Durante mucho tiempo, se pensó que el mundo empresarial y las organizaciones sin fines de lucro eran dos mundos totalmente incompatibles. Hoy, esa realidad ha cambiado y cada vez son más las corporaciones que incorporan en sus estrategias el servicio y la ayuda social a través de ONG.
Desde la perspectiva de sumar condimentos al accionar comercial de las compañías, un aspecto que gana cada vez más adhesión entre los privados refiere a la creación de fundaciones u organizaciones no gubernamentales (ONG) bajo el precepto de aportar otro tipo de asistencias a la sociedad por fuera de la actividad meramente económica.
En ese sentido, esta tendencia comenzó a instalarse con fuerza en la Argentina sobre todo a partir de la década del 90, con iniciativas que hicieron gala de un profesionalismo y una seriedad que rápidamente enterró el prejuicio instalado de que estas propuestas solo apuntaban a liberar de determinados impuestos a los actores implicados.
Es precisamente durante esos años que, por ejemplo, surgen organizaciones como el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), pautado como un núcleo orientado a concentrar a todos los movimientos de las compañías. Con posterioridad, ya en tiempos de la crisis de 2001, el difícil contexto social reforzó la intención de las firmas de participar con mayor énfasis en el desarrollo de mecanismos de contención social.
Según GDFE, la educación es el tema prioritario del sector fundacional, con el 52 por ciento de las fundaciones de nuestro país que lo incluyen como tema programático. El podio lo completan cultura, con un 46 por ciento de adhesiones, y los programas orientados a la reducción de la pobreza y la inclusión, los cuales constituyen la tercera prioridad con un 45 por ciento.
Reportes de la actividad indican que de los 90 a esta parte, la profesionalización y profundización de las tareas ha sido el fin último. En este recorrido, la evaluación y medición de impactos, la generación de informes, la asociación con otras fundaciones y el trabajo articulado intersectorial han sido los mayores aliados.
“Desde fines de los 90 se generó un gran interés por promover la colaboración intersectorial en la región. Sin embargo, pese a reconocer su importancia, la posibilidad de hacerlo no depende solo de las fundaciones, sino también del sistema político”, exponen publicaciones del sector.
“Por un lado, mientras que en la Argentina el 73 por ciento de las fundaciones desarrolla su trabajo a través de alianzas con el Gobierno, la mayor parte se da en el ámbito local. Y en cuanto al peso asignado a estas asociaciones, para las fundaciones locales la más baja calificación es la que se realiza con el actor público. Esto en parte se debe a la dificultad que implica este tipo de asocio, en cuanto a los otros actores como organizaciones de la sociedad civil, otras fundaciones y academia”, añaden.
La participación de las compañías en cuestiones sociales de la mano de fundaciones u ONG dio origen a organizaciones alternativas como la Confederación de la Sociedad Civil. Con fecha de creación en 2012, esta organización busca impulsar el “rol social de las organizaciones sociales, incidir en políticas públicas de interés general, promover la generación de bienes públicos y fortalecer la institucionalidad democrática”.
Asimismo, otra estrategia que ha adquirido una gran fuerza es la incidencia en políticas públicas. Con esta estrategia se pretende influir en algunas de las fases del ciclo organizacional en cualquiera de los ámbitos, y también en aquellos niveles donde se generan las políticas.
La fundación Arcor, por exponer un caso concreto de injerencia social, nació en la Argentina en el año 1991. Respecto de su aparición, desde la compañía en cuestión indicaron a PRESENTE que los fundadores del gigante de las golosinas comprendieron que la empresa crecería a la par de la comunidad.
Desde ahí, la compañía inició acciones con la convicción de ser un actor relevante y responsable en cada uno de los lugares donde opera. “Así nace, hace 25 años, la fundación Arcor como expresión del compromiso de la empresa con la sociedad, haciendo foco particularmente en la generación de oportunidades para la infancia”, precisaron desde la firma.
