Jorge, Juan y el Salvador

Desde hace 30 años, el Dr. Juan Alejandro Tobías es el Rector de la Universidad del Salvador. Sobre sus espaldas descansa el enorme desafío de llevar adelante esta casa de estudios bajo los valores más profundos proclamados por San Ignacio de Loyola y por el Papa Francisco.

Juan es amigo de Jorge. Se conocieron estudiando Filosofía y Teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José, en San Miguel. De esto han pasado muchos años. El primero se casó, tuvo cuatro hijos y desde hace 30 años es el Rector de la Universidad del Salvador (USAL). El segundo fue ordenado sacerdote en 1969, fue consagrado obispo en 1992 y fue designado arzobispo de Buenos Aires en 1998 y cardenal en 2001. Durante todos estos años, Juan y Jorge siguieron creciendo en la amistad, compartiendo gratos momentos en familia y llevando adelante proyectos sociales y académicos. Hace un par de años atrás, Juan despidió a Jorge porque este se iba a Roma. Lo esperaban en el Vaticano para el Cónclave de 2013. Debían elegir un nuevo Papa para la Iglesia Católica. Jorge Bergoglio, ese mismo Jorge que unos días antes cocinaba rico y abundante en la casa de su amigo Juan, Juan Alejandro Tobías, no regresó. El 13 de marzo de 2013, a las 15 horas, Juan vería por televisión cómo su amigo se convertía en Francisco, el nuevo Papa.

PRESENTE tuvo el placer de conversar con el Dr. Juan A. Tobías, el Rector de la Universidad del Salvador, sobre su amistad con Jorge Bergoglio, sobre las acciones de responsabilidad social que lleva adelante la USAL y comprender los valores cristianos que profesa su casa de estudios.

¿Considera que con el devenir de los años en la Argentina hubo una suerte de quiebre en el que los maestros o profesores pasaron a ser “trabajadores de la educación”, en cuanto deben dedicarse a pelear por sus derechos en lugar de abocarse a enseñar y educar? ¿Esta condición pudo haber bastardeado, en alguna medida, la imagen de sabios o seres admirados que tenían hace años atrás?

Sí. Totalmente. Antes el maestro era como algo superior, más allá de qué enseñaba, uno tenía cierta proximidad con él, un respeto, un trato, una dedicación, que hoy en día no existe. Te digo que yo he sido educado en colegios públicos, porque comencé en el Benjamín Zorrilla, que después lo demolieron, fui al Sarmiento y al Ángel Gallardo, después al Carlos Pellegrini. Sin embargo, siempre tuve profesores y maestros absolutamente dedicados y con quienes he mantenido una buena amistad en la vida. Eso hoy parece ya no existir.

Siguiendo un poquito en esa línea, ¿cuáles son los valores que usted, como Rector, y la USAL, como institución, buscan reflejar?

El escudo y el lema de la USAL ya están apuntando a eso. Es la educación, la ciencia y el corazón, el amor. Y la búsqueda de la verdad. El servicio a los demás. Creo que está en el alma máter de la universidad, impregnado por el espíritu de San Ignacio de Loyola, el mismo espíritu que hoy vemos vivo en nuestro Papa. El Papa Francisco fue estudiante de la misma facultad en la que estudié yo, Filosofía y Teología de San Miguel. Esos son los valores que se inculcan en nuestra casa: servicio, búsqueda de la verdad, investigación y amor.

Según sus actas fundacionales, “la misión fundamental de la Universidad del Salvador es la formación integral científica, humanística y cristiana, integrando al hombre, ciencia, sociedad e iglesia, a través de sus funciones de docencia, investigación, extensión y servicio, enlazando tales funciones en una constante búsqueda de la verdad. Es una comunidad privilegiada por contar con principios rectores recibidos directamente de quien es hoy Su Santidad Francisco, cuya capacidad de gobierno rige a la Iglesia universal”. Queda clara la relevancia religiosa en el claustro, ahora bien, ¿cómo se vive fácticamente la religión dentro de una universidad?

Nosotros siempre hemos tenido un carácter interreligioso en la universidad. Es decir, aunque somos católicos, hemos aceptados estudiantes de las más diversas religiones o que no tienen religión alguna. Entonces, es un espíritu abierto en ese sentido, pero el que ingresa a la universidad se compromete a estudiar aquellas cuestiones filosóficas y teológicas que pertenecen al carisma propio de nuestra casa de estudio. Existe un grupo de sacerdotes que tiene a su cargo el pastoral de la Iglesia dentro de las distintas facultades, y hay profesores de Filosofía, que por lo general son laicos, que atienden en cada unidad con las distintas disciplinas el enfoque filosófico o profesional adecuado para su inserción laboral. No como algo que se aprende o se estudia, sino como algo que se elabora y se vive. Es decir, con una obra ética adecuada a las circunstancias.

¿Considera que una persona laica que entra a la universidad valora esas materias, siente un acercamiento?

Creo que sí. Es lo que nosotros tratamos, aunque no en todos los casos se da. Pero siempre hay un grupo de estudiantes que son los que más se dedican y contribuyen a que ese espíritu esté impregnado en la vida universitaria de nuestra casa. Depende también mucho de cada carrera, si son más científicas o humanísticas.

