“La política es una herramienta para corregir injusticias”

Convencido de que los porteños podemos vivir mejor, Mariano Recalde, actual CEO de Aerolíneas Argentinas y uno de los principales referentes del Frente para la Victoria, afronta un importante desafío como candidato a la Jefatura de Gobierno por la ciudad de Buenos Aires.

Con tan solo 43 años, Mariano Recalde, casado y con tres hijos, ya posee un nombre importante y reconocible en el mundo político y empresarial. Abogado y Doctor en Derecho Laboral por la Universidad de Buenos Aires (UBA), desde muy pequeño sintió el llamado vocacional por el servicio público. Su padre, el actual Diputado Nacional Héctor Recalde, ha sido su principal guía y consejero en este camino que lo ha llevado a liderar diversas agrupaciones estudiantiles y juveniles, entre ellas, La Cámpora. Para él, la política ha recuperado esa “nobleza de antaño”, que tiene como finalidad la inclusión de todos los sectores sociales. Contrario a lo que sucedía en décadas pasadas en la Argentina, se siente plenamente identificado con el proyecto político y social que lleva adelante el actual Gobierno. Su nivel de compromiso y de lealtad hacia esta gestión ha sido tal que, en 2009, fue nombrado por la propia Presidenta Cristina Fernández de Kirchner CEO de Aerolíneas Argentinas, cargo que ocupa en la actualidad. El éxito al mando de la línea aérea más importante del país lo vuelve a situar frente a un nuevo desafío, como candidato a la Jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

La política siempre ha estado presente en tu familia. Tu padre se dedica a ella y vos has seguido los mismos pasos. ¿Cómo la viviste de chico en tu familia y qué es para vos la política?

Para mí, es una herramienta para corregir injusticias, para hacer que la gente viva mejor, para incluir a todos aquellos que quedan afuera. Es una herramienta que volvió a ser noble. Siempre ha sido mi vocación. Desde muy chiquito, sin saber por qué, me interesaban los temas relacionados con la política y me molestaba mucho la injusticia. Tengo una foto del 83, cuando tenía 11 años, en la que estoy en la marcha del acto de cierre de campaña de Ítalo Luder. La Argentina volvía a la democracia y yo estaba ahí, en ese momento muy chiquito, disfrazado de militante, con banderas, vinchas y una pancarta. Así que la política siempre estuvo presente en mi vida. Anteriormente, debido a la época en la que nos tocó crecer, siempre había hecho política para resistir. La particularidad de ahora es que comparto plenamente el proyecto político y social del actual Gobierno. Para mí, es algo inédito que, desde el Estado, se impulsen las políticas que yo siempre sostuve y que se defienda a las mayorías y se confronte con los poderes económicos. Así que me encuentro muy cómodo haciendo política ahora.

¿Cómo surge y cómo ha sido para vos la experiencia de dirigir Aerolíneas Argentinas?

Surge por mi acercamiento al Gobierno, a partir de las políticas que venían llevando adelante primero Néstor [Kirchner] y después Cristina, por mi militancia universitaria y, posteriormente, como profesional en materia de derechos laborales. Mi sector [Frente para la Victoria] estaba viviendo un momento muy complicado, ya que veníamos de perder las elecciones de 2009 en la provincia de Buenos Aires. Era una situación crítica, muchos empezaban a abandonar el barco y se iban del Gobierno. Entonces, hubo un cambio de gabinete y fue ahí cuando entré a Aerolíneas.

¿Te imaginabas que ibas a asumir esta importante responsabilidad?

No, nunca. Pero sí me imaginaba formando parte de este Gobierno.

¿Cuáles han sido los mayores logros junto a tu equipo de trabajo en la dirección de Aerolíneas Argentinas?

Haber recuperado el servicio de transporte aéreo, como principal logro. Y un dato que resume todas las acciones que pudimos concretar es la cantidad de pasajeros transportados y de pasajes vendidos. Para darte un dato más duro, pasamos de 5.000.000 de pasajeros a 10.000.000. Esto se logra gracias a otros objetivos que teníamos, como, por ejemplo, traer más y nuevos aviones, mejorar el servicio, volar a más ciudades y conectar federalmente al país. Todo esto permitió que hoy la Argentina tenga de vuelta una línea aérea de la que pueda estar orgullosa.

¿Les queda todavía algún objetivo por cumplir?

Nos planteamos como objetivo volver a volar a todas las provincias de la Argentina, y lo logramos. De hecho, llegamos a 36 ciudades dentro del país. Y el otro objetivo era volar a todos los países de Sudamérica. Nos falta Ecuador, tenemos pensado hacerlo a fin de año. Vamos a ver si nos dan los recursos para reabrir esa ruta y completar el mapa de Sudamérica también.

