Los últimos años, casi diría las últimas décadas, han caído como cataratas productos de diferentes tecnologías, dispositivos que había imaginado la ciencia ficción para hacernos la vida más fácil, más lisa, más interesante. Además de disfrutarlos para los eventos cotidianos, nos permitieron ensayar formas de desplegarlos como portadores de texto diferentes. Muchos empezamos a leer noticias en tablets, computadoras y hasta teléfonos. Ante ese panorama, a quienes venimos trabajando en el mundo del libro se nos llenaron los horizontes de preguntas y cuestionamientos: ¿qué sería de nosotros, de nuestros puestos de trabajo y de nuestra industria frente a una generación de nativos digitales, donde la intuición les permitía acceder a las pantallas con tanta facilidad? Con tristeza nos preparamos para ver desfallecer nuestra industria bajo los escombros que provocaría el brillo de la pantalla por sobre la opacidad del papel. Cuando empezamos a ver cómo sustituir una rama por otra y –por suerte– a apostar a los formatos de lectura digital, aparecieron las generaciones que torcieron el destino del libro: los jóvenes que se reconvirtieron a la lectura de la mano de Harry Potter, esos jóvenes que cayeron seducidos por las mágicas aventuras que hace poco más de 20 años empezaron a formar los ejércitos de booksfluencers, reseñadores, lectores de novela romántica y abrevadores consuetudinarios en la no ficción de la neurociencia. Para los agoreros del final del papel: ¿cómo explicamos el éxito de las Ferias del Libro en las últimas dos ediciones? Para quienes no se animan a apostar a la narrativa clásica: ¿cómo explicamos las reediciones de Jane Austen, Virginia Woolf y las hermanas Brontë?, ¿los lugares entre los primeros puestos de la no ficción de clásicos como Viktor Frankl y Yuval Harari, que explican filosóficamente las problemáticas del hombre en su evolución y sus preguntas existenciales? Hoy, digamos la verdad, el mercado está ganado por las historias y las palabras.
Pedro Ferrantelli
Fundador de Ediciones LEA
Acerca del autor: En 2002 Pedro Ferrantelli fundó Ediciones LEA, compañía de la que hoy es Director General. Es el creador de Revista Lea, una de las publicaciones culturales más importantes de principios del siglo XXI, también es uno de los fundadores de Editores Asociados y formó parte del equipo creador de la revista Satiricón.