La sustentabilidad como demanda y prioridad

Desempeño ambiental, social y financiero. Tres elementos claves que deben estar presentes en cualquier reporte de sustentabilidad. En el último tiempo, muchas compañías en el país, y en el resto del mundo, han asumido el desafío de transparentar sus acciones a través de documentos que reflejan su accionar frente a la sociedad.

La responsabilidad, a diferencia de otros momentos, representa cada vez con mayor asiduidad una de las prioridades sobre las que se enfocan las compañías a la hora de optimizar sus posibilidades de negocios.

Dotar del carácter de sustentable al negocio de cada privado aparece en estas instancias como una condición clave que, al mismo tiempo, repercute de manera positiva en las maniobras comerciales que pautan o practican las compañías.
“La sustentabilidad es un gran diferencial, ya que hoy en día hay más conciencia en la sociedad, los gobiernos, la prensa, acerca de la necesidad de gestionar las empresas de manera responsable, cuidando los recursos naturales y generando un valor sostenible en el tiempo para las comunidades y el país”, aportan en coincidencia con estos argumentos desde compañías como Acindar.

“Por eso aquellas empresas que llevan adelante su actividad de esta manera son más valoradas por los diferentes stakeholders y cuentan con mejor imagen”, completan desde la firma perteneciente al grupo ArcelorMittal.

Para fijar esto, un aspecto clave en el desempeño de las firmas consiste en los reportes de sustentabilidad, una herramienta que expone de primera mano cómo es la gestión dentro de la compañía en una clara estrategia de demostrar transparencia.

Entre otras referencias, estos trabajos por lo general develan cómo viene siendo el rendimiento de las empresas en ítems como desempeño económico, ambiental, estado de la masa laboral, derechos humanos y aspectos de los productos o servicios que se ofrecen.

En lo detallado y profundo de su estructura radica, en buena medida, la actitud del privado por despejar cualquier duda en cuanto a cómo funciona la compañía, en lo que debe tomarse como un claro ejemplo de transparencia de cara a mejorar o mantener un determinado prestigio comercial.

A modo de ejemplo, y ante la consulta de PRESENTE, desde Toyota aseguraron que la automotriz realiza su reporte “para reafirmar su compromiso como buen ciudadano corporativo y responsable, atendiendo y escuchando los intereses de los diferentes stakeholders. Además, para reflejar las acciones y los programas que la compañía realiza en materia de responsabilidad social y sustentabilidad sobre sus tres ejes de acción: educación para la empleabilidad, ambiente y seguridad vial, bajo las plataformas de trabajo en equipo, mejora continua y respeto por las personas”.

Para compañías como Scienza, dicho reporte informa la gestión anual, cuenta con información institucional y describe el desempeño de la firma en relación con los diferentes públicos de interés.

“Tomamos en cuentas las características y las operaciones comerciales de la compañía, el desarrollo sobre cuestiones sociales y las mejoras ambientales implementadas. La tarea es llevada a cabo por el área de Responsabilidad Social Empresaria, que la coordina, aunque la información es proporcionada por diferentes sectores”, explicó Abigail David, Responsable de RSE de la compañía. “Un liderazgo comercial resulta insostenible sin una postura ética, que en Scienza fue planteada desde el comienzo. Nuestros ejes principales son la transparencia y seguridad del medicamento, así como el compromiso con la salud. Es la concepción del negocio con una visión integral que se focaliza en nuestras acciones frente a nuestros impactos”, acotó.

Yendo al detalle, José Ignacio De Carli, Gerente de Asuntos Corporativos de Natura, precisó que en el reporte de la empresa están contempladas las informaciones referentes a todas las operaciones de la firma, incluyendo Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y Francia. Afirma el ejecutivo: “La predominancia del alcance de las informaciones socioambientales también está relacionada a las actividades de Brasil, donde está concentrada la mayor parte de la producción y, en consecuencia, la mayor parte de nuestros impactos sociales y ambientales. Los datos económicos engloban todas nuestras operaciones”.

La postura de mostrar cómo operan las corporaciones para, de esa forma, exponer la seriedad de la actividad comercial que realizan también es compartida, por citar otro caso, por Kimberly-Clark. Fernando Hofmann, Director de Asuntos Legales y Corporativos de la firma para la región Austral, explicó la visión predominante puertas hacia adentro: “Para nosotros el reporte de sustentabilidad es una herramienta de gestión y de transparencia. Estructuramos el documento según las prioridades de la organización a nivel global y local”. “Comenzamos hace años con un trabajo profundo relativo a materialidad, para poder identificar aquellos aspectos estratégicos y de prioridad que hacen a nuestro negocio. Esta materialidad la construimos con el aporte y feedback de nuestros grupos de interés –tanto internos como externos–, y un profundo trabajo de análisis y priorización de nuestro Comité de Sustentabilidad y Board directivo”, dijo.

