con empresas para que aquellos bienes y servicios sostenibles cuenten con un beneficio promocional para quienes los adquieran, se trabaja con el objetivo de que los procesos sean más eficientes y ágiles si se trata de una oportunidad sostenible, y se dispone de productos y servicios financieros basados en la inclusión.

¿Cómo observan su evolución en la Argentina?

Observamos que cada vez somos más los actores que estamos convencidos de que la sostenibilidad es el camino por tomar y que esta no solo brinda beneficios económicos, sino también sociales y ambientales a lo largo del tiempo. El crecimiento experimentado por el BBVA Argentina para el 2022 refleja que es una oportunidad transversal a todos los desarrollos de negocio y que es una oportunidad rentable: en total se han movilizado 21.596 MM de pesos, logrando así el cumplimiento del objetivo propuesto para dicho año en todas las Bancas: Minorista, Empresas y Corporativa.

¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades?

El cambio climático trae consigo mayores riesgos, ya que nuestros clientes se enfrentan a desafíos físicos provocados por eventos meteorológicos extremos con potencial daño a sus activos a largo plazo. A su vez, deben incurrir en el riesgo de transicionar a una economía baja en emisiones de carbono, y para ello se deben adaptar a cambios legislativos o en los patrones de consumo.

Debemos realizar una adecuada gestión de productos y servicios financieros que buscan ser amigables con el ambiente. Estos deben tener beneficios demostrables para nuestros clientes, si no, pueden generar un efecto negativo.

Nuestro rol ante los nuevos desafíos es conocer las nuevas oportunidades de negocio y ofrecer las herramientas adecuadas para la transición de nuestros clientes, lo que trae consigo una mayor amplitud en el abanico de alternativas que conducen al crecimiento económico. A su vez, los negocios alineados con los objetivos de desarrollo sostenible presentan mayor grado de resiliencia y previsibilidad gracias a su impacto positivo en el ambiente y en la sociedad.

¿Cuáles son los límites que tendrán las empresas que no incorporen estos temas?

Aquellos clientes que cuenten con elevados niveles de riesgos climáticos y no busquen implementar medidas más sostenibles en sus actividades, tendrán mayores dificultades de acceso a financiación que aquellos que cuenten con un plan de transición sostenible. A nivel regulatorio, aquellas empresas que no estén interesadas en mejorar su relación con el ambiente tendrán cada vez más límites y desincentivos para mantener sus actividades.

Oscar Gemignani, Gerente de Sostenibilidad y Partners de BBVA

 

Mariana Coluccio, Manager de RRII, Prensa y Sustentabilidad en Itaú Argentina afirma que “Hoy la organización cuenta con una gestión sustentable que integra los aspectos social, ambiental y financiero”, por este motivo, se realiza la planificación de acciones a largo plazo que forman parte de la cultura corporativa de Itaú.

¿Cómo están abordando las finanzas y las inversiones sostenibles?

Itaú está en la región desde 1979, pero si miramos hacia atrás, ya en 1924 se había creado Fundación Unibanco, en la Casa Moreira Salles, con un foco marcado en la cultura y la educación. De allí en adelante, la evolución de la gestión de Itaú fue elevando la vara en torno a sus compromisos, el propósito social, cultural y ambiental. Hoy Itaú Argentina cuenta con una gestión sustentable que integra los aspectos social, ambiental y financiero, por eso planifica acciones a largo plazo, que forman parte de la cultura corporativa al ser entendidas como el ADN de un buen negocio.

Alineados con las metas de los Objetivos de Desarrollo sostenibles al 2030, buscamos ayudar a que las empresas crezcan con un sistema productivo amigable con el ambiente, seguimos trabajando en las finanzas sostenibles y los impactos positivos. Internacionalmente somos miembros del Dow Jones Sustainability Index desde hace más de 20 años.