¿Qué ha sido lo último o lo más reciente que te ha emocionado en tu vida?

Te voy a cambiar de rubro [risas]. Hace muy poquito nació Juan Pedro, mi primer hijo varón.

Y a nivel profesional, ¿recordás algún logro que te haya causado una emoción especial?

Sí, muchos. Alrededor de los aviones se transportan muchas emociones. La última, con los pasajeros de “Mi primer vuelo” [ver recuadro]. Ver chiquitos, inclusive personas mayores, de 80 años, que viajan por primera vez en avión es tremendo. También, cada vez que una familia agradece porque pudimos traer a un chiquito del Hospital Garrahan, o que viene a Buenos Aires para hacerse un trasplante. Por supuesto, otra emoción muy fuerte es cuando transportamos a la selección nacional de fútbol. De hecho, hace muy poco los jugadores viajaron a Chile para disputar la Copa América y fuimos a despedirlos, al igual que el año pasado cuando fueron a Brasil para el Mundial de Fútbol.

Hace muy poco comenzó a operar la Fundación Aerolíneas Argentinas, ¿cómo nace este proyecto y qué tipo de acciones se están llevando adelante?

La fundación la recuperamos, porque existía hace algunos años, pero había dejado de funcionar. Primero, porque ahora podemos destinar tiempo y recursos a este tipo de acciones que lleva adelante. Hace cinco años, cuando Aerolíneas Argentinas no cumplía a cabalidad con el servicio que debía de entregar, no podíamos ni siquiera pensar en poner en funcionamiento una fundación que se dedique a lo que se dedica esta, que es utilizar nuestros recursos y lo que sabemos hacer –transportar gente y mercadería– para fines benéficos. Nos contactamos con más de 100 fundaciones que cumplen distintos objetivos para colaborar con ellas en el traslado de gente cuando necesitan hacerlo, ya sea para atenderse por temas de salud o por emergencias médicas; por méritos también, por ejemplo deportistas amateurs que necesitan competir y representar a la Argentina en el exterior y no tienen los recursos. Tratamos de cubrir ese tipo de cosas que sabemos que tienen un costo importante. Para eso, nos manejamos con un fondo de millas, no de dinero, y esas millas las vamos poniendo a disposición de estas fundaciones, que colaboran, con su experiencia, en decidir a quién, cuándo y cómo ayudar.

¿Cómo nace y se materializa posteriormente tu candidatura a la Jefatura de Gobierno?

Como te decía, soy un militante político desde chiquito, prácticamente. Y la ciudad de Buenos Aires es el lugar en donde yo nací, donde estudié y donde trabajé, y donde desarrollé mi militancia. En un momento, hubo que empezar a pensar en precandidatos para estas elecciones, y mis compañeros consideraron que podía ser yo quien represente nuestro proyecto. Presentamos entonces la precandidatura y después fue la gente la que votó para que yo sea el candidato del Frente para la Victoria.

¿Considerás que esta candidatura está relacionada con el éxito de tu gestión en Aerolíneas Argentinas?

Por supuesto que es un elemento importante a la hora de haberse decidido mi candidatura. No es una causa haber dirigido exitosamente Aerolíneas Argentinas, pero sí es una condición. Si yo no hubiera tenido buenos resultados en la gestión, no habría podido ser candidato.

El slogan de tu campaña es “Podemos vivir mejor”. De acuerdo a esto, ¿cómo creés que podemos vivir mejor los porteños?

Creo que Buenos Aires está por debajo de sus posibilidades, que la ciudad no acompañó el crecimiento que tuvo el país y que, con los recursos y el tiempo con los que han contado otras administraciones, ya debería haber un montón de problemas estructurales resueltos. Por eso, podemos vivir mejor si construimos los kilómetros de subte que la ciudad necesita para que el tránsito en la superficie sea más cómodo; si edificamos las escuelas que se precisan para que no falten vacantes y todo el mundo tenga la posibilidad de mandar a su hijo a una escuela pública. Hoy en Buenos Aires, no solo quedan 5000 chicos sin vacantes, lo cual es dramático, sino que hay una enorme cantidad de padres que para no arriesgar algo tan importante como la educación de sus hijos pagan de su bolsillo un colegio privado. Prácticamente, la mitad de los chicos van a colegios privados de Buenos Aires porque hay una política decidida de obligar y condicionar a los porteños a que paguemos de nuestro bolsillo algo que debería brindar el Estado. Podríamos vivir mejor si todos los barrios estuvieran integrados a la ciudad y no hubiera asentamientos o villas que están marginados. Nosotros queremos cumplir con las leyes de la ciudad que diseñaron y previeron la urbanización y la integración de las villas. Hay muchísimas medidas que se podrían tomar para que los porteños podamos vivir mucho mejor de lo que vivimos.