Ustedes tienen la carrera de Medicina, la cual por lo general conlleva un estudiantado más agnóstico.

Así es, durante muchísimos años hemos sido la única universidad privada que tenía esa carrera, pero desde hace un tiempo a esta parte se han creado más, porque hay hospitales que crearon su propia carrera de Medicina, como por ejemplo el Italiano o el Británico; y también hay universidades como la UCA, la Maimónides o la UCES. Entre esos principios que vos citabas, y en relación a tu pregunta, resulta importante destacar que nuestro objetivo es lograr que las ciencias humanísticas, como la teología y la filosofía, apoyen a las otras disciplinas en la búsqueda de su significado. Creo que este punto responde tu pregunta.

¿Considera que existe un perfil determinado que identifica a los estudiantes y graduados de la USAL?

En general, ellos se distinguen; hay graduados de la USAL en todo el mundo. Tienen prestigio, son serios, inteligentes y trabajadores.

¿Cómo seleccionan al cuerpo docente de la universidad?

Yo creo que la principal fuente son los propios graduados. Muchos de ellos quieren pertenecer. Más ahora, con el tema de los estudios de posgrado. Tenemos 70 carreras de grado y 74 posgrados. Entonces, al graduado se le facilita el estudio de los posgrados y luego, desde allí, es un paso hacia la investigación y a la práctica docente.

¿Por qué cree que lo convocaron como Rector?

Por error [risas], bueno, hace 30 años que tengo el placer de ser el Rector de la USAL.

¿Y cómo fue que se dio ese error?

Fue el padre Jorge Bergoglio, como primado, quien me pidió que tomara este cargo, él me distinguió con esta designación, la cual se renueva cada tres años.

¿Usted tiene una amistad muy estrecha con Su Santidad Francisco?

Sí, totalmente. Fuimos compañeros en la facultad: cuando él estaba en cuarto año, yo cursaba primero. Yo colaboraba en la facultad como Secretario. Aquella era una época en la cual las notas que te sacabas en los exámenes eran muy importantes, porque de acuerdo a ellas podías ser sacerdote o no serlo. Si tenías menos de seis, podías convertirte en un hermano religioso, pero sin llegar al sacerdocio. Al principio, las notas no se conocían, pero después eso cambió, se quitó esa disposición. Y todos, más o menos, sabían cómo les había ido. Jorge ya era sacerdote, ya se había recibido, pero nunca se había fijado cuáles habían sido sus calificaciones en los exámenes durante toda la carrera. Vino un día y me dijo: “¿Juan, yo puedo saber mis notas?”, y le contesté: “¿Cómo, vos no las conocés?”. Me respondió: “No, nunca las pregunté”. Entonces, yo mismo fui a buscar las notas de Jorge Bergoglio, empecé a mirar la historia de sus resultados académicos. El asombro fue absoluto. Él había sacado todos diez. Luego, busqué las calificaciones de otros estudiantes que habían sido brillantes, pero nadie, absolutamente nadie, había obtenido todos diez, él fue el único. Yo siempre digo que Jorge es un “diez absoluto” que nunca fue orgulloso de haberlo sido.

En las charlas coloquiales seguramente debía evidenciar una inteligencia suprema, algo que permitiera visualizar su futuro…

Claro que sí. Siempre se distinguió, pero que llegara a ser Papa nunca lo pensé, y él tampoco. Cuando se fue de acá a Roma, estaba buscando un lugar en donde vivir, tenía 75 años cumplidos, Benedicto le había dado un año más, pero él pensaba que volvería a su vida pastoral, como retirado del cargo que tenía, Primado de la Argentina. Y no volvió, ya ves.

¿Usted pudo hablar con él cuando recibió la noticia?

Él llamó por teléfono para saludar. Él es mi jefe.

Usted es un privilegiado con el jefazo que le tocó en suerte, no se puede quejar. Dígame, retomando un poco el tema de su Rectorado, ¿cuál es la impronta que cree que le está dando a la USAL y cuál será su legado cuando deje su mandato?

Yo creo que es el desarrollo de la USAL. Pensá que cuando me nombraron Rector, hace 30 años, la USAL era una pequeña universidad con 5000 estudiantes. Eran 7 facultades y luego fueron 15. Hoy en día la USAL ha crecido, se ha desarrollado, se ha desenvuelto, se ha internacionalizado. Contamos con acuerdos con universidades de todo el mundo y estudiantes en todos lados… No sé si alguna otra universidad llega a tener los convenios internacionales que hemos logrado. También hay un egresado que está como candidato al premio Nobel. Aunque prefiero guardar sigilo en su nombre. Pero es un gran orgullo.

La USAL tiene un serio compromiso en acciones de responsabilidad social universitaria de cara a las necesidades de la comunidad con la que se vinculan y buscando siempre mejorar la calidad de vida de las personas. Comprendo que buscan establecer vínculos con la sociedad civil, crear y fortalecer redes, y formar graduados de excelencia académica que se comprometan socialmente. Dentro de estos parámetros me gustaría que me comentara en qué consisten los proyectos PESCAR, SCHOLAS OCURRENTES y COLSAL.

