“La austeridad debe ser el eje de vida de un político”

La electa legisladora del Frente de Todos, Claudia Neira, lideró la lista de candidatos a legisladores en CABA por su partido. En un país de antinomias, habló sobre la creación de un espacio que amplíe la mirada para representar a más ciudadanos.

¿Qué es para vos un político responsable?

Una persona que no miente. Que cumple con lo que promete. Y que no promete cosas que no va a cumplir. Y con esto último me refiero también a cosas muy sencillas como no comprometerse con ir a visitar o presentarse en un lugar si luego no va a poder ir. O agendar una reunión a la que no asistirá. A la gente se le debe cumplir. Un político responsable es el que no busca enriquecerse profesionalmente, porque tengo la teoría de que si le dedico tiempo a pensar cómo enriquecerme pierdo el foco de lo verdaderamente importante. La austeridad, como lo ha expuesto más de una vez el expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, debe ser el eje de vida de un político. No debemos dejarnos llevar por las comodidades que pueden acompañar a un cargo público, debemos intentar rechazarlas y mantenernos firmes en el lugar que estuvo siempre nuestra vida. Yo sigo viviendo en mi PH de Almagro, tengo el mismo autito y mis vecinos saben quién soy. Este anclaje a la realidad le permite al político estar cerca de la gente. Esta es una decisión personal y no juzgo a nadie por no compartirla. Por otro lado, un político responsable es el que se prepara con eficiencia para cumplir un cargo.

¿Cuál es la diferencia entre un político y un funcionario público?

Un político es una persona que tiene como sentido de su vida transformar la realidad. Un funcionario público es una persona que puede tener, dentro del sentido de su vida, transformar la realidad o puede gestionar algún área de manera eficaz, cumplir con su labor, pero sabe que termina esa función y seguirá con su vida. Una persona puede ejercer la función pública eventualmente sin tener una vocación política a lo largo de toda su vida y lo puede hacer bien. Esa es la diferencia.

Vos cumpliste ambos roles, ¿en cuál de ellos te sentís más cómoda?

Siempre en todos los lugares que he ocupado me he sentido cómoda. En mi rol como Directora del Banco Ciudad por la oposición me he sentido muy bien. Obviamente, existe en mi vida una vocación política que trasciende los cargos que eventualmente ocupé, siempre tuve la vocación de mejorar la vida de los otros desde donde me ha tocado hacerlo. También soy docente universitaria, doy clases de Derecho Penal en la UBA, y desde ese rol hago lo mismo, pienso en sumar mi grano de arena para mejorar las cosas.

¿La responsabilidad de que la Argentina como país tenga un futuro próspero depende de un partido político o de una transformación total en la idiosincrasia ciudadana?

No debemos pensar esa transformación como de arriba hacia abajo o viceversa, sino de una manera diferente. No se puede reconstruir el país si no se reconstruye una idea de unidad de todos. Esa tarea que se viene es sanar la grieta, encontrar una forma de tirar todos para el mismo lado. Es importante priorizar los valores que nos unen y entender que a veces nos agarramos muy fuerte de las categorías político-partidarias para dividirnos, pero si indagamos un poco en las cosas importantes, no estamos tan en desacuerdo. En ese sentido, la política tiene que empezar a interpelar y representar esos valores, esas necesidades y esos sueños que tienen los argentinos. Si no, estamos complicados.

Existe una polarización muy marcada en la Argentina, la famosa grieta, ¿puede ser que el 50 por ciento de la sociedad esté errada, ya sea para un lado o para el otro, indistintamente?

Creo que ahí hay dos temas. Una cosa son las personas y otra, las expresiones políticas. El macrismo se recostó sobre el polo y a quienes fue sumando a su espacio los posicionó en ese polo, no es que los sumó para darle mayor amplitud al espacio. Lo que nosotros vemos es que cuando nos sumamos con otros no es para que Lammens mañana se afilie al partido Justicialista de la ciudad, sino para que entre todos podamos construir algo superador de lo que hemos construido antes. Y así poderles hablar a más personas, porque si sumamos a más personas y buscamos que sean lo mismo que nosotros, claramente no vamos a obtener la capacidad de representar una mirada más amplia, que incluya a esos familiares que, como te decía antes, quizás están en la vereda de enfrente. Para poder hablarles a todos, a la amplia mayoría, tenemos que tener una voluntad expresada que los exprese a ellos también.

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