Paula Santilli, CEO de PepsiCo Latinoamérica, fue elegida como una de las mujeres más influyentes del mundo por Forbes y Fortune. Comprometida con el crecimiento inclusivo y el bienestar de las comunidades, ha contribuido firmemente en la representación de las mujeres en los negocios.
Además de CEO de PepsiCo Latinoamérica y miembro del Comité Ejecutivo de PepsiCo, Paula Santilli es coautora de libros sobre empoderamiento femenino y fue incluida en la lista de las 100 Mujeres Más Poderosas de Forbes y en el listado internacional de las 50 Mujeres Más Poderosas de la revista Fortune.
Como parte de su trabajo como encargada de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, que cubre 34 mercados emergentes y en desarrollo, más de 70.000 empleados directos, más de 40 plantas de producción y más de 24.000 rutas de venta, Paula recorre empresas, plantaciones y pequeñas tienditas, y tiene trato directo con todos los integrantes de la cadena de valor.
Nacida en Buenos Aires, pero tempranamente expatriada, volvió a su país recién comenzada la adolescencia. Aquí se recibió de Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Publicidad por la Universidad del Salvador y luego hizo un posgrado en Marketing y Estudios Internacionales por la Universidad de Miami. Hoy reside con su familia en la ciudad de México, desde donde sigue inspirando a personas de todo el mundo desde su lugar como líder.
-Vos tenés raíces argentinas. ¿Cómo es tu vínculo con el país?
-Sí, soy argentina, con mamá y papá argentinos, hermanos que viven y trabajan hoy en la Argentina con sus respectivas familias. Salí del país a la edad de un año. Soy hija de un expatriado, algo raro a finales de los 60. Mi papá, que originalmente fue un maestro rural en Pergamino, decidió que quería darle una mejor vida a su familia y empezó a trabajar en la compañía Gillette. Por ese trabajo, fuimos a Caracas, después a Boston, a Perú, volvimos a Venezuela y a mis 13 años regresamos a la Argentina, porque mi mamá y mi papá querían que mi primer novio fuera argentino. Y tuvieron éxito: es mi actual marido. Hace 16 años yo fui la que decidí trasplantar a mi familia y hoy vivimos en la ciudad de México, con mi marido y mis dos hijos, muy contentos. O sea que tuve una expatriación de infancia, que me llevó a distintos países, y otra de adulta.
-¿Cuántos años hace que trabajás en PepsiCo y qué vislumbrás para el futuro?
-Si cuento mi trabajo en una compañía que luego PepsiCo adquirió [Quaker Oats], en total, hace más de 30 años que trabajo en PepsiCo. Para el futuro vislumbro un extraordinario crecimiento, una transformación digital total del negocio, una automatización muy fuerte y prácticas notablemente diferentes de lo que fueron las últimas décadas respecto de la sustentabilidad. Somos una compañía con un fuerte compromiso, y lo que viene es muy interesante.
-¿Cuáles son los últimos lanzamientos de PepsiCo en el país y la región?
-Uno de los lanzamientos más importantes a nivel regional es Pepsi Black, un producto que no tiene azúcar y que está siendo un éxito de ventas en toda Latinoamérica porque es fantástica. Tiene una receta muy redonda, muy novedosa. El sabor es sensacional y encuentra un consumidor que apoya las bebidas sin azúcar. La Argentina no es la excepción.
-¿Qué podrías contarnos en cuanto a los hábitos del consumidor con respecto al consumo de azúcar, sal o grasa? ¿Cómo acompañan como empresa esta concientización?
-Definitivamente hay un consumidor más consciente, más ilustrado, con mayor educación en algunos temas y dispuesto a cuidarse y a ser cauteloso con el consumo de grasas, azúcar y sodio, como también hay otro más dispuesto a la indulgencia, es un yin y un yang. Por un lado, está el consumidor educado, consciente, inclusive de sus biométricas. Hoy hay anillos, relojes que permiten saber algunos parámetros de cómo responde el cuerpo, pero también la indulgencia es significativa. Vemos esos dos extremos. Además hay un consumidor que quiere energía, por vía de las bebidas y otros productos. El consumidor duerme poco y se levanta cansado a la mañana, lo cual posibilita el boom de las bebidas energéticas como Rockstar en Latinoamérica.
-Sos una líder y tenés PepsiCo Latinoamérica a cargo. ¿Cómo ves a los países de la región?
-Soy muy optimista con la región. Creo que tenemos dos grandes países, México y Brasil, que están teniendo crecimiento. México, por su ubicación geográfica, cerca de los Estados Unidos, y con dos océanos. En PepsiCo Latinoamérica, México es nuestro país más importante. Desde ahí estamos exportando a los Estados Unidos y a otros países de Latinoamérica, como los de Centroamérica. A Brasil lo veo con mucho crecimiento potencial, con consumos per cápita de muchos de nuestros productos aún bajos, lo que habla de la potencialidad para crecer. La Argentina también tiene enorme potencial. Salgo a conocer campos acá y no hay nada parecido en otro país de la región, y soy recorredora oficial de campos: en Perú, en Colombia; campos de plátano, de café, de cacao. Ahí hay un futuro de prosperidad en la Argentina.
