Hoy se conmemora el Día Mundial del Asma, una de las enfermedades respiratorias crónicas más comunes, especialmente entre niños, y que afecta a 235 millones de personas en todo el mundo, según datos de la OMSA pesar de ser tan frecuente, muchos pacientes no reciben el diagnóstico adecuado ni realizan el tratamiento de manera correcta que les permita reducir los síntomas causados por la enfermedad.
Quienes padecen asma sufren de manera recurrente ataques de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Estos síntomas pueden surgir varias veces varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan al momento de practicar alguna actividad física o por la noche.
“Es importante recordar que, si alguien nota de manera recurrente que tiene dificultades para respirar de forma normal, especialmente de noche, posiblemente también con silbido en el pecho-, y que este síntoma se agrava al hacer deporte, recurra a un médico, ya que estos son síntomas compatibles con el asma y necesitan de un adecuado diagnóstico y tratamiento”, comentó el Dr. Gabriel García, director del Departamento de Asma de la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT).
Cuando una persona tiene un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del flujo que entra y sale de los pulmones.
Si bien el asma está presente en todos los países, más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos. La OMS estima que podrían aumentar las muertes en los próximos diez años si no se toman medidas urgentes que permitan mejorar el diagnóstico, brindar tratamientos adecuados y educar al paciente para que lo continúe. Aún así, en comparación con otras enfermedades crónicas, la tasa de mortalidad del asma es relativamente baja.
Uno de los problemas que enfrenta el médico al momento de tratar a un paciente con asma, es lograr una correcta adherencia al tratamiento, ya que suele ocurrir que, al notar una mejoría, el paciente tiende a dejar de utilizar el tratamiento prescrito. La misma organización estima que alrededor de 4 de cada 10 pacientes asmáticos siguen el régimen de tratamiento completo prescripto por su médico. Es decir que existe una falta de adherencia del 60%. En países desarrollados, la adherencia aumenta al 50%.
En este contexto de pandemia, resulta fundamental que todos los pacientes con enfermedades respiratorias continúen con los tratamientos y utilicen los inhaladores. Según la Global Initiative for Ashtma (GINA), los pacientes con asma deben continuar tomando su medicación, dado que la suspensión puede conducir a un empeoramiento potencialmente peligroso del asma.
A pesar de que no existe un cura para el asma, esta patología puede tratarse mediante estrategias de control que pueden ayudar a prevenir o aliviar sus síntomas, y a través del aprendizaje para actuar frente a las crisis de asma.
Una de las claves para tratar y controlar el asma, es aprender a reconocer los síntomas y evitar sustancias irritantes o alérgenos que afecten, como los ácaros del polvo doméstico que suelen encontrarse en alfombras, camas y muebles, la caspa de las mascotas, la contaminación y el humo del tabaco. A fin de mantener el asma bajo control, se deben realizar ejercicios respiratorios de forma habitual, cumplir un tratamiento continuo, nunca abandonar el tratamiento indicado por el médico. Aprender a reconocer y a actuar durante una crisis de asma puede marcar la diferencia entre el malestar y sentirse bien.
Quien tiene el asma controlado puede reducir o eliminar síntomas como tos por las mañanas o al hacer ejercicio. Con frecuencia también estos pacientes logran dormir bien sin despertarse, reducir sus ataques o, inclusive, no presentarlos.
GSK hace más de 50 años que a través de la investigación y la innovación científica se esfuerza por crear medicamentos que permitan mejorar la salud de quienes padecen enfermedades respiratorias mediante el aporte de soluciones que brindan a los médicos la posibilidad de adaptar el tratamiento a las necesidades de cada paciente.