Impulsar la educación financiera

Para lograr una sociedad más igualitaria y con las mismas oportunidades, la educación financiera es una herramienta clave. Por eso, las compañías del sector financiero reconocen su importancia y realizan distintas actividades, que van desde programas de capacitaciones presenciales hasta plataformas on-line de aprendizaje interactivo, y componen propuestas destinadas a diversos grupos etarios, así como también a diferentes objetivos, que tienen que ver con aprender a manejar las herramientas financieras disponibles, planificar, lograr independencia económica e invertir, entre otras acciones.

En esta oportunidad, exploramos las iniciativas que están llevando adelante BBVA, Banco Macro, Grupo Supervielle y SMS Latinoamérica para ayudar a que las personas puedan tomar decisiones financieras con preparación y seguridad.

En BBVA trabajamos en diferentes programas destinados a ayudar a la comunidad para lograr sociedades más equitativas con igualdad de oportunidades, y la educación financiera es clave en este aspecto”, asevera María Martha Deleonardis, Principal Manager de Negocio Responsable de BBVA en Argentina.

¿Cuáles son las principales iniciativas que están realizando para impulsar la educación financiera?

Desarrollamos la plataforma de talleres de educación financiera de acceso gratuito y 100 por ciento on-line, que se ha convertido en un espacio de referencia para aquellas personas que quieran aprender todos los temas relacionados con las finanzas mediante talleres organizados en cinco módulos: finanzas personales, emprendedores, productos bancarios, finanzas sostenibles y conceptos de educación financiera.

Realizamos diferentes programas junto a importantes ONG que trabajan en la temática. Como el Programa Finanzas Personales junto a la Fundación Junior Achievement, mediante el cual los jóvenes, a través de un campus virtual, adquieren las nociones básicas de ese tema. También contamos con Escuela de Formadores, que realizamos junto a Fundación River Plate, donde buscamos contribuir al fortalecimiento institucional de los clubes de barrio de todo el país y organizaciones sociales. En este marco, participamos con talleres de educación financiera con el objetivo de contribuir a que los dirigentes de clubes barriales adquieran conocimientos relacionados con la administración y las finanzas, para que puedan ser aplicados en sus clubes y organizaciones sociales.

También llevamos adelante el Programa de Educación Financiera para Jóvenes, que realizamos desde hace 17 años en alianza con doce ONG, cuyo objetivo es que los jóvenes terminen el colegio secundario y adquieran las herramientas y habilidades necesarias para aprender a gestionar sus finanzas, para ello, otorgamos a los jóvenes becas estudiantiles dinerarias y mensuales, para que puedan invertir en su escolaridad y aprendan a gestionar su ingreso.

¿Qué desafíos se han identificado en la implementación de estos programas?

En los últimos años los niveles de inclusión financiera han aumentado; pero aún existe una gran parte de la población que no tiene acceso a los servicios financieros por no contar con la información necesaria para desenvolverse en ese ámbito. El gran desafío es poder acceder a cada vez más personas, es por ello que las alianzas son fundamentales para lograrlo, así como también el trabajo conjunto entre los privados, las organizaciones civiles y los ámbitos gubernamentales.

¿Cómo se mide la efectividad de estas iniciativas?

Uno de los aspectos más importantes es medir la cantidad de personas alcanzadas, cantidad de inscriptos en programas, tasa de permanencia y tasas de egreso. Por otra parte, todos los participantes de los distintos programas realizan una encuesta de satisfacción que nos permite entender si vamos por buen camino o debemos realizar mejoras en algunos aspectos. Además, junto al Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés realizamos una evaluación de nuestro Programa de Educación Financiera y en 2022, junto a Junior Achievement y la Universidad Di Tella, realizamos el estudio de investigación “Los adolescentes y las finanzas”. Actualmente nos encontramos haciendo la segunda edición de esta investigación. Esto nos permite entender claramente qué resultados se logran con los diferentes programas y las necesidades y tendencias que van surgiendo, para que podamos, sobre esa base, seguir pensando en cómo abordar a más personas y ofrecerles soluciones según sus necesidades.