MODELO Y ESTRATEGIA

Para dar cuenta de la estructura de este recurso, nada mejor que apelar al modelo acercado a PRESENTE por Adecco. Su reporte se divide de la siguiente manera:
• Información vinculada a la compañía y el negocio.
• Asociados y candidatos.
• Público interno.
• Proveedores.
• Gestión ambiental.
• Enfoque sobre la sustentabilidad.
• Acciones con la comunidad.

En cuanto a las estrategias que lleva adelante cada compañía en el aspecto de la responsabilidad, desde la firma antes mencionada precisaron que la sustentabilidad representa un modelo de gestión transversal del negocio basado en el diálogo transparente con diversos grupos de interés.

“Nuestro compromiso es contribuir a que el trabajo sea un factor fundamental para la integración e igualdad social, y para ello trabajamos en su accesibilidad. Nuestra concepción de sustentabilidad se apoya en un modelo de gobernabilidad sustentable basado en dos ejes fundamentales: el respeto estricto a la legalidad y el Código de Conducta”, se explicó.

Toyota, en tanto, dio un primer paso en dirección de la responsabilidad en 1998 cuando implementó un Sistema de Gestión Ambiental (SGA), regido bajo la norma ISO 1400, el cual logró certificar en 1999 y extendió, en 2003, a las áreas administrativas y comerciales.

Esta certificación, en conjunto con el SGA, contempló cinco aspectos ambientales: residuos generados, consumo de energía eléctrica, consumo de gas, consumo de agua y las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (VOC).
Entre 1998 y 2003, la automotriz se concentró en la gestión puertas adentro de la compañía: identificación detallada de los aspectos ambientales, mejoras en los procesos que generen menos residuos y menor consumo, capacitación y concientización al personal, entre otras.

Una vez encaminada la gestión ambiental internamente, y según lo definido en su política ambiental, Toyota trasladó su compromiso a su cadena de valor, promoviendo la certificación ISO 14001. Luego, entendiendo que los cambios de paradigmas solo se alcanzan con cambios de hábitos y que estos a su vez requieren una reeducación, la compañía se acercó a la comunidad a través de capacitación y difusión ambiental. Ya en 2007, Toyota Argentina adhirió a la política de RSE de su central Toyota Motor Corporation.

Hofmann, de Kimberley-Clark, contó a PRESENTE: “Desde nuestros líderes hasta los colaboradores estamos orientados a buscar oportunidades para optimizar nuestra gestión sustentable. Entendemos que la sustentabilidad empieza en el bienestar de las personas, a quienes ofrecemos productos de valor añadido, contemplando el desarrollo sustentable a lo largo de todas nuestras operaciones.

Entre los ejes clave para la compañía se destacan la ética y la transparencia. En cuanto a otras acciones concretas, en materia de impacto en el medio ambiente, la firma contempla prioridades como agua, energía, fibras, residuos y transparencia ambiental”.

“Como parte de una organización global, contamos con acceso a las mejores prácticas ambientales en materia de gestión de recursos y riesgos. En la Argentina, identificamos, evaluamos y mitigamos los posibles riesgos ambientales para que nuestras operaciones cumplan con las regulaciones locales y, de ser posible, las excedan”, precisó el vocero.
“Estamos en la búsqueda permanentemente de oportunidades que nos ayuden a hacer más sustentables nuestros productos. Haciendo foco en la innovación para extender el 20 por ciento su vida útil y los envases postconsumo”, añadió.

Luego indicó: “Desde el pilar ʽPersonasʼ trabajamos con una mirada interna, nuestros recursos humanos; y una mirada externa, la comunidad y sociedad como un todo. Impulsamos el programa corporativo +ComUNIDAD, que este año llegó a más de 106.000 beneficiarios con programas de salud, educación y medio ambiente”.

¿Qué ocurre en lo referente a otras compañías? Abigail David, de Scienza, destacó que la estrategia de trabajo de la firma se basa en el derecho humano fundamental, que es la salud. Desde ese pilar, la firma atiende los siguientes frentes:

• Pacientes, garantizando la entrega del medicamento en tiempo y forma cumpliendo con altos niveles de seguridad y transparencia desde su compra hasta la dispensa.
• Colaboradores, fomentando su desarrollo laboral y personal.
• Ciudadanos, acompañando al crecimiento de una sociedad equitativa y sana.

Natura, en cambio, hace gala de su “Visión de Sustentabilidad 2050”, en la que la empresa asume compromisos que van más allá de reducir y neutralizar los impactos generados por sus actividades, y busca convertirse en un generador de impactos positivos en los ámbitos económico, social y ambiental.