En los últimos años, Itaú en Argentina ha financiado proyectos transformacionales de impacto positivo por medio de los créditos verdes o Green Loans con Certificación internacional para inversión en energías renovables y eficiencia energética. En 2018 lanzamos la primera línea de crédito verde junto a IFC (Corporación Financiera Internacional) financiando proyectos de eficiencia energética y generación de energía renovable. Fuimos pioneros en obtener la certificación GLP (Green Loan Principles). Estos proyectos, comenzaron a mostrar su impacto positivo en términos de reducción de emisiones en el ambiente por 86,730 tonsCO2/yr, según las cifras que nos provee IFCs por medio de CAFI tool.

Alineados con la acción climática, la responsabilidad y gestión del impacto ambiental, continuamos intensificando las iniciativas que permitan reducir la huella de carbono. En línea con este objetivo, queremos destacar que, durante el 2020 redujimos más del 25% de consumo de energía eléctrica y emitimos un 17% menos de gases de efecto invernadero y compensamos el total de nuestra huella de carbono operacional.

Obtuvimos el sello verde por la gestión sustentable de residuos en nuestras sucursales de la ciudad de Buenos Aires, ser parte del proceso de Economía Circular nos permite afianzar el compromiso con la comunidad y como vecinos en la Ciudad de Buenos Aires.

Itaú es parte del Protocolo de Finanzas Sostenibles, iniciativa impulsada por Fundación Vida Silvestre y BID Invest.  Alineados con la acción climática y la responsabilidad ambiental, promovemos iniciativas que permitan reducir la huella de carbono, por eso desde hace más de tres años acompañamos el sistema de bicis compartido de la ciudad de Buenos Aires.

Desde el pilar inclusión y educación financiera seguimos orientando la creación de productos y soluciones inclusivas. Y en materia de educación, estamos llevando adelante un programa de talleres orientados a acompañar en distintos niveles de complejidad, con contenidos que permitan a los clientes entender en su día a día cómo ahorrar, invertir y gastar, de forma inteligente.

En 2021 Itaú Argentina adhirió a los 10 Principios universales del Pacto Global de las Naciones Unidas, una de las iniciativas más significativas del país, para contribuir en la solución a los más grandes desafíos del planeta y la humanidad al 2030.

¿Cómo observa su evolución en la Argentina?

La gestión sustentable avanzó muchísimo a nivel global, si miramos 30 años hacia atrás no era un concepto entendido tal como evolucionó a hoy, estaba mucho más enfocada en la Responsabilidad Social Empresaria.

Algunos de los hitos que permiten mostrar esta evolución son: la formación en el año 1990 del CEADS, Consejo Empresario para el Desarrollo Sostenible, donde más de 200 empresas que trabajan exclusivamente con el sector empresarial y el desarrollo sostenible; el surgimiento del concepto de triple línea de resultados el GRI (Global Reporting Initiative), los estándares para brindar información sobre la gestión; la creación del Pacto Global; y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río +20).

En argentina estos temas estuvieron vinculados más a temas sociales, las empresas empezaron a trabajar desde la mirada de responsabilidad social con enfoque filantrópico y, tal vez, al principio con prácticas más aisladas que luego se fueron agrupando bajo pilares que abrazaban desde la sustentabilidad todos los frentes.

En 2015 hubo un salto muy importante en la sustentabilidad con la COP de París (Conferencia de Partes) donde el tema climático cobra fuerza interpelando a los estados parte pidiendo más compromiso en materia de baja de emisiones. En el mismo año, con el Laudato Sí del Papa Francisco, se empujó mucho el tema del desarrollo sostenible, y conformó un hito porque fue una definición de objetivos que interpelan a todos los actores, estados, academia, asociaciones sin fines de lucro y a las empresas. Además, el ultimo 25 de septiembre se cumplió el 6to aniversario de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que fija esta agenda al 2030, con metas concretas que empujan la agenda de la sustentabilidad.

