Uno de los mayores desafíos en la actualidad ha sido producir suficientes alimentos de manera segura para el futuro y, al mismo tiempo, interferir lo menos posible con el medio ambiente. Desafortunadamente, ya se han realizado muchas intervenciones y nos damos cuenta de que el ataque de plagas, enfermedades, falta de agua y contaminación del suelo compromete el desarrollo vegetal e impacta en el logro de una buena productividad.
Los productos biológicos últimamente están en la mira ya que la agricultura moderna aumenta la productividad, la preservación del medio ambiente y la producción de alimentos de calidad. Aportan beneficios directos al sistema de producción, como la reducción del uso de agroquímicos y fertilizantes minerales, además de minimizar los estreses abióticos y bióticos, mejorando el rendimiento de las plantas y la salud del suelo. Todo esto a un bajo costo, en comparación con los métodos adoptados tradicionalmente.
La tecnología microbiana desarrollada en Indigo, está basada en la evaluación de microbiomas específicos y la selección de microorganismos endofíticos que han desarrollado asociaciones mutuamente beneficiosas con plantas durante siglos. Al explorar los de interés, se ha creado la colección de endófitos más grande del mundo que se utilizan para mejorar el rendimiento de las plantas.
La combinación de datos generados por el aprendizaje automático, con herramientas biotecnológicas, permite identificar rápidamente y de manera eficaz los candidatos beneficiosos. Una serie de pruebas de campo complementan la identificación de las cepas más efectivas, permitiendo optimizar las formulaciones y concentraciones microbianas para asegurar la máxima supervivencia en la semilla y aportar un mayor beneficio a la planta.
Los microorganismos seleccionados para el tratamiento de semillas dominan rápidamente los tejidos de las plantas en uno de los momentos más importantes para el establecimiento del cultivo: la germinación. En ese momento, y de forma dinámica, inicia su movimiento hacia la radícula, que comienza a elongarse. Así, se aumenta la tolerancia a entornos más complejos, permitiendo una mayor defensa del ataque de patógenos e insectos, logrando suprimir su crecimiento en las plantas, además de mejorar su desarrollo y la salud del suelo con el aumento de materia orgánica.
Por otro lado, los microorganismos también pueden influir activamente en la fisiología de la planta huésped como resultado de la producción de fitohormonas, fijación de nitrógeno, solubilización de fosfato inorgánico, suministro de micronutrientes, promoción de la actividad fotosintética, inducción del sistema de defensa de la planta y producción de antibióticos.
La productividad de la agricultura moderna está fuertemente influenciada, no solo por los propios códigos genéticos de la planta, sino también por los microorganismos presentes alrededor y dentro de los tallos, las raíces y el suelo. La inoculación de las semillas con microorganismos seleccionados, en conjunto con los productos químicos compatibles, puede asegurar el éxito de la siembra, beneficiando así la biología del suelo, el medio ambiente, y también aportando mayor rentabilidad al productor. Sin duda, el camino para crecer en esa línea es la apuesta por la inversión en la ciencia, como aliado fundamental de la agricultura actual.