PESCAR intenta dar respuesta a los problemas sociales originados en la falta de una educación adecuada. Este proyecto se creó hace una década, por un acuerdo estratégico entre la USAL, la Asociación Conciencia y un grupo empresario constituido inicialmente por Palmero S.A. y Village Cinemas sede Pilar, constituyéndose posteriormente la Fundación. El propósito es el establecimiento de una red de centros educativos, con sede en empresas que brindan una formación profesional y personal a adolescentes de escasos recursos y oportunidades, a fin de promover su inclusión social y encaminarlos al mercado de trabajo. Actualmente, cuenta con una importante presencia en el conurbano, en CABA y en el interior. Este proyecto educativo tiene el apoyo creciente de graduados voluntarios y constituye un ejemplo más de la integración social y educativa en la que se compromete la USAL.

¿Y SCHOLAS OCURRENTES y COLSAL?

La USAL colabora activamente con este proyecto que fue iniciado por el Papa Francisco, por entonces Cardenal Bergoglio y Arzobispo de Buenos Aires, con el fin de vincular la tecnología, el arte y el deporte para fomentar la integración social y la cultura del encuentro. El programa ha adquirido alcance mundial, y la USAL participa mediante distintos proyectos que nuclean sindicatos, empresas y ONG. En cuanto a COLSAL, tiene como objetivo fomentar la obra educativa y cultural en los colegios primarios, secundarios y terciarios, colaborando con la obra de instituciones, sacerdotes, comedores escolares, parroquiales y comunitarios desarrollando actividades en barrios carenciados y escuelas de fronteras.

La USAL también desarrolla investigaciones a través de dos institutos, ¿podría explicarnos en qué consisten?

El Instituto de Medio Ambiente y Ecología (IMAE) se creó por Resolución Rectoral en 1992, en concordancia con la realización de la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, celebrada en Río de Janeiro y conocida popularmente como Eco Río 92. Se aboca a investigar sobre temas como fauna silvestre, residuos sólidos urbanos, proyectos piloto de educación ambiental, ecosistemas costeros, gestión del territorio, recuperación del patrimonio cultural, entre otros. Luego tenemos el Instituto de Prevención de la Drogadependencia (IPAD), que fue creado en 1991 sobre la base de la primera Cátedra Extracurricular de Drogadependencia de nuestro país, creada en la Facultad de Ciencias Jurídicas. En 1992, la USAL firmó un importante convenio de cooperación para el desarrollo de un Programa Preventivo-Asistencial que, entre otros aspectos, contemplaba el área de salud, con especial acento en las cuestiones relacionadas con la problemática de la drogadependencia y del sida. En ese marco, ese mismo año se suscribió un convenio con la Universidad de Deusto (Bilbao-España) para la realización de programas académicos y la generación de proyectos comunitarios preventivos, asistenciales y de investigación, que colaboren o articulen con organismos oficiales, instituciones, profesionales y técnicos preocupados por el desarrollo social.

¿Cómo cree que va a ser recordado a nivel personal? ¿Como un buen padre, un buen marido, un buen Rector?

Yo creo que la universidad fue mi vida. Mi mujer me acompañó totalmente. Y mis hijos lo sufrieron.

¿Considera que tiene una vida completa?

Gracias a Dios sí.

Le confieso que es una persona que transmite tranquilidad, mucha paz y que disfruta la vida.

No esperaba esto. Yo esperaba una nota sobre la universidad y me hiciste acordar de tantas cosas lindas.


Ficha personal

Dr. Juan Alejandro Tobías

Su familia: Mi mujer, Blanca Calafell Crespo, con quien estamos casados desde hace casi 40 años. Mis hijos, Blanca, Verónica, Fernando y Juan Pablo. Y mis dos nietitas.

Colegio: La primaria en Ángel Gallardo, de la calle Ayacucho y Quintana, y la secundaria en el Carlos Pellegrini.

Universidad: Licenciado en Filosofía por la Universidad del Salvador.

Posgrado: En mi época no se estilaba.

Idiomas: Francés, inglés y leo el alemán.

Personaje histórico preferido: San Martín.

Un contemporáneo que admire: Al Papa Francisco.

Hobbies: Tuve varios. Hice natación, tenis, golf, pero todos pasajeros, ninguno que me haya atrapado como para absorberme en la vida.

Rasgo como docente: Que me aguantaran los estudiantes [risas].

Un momento especial en su vida: Es difícil destacar alguno, Dios me ha hecho feliz muchas veces y de muy distintas maneras. En el orden familiar, bueno, con mi esposa, cuando me casé, mis hijos. Eso es fundamental para mí. Después, profesionalmente, las diversas distinciones y condecoraciones que he recibido, en especial el honoris causa por la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne.

Libro académico: Nosotros tenemos grabada la vida de San Ignacio de Loyola. Y los Ejercicios Espirituales son muy interesantes.

¿Qué le falta a la educación argentina?: Creo que el aspecto de la formación docente universitaria es un flanco débil que tiene la enseñanza en nuestro país y que debe mejorar.

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