¿Cuáles son para vos los principales puntos para trabajar en la ciudad de Buenos Aires?

Los que mencioné más una enorme cantidad de otros puntos. En materia de salud, por ejemplo, vemos que hay un déficit enorme; en higiene urbana, también; en seguridad, creo que se puede hacer mucho más, no solo con mayor cantidad de agentes, sino también en mayor cantidad en las comunas. ¿Vos sabías que la Policía Metropolitana está solo en tres comunas de las quince? También hay que contar con una Policía más preparada y mejor formada. Una visión más democrática de la seguridad. Hay muchísimos temas de los que nosotros tenemos una visión, un rumbo, completamente distinto del que viene tomando la ciudad.

Teniendo en cuenta tus iniciativas, ¿qué significa para vos la responsabilidad social?

Te lo resumo en una frase que la Presidenta dice de forma permanente y que sintetiza el espíritu nuestro: “La patria es el otro”. La responsabilidad social es pensar todo el tiempo en el otro, en que uno convive en una sociedad donde todos tenemos derechos y necesidades, y en donde el Estado debe garantizar unas condiciones mínimas a todos. No cumple su rol el Estado cuando en la sociedad hay personas que todavía no tienen esas condiciones mínimas para vivir dignamente. Lo cumple si va avanzando en incluir más gente; y lo incumple si deja afuera cada vez más ciudadanos. Son los dos rumbos que puede tomar el Estado, y que ha tomado en estas décadas: en la última, hacia el lado de la inclusión; y en las anteriores, para el lado de la exclusión, del desempleo, de la pobreza, que cada vez aumentaba más, hasta que llegó a un punto donde por suerte pudimos cambiar el rumbo en la Argentina y tener un proyecto político que piensa en el desarrollo económico con la inclusión social.

¿Qué nos falta a los argentinos para estar más comprometidos socialmente?

Siempre se puede estar más comprometido. Pero en cada situación de emergencia, en catástrofes naturales, los argentinos, en términos generales, somos solidarios. Después, hay de todo en la sociedad.

¿Te ves algún día sentado en el sillón de la Casa Rosada?

He estado sentado en algunos sillones de la Casa Rosada [risas].

Pero en el del Presidente de la Nación…

No me veo por ahora, ni remotamente. Hoy solo tengo en mente mi gestión en Aerolíneas Argentinas y sentarme en el sillón de la Casa de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Para cerrar esta conversación, ¿cómo te gustaría ser recordado en Aerolíneas Argentinas?

Simplemente, como una persona que tomó una empresa destruida y la dejó mejor de lo que estaba. Me conformo con dejarle a la gestión que venga una compañía mucho más ordenada y una línea aérea mucho mejor de la que me tocó recibir a mí. Si cada uno hace eso a la hora de gestionar, creo que el país va a andar mucho mejor.

 

MI PRIMER VUELO

En 2014, Aerolíneas Argentinas lanzó el programa “Mi primer vuelo”, una acción que tiene como objetivo permitir a los argentinos que nunca hayan subido a un avión vivir esta experiencia de manera gratuita. Para participar, los interesados deben inscribirse ingresando en la web de la compañía (www.aerolineas.com.ar), y formarán parte de un sorteo que determina los 120 pasajeros que accederán a cada uno de los vuelos. Esta iniciativa ya se ha realizado con éxito en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, y pretende expandirse al resto de las provincias del país.

FORMACIÓN ACADÉMICA

Además de cursar la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Mariano Recalde realizó estudios de posgrado en las universidades de Salamanca (especialización en Derecho del Trabajo) y de Castilla-La Mancha (especialización en Relaciones Laborales). Obtuvo el Doctorado en Derecho Laboral en la UBA, con la tesis titulada “Las nuevas tendencias en la relación entre normas estatales y colectivas, y las nuevas reglas sobre competencias y concurrencias entre los convenios colectivos de trabajo”. Actualmente, es docente auxiliar en las cátedras de Derecho Privado y Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, y docente en la cátedra de Derecho II (Relaciones Colectivas del Trabajo), todas asignaturas impartidas en la Facultad de Derecho de la UBA.

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