Como parte de su programa Fortalecer y dentro de los talleres que ofrece Fundación PUPI en su DTC (Dispositivo Territorial Comunitario) de Remedios de Escalada, la música es una de las herramientas que se utilizan para contener y acompañar a quienes transitan sus tratamientos por consumos problemáticos.
En el estudio que tiene la Fundación PUPI, equipado con instrumentos, tocan, cantan, escuchan y analizan la música como excusa para conocer historia, geografía, ritmos, instrumentos y géneros musicales, pero sobre todo para generar encuentros, grupalidad, confianza, diversión y autoexploración.
Actualmente, hay dos talleres funcionando y próximamente se sumará uno nuevo de percusión, que permitirá que más personas participen del proyecto. Estos talleres son abiertos a la comunidad; en ellos conviven participantes que están atravesando su tratamiento por consumo con otras personas interesadas en el taller.
Pablo Rippa, profesor de música y coordinador de los talleres de música y acompañante par de la Fundación PUPI cuenta que no era uno de los objetivos del taller formar una banda: “Lo que pasó es el tiempo compartido, llevamos 3 años juntos, los encuentros semanales, excursiones, virtualidad, actividades recreativas grupales y pasar la pandemia acompañándonos de alguna manera nos unió más. Desde lo musical notamos que estábamos para hacer algo un poco más serio, así que nos sentamos, hablamos, y con la buena predisposición de todos conformamos Capitan@”.
Con 11 miembros que tienen entre 17 y 42 años, Capitan@ tuvo su debut formal en los festejos por los 20 años de la Fundación PUPI y el mismo Javier “Pupi” Zanetti los bautizó entregándole a cada uno de los músicos una cinta de capitán con el logo de la banda.
Rippa destaca: “Poder hacer música es un placer hermoso. La música alimenta y sana el alma, despierta emociones, nos moviliza y nos permite conectar con las personas desde otro lugar, ya sean compañeros o espectadores, pero fundamentalmente nos permite conectar con nosotros mismos”.
A inicios de 2019, luego de un año de planificación, desarrollo y búsqueda de financiamiento, Fundación PUPI logró poner en marcha el Programa FORTALECER, para trabajar en los consumos problemáticos. La sede central es en el DTC PUPI, pero se desprenden cuatro estaciones preventivas que están ubicadas estratégicamente dentro del distrito de Lanús: Villa Caraza, Villa Jardín, Monte Chingolo y Villa Porá.
En cada uno de estos lugares, se propician actividades deportivas, culturales y de capacitación en oficios, focalizadas en la prevención y atención de los consumos problemáticos. Trabajan psicólogos, trabajadores sociales y un abogado.
Hay grupos terapéuticos, controles de salud, dietas balanceadas, talleres, salidas y excursiones.
El propósito es restituir el pleno goce y ejercicio activo de los derechos de los sujetos vulnerados, reconstruir tramas del lazo social que han sido fragmentadas, favorecer y estimular el desarrollo autónomo de proyectos de vida.