Fundación Huerta Niños: alianzas para un futuro sustentable

1945

Barbara Kuss, directora ejecutiva de Fundación Huerta Niños dialogó con PRESENTE acerca del objetivo estratégicos de la fundación, el impacto actual que generan a través de sus acciones y específica sobre los programas de RSE que están realizando. Además, nos cuenta su alianza estratégica con Nespresso en su programa de compost y el valor agregado que genera.

¿Qué es Fundación Huerta Niño? ¿Cuál es su objetivo?

Fundación Huerta niño tiene más de 20 años de trabajo en todo el territorio argentino. Lo que hacemos es construir proyectos de huertas en escuelas tanto rurales como urbanas o interurbanas para mejorar la alimentación de los niños. Esto se da en el corto plazo, porque una vez construido el proyecto, la cosecha, que puede ser a los 4 o a los 6 meses, va toda a al comedor escolar. Por lo cual, hoy este proyecto esta institucionalizado y centralizado en la escuela, los niños se alimentan más diverso y mejor. Muchas veces, esas comunidades y niños tienen su único plato de comida en el día en la escuela y por eso es tan importante abastecerlos. Además, estamos trabajando en todo el país apoyando a más de 700 comunidades y que participan del programa cerca de 50 mil niños y niñas. La pandemia trajo unos cambios importantes y las escuelas estaban cerradas, entonces tuvimos que adaptamos en función de las problemáticas emergentes y de que los niños ya no estaban en la escuela, sino que estaban en sus casas. Así que hicimos extensivos nuestro proyecto a cada uno de esos hogares, para que tengan un proyecto de huerta y los niños estén cuidados en sus ámbitos más vitales que es su hogar y la escuela. En la escuela, nosotros hicimos un revelamiento durante pandemia y más del 50% de los proyectos siguieron funcionando a pesar de que la escuela estaba cerrada, esto significa que seguimos dando respuesta a la comunidad. Nuestro programa más importante es el de huertas escolares, le sigue las huertas familiares y, también, el programa educativo, porque con la huerta garantizamos que puedan comer más diverso, pero no que sepa como comer y como nutrirse, así que a través del programa educativo tienen conocimiento de nutrición, medio ambiente, huertas, compost, cuidado de recursos y demás. Esto va a ser que, cuando sean protagonistas de su comunidad, cuando sean actores adultos, sepan cómo alimentarse y, también, como alimentar a su familia. Además, tenemos el programa de compost, porque la nutrición está bien vista de una manera integral, no solo nos nutrimos con el alimento, sino que, también nos nutrimos de cuidados, emociones y a nuestra tierra que es lo más importante.

En datos medibles, ¿cuál es el impacto de la Fundación en los niños actualmente?

Muchas veces, esas comunidades y niños tienen su único plato de comida en el día en la escuela y por eso es tan importante abastecerlos. Además, estamos trabajando en todo el país apoyando a más de 700 comunidades y que participan del programa cerca de 50 mil niños y niñas. La pandemia trajo unos cambios importantes y las escuelas estaban cerradas, entonces tuvimos que adaptamos en función de las problemáticas emergentes y de que los niños ya no estaban en la escuela, sino que estaban en sus casas. Así que hicimos extensivos nuestro proyecto a cada uno de esos hogares, para que tengan un proyecto de huerta y los niños estén cuidados en sus ámbitos más vitales que es su hogar y la escuela. En la escuela, nosotros hicimos un revelamiento durante pandemia y más del 50% de los proyectos siguieron funcionando a pesar de que la escuela estaba cerrada, esto significa que seguimos dando respuesta a la comunidad. Nuestro programa más importante es el de huertas escolares, le sigue las huertas familiares y, también, el programa educativo, porque con la huerta garantizamos que puedan comer más diverso, pero no que sepa cómo comer y como nutrirse, así que a través del programa educativo tienen conocimiento de nutrición, medio ambiente, huertas, compost, cuidado de recursos y demás. Esto va a ser que, cuando sean protagonistas de su comunidad, cuando sean actores adultos, sepan cómo alimentarse y, también, como alimentar a su familia. Además, tenemos el programa de compost, porque la nutrición está bien vista de una manera integral, no solo nos nutrimos con el alimento, sino que, también nos nutrimos de cuidados, emociones y a nuestra tierra que es lo más importante.