¿Qué recomendaciones creen que son necesarias para mejorar la educación financiera del país?

En el estudio de investigación, se evidenció la necesidad de contar con educación financiera desde temprana edad.

“Nuestra plataforma de talleres de educación financiera, de acceso gratuito y on-line, es un espacio de referencia para quienes quieren aprender todos los temas relacionados con las finanzas”, María Martha Deleonardis, Principal Manager de Negocio Responsable de BBVA en Argentina.

Para Banco Macro, la educación financiera es la llave para que cada persona pueda ganar autonomía, confianza y solidez”, informan desde la entidad.

¿Cuáles son las principales iniciativas que están realizando?

Banco Macro desarrolla Cuentas Sanas desde hace nueve años, iniciativa pensada con herramientas e información útil para cada etapa de la vida de las personas. Con este programa se busca llegar a todos los rincones del país con herramientas útiles para que cada vez más personas logren la planificación y el control de sus finanzas. A lo largo de nueve años se dictaron 2312 talleres, participaron más de 262.200 personas en forma presencial, llegamos a todas las provincias y a más de 400 localidades.

¿Qué desafíos se han identificado en la implementación de estos programas?

Es importante destacar que cuando hablamos de educación financiera no solo nos referimos a los jóvenes de escuelas secundarias. Es común asociar educación con el sistema formal y focalizar el público en el alcanzado por las instituciones educativas. Este programa abarca desde la escuela secundaria hasta la tercera edad. Por lo que los desafíos son muchos, pero entendemos que en la actualidad hay dos centrales que nos atraviesan: la concepción de ciudadanía digital y la ludopatía, principalmente on-line. Y para estos temas, las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental.

¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías y las plataformas digitales en la educación financiera?

Entendemos que hoy por hoy vivimos inmersos en ciudades digitales, que nos atraviesan. Requieren soluciones que solo se logran por medio del uso de la tecnología. Hasta hace poco, poder pagar con el celular las cuentas, el estacionamiento, el supermercado e incluso el colectivo parecía inalcanzable. Ahora tenemos que acompañar a nuestros ciudadanos a entender cómo manejarnos en estos espacios digitales, que muchas veces requieren otras prácticas y formas de usar la tecnología en comparación a lo que estamos acostumbrados. Para los adultos mayores, este es un punto sensible y difícil. Pero sabemos que la mejor forma es acompañarlos en este proceso, explicando cómo hacerlo y qué recaudos deben tener.

Los más jóvenes, que ya están acostumbrados a la vorágine de los cambios, se topan con otras dificultades. Los juegos on-line, que hasta hace poco parecían muy inofensivos, empiezan a traer importantes consecuencias financieras. Otro de los desafíos que abordamos es qué sucede cuando al juego (on-line) ingresa el dinero. Lo que antes era solo una diversión ahora es un punto central para tener en cuenta, ayudamos a comprender y distinguir cuándo se convierte en un problema. Cuándo el jugar y apostar pasa a ser una ludopatía.

¿Cómo se podría mejorar la educación financiera en la Argentina?

A nuestro criterio, el primer paso, que ya se está dando en algunas jurisdicciones, es incorporar la educación financiera en la escuela secundaria.

Trabajar de manera consciente y sistemática en lo que es un presupuesto, el ahorro y la inversión íntimamente ligada a los riesgos que uno asume.

Entender conceptualmente qué implica invertir ayuda a no caer en estafas piramidales asociadas a las rentas exorbitantes o a creer en la falacia de que el juego es una inversión riesgosa.

Comprender que la educación y las finanzas van de la mano en un mundo digital, por lo que adecuarnos al uso de la tecnología es necesario, y por supuesto esto va de la mano de acompañar a la ciudadanía en los puntos centrales para tener en cuenta para no caer en trampas maliciosas que hacen perder nuestros ahorros por estafas.