También hoy está facilitada la cadena de abasto; hay métodos de transporte, de refrigeración. Toda la agroindustria es más fácil para exportar lo que quieras: tomates, berries, limones. Los limones con los que fabricamos Seven Up vienen en gran parte del norte argentino. Y otra cosa que tiene la Argentina es talento: gente muy preparada, con mucha creatividad, agilidad, elasticidad, nos adaptamos a todo. Eso es muy atractivo y por eso hay argentinos y argentinas muy exitosos en todo el mundo.
-¿Cuál es el porcentaje de mujeres que trabaja en PepsiCo?
-Hoy el 56 por ciento de mi equipo, que son 18 personas, está compuesto por mujeres. Una más entrenada, sofisticada y profesional que la otra. Son todas brillantes en lo que hacen. Hay mujeres así en todos los niveles de la organización. A nivel gerencial, en todo PepsiCo Latinoamérica, ese número es del 48 por ciento. PepsiCo tiene indicadores matemáticos. Tenemos un número al cual queremos llegar. En el terreno de género, queremos llegar a un 50 por ciento de mujeres para el 2025, que está a la vuelta de la esquina. Hemos avanzado 7 puntos en los últimos cinco años y tenemos que completar esa misión para 2025, y vamos a llegar.
Para reducción de consumo de agua, para reducción de energía no renovable, para ayuda a comunidades, siempre hay un objetivo global y nuestra tarea como empresarios es hacer los planes necesarios para llegar a ese objetivo.
-¿Cuáles pensás que fueron tus aciertos en este último tiempo?
-Yo tengo una mirada muy fuerte en el crecimiento. Tengo alta conciencia de que, cuando una compañía crece, toda una base de la sociedad en Latinoamérica crece. Una base que no tiene oportunidades: crecen agricultores, proveedores, pequeñas tienditas. Tenemos una gran ubicuidad en el terreno del pequeño comercio. Hay tienditas en todos los pueblos de América. Cuando a esa tienda (generalmente, dicho sea de paso, liderada por una mujer), por ejemplo, una panchería, llega el camión de Pepsi, con una refrigeradora, las dos sillas con las dos mesas que va a poner, o llega el camión de Lays o de Doritos y le ponemos un rack, le damos el inventario, le explicamos cómo se calcula el margen, cuál es el precio al consumidor, a qué precio le vamos a vender, cómo el negocio tiene que tener un giro comercial, hacemos un trabajo de entrenamiento delicado y de contacto. Cuando hacemos eso, el barrio crece. A la señora le va mejor e invierte en la educación y la salud de sus hijos, en su casa. Lo mismo pasa cuando contratamos una empresa de limpieza o a un transportista. Ese transportista va al banco con el contrato con PepsiCo y el banco le da el crédito que necesita para comprar mejor flota, con menos emisiones, probar vehículos eléctricos. Entonces generamos un derrame económico y prosperidad hasta lugares insospechados.
Yo no voy a encontrar la cura para el cáncer, pero tengo herramientas para poder hacer crecer Latinoamérica más rápido y que gente que no cuenta con oportunidades tenga un mejor pasar. Me levanto cada mañana pensando cómo hacer que más gente prospere económicamente y tenga paz. Porque creo que la tranquilidad económica trae paz social, la oportunidad de vivir en una sociedad haciendo lo que te gusta y lo que te hace feliz.
-¿Recordás algo que te haya emocionado y quieras compartir?
-Me emocionan cosas todos los días. Ayer estuvimos en Moreno. Cuando vamos a hacer ruta, vamos a ver clientes, entonces recorremos quioscos, tienditas, bares de estación, supermercados chinos. Entramos en una tiendita y vi a Elena, esforzada. Rara vez Elena recibe un cariño, un ánimo o una motivación. Y yo entré y espontáneamente dije: “¡Pero qué bonita tienda!, ¡qué linda! Está superlimpia, bien iluminada, hay productos de innovación, está bien ubicada”. Y Elena me miró y me dijo: “Nunca nadie me dio un elogio”. Yo estaba siendo auténtica, era lo que sentía. Y ella tiene mucho mérito. Me empezó a contar: se levanta a las 6 de la mañana, abre a las 7, limpia, ordena, acomoda y se queda hasta las 11 de la noche. Se las sabe todas: quiénes son el bueno y el malo del barrio, quién no paga, quién pasa todos los días a su trabajo, quién no, qué chicos van a la escuela. Elena es brillante en su antena social de la zona de la estación de tren de Moreno, y nadie le da un aliento. Yo le dije: “Te podés alquilar otro quiosco por acá cerca y hacer una cadena de cinco quioscos”. Y a Elena le encantó la idea, me decía: “Dígame más, señora”. Entonces charlamos de que una pyme familiar debía tener una visión de crecimiento, y apenas una palabrita la dejó pensando. Quizá tiene la valentía de alquilar un local vacío, dividirse el trabajo con otro pariente, por ahí genera una cadena de más quioscos. Cosas como esas me pasan todos los días.
