Leandro Cahn, Director Ejecutivo de Fundación Huésped: Entidad pionera en la visibilización del VIH

Cuando Leandro Cahn llegó a Fundación Huésped, en 1998, ya conocía sus pasillos de memoria. Su padre, Pedro, había sido uno de los ideólogos de la entidad y también ejercía el cargo de Director Científico. Con ese haber en sus espaldas y la experiencia en otras organizaciones vinculadas a la salud y el VIH, el actual Director Ejecutivo de la organización se propuso traer ideas nuevas, hacer crecer la fundación y darle más visibilidad.

Antes de desembarcar en Huésped, fue consultor de la Sociedad Internacional de Sida (IAS, por sus siglas en inglés) y estuvo a cargo de la comunicación del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria para la firma Amgott-Mitchell. Además, publicó ESl: Guía básica para la escuela y la familia, de la editorial Siglo XXI, junto a Mar Lucas, Florencia Cortelletti y Cecilia Valeriano.

Según expresa en su perfil de LinkedIn, está convencido del rol de la sociedad civil para el cambio social y desarrolló su carrera profesional con el objetivo de transformar las políticas de salud a través de estrategias innovadoras de comunicación, incidencia y educación integral para la sexualidad.

Desde noviembre de 2017, es Director Ejecutivo de la fundación, donde busca generar las mejores condiciones para que los diferentes equipos de trabajo puedan desarrollar sus tareas y brindar propuestas de valor a la sociedad de la mejor manera posible. “Desde que asumí el cargo, contribuí en la transformación de una entidad que solo trabajaba temas relacionados con el VIH a una organización más profesional que aborda muchas otras cuestiones de interés y necesidad social de forma seria y coherente”, asegura.

Leandro está casado desde hace 19 años con Sol y es papá de dos hijos. Hincha de San Lorenzo, le apasiona ir a la cancha, jugar al fútbol con sus amigos y correr maratones. Es magíster en Administración y Políticas Públicas (Universidad de San Andrés), le gusta viajar, leer novelas y, en algunas ocasiones, le “pega” a la guitarra.

 

¿Cuáles fueron los comienzos de la fundación?

Luego de la aparición de los primeros casos del VIH en la Argentina, en 1982, la mayoría de los pacientes eran derivados al Hospital Fernández, que solo contaba con dos médicos infectólogos, pocos insumos y tratamientos que costaban más de 1000 dólares mensuales. Ante la falta de respuesta del Estado y una estigmatización constante de las personas afectadas por el virus, Fundación Huésped nació, en 1989, como una alternativa para canalizar los aportes solidarios que se hacían en el Servicio de Infectología del Fernández. Poco tiempo después de la creación de la entidad, Roberto Jáuregui, que fue su flamante coordinador, fue la primera persona en hacer público su diagnóstico de VIH. Salía en entrevistas en Nuevediario [antiguo noticiero del actual Canal 9] y allí pedía AZT, el único medicamento disponible de ese entonces para tratar la enfermedad. Fundación Huésped, que actualmente tiene 200 empleados, tomó su nombre de un pequeño centro médico (que todavía existe) y tuvo a Pedro Cahn como su primera voz científica y a Jáuregui como su representante comunitario. Como respuesta a la exposición mediática del VIH en la década del 90, el Consejo de Publicidad Argentino decidió hacer una campaña de bien público no estigmatizadora y tomó a la fundación como referente.

Luego del fallecimiento de Jáuregui, en 1994, la fundación llevó a cabo una recaudación de fondos para la construcción y donación del Hospital de Día Roberto Jáuregui, pabellón donde hoy funciona el área de Infectología del Hospital Fernández. Tres años después, la familia Galperín-Lebach donó el dinero necesario para la compra de la casa donde se encuentra la sede actual de la entidad, ubicada en Dr. Carlos Gianantonio 3932 (Almagro).

 

¿Cómo es la articulación público-privada?

La adquisición de una sede propia facilitó las tareas de investigación, asistencia psicológica y legal gratuita, educación y estudios clínicos, pero también la difusión de todas las actividades que llevaba a cabo la entidad. Desde ese momento, la fundación fue creciendo y empezó a trabajar de forma intensa en la prevención. Desde comienzos de 2002, uno de sus principales objetivos fue trabajar los derechos sexuales y reproductivos de poblaciones vulnerables, que llevó a cabo gracias a la colaboración conjunta con municipios del conurbano bonaerense, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otras localidades del interior del país. Además, la fundación empezó a desarrollar acciones conjuntas con compañías y otras entidades. Entonces, nos dimos cuenta de que era importante trabajar con las empresas y organizaciones, y, gracias a eso, fuimos armando el programa de integración laboral, que se llama Labor Positiva. También lanzamos un programa de televisión y participamos en el calendario fotográfico que Gaby Herbstein armó entre 2003 y 2006. Todas estas acciones facilitaron el diseño del Estudio GARDEL, el primero en demostrar que se podían utilizar dos drogas en lugar de tres para obtener resultados similares en el enfoque del VIH. Con una alternativa más simple, económica y con menos efectos colaterales para los pacientes, el estudio inicial se realizó con 527 voluntarios de cinco países (Perú, Estados Unidos, Canadá, España y Argentina) y fue incluido por el New England Journal of Medicine entre los Avances en Medicina del VIH más destacados de 2014.

