Por su parte, el incremento de las emisiones de CO2 durante el 2021 en más de 2.000 millones de toneladas supone el mayor incremento en la historia en un año en términos absolutos, situándose por encima del 2020.
En tanto, la AIE señaló que la recuperación de la demanda energética a lo largo de 2021 se produjo en un contexto de meteorología y condiciones del mercado energético adversas, que trajo aparejado un notable repunte de los precios del gas natural.
La situación provocó una mayor quema de carbón, a pesar de que la generación de energías renovables registrada también experimentó el mayor crecimiento histórico.
Las cifras de emisiones globales de CO2 son calculadas por la AIE de manera detallada región por región, de acuerdo con los datos nacionales oficiales y los informes energéticos, económicos y meteorológicos disponibles públicamente.
Los datos también se combinan con las estimaciones de emisiones de metano que el organismo publicó hace un mes, junto con lasestimaciones de óxido nitroso y emisiones de CO2 relacionadas con la quema. De esta forma, los números muestran que la recuperación económica después de la crisis de coronavirus no fue sostenible, tal y como el director ejecutivo de la IEA, Faith Birol, pidió durante las primeras etapas pandémicas en 2020.
Por su parte, la AIE subrayó que el mundo debe garantizar que el incremento de emisiones en 2021 fue “excepcional” y que una transición energética acelerada “contribuye a la seguridad energética mundial y reduce los precios de la energía para los consumidores”.
En concreto, el carbón representó en torno al 40% del crecimiento de las emisiones energéticas globales en 2021, alcanzando su máximo histórico en 15.300 millones de toneladas. Por otro lado, las emisiones de CO2 del gas natural también aumentaron, superando los niveles previos de 2019, hasta las 7.500 millones de toneladas.
Las emisiones provenientes del petróleo permanecieron significativamente más bajas que los niveles pre-pandemia, con 10.700 millones de toneladas, a causa de la recuperación limitada de la actividad del transporte durante 2021. A su vez, la producción eólica y solar fotovoltaica también aumentó sus niveles.
Por último, el informe de la AIE atribuyó en buena medida el repunte de las emisiones globales de CO2 por encima de los niveles prepandémicos a China, donde aumentaron en 750 millones de toneladas de 2019 a 2021.