En el marco de la fiesta anual para locatarios que realiza desde hace 14 años, IRSA Propiedades Comerciales (IRSA CP) entregó los premios “IRSA” a los locales y cadenas que se destacaron en sus centros comerciales durante 2017. En total fueron 19 las marcas reconocidas en distintas categorías por su desempeño.
El “IRSA de Oro”, el máximo galardón que se entrega en este evento, recayó en “Cerini”, y fue recibido por Claudio Cerini de manos de Daniel Elsztain, director del Negocio Inmobiliario de IRSA. Asimismo, y por primera vez, se entregaron premios a la trayectoria, ganados por VER (50 años de actividad) y Kosiuko (25 años).
Por segunda vez, la empresa reconoció a la mejor acción de RSE por un locatario, y la premiada fue “Arredo”, que recibió –además de la estatuilla- una donación de $ 100.000 por parte de IRSA, para acompañar en el próximo ejercicio su programa de inclusión y empoderamiento de mujeres.
En casi todos los casos (salvo el rubro de RSE y el de marketing, en los que se apeló a un jurado de expertos) la elección fue por votación online. Participaron más de 30.000 clientes de los 15 shopping de IRSA CP en todo el país.
El listado completo de los ganadores es el siguiente:
Mejor marca Indumentaria Femenina: Rapsodia
Mejor marca Indumentaria Masculina: Etiqueta Negra
Mejor marca indumentaria niños: Mimo
Mejor marca indumentaria juvenil: 47 Street
Mejor marca deportes: Nike
Mejor marca Marroquinería y Calzado: Grimoldi
Marroquinería: Prune
Mejor propuesta gastronómica: Le Pain Quotidien
Mejor propuesta otros rubros: Cerini
Mejor propuesta outlet: Nike
Revelación: Gourmand
Lencería: Caro Cuore
Mejor Local Buenos Aires Design: Naturaleza Aguirre
Mejor marca Interior: Rapsodia
Premio a la Trayectoria: Ver
Premio a la Trayectoria: Kosiuko
Oro: Cerini
Responsabilidad Social Empresaria: Arredo
Marketing: Wrangler
Durante el mismo evento, IRSA CP hizo una donación de $ 100.000 a la ONG “Luz de esperanza” en representación de los invitados que asistieron. La entidad actúa en la Villa 31, y se aboca a rescatar a jóvenes de ese barrio de flagelos como la drogadicción, la prostitución, la vida en la calle y la delincuencia. Lo hacen a través de una fábrica de velas ornamentales en la que trabajan esos jóvenes.