Banco Macro desarrolla Cuentas Sanas desde hace nueve años, y ya se dictaron 2312 talleres, participaron más de 262.200 personas en forma presencial y llegaron a más de 400 localidades de la Argentina.

Estamos convencidos de que es fundamental seguir impulsando iniciativas tendientes a incrementar el conocimiento de la población y así impulsar una verdadera cultura del ahorro en la Argentina, y por eso estamos llevando adelante una serie de programas orientados a diferentes segmentos de la población”, afirma Mauricio Bertonati, Analista Especialista en Sustentabilidad de Grupo Supervielle.

¿Cuáles son las principales iniciativas que están realizando para impulsar la educación financiera?

Estos últimos 17 años hemos desarrollado un programa de inclusión y educación financiera dirigido a personas mayores que les permite ganar autonomía y prevenir ciberestafas. También, hemos sumado ciclos de charlas para jóvenes en colaboración con el BCRA y organizaciones del tercer sector como Junior Achievement y Conciencia, entre otras. Además, creamos tutoriales y una landing específica de educación financiera disponible para toda la comunidad.

Por otro lado, lanzamos un programa de educación financiera para estudiantes de escuelas secundarias en colaboración con nuestra subsidiaria Invertironline (IOL) y su plataforma IOL Academy. Estos cursos abordan temáticas financieras de manera integral, motivando a los jóvenes a desarrollar habilidades prácticas para tomar decisiones financieras responsables. Además, fomentan el pensamiento crítico, la planificación a largo plazo y la capacidad de evaluar riesgos y oportunidades en el ámbito financiero.

Además, contamos con el programa Hacelo Vos, una iniciativa 100 por ciento on-line y gratuita en alianza con la Universidad Católica Argentina, Escuela Argentina de Negocios y la Universidad de Morón, que capacita a nuestros clientes en el uso de banca electrónica, aplicaciones móviles, inversiones y prevención de fraudes.

También ofrecemos información a la comunidad a través del portal Human Blog, donde publicamos artículos con todas las novedades sobre el mundo bancario.

¿Qué desafíos se han identificado en la implementación de estos programas?

En el caso de los programas digitales, uno de los principales retos es la falta de acceso a Internet o dispositivos adecuados, especialmente en comunidades rurales o con menos recursos, lo que limita la participación de ciertos grupos.

En las experiencias presenciales, como las que se llevan a cabo en escuelas, la convocatoria y el éxito del programa suelen depender de la buena disposición de docentes y directivos, quienes en ocasiones no cuentan con el tiempo o el apoyo necesario para impulsar estas iniciativas. Además, se enfrenta el desafío del desconocimiento generalizado sobre temas financieros, lo que lleva a la aparición de ideas erróneas o desconfianza hacia el sistema financiero. Finalmente, es crucial que los programas logren adaptarse a la diversidad de audiencias.

¿Cómo se mide la efectividad de las iniciativas?

Utilizamos varios indicadores para evaluar tanto el alcance como el impacto real de nuestros programas en las habilidades y los comportamientos financieros de los participantes.

El primer indicador que medimos es la cantidad de personas capacitadas. Por ejemplo, en 2023 participaron más de 8200 personas en nuestras iniciativas sobre el uso responsable y sostenible de los instrumentos financieros. Evaluamos los conocimientos previos y la adquisición de nuevos a través de autoevaluaciones prácticas donde se aplican los conceptos desarrollados en los módulos. Con Hacelo Vos brindamos capacitación virtual a 397 clientes en banca electrónica, uso de aplicaciones móviles, inversiones y prevención de fraudes.

Aparte del impacto en cantidad de personas alcanzadas, consideramos importante medir el impacto de los programas en el cambio en los hábitos financieros de los participantes. Por ejemplo, con el programa mencionado en el párrafo anterior, se consiguió un 26,2 por ciento de nuevos usuarios en la app Jubilados en el último año.

¿Qué recomendaciones harían para mejorar la educación financiera en la Argentina?

