Trascender fronteras, buscar nuevas experiencias, embarcarse en una aventura para nutrirse académica y emocionalmente, de eso se tratan los programas de EF, la compañía que desde 1965 crea propuestas innovadoras para aprender idiomas como parte de un viaje inolvidable.
“Aquel que se fue, nunca es el mismo que regresa”, así describe la experiencia Florencia Codevilla, Country Product Manager APP, EF Argentina & Uruguay, con quien dialogamos para conocer un poco más acerca de la historia de esta compañía que, además de acompañar a los viajeros, busca generar un impacto positivo en cada una de las comunidades donde opera.
Hace 58 años nacía EF Education First, y lo hacía con un concepto clave: Viaje Lingüístico ¿Cómo evolucionó su significado en este más de medio siglo de la compañía?
Efectivamente, hace 58 nuestro fundador sueco, Bertil Hult, creaba EF Internacional, que, si bien hoy es una gran multinacional, en muchos aspectos conserva su espíritu de empresa familiar. Toda la cúpula está conformada por parte de la familia y el propio fundador está muy involucrado al igual que sus hijos.
La compañía comenzó cuando Bertil Hult llevó a un grupo de estudiantes suecos a estudiar inglés a Brighton, y allí descubrió que los chicos no solamente aprendían el idioma mucho más rápido, sino que también expandían sus horizontes culturales, los ayudaba a crecer y volverse más independientes. Ese fue el inicio de un proyecto que empezó a crecer de forma exponencial y hoy cuenta con escuelas de idiomas en muchas partes del mundo.
En este sentido, efectivamente el concepto de viaje lingüístico fue evolucionando junto al crecimiento de la compañía y la resignificación de los viajes, dado que las personas se embarcan en este proyecto no solo para perfeccionar un idioma, sino también como una plataforma de crecimiento personal, porque implica volverse mucho más empático y desarrollar la capacidad de adaptación a nuevas culturas.
Parte de nuestra misión y de lo que creemos es que el mundo, se hace un mejor lugar cuando la gente se intenta entender entre sí. Nos parece que la comunicación, el entendimiento y la comprensión forman parte de cualquier tipo de mejora humana, por eso nos gusta aportar nuestro granito de arena a partir de propuestas de viajes que son una experiencia de vida.
¿Cómo se organiza la actividad de EF Education First?
EF Internacional cuenta con las siguientes divisiones: Languages, en la que se encuentran los viajes para estudiar idiomas en el exterior; IF Tours, que contempla viajes turísticos, pero también relacionados con el aprendizaje de idiomas; la división de AuPairs, denominada Cultural Care, que es para trabajar como niñera en Estados Unidos; la división de seguro médico y de viaje; y una división de flights. En Argentina trabajamos con Languages y Cultural Care.
¿Cómo se conforma el equipo de EF Argentina?
Tenemos la oficina central en la Ciudad de Buenos Aires y también una oficina en Córdoba, además de los representantes con los que contamos en todo el país. Desde aquí trabajamos la operación de Argentina y Uruguay.
Hay tres programas principales en EF Argentina y Uruguay: uno para menores de edad, que es de corta duración -menos de seis meses-; otra propuesta también de corta duración, pero para adultos; y un tercer programa, del cual soy la gerenta, que es de más de 1 semestre o de año académico y es para todas las edades.
¿Dónde están presentes?
Contamos con 50 escuelas distribuidas en 20 países, son siete idiomas en total. En el caso de las escuelas de inglés, tenemos en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Irlanda, Sudáfrica, Malta, Singapur, Australia, Nueva Zelanda. También tenemos escuelas de japonés en Tokio, de chino en Singapur, alemán en Berlín y en Munich, francés en Niza y en París, italiano en Roma, coreano en Seúl y español en Costa Rica y España.
¿Cuáles son los destinos más elegidos en la operación de Argentina?
Algunos de los más elegidos son Nueva York, Londres y Oxford, donde tenemos un campus que es espectacular y al ser una ciudad académica, más tranquila y chica que Londres, el costo de vida es bastante más accesible. También es muy popular Malta, un lugar hermoso cuyo idioma oficial es el inglés, y a su vez es bastante económico y muy turístico.
Muchas veces hay un prejuicio etario en cuanto a emprender este tipo de aventuras, pero ustedes desafían esto con propuestas para todas las edades ¿cómo es la devolución de los adultos que se animan a la experiencia?
Es muy lindo cuando alguien grande -como puede ser 50, 60 o 30 años- comienza a averiguar para hacer nuestros programas, demostrando así que no hay límite de edad. Mucha gente se acerca a recabar información y nos comenta que le quedó como cuenta pendiente hacer una experiencia de este estilo. A veces tienen la duda sobre si es el mejor momento para hacerlo, y la verdad es que no hay mejor momento que el presente. De hecho, yo puedo hablar de esto desde lo personal porque mi mamá viajó a sus 55 años a hacer un curso de inglés a nuestro campus de New York, y para ella fue una experiencia maravillosa.