Entre su misión y sus objetivos se destaca una contribución para que la educación sea una herramienta de igualdad de oportunidades para la infancia. “Trabajando por los derechos de la niñez, fundación Arcor promueve y apoya proyectos con foco en educación, prioritariamente en dos ejes: primera infancia y promoción de la vida activa, los cuales son complementados por otras iniciativas que promueven oportunidades educativas para la niñez”, detallaron fuentes consultadas.
“Así, se fortalece a organizaciones comunitarias que atienden al desarrollo integral de la niñez desde una perspectiva educativa, generan procesos de capacitación y buscan instalar el tema en la agenda social, movilizando a todos los actores involucrados: la familia, la escuela, el Estado, las organizaciones de base y las empresas”, añadieron.
En la actualidad, las acciones de la fundación se orientan en torno a dos objetivos estratégicos:
• Producir y compartir conocimientos teóricos y metodológicos que contribuyan a la igualdad de oportunidades educativas.
• Contribuir a instalar en la sociedad y en la agenda pública la importancia de trabajar a favor de la igualdad de oportunidades educativas para la niñez.
Actualmente el accionar de la entidad tiene dos focos temáticos: promoción de la vida activa y primera infancia, a través de los cuales se gestionan programas e iniciativas que tienen alcance regional.
Siemens es otra de las compañías que impulsa iniciativas similares. En esa dirección, la fundación homónima surge con el objetivo de canalizar y potenciar las acciones de RSE de la compañía, redefiniendo objetivos y focalizando en líneas estratégicas acordadas globalmente con el resto de las fundaciones de la firma en el resto del mundo.
“A nivel local, la fundación cuenta con un Consejo de Administración que define los lineamientos a seguir en los próximos ciclos de actividades y regularmente monitorea el desarrollo de los principales programas”, señalaron desde la firma.
Este consejo está compuesto por las principales autoridades de Siemens Argentina, incluyendo al CEO y al CFO de la compañía local, así como al CEO regional. En ese sentido, siempre según voceros de la empresa, la presencia de estos directivos contribuye a que el compromiso emprendido en cada una de las acciones no esté aislado del resto de la corporación.
“Así, el esfuerzo permea de manera transversal la estructura, logrando que cada vez más empleados participen de actividades, se acerquen con nuevos proyectos y retroalimenten la programática propuesta”, aseguraron las fuentes consultadas.
¿Por qué crear una fundación? Desde Siemens fueron contundentes: “Contar con una fundación a nivel local nos ha permitido a lo largo de estos años tener una estructura independiente ciento por ciento, abocada a generar proyectos de alto impacto social. Un punto que se destaca en su funcionamiento es que si bien se trabaja en alianza con las otras fundaciones Siemens del mundo, se desarrollan múltiples proyectos propios basados en la realidad cotidiana de nuestro país”.
“A su vez, contar con una estructura separada de la compañía nos permite tener un presupuesto autónomo, mayor flexibilidad al momento de elaboración de convenios, consolidar alianzas e impulsar proyectos conjuntos con otras entidades gubernamentales, privadas y de la sociedad civil”, se enfatizó.
La fundación Siemens Argentina posee como misión contribuir al desarrollo social sostenible del país, actuando por iniciativa propia, o en alianza con entes e instituciones del sector público, privado, nacional o internacional. Lo hace en proyectos, programas o planes enmarcados dentro de cuatro campos de acción que se complementan y articulan:
• Educación y Movilidad Social: promoviendo el acceso a una educación de calidad e impulsando programas específicos de educación tecnológica para docentes, alumnos e instituciones educativas.
• Servicios Básicos y Estructuras Sociales: impulsando el desarrollo social sostenible.
• Medio Ambiente: apostando por la protección del medio ambiente y el uso eficiente de recursos.
• Identidades Culturales y Arte: trabajando en proyectos culturales que buscan expandir la experimentación en campos artísticos e interpretativos.