En síntesis, la evolución fue dándose gradualmente desde prácticas más aisladas desde lo social, ambiental, filantrópico, para luego dar un salto hacia una sustentabilidad como modelo integral de gestión, que permitió crear valor compartido teniendo en cuenta el impacto social, económico y ambiental, con una gobernanza que toma cartas y responsabilidad de forma más fuerte y centralizada. Hoy en la agenda global de la sustentabilidad, los frentes estratégicos son: el cambio climático, ESG, diversidad, derechos humanos. En este esquema las empresas financieras somos interpeladas a comprometernos fuertemente.

¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades?

El desafío es el contexto permanentemente cambiante, que obliga a tener un propósito claro, la flexibilidad de innovar y creer en el poder transformador para adaptar los programas para ser siempre relevantes, sinceros, coherentes con el contexto. Que lo que hacemos sea genuino, desde el decir y el hacer. Ser empáticos, enamorarse de las causas y comunicarlas de forma armónica en todos sus canales.

Las oportunidades hoy son múltiples, ya que la sustentabilidad es actualmente un concepto familiar. Tenemos oportunidades de realizar muchas acciones que tiendan a cambiar las cosas, y creo que en gran parte la clave es el trabajo conjunto, las alianzas público, privadas y con el tercer sector, que permiten dar mayor fuerza, llegada e impacto a las iniciativas, acompañadas de una comunicación realista. Contar sobre que se está avanzando y qué falta, poder reflexionar en un diálogo sincero con los distintos públicos.

¿Cuáles son los límites que tendrán las empresas que no incorporen estos temas?

La sustentabilidad pasó de ser un tema aislado a estar en el board de dirección en muchas compañías. Incluso algunas buscan regionalizar para aumentar el impacto de sus acciones y lograr una mirada 360. Lo importante: el cambio es urgente y requiere del compromiso de todas las partes. Hoy ya es imposible no tener una gestión de la sustentabilidad, pero es cierto que aún falta compromiso. Los límites tendrán relación directa con las expectativas y preferencias de las partes: inversores, empleados, clientes, cadena de valor, socios estratégicos, entre otros, que buscan empresas comprometidas con el impacto social, económico y ambiental que generan en las comunidades donde operan. “Este escenario representa un gran desafío para las organizaciones y, al mismo tiempo, una oportunidad para acceder a la licencia social que garantiza mejores resultados, cuestión íntimamente ligada con usuarios y clientes que día a día evolucionan hacia un consumo responsable acompañado de una comunicación genuina y real con la realidad del negocio.

Hay mucho descreimiento, el pinkwashing, el greenwashing, generan efectos opuestos en la gente, por eso la comunicación debe ser, además de inspiradora, basada en datos e indicadores, para que sea sostenible en el tiempo.

Mariana Coluccio, Manager de RRII, Prensa y Sustentabilidad en Itaú Argentina

 

“Tenemos un fuerte compromiso con el tema y hemos capacitado y motivado a muchos actores para que utilicen estas herramientas de financiamiento sostenible”, comienza detallando Julián Costábile, Director de Sustentabilidad de SMS Latinoamérica, y agrega: “Fundamentalmente a empresas, tanto grandes como pequeñas, pero también a gobiernos, ONG y todas aquellas entidades que tengan un proyecto verde, social o sostenible y puedan utilizar los préstamos o bonos verdes como una palanca para desarrollarlos”.

¿Cómo están impulsando las finanzas y las inversiones sostenibles?

Nuestro mayor aporte al tema es haber conformado un equipo de profesionales único en el país y la región, con más de 15 economistas, ingenieros ambientales, contadores y abogados que conocen extensamente cada aspecto de la gestión sostenible, tanto en lo ambiental como en lo social.

Desde su experiencia, ¿cómo observan su evolución en la Argentina?