Para que este nuevo paradigma funcione, Natura implementó tres pilares: “Marcas y Productos”, “Red de Relaciones” y “Gestión y Organización”, bajo los cuales se agrupan un total de 34 indicadores socioambientales y 23 compromisos públicos para 2020.

La pregunta obligada: ¿de qué manera la sustentabilidad aporta al negocio de la compañía?
En ese sentido, desde Toyota acercaron una primera mirada. “Pensamos la sustentabilidad como una condición, no como un negocio. El concepto de sustentabilidad es la forma en la que debemos plantear y llevar adelante el negocio. La visión a largo plazo, la ética y transparencia, el cuidado de los recursos, los resultados económicos y el desarrollo de las comunidades son algunos de los lineamientos para alcanzarlo”, sostuvo una fuente de la automotriz.

“Para Toyota, orientar su negocio a la sustentabilidad desde una gestión responsable no es una respuesta a una tendencia, es el planteo mismo que guía nuestra actividad desde los inicios en todos los países en los que operamos. El compromiso con la sustentabilidad integra la cultura corporativa, se encuentra en cada una de las áreas de negocio y es parte esencial del modelo de gestión empresarial”, agregó.

Natura, en cambio, sostiene que la sustentabilidad fue y continúa siendo un proceso transversal que atraviesa todas las áreas de la compañía. Desde la firma aclararon que no se trata de una iniciativa o un programa, sino una forma de elección de estrategias, una manera de tomar las decisiones de modo que la operación considere en cada paso de su actividad cuál es la mejor forma de hacer lo que se propone.

“En nuestro comportamiento empresarial buscamos crear valor para la sociedad, integrando las dimensiones económica, social y ambiental. La sustentabilidad forma parte de nuestra dinámica de gestión”, enfatizó De Carli.
Algo similar expone Kimberley-Clark al sostener que la sustentabilidad forma parte del ADN de la empresa y opera también de forma transversal en todas sus áreas. “Localmente, este compromiso sustentable busca preservar los recursos naturales y promover el progreso socioeconómico de las comunidades en las que operamos”, explicó Hofmann.

Luego detalló: “Mediante la plataforma sustentable ʽProyectarʼ, nuestra agenda de trasformación comprende la construcción de confianza a través de la integridad y la ética en los negocios, el crecimiento económico preservando el equilibrio ambiental y el desarrollo social, y la promoción del talento interno en equipo”.

A la hora de evaluar la incidencia de los reportes de sustentabilidad en la decisión del público o los inversores, lo que sobresalen son las coincidencias. Así, en el caso de Adecco reconocen que los clientes solicitan el informe y piden como requisito contestar cuestionarios exhaustivos con la información de dicho trabajo.

“La sustentabilidad es un requisito cada vez mayor para las empresas que no solo está relacionado con el impacto ambiental de las acciones que realiza la compañía, sino también con las posibilidades que tiene el negocio de prevalecer en el tiempo de manera rentable. Es decir, los reportes de sustentabilidad son una herramienta fundamental que le brinda transparencia a la manera en la que operan al mismo tiempo que generan una vía de comunicación”, concluyó una fuente consultada.

En Scienza hay una seguridad de que mantenerse alineados con los estándares internacionales marca el camino a seguir. “Observamos cambios en el mercado que van en esta dirección. Siendo cadena de valor de empresas multinacionales, somos evaluados con parámetros solicitados por nuestros clientes”, enfatizó David.
“Para nosotros el reporte es un recurso más. Al interior de la compañía, el seguimiento de los indicadores es continuo. Consideramos que tener un reporte permite contar con una visión de la empresa en su totalidad que aporta otra perspectiva para definir estrategias”, concluyó.

A modo de conclusión, no faltan las opiniones que observan a la sustentabilidad como una pauta obligatoria con clara repercusión en la mirada de los clientes de las compañías. “Las expectativas con respecto a las empresas son cada vez mayores y se trasladan también a la decisión de compra, donde las personas consideran el aporte que las compañías realizan en cuestiones económicas, sociales y ambientales. Hoy la sustentabilidad es una demanda”, destacaron desde Toyota.

Transparencia, sentido del compromiso, respeto por la visión que el inversor o el público en general puedan tener de cada compañía aparecen como los puntales de pautas y estrategias diagramadas para sostener la prédica de la sustentabilidad.

Sujetos a un contexto dinámico en el que las empresas se ven obligadas a continuas evaluaciones por parte de clientes cada vez más exigentes, los privados pugnan por hacer de la responsabilidad una bandera visible y diferencial. En tiempos de competencia feroz, sostener esta característica positiva se expresa cada vez más como un desafío impostergable.

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