Entonces, cuando yo voy con mi equipo, meto a todos detrás del mostrador. Vamos a ver este fenómeno de la panchería, el quiosco, desde la mirada del quiosquero o quiosquera, a ver cómo viven el estar al frente de un negocio.
-¿Cómo trabajan la estrategia de PepsiCo Positive (pep+) a nivel regional?
-Es una muy buena pregunta. Es un marco estratégico que hoy está guiando a PepsiCo en todo lo que hacemos. Tiene tres patas. La primera es la agrícola. La gente nos conoce por Doritos, Lays, Gatorade, por los productos finales, pero primero somos una compañía agrícola. Si no contáramos con un abasto de papa, de azúcar, de trigo, de maíz, no tendríamos productos. Entonces necesitamos los campos de todos los países en los que operamos. Pep+ trae muy conscientemente una pauta clara de cómo tenemos que manejar el agua, los suelos, la gente que trabaja en los campos, las emisiones, toda la agricultura integral. Contamos con objetivos firmes y matemáticos para ahorro de agua, cultivo sustentable, etc., para cada uno de nuestros ingredientes.
La segunda pata es tener una cadena de valor más sustentable, que quiere decir un más bajo uso del agua, de la energía eléctrica no renovable y un control muy fuerte de nuestras emisiones. Eso está cambiando. Hoy una planta es totalmente diferente de lo que era antes. Ya no deberían existir chimeneas tirando humo. Nosotros no tuvimos nunca. Hoy contamos con plantas que no usan una sola gota de agua ni de la red local ni de los acuíferos. Están con un circuito cerrado donde no se pierde ni una gota. Limpiamos nuestra propia agua y entregamos a veces nosotros agua limpia a los acuíferos porque recolectamos agua de los techos correctamente. Si no se hace, esa agua se evapora y no termina en los acuíferos.
Después está la flota eléctrica. Tenemos más de 1500 vehículos eléctricos. Es un change management muy importante, del conductor, de los vecinos de donde sale la flota, de cargadores, de mecánicos. Hay un cambio fenomenal de manejar vehículos que tenían emisiones a vehículos que no hacen ruido. Con lo cual, de un centro de distribución hoy salen 300 camionetas y ninguna hace ruido. Tenemos que explicarles eso a los vecinos, por lo cual debemos hacer un cambio de comportamiento. Cuando se cruza una calle, hay que mirar bien para asegurarse de que no está pasando un vehículo. El conductor es diferente también.
Estamos probando cosas que se encuentran a la avanzada. Por ejemplo, cómo se fabrican productos sin electricidad, sin agua. La cultura cero impacto en el medio ambiente. Nosotros somos mejor que cero, porque dejamos el ambiente mejor de lo que lo encontramos.
-¿Y la tercera pata?
-El tercer bastón tiene que ver con la gente. Queremos que trabaje internamente diversidad de gente, bien paga en todos los niveles. Seas mujer, hombre, tengas la religión que tengas, la orientación sexual que tú quieras, todos van a ser tratados de la misma manera. Una cultura inclusiva y abierta. Al mismo tiempo, darles a los consumidores una oferta más diversa de la que había: con azúcar, sin azúcar, deportivas, energéticas. Les ofrecemos mucho para que elijan. Con fibra, con menos sodio, con grasas buenas. Tiene que ver con la base humana de nuestro negocio.
-¿Hay algo que te preguntarías a vos misma?
-Me preguntaría cómo hago para inspirar a Elena, cómo hago para inspirar a todos los argentinos y las argentinas. Porque yo soy argentina, nací aquí, mi familia está aquí, pero no vivo aquí, entonces tengo esto de ver desde afuera a nuestro país y sentir que este es un país millonario, con muchas más posibilidades y oportunidades de las que nos imaginamos todos. Tiene el talento extraordinario. Está por todos lados y hay que cuidarlo y seguir entrenándolo, porque la digitalización también avanza y todos tenemos que aprender. Y también es un país millonario en recursos naturales. Hay agua, sol, viento, luz en todo el país. Es una bóveda que está cerrada con muchos valores adentro. Si todos juntos nos ponemos a pensarla bien, cuando esa bóveda se abra, se expanda a nuevas oportunidades económicas, esto va a ser un vergel, verdaderamente una gran potencia. No hay problemas raciales ni religiosos, no hay problemas de división significativos entre su población como uno ve en otros países de Latinoamérica.
Yo tengo una mirada optimista, porque conozco a la gente y veo los recursos humanos. Hay que liberar esto, pero de modo sustentable, cuidando el medio ambiente, porque hoy nadie invierte en la Argentina si no hay un foco en la sustentabilidad en la agenda de inversión. Las oportunidades son infinitas desde mi punto de vista y nada me daría más placer que ver esa jornada de creación, de prosperidad y paz de modo inclusivo. Yo estoy para eso, para ayudar a la Argentina.