Aunque el tema es incipiente y el contexto económico siempre es desafiante, la evolución es muy sólida e irreversible. El panel de bonos sostenibles de BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos) ya tiene más de 30 emisiones en poco más de dos años, y vemos cada semana que más bancos comienzan a desarrollar sus líneas verdes o sociales, alineándose con marcos internacionales y capacitando a sus equipos sobre cómo desarrollar el tema.

¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades?

El desafío mayor es el contexto macroeconómico que hace tiempo tenemos en la Argentina y en muchos casos es difícil el desarrollo del crédito en sí, y más aún del financiamiento con enfoque verde social o sostenible. Sin embargo, es esperable que el contexto mejore y con eso el tema adquiera un volumen mayor. En ese sentido, este es un momento ideal para prepararse, desarrollando los primeros casos, líneas, emisiones de bonos y capacitando a los equipos para que en los próximos años el tema alcance todo su potencial. La oportunidad que tenemos en la Argentina es gigantesca, y lo hemos podido comprobar. Con el apoyo del programa UK Pact, nos tocó desde SMS realizar un relevamiento en varias provincias del monto de inversiones necesarias en los principales sectores de la economía, que impactan positivamente en algún aspecto en el ambiente y la sociedad, y encontramos más de 200 millones de dólares en cada provincia de este tipo de inversiones potenciales.

¿Qué límites encontrarán las empresas que no lo incorporen?

Más que un límite, van a perder oportunidades. Definitivamente quienes alineen sus estrategias, productos, servicios e información a los objetivos de cambio climático y otros objetivos ambientales y sociales relevantes, tendrán un mejor acceso al financiamiento. Van a encontrarse con bancos e inversores del mercado que lo primero que les pregunten será si están preparados para un financiamiento verde o social, y si no están preparados, verán cómo esas inversiones y oportunidades los dejan por otros que sí puedan responder a esa pregunta.

Julián Costábile, Director de Sustentabilidad de SMS Latinoamérica

 

“Nosotros creemos que ESG es una tendencia que –en muchos casos– es y será requerida por inversores, proveedores, consumidores, bancos, reguladores y empleados en un futuro cercano”, afirma Sigrid Tolaba, CEO de Southern Trust.

¿Cómo están impulsando las finanzas y las inversiones sostenibles?

Estamos trabajando en dos direcciones: puertas adentro, en el perfeccionamiento de nuestro fondo ESG. Hacia la comunidad, divulgando y promoviendo nuestro incipiente mercado sostenible local; contando sobre el tipo de instrumentos que existen; compartiendo nuestro accionar al elegir inversiones ESG, los desafíos que nos encontramos; compartiendo con otros actores del sistema financiero nuestras experiencias y resaltando la importancia de trabajar en estos temas con anticipación.

Con respecto a nuestro Fondo ST ESG, cuenta con más de 800 millones de pesos, acumula un rendimiento de 124 por ciento en 17 meses, tiene dos reportes de sustentabilidad, está calificado por Fix SCR con A+ y ganó el premio CAMBRAS, reconocido como una de las mejores iniciativas del mercado de capitales latinoamericano.

Desde su experiencia, ¿cómo observan su evolución en la Argentina?

El mercado financiero ESG en la Argentina está dando sus primeros pasos. América Latina comenzó este camino hace unos años, pero lo que hoy nos entusiasma es la velocidad de crecimiento de estos dos últimos años. En el mercado de capitales existen tres paneles de acciones y bonos sostenibles; hay 38 emisores que han lanzado estos instrumentos ESG; más de 12 fondos comunes de inversión específicos aprobados, más de 1500 cuotapartistas; los bancos están trabajando conjuntamente en una mesa sostenible y algunos persiguen fuertes indicadores de sustentabilidad y proponen créditos a mejores tasas; también es posible adquirir o emitir cheques verdes de empresas pyme. Sabemos que nos quedan muchos desafíos por delante, incluso algunos que aún en países desarrollados se siguen mejorando referidos a homogeneización de la información, estandarización de reportes, simplificación de las certificaciones, etc.