Cuando los adultos se embarcan en nuestros viajes, la devolución es súper positiva. No solamente regresan con mejor nivel de inglés y el conocimiento de nuevas culturas, sino que también construyen una red de contactos internacional que entre los profesionales es súper importante porque vivimos en un mundo globalizado.
¿Qué contempla el servicio de EF dentro del viaje?
Prácticamente todo, lo único que nosotros no trabajamos es aéreos y gestoría de visas. Nos enfocamos plenamente en el programa académico, material de estudio y el alojamiento. Puede ser en la casa de una familia local -hogar anfitrión-, lo que le permite a la persona vivir la cultura local de primera mano, lo que forma parte del aprendizaje de adaptarse a las rutinas, las comidas, a todo lo que hace el día a día de un hogar. Siempre hago especial hincapié en esto en las charlas informativas. Como socióloga he estudiado mucho las transiciones generacionales y todo lo que tiene que ver con adaptabilidad y el mercado laboral, y actualmente en el mercado laboral internacional, las habilidades que más se valoran son las habilidades blandas, aquellas que se adquieren según experiencias y permiten la adaptación a diversos contextos.
También existe la posibilidad de alojarse en una residencia universitaria, que es un intercambio cultural, pero no tanto de la cultura local, sino más bien internacional porque se comparte el espacio con estudiantes de muchos países.
El deporte tiene un rol muy protagónico en las experiencias de EF ¿Qué iniciativas están llevando adelante en este sentido?
En Europa, EF es sponsor de un equipo de ciclismo masculino y femenino que compite en el Tour de France. De hecho, hay muchas acciones que se realizan con el EF Pro Cycling (ciclismo profesional), como por ejemplo igualar los salarios entre el ciclismo masculino y femenino, además de participar activamente en eventos que combinan ciclismo con acciones solidarias.
Por otro lado, nuestros estudiantes pueden practicar deportes en los campos de deporte que tienen algunas de las escuelas, o bien en los clubes con los que tenemos convenio.
¿Cómo fue la actividad de EF durante la pandemia? tomando en cuenta las restricciones en los diferentes países a través del tiempo.
Fue un momento muy complicado, pero con mucho trabajo y esfuerzo pudimos llevar adelante nuestro día a día. Había mucha gente que tenía sus cursos contratados y tuvimos que empezar a postergarlos, hasta que en algún momento se abría el ingreso al destino, pero podía suceder que no podían volver por restricciones en el país de residencia. Otro de los desafíos fue el tema vacunas, dado que no todas eran aceptadas en todos los países. Fue bastante caótico y requirió muchísimo trabajo del equipo.
Pero la verdad es que en la era pospandemia volvieron las ganas de viajar. Fue muy impresionante el cambio de tendencia. Generalmente la gente reservaba de un año a otro, pero cuando se empezaron a abrir las fronteras, las reservas se realizaban de un mes para el siguiente. Ahora, de a poco, se está volviendo a planificar con más tiempo, pero en un momento era como un “ahora o nunca”, producto, claro, de lo vivido durante la cuarentena.
EF fomenta un impacto sostenible en las comunidades donde opera ¿Qué acciones realizan?
Tenemos un círculo de impacto. El primero al que llega es el estudiante por cómo impacta la experiencia en su vida. Al impactar al estudiante impactamos también a su familia, porque están justamente permitiendo que sus hijos o hermanos traigan un poco de todo ese aprendizaje a la casa. Impactan también a los amigos, a los compañeros de clase, de acá cuando vuelven y de allá también. Entonces es como un efecto multiplicador. Impactan en sus comunidades y así sucesivamente hasta impactar el mundo. Entonces, en nuestro producto, que es educación, ya tenemos de por sí un componente de impacto muy muy alto.
Aparte de eso, EF Internacional tiene toda un área de sustentabilidad que está muy involucrada con comunidades y con el cuidado del medio ambiente. Por un lado, tenemos el proyecto Hello Zero, que es para recuperar la huella de carbono desde 1965 (año de fundacón de la empresa) hasta ahora, a través de la plantación de árboles con Eden Reforestation Projects, una organización sin fines de lucro que involucra a las comunidades locales en la plantación, mantenimiento y protección de áreas previamente deforestadas.
Además, se realizan acciones como, por ejemplo, una app gratuita de enseñanza de inglés para refugiados de Ucrania en el contexto del conflicto bélico con Rusia. Otra iniciativa es la construcción de escuelas de idiomas en comunidades de África. También, desde hace un tiempo, somos proveedores oficiales de la enseñanza de inglés en los Juegos Olímpicos. Estas son solo algunas de las acciones que se hacen para las comunidades.
Por otro lado, en EF se cuidan mucho los procesos internos y a los colaboradores. Tenemos una carrera de desarrollo profesional muy cuidada. Se promueve mucho el crecimiento profesional internamente a través de capacitaciones, aprendizaje, relocalización, entre otras acciones.