Ya en el caso de Telefónica, su fundación del mismo nombre apuesta por promover la acción social de la compañía, generar y divulgar conocimiento, y promover actividades culturales. Actualmente cuenta con tres equipos: uno especializado en Educación y Cultura Digital, otro en Voluntariado y Proyectos Sociales, y un tercero que ofrece soporte y servicios de Administración, Finanzas y Comunicación.
“En la fundación trabajamos para mejorar las oportunidades de desarrollo de las personas a través de proyectos educativos, sociales y culturales, adaptados a las necesidades del mundo digital. Esta misión se traduce en diferentes objetivos. Uno de ellos es detectar y analizar nuevas tendencias educativas”, indicaron desde la multinacional.
“Otros consisten en comprender y dar a conocer las implicaciones de las tendencias educativas en los procesos pedagógicos y aplicarlas en los diferentes entornos sociales. Interesa acercar la cultura digital a la sociedad con especial foco en las experiencias, y generar la participación voluntaria de los empleados del Grupo Telefónica en actividades que satisfagan necesidades de instituciones educativas y OSC, canalizando a su vez los valores de la compañía”, ampliaron los voceros.
Los proyectos y las iniciativas de Telefónica a través de su fundación se vinculan con instituciones educativas, docentes, alumnos y público en general. La participación en sus actividades, presenciales o virtuales, genera nuevas experiencias de aprendizaje, esto con el fin de sorprender y acercar a las personas lo mejor de la tecnología.
Newsan, la principal compañía de fabricación de productos tecnológicos de la Argentina, con presencia determinante en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, propone una iniciativa diferente a las anteriores. Así, la firma motoriza acciones como Oficina Verde, un programa de reciclaje y disposición final responsable en oficinas.
¿Qué valor tiene esto? Desde la firma indicaron: “Claramente social. A unos 600 colaboradores hoy se les despierta la chispa de comenzar a ser más conscientes de los residuos que crean. También generamos valor ambiental, más de 60 toneladas de residuos al año dejan de tener como destino predios de enterramiento a cielo abierto”.
Financiamiento y objetivos cumplidos
Un aspecto clave para el funcionamiento de estas propuestas refiere al financiamiento para llevar a cabo la batería de acciones que impulsa cada fundación u ONG.
En ese sentido, desde Siemens precisaron que la misma compañía realiza aportes regulares que permiten mantener la estructura actual e impulsar proyectos específicos. Como segunda alternativa, la iniciativa cuenta con un capital semilla para utilizar únicamente en casos excepcionales.
“La intención de tener este capital semilla es que la fundación sea autosuficiente y su funcionamiento no dependa estrictamente del contexto local de un año particular”, se indicó. Como tercera opción, la propuesta puede recibir donaciones específicas para algún proyecto particular.
Telefónica, en tanto, destina un presupuesto anual derivado de las mismas regalías de la firma. Algo similar realiza Arcor, que además orienta a sus movimientos un porcentaje proveniente de alianzas y convenios con otras fundaciones u organismos.
En cuanto a los logros alcanzados por las fundaciones, la última compañía mencionada destaca que desde 1991 “ha apoyado más de 2500 proyectos involucrando a más de 36.000 organizaciones públicas y privadas, beneficiando a más de 2.500.000 niños y niñas a través de diversas iniciativas”.
“Los dos temas que fundación Arcor viene trabajando en la actualidad son muy importantes para el desarrollo integral de la niñez tanto en la Argentina como en la región”, remarcaron desde la empresa ante la consulta de PRESENTE.
Algunos de sus programas vigentes:
• Programa de inversión social Escuela en Movimiento: es una iniciativa regional que apunta a estimular la vida activa y el movimiento en las escuelas mediante la articulación de actores, la formación y el apoyo a proyectos escolares. Los principales resultados de este programa: 120 proyectos apoyados en la Argentina, Brasil y Chile, en donde participan más de 40.000 niños y niñas.
• Programa de inversión social La Infancia Primero: busca favorecer la igualdad de oportunidades y mejorar las condiciones educativas de niños de 0 a 8 años haciendo foco especialmente en garantizar los derechos de esa franja etaria. Se trabaja con municipios y actores locales para generar planes y programas de primera infancia siempre desde la perspectiva de derechos del niño.