Es fundamental adoptar un enfoque integral que involucre tanto al sector público como al privado. Una recomendación clave es incluir la educación financiera como parte del currículo escolar desde los primeros niveles, para que los estudiantes adquieran conocimientos básicos sobre finanzas personales desde temprana edad. También es valioso promover alianzas con instituciones financieras y organizaciones de la sociedad civil para expandir el alcance de las iniciativas y desarrollar herramientas prácticas, como aplicaciones móviles o juegos interactivos, que faciliten el aprendizaje. Y principalmente reforzar la formación de docentes y formadores en estos temas, para que cuenten con las herramientas necesarias para transmitir los conocimientos de manera efectiva. Finalmente, es importante diseñar campañas de sensibilización que combatan los prejuicios y la desconfianza hacia el sistema financiero, para motivar a la población a involucrarse activamente en su propia educación financiera.

Sin dudas ya es generalizado el compromiso de la banca en relación con la educación financiera. Como un gran desafío vemos la consecuencia directa, que es la efectiva inclusión financiera. Lograr medir en el tiempo cómo mejoran las capacidades, los criterios y los conocimientos de las personas alcanzadas por las iniciativas implementadas”, detalla Lucas Utrera, Socio del área de Sustentabilidad de SMS Latinoamérica.

¿Qué desafíos se han identificado en la implementación de programas de educación financiera?

En tiempos actuales, emergen nuevas problemáticas como las estafas digitales, las falsas promesas de enriquecimiento rápido, las apuestas on-line, entre otros temas que, sin educación financiera, se agravan considerablemente. Finalmente, más allá de la tecnología como aliado para impulsar la educación financiera, sigue siendo un desafío alcanzar a poblaciones de bajo nivel socioeconómico, personas en áreas rurales y adultos mayores, entre otros. La tecnología no puede garantizar la efectividad de la educación financiera al 100 por ciento. Es necesario aún resolver cuestiones como la falta de infraestructura bancaria, principalmente en zonas rurales y los altos costos de servicios financieros.

¿Cómo se mide la efectividad de las iniciativas?

La educación financiera va más allá de enseñar a ahorrar dinero. Se trata de incluir, de desarrollar una mentalidad financiera saludable y de brindar herramientas para tomar decisiones informadas a lo largo de la vida. Más allá de indicadores de gestión, la inclusión financiera es el norte por alcanzar. Esto se puede evaluar con indicadores como el uso de otros productos bancarios más allá de tener una cuenta bancaria (hoy algo casi universal en la Argentina), el nivel de endeudamiento, la capacidad de ahorro, el menor efecto de las estafas (en cualquiera de sus formatos).

¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías y las plataformas digitales en la educación financiera?

Son facilitadores indispensables para alcanzar a más personas y potenciar los impactos de las acciones de educación financiera. Todo esto acompañado por información y campañas claras sobre ciberseguridad, prevención de estafas y demás.

¿Qué recomendaciones harían para mejorar la educación financiera en la Argentina?

Contar con un buen diagnóstico de poblaciones, sus necesidades y objetivos por alcanzar. Adaptar contenidos de educación financiera en formatos amigables y dinámicos (para redes sociales) que puedan ser más cotidianos y cercanos para la mayor cantidad de personas. No podemos pensar que la educación financiera es solo un plexo de contenidos análogos para cualquiera, debemos segmentar correctamente y generar contenido en línea con cada público (no son lo mismo un jubilado, un trabajador rural y un joven emprendedor). Que los bancos puedan aprovechar su excelente capacidad de análisis de datos para hacer seguimiento a los alcanzados por sus iniciativas de educación financiera, ya en su trayectoria como clientes de la entidad. Avanzar con conocimientos financieros básicos como inflación, concepto de tasa interés, etc.

“La educación financiera va más allá de enseñar a ahorrar dinero. Se trata de incluir, de desarrollar una mentalidad financiera saludable”, Lucas Utrera, Socio del área de Sustentabilidad de SMS Latinoamérica.
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