Desde hace más de 20 años, las mujeres han recorrido un largo camino de reconocimiento y lucha para lograr hoy la visibilidad que merecen, especialmente en el ámbito laboral, pero desde el comienzo de la pandemia por COVID-19, muchos de estos esfuerzos tuvieron un notorio retroceso. La tasa de participación de las mujeres en el trabajo cayó 8,2 puntos porcentuales y quedó en cifras equivalentes al de dos décadas atrás cuando la independencia femenina era menor que la actual en términos sociales y culturales.
Según la encuesta MICS, llevada a cabo por segunda vez en Argentina a través de UNICEF, las mujeres con el rol de madres presentaron 3 razones que hacen que se sientan más sobrecargadas con las tareas del hogar en cuarentena: El 35% dice que la sobrecarga se debe al aumento de las tareas de limpieza. El 28% indica que el cuidado de los niños ha aumentado su labor doméstica. El 22% siente que la sobrecarga se da porque ahora deben ayudar a sus hijos e hijas con las tareas escolares. Este último punto es especialmente importante ya que el estudio indica que en el 81,2% de los hogares los niños tienen actividades o tareas escolares y en el 68% de los casos las desarrollan con asistencia de sus madres.
Al analizar estos datos, es fundamental considerar la importancia de que las organizaciones brinden oportunidades de desarrollo a todas las personas de forma inclusiva. Connie Clark, Líder del departamento de Logística de Kimberly-Clark Latinoamérica, cuenta su experiencia de liderazgo como parte de la compañía cuyo propósito es el de mejorar la calidad de vida de las personas.
Connie, con una formación en Marketing comenzó su carrera profesional en Kimberly-Clark en 2004 como Analista de Customer Care de exportaciones, para luego desarrollarse en distintas áreas de la empresa como Procurement, Customer Service y Distribución, hasta alcanzar su posición actual dentro del Centro de Excelencia (COE) de Logistics, a nivel Latinoamérica: “Mi experiencia en estos 28 años liderando equipos, está focalizada a brindar servicio no solo a los clientes externos, sino trabajando de la mano con los clientes internos, fomentando la mejora continua dentro de los procesos logísticos”, dice.
Pero el área en donde Connie se desarrolla hoy como profesional fue ganando presencia femenina poco a poco “en Supply Chain, las mujeres hemos logrado insertarnos a lo largo de estos años, demostrando nuestras capacidades y habilidades dentro de un mundo que, hasta hace pocos años atrás, se veía como exclusivo para hombres”. Connie cuenta que, en 2019, Supply Chain contaba con el trabajo de 19% de mujeres en el área, y hoy, tan solo 3 años después, ya cuentan con un 24%. Agrega “Así como mi área se fue diversificando, en K-C en general estos últimos años se ha trabajado fuertemente en programas que ayudan y consolidan el rol de la mujer en diferentes áreas, priorizando el expertise, el esfuerzo y la dedicación, más que el sexo, orientación sexual y otros paradigmas o barreras que existen a nivel social”.
“La sociedad está cambiando, y las mujeres están siendo bien recibidas. Debemos trabajar a diario con todos los que nos rodean, para continuar fomentando espacios donde, la mujer al igual que el hombre, se puedan desempeñar de la misma manera obteniendo resultados iguales en cuanto a productividad, desempeño y reconocimiento”.
Kimberly-Clark cuenta con programas que permiten generar espacios de intercambio donde compartir problemáticas y experiencias, para así crecer como compañía, fomentando un entorno equitativo para todos los colaboradores. Un ejemplo es el programa #SheCan, que tiene el objetivo de impulsar el empoderamiento femenino y derribar estigmas, focalizando el desarrollo de las mujeres que forman parte de la empresa, a través de acciones de impacto, tales como debates, charlas de expertos, intercambio de experiencias, paneles de testimonios y planes de mentoreo, entre otros. Actualmente, el programa incluye a más de 500 mujeres y hombres.
Además, desde la marca para el cuidado femenino Kotex®, trabaja para eliminar los estigmas asociados a la menstruación, por medio de campañas educativas masivas y formación de desarrollo de habilidades.
K-C también cuenta con el programa “Working Moms”, que tiene el fin de generar oportunidades de crecimiento y fomentar ambientes inclusivos y se trata de un programa orientado a madres que han tenido una pausa laboral por maternidad.
Otro ejemplo es la alianza generada con “Girl Up”, un movimiento que forma comunidades de niñas y ofrece capacitaciones gratuitas mediante las cuales pueden perfeccionar sus habilidades de liderazgo e impacto social, recibiendo distintas herramientas que las ayuden a impulsar el cambio hacia la igualdad de género en sus comunidades.
“Nuestro propósito como compañía es “Un mejor cuidado para un mundo mejor”. Diariamente impactamos en la vida de miles de personas, a través de los productos que fabricamos y debemos continuar empoderando a las mujeres dentro y fuera de la compañía, motivarlas y acompañarlas en este crecimiento a tomar puestos de mayor jerarquía. Como siempre digo, para que algo se haga realidad, debemos primero desearlo, creer en ello, y ser valientes para que el cambio suceda”, concluye Connie.