• Iniciativas de movilización pública: con el objetivo de promover temáticas vinculadas a infancia y poner a la niñez en la agenda pública, fundación Arcor organiza conferencias y difunde diversas publicaciones. Asimismo, a través de su página web y redes sociales, acerca y pone a disposición de los diferentes públicos de interés sus publicaciones, recursos y materiales prácticos para trabajar con los niños.
• Participación en redes y alianzas: bajo la premisa de la corresponsabilidad, fundación Arcor en Argentina, Instituto Arcor Brasil y fundación Arcor Chile forman parte de redes y alianzas estratégicas públicas y privadas que trabajan a favor de la infancia, tal es el caso de Red América, GDFE, SIPI, EXI, Equidad para la Infancia, Unicef, entre otras iniciativas.
En Siemens señalan que las metas han ido variando desde el inicio del funcionamiento de la fundación. Sin embargo, el privado asegura que el gran hito de estos años fue impulsar el proyecto pedagógico “Experimento”, que ha capacitado y brindado equipamiento al 100 por ciento de las escuelas públicas primarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Esto implicó trabajar en alianza permanente con el Ministerio de Educación de la Ciudad, colaborando con la Escuela de Maestros en la capacitación de referentes de las 465 escuelas primarias y brindando equipamiento específico para el desarrollo de actividades experimentales en las aulas en materia de energía, medio ambiente y salud”, se especificó.
“Este año el objetivo que nos hemos planteado es continuar apalancando la utilización de estas herramientas pedagógicas novedosas en primarias y trabajar en un módulo adaptado para secundarios con foco en eficiencia energética. La meta es alcanzar en esta primera etapa 80 secundarios de la ciudad que representan el 50 por ciento de los establecimientos públicos del distrito”, anticiparon desde la firma.
En lo que hace a Telefónica, en el último año participaron de las actividades de la fundación que promueve la operadora más de 12.000 alumnos, se capacitaron 618 docentes, asistieron 38.000 personas a distintas exposiciones, y más de 2800 empleados del Grupo Telefónica participaron en acciones de voluntariado.
“Nuestra estrategia acompaña las necesidades de conocimiento en relación al uso y la evolución de la tecnología, y al desarrollo de nuevas oportunidades de aprendizaje, lo cual se encuentra alineado a los objetivos de la compañía”, comentaron fuentes de la empresa.
La Argentina ¿es un terreno fértil para que las compañías continúen apostando por promover fundaciones u ONG para incidir en la evolución de la sociedad en general? Desde Siemens aportaron una visión respecto del movimiento de propuestas que, vale decirlo, no siempre son valoradas como es debido por algunos de los actores sociales con mayor incidencia.
“En los últimos años se han escuchado múltiples visiones, entre ellas algunas que expresan que las fundaciones realizan tareas superfluas o iniciativas que debieran ser estatales. A nuestro entender no es así. Las fundaciones poseen una visión y un conocimiento particular sobre la realidad social y es por ello que tanto en la Argentina como en el resto del mundo crecen y generan valor sumamente significativo”, aportó un vocero.
“En Siemens creemos firmemente que la multiplicidad de voces sobre el terreno social permite, en su articulación, generar mejores soluciones para problemáticas cotidianas. Estamos seguros de que el tercer sector continuará creciendo y generando iniciativas de alto impacto que contribuyan a mejorar la realidad social de nuestro país de manera sostenible”, concluyó.
Con objetivos similares y fuerte énfasis en aspectos como el educativo, la vigencia de estas propuestas impulsadas por el sector privado expone con claridad la decisión de las empresas de operar más allá de la obvia actividad económica que distingue a cada caso.
Hacia adelante, la perspectiva deja entrever que los jugadores corporativos lejos están de acotar sus propuestas de alcance social. Muy por el contrario, prevalece la mirada de que operar en la economía local implica, también, acercar soluciones de cara a una sociedad que aspira siempre a volverse más equitativa.