¿Cuáles son los desafíos y las oportunidades?

Tenemos una gran oportunidad porque está todo por hacer, porque existe un creciente interés de los inversores en elegir y apoyar proyectos rentables con propósito. Por otro lado, pensar de esta manera nos obliga a reformular nuestras propias estrategias de crecimiento y tal vez desarrollar o descubrir nuevos nichos de negocio o en reemplazo de algunos que tenderán a extinguirse o desaparecer.

¿Qué desafíos tendrán aquellas empresas que no incorporen estos temas?

La agenda en los temas de sustentabilidad atraviesa a todas las empresas, y quienes no los incorporen limitarán su crecimiento o su operación. Para nosotros, en la Argentina, es vital pensar en la inserción global de nuestras compañías, ya sea exportando o buscando inversores, pudiendo mostrar el trabajo que estamos haciendo en este sentido.

Sigrid Tolaba, CEO de Southern Trust

 

“El camino hacia la sustentabilidad está impactando considerablemente en el mundo de las finanzas. El mercado está mostrando tendencias en temas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de las compañías que son un punto clave para tomar en consideración a la hora de decidir qué inversiones realizar”, destaca Gustavo Castagnino, Director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad – ESG de Genneia.

En este sentido, desde la empresa aseguran que se guían a través de un modelo de triple impacto basado en la transparencia, la integridad y la mejora continua, gestionando los aspectos ambientales y sociales bajo estándares de la Corporación Financiera Internacional.

Desde su experiencia, Castagnino indica que los consumidores fueron los primeros en analizar qué están haciendo las compañías en materia ESG, seguidos por las organizaciones sin fines de lucro (ONG), los reguladores, los gobiernos, los bancos y los fondos de inversión. “Los inversores hoy apuestan por las finanzas sostenibles no solo por su rentabilidad, sino por su impacto medioambiental y dentro de las comunidades, temas que antes no eran tomados en cuenta y hoy se vuelven fundamentales”, comenta.

Como generadores de energía eléctrica, identifican que las finanzas sostenibles han sido y son actualmente uno de los pilares fundamentales de su negocio. Por ello, en 2021 crearon un Comité de Finanzas Sostenibles. Este tiene reporte directo al CFO y su función principal es la evaluación y selección anual de los proyectos considerados elegibles para acceder a este tipo de financiación. A su vez, aprobaron el “Procedimiento de Emisión de Bonos Verdes”, que abarca la evaluación y selección de los proyectos por financiarse, la gestión de fondos obtenidos y los mecanismos de reporte y para la revisión externa.

Asimismo, en 2021 lanzaron el Marco de Bonos Verdes (MBV) de Genneia, que establece los criterios de su emisión para financiar o refinanciar los proyectos verdes elegibles. Estos proyectos, además de ser de energía renovable, deben contribuir con las metas establecidas en el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y el ODS 13 (Acción por el clima).

Castagnino destaca: “Los bonos verdes de la compañía tienen alta demanda por parte de inversores institucionales, fondos de inversión y corporativos”. Esto se ve reflejado en el nivel de adhesión al canje y las ofertas recibidas que superan el monto establecido.

En esta línea, en 2021 se convirtieron en la compañía emisora líder de bonos verdes tras emitir USD 132 millones en bonos verdes locales y USD 366 millones en el mercado internacional.

“Con las últimas emisiones en el mercado local, completamos exitosamente nuestro plan de financiación para llevar a cabo el nuevo Proyecto Solar Fotovoltaico Sierras de Ullum en 2021”, cuenta. Por último, emitieron bonos verdes por USD 51 millones en noviembre de 2022 para financiar la construcción de los parques eólicos La Elbita, ubicados en la provincia de Buenos Aires, y el proyecto solar Tocota III en San Juan.

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