¿Desde cuándo Nespresso y la FHN son parte de la misma causa? ¿Cuánto hace que trabajan junto?

El programa de compost es muy importante, en función de que, cuanto más nutrida este la tierra, mejores cultivos va a tener, por ende, mejora la alimentación de los niños, por eso es muy importante. Tenemos en este momento una alianza con la empresa Nespresso que nos provee el café de sus capsulas recicladas y por eso podemos compostar, transformar ese café en compost.  Esta alianza comienza en el año 2018 con la entrega de café, que comenzamos con 50 toneladas y, en estos 3 años, ya estamos superando las 171 toneladas de entrega de café, por lo cual es muy importante que entreguen sus capsulas usadas para que las huertas estén mucho más nutridas.

¿Cómo influyó el contexto pandémico en la realización de las iniciativas de la Fundación?

La pandemia nos golpeó a todos y fundamentalmente en la falta de información o en la incertidumbre. Entonces, hicimos un revelamiento en toda la Argentina para ver estaba pasando y a partir de ahí poder tomar decisiones. Con esto nos dimos cuenta como los docentes estaban trabajando, como se conectaban con sus niños, donde lamentablemente la brecha de desigualdad en función al acceso de la educación de calidad, que se veía mucho más abierta, pero también, vimos que había un trabajo muy colaborativo y cooperativo entre las familias y las escuelas. Es ahí donde aprovechamos fundamentalmente esta relación para poder acercarnos directamente a las familias, pero siempre a partir de la escuela, que es el ente centralizador de esa comunidad. A partir de ahí, es donde nosotros vemos la oportunidad de poder seguir enseñándole a los niños acerca de la agricultura comunitaria y, también, de poder entrar a cada una de las casas a partir de poder entregarle recursos y poder enseñarles y acompañarlos a lo largo de un año. Ahora que ya tenemos más de 18 meses de pandemia podemos decir que funciono y que ha sido un logro, que seguimos construyendo proyectos de huerta, aun con las escuelas cerradas, porque los docentes seguían necesitando ese acompañamiento, es decir, no había presencialidad. Entonces, seguimos construyendo proyectos de huerta y comenzamos con el acompañamiento de cada una de esas familias. Estas familias nos recibieron con los brazos abiertos, porque entendían que no era solo una solución para su familiar y para sus niños, sino que es una solución comunitaria.

¿Cuál es el valor agregado que genera Nespresso en su alianza?

Con respecto al programa de compost y al resto de los programas, nosotros trabajamos en red. Consideramos que no hay otra manera de trabajar, sino que tenemos que trabajar conjuntamente. Las problemáticas sociales no son de esas personas en situación de vulnerabilidad, las problemáticas sociales son de todos y como es de todos tenemos que colaborar y ser responsables, no ayudar, ser responsables de esa problemática. En el caso específico, el programa de compost y la alianza que tenemos con Nespresso y con la comunidad es muy virtuoso, porque comienza con la comunidad. El consumidor disfruta de su café preferido y, después, es responsable de devolver esa capsula. Comienza por ese lugar, después, con una serie de aliados, se da todo el proceso de clasificación de las capsulas y la separación de las mismas, nosotros tenemos el café y lo transformamos en compost, por lo cual somos un aliado estratégico, y lo devolvemos a la comunidad. Entonces, es muy virtuoso, porque comienza con una solicitud al consumidor, devuelven las capsulas y el consumidor puede ver la prueba y el resultado de que eso vuelve nuevamente a la comunidad. Para eso, cada uno de nosotros somos actores protagonistas, Nespresso con su esfuerzo de difusión, comunicación y promoción para la devolución de las capsulas y, por supuesto, con todos los recursos para que eso suceda. Entonces, decimos que es un circulo virtuoso, donde cada uno ocupa su rol, donde cada uno toma una responsabilidad y, encima, el consumidor final ve el retorno de su acción por haber devuelto esa capsula.