Gracias al aporte de empresas, pequeños donantes y el Gobierno, el crecimiento de la fundación fue acelerado y notorio, y la destacó como una entidad integral que nuclea estudios de investigación, trabajo comunitario, inclusión y asistencia legal y psicológica en un mismo organismo. Las organizaciones sociales no estamos para reemplazar el rol del Estado; se trata de un trabajo complementario. Nuestra función es la de empujar la agenda, generar pruebas piloto de concepto sobre las políticas públicas y ser una caja de resonancia de las demandas comunitarias. En la actualidad, se llevan a cabo proyectos específicos con el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la provincia y a nivel nacional, mediante los cuales se interactúa y existen derivaciones permanentes de pacientes. En el último ejercicio, los fondos públicos fueron de 0,23 por ciento del total del presupuesto. La mayor parte de nuestra financiación se realiza a través de empresas, organizaciones de cooperación internacional y donantes personales. Y también se puede dar con la compra de una mesa en nuestra cena de recaudación de fondos, que este año tuvo lugar el 31 de mayo.

“Las organizaciones sociales no estamos para reemplazar el rol del Estado, se trata de un trabajo complementario”

 

¿Podrías destacar algunos de los servicios que la fundación brinda a la comunidad?

La asistencia que ofrece Fundación Huésped en cualquiera de sus áreas es gratuita y está destinada a cualquier persona que la requiera. Fiel a sus orígenes, dispone de un servicio de testeo gratuito y confidencial de VIH y sífilis (y en algunos momentos de hepatitis C) cuyo resultado puede obtenerse en 20 minutos. La forma en la que el mundo se plantea controlar la epidemia del VIH es mejorando el acceso al diagnóstico. Porque una persona que sabe que tiene el virus puede acceder a tratamientos que le permiten tener una mejor calidad de vida. Y también porque “I” es igual a “I”, es decir, indetectable es igual a intransmisible. Una persona que vive con el virus, está en tratamiento y tiene una carga viral indetectable no transmite el virus por vía sexual a un tercero. Esta es la forma en la que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) plantea controlar la epidemia del VIH. Para colaborar con la sociedad en este punto, Fundación Huésped posee una web app (www.donde.huesped.org.ar) que ayuda a encontrar el lugar de testeo más cercano y también se sumó a la red descentralizada del Gobierno de la Ciudad para ofrecer el test gratuito en un ambiente amigable donde las personas puedan conocer su diagnóstico. Esto se hace para confirmar si el resultado es negativo y así poder reforzar las medidas de prevención o, en el caso de ser positivo, para que la persona se contacte con su cobertura de salud u hospital público y pueda acceder a los tratamientos adecuados.

En cuanto a las actividades que lleva a cabo la fundación, una de las más destacables es Labor Positiva, una iniciativa impulsada por IBM y SAP que se desarrolló por primera vez en Alemania y Austria y que se articula junto a diferentes ONG. En la Argentina, Fundación Huésped fue elegida como la organización aliada y enmarcó el proyecto dentro de su Programa en el Ámbito Laboral (PAL). Esta tarea la lleva a cabo en coordinación con otros países de América Latina (Brasil, México, Colombia y Chile, entre otros) y tiene como objetivo involucrar a las empresas y adaptarse a lo que cada una de ellas necesita en términos de diversidad, género, inclusión, infecciones de transmisión sexual (ITS), discriminación y derecho a la salud sexual y reproductiva. En este sentido, el primer paso para dar comienzo a la relación entre la empresa y Fundación Huésped es la firma de una declaración de compromiso de no discriminación. A partir de ese momento, se comparte material y se trata de responder a la demanda de cada compañía. Hasta la fecha, algunas de las empresas que ya firmaron la declaración son Danone, Accenture, Globant, American Airlines y Laboratorios Richmond, entre otras.

El diferencial interesante es que este tema fue impulsado por las empresas. Creemos que las organizaciones deben involucrarse en la temática y ser parte de la respuesta a la epidemia del VIH. Buscamos generar espacios libres de discriminación y ambientes amigables para cuestiones de diversidad e inclusión en general. Por eso, fomentamos que las empresas trabajen con las familias de sus empleados con estos valores mediante capacitaciones, cursos virtuales, tareas de sensibilización y asistencia. Queremos que las empresas entiendan que son agentes de cambio y que tienen un liderazgo para ejercer. La discriminación por orientación sexual e identidad de género en el ámbito laboral existe. Además, en algunos casos de VIH se pone en juego un temor físico injustificado y el miedo al contagio. Hay mucho mito asociado con que se está protegiendo a la persona cuando se la aparta de sus compañeros de trabajo, pero, en realidad, se la está excluyendo. Y eso también es una forma de discriminación.

 

¿Qué proyectos y programas tienen?

Luego de dos años de encuentros virtuales, se llevó a cabo el XIX Simposio Científico de la fundación, a principios de septiembre de este año. El evento contó con casi 100 exposiciones, más de 80 oradores (muchos de ellos viajaron desde otros países) y casi 2000 concurrentes. Organizado estratégicamente luego de la Conferencia Internacional sobre el Sida para poder importar los conocimientos adquiridos allí, el simposio trabaja temas institucionales, tiene un programa de becas con alojamiento y traslados para los asistentes de todas las provincias argentinas y está dotado con presentaciones de un alto nivel científico.

Por otro lado, la fundación también trabaja en la promoción de la educación sexual integral (ESI) con diferentes organizaciones a nivel nacional. El foco no está puesto en charlas en escuelas, sino en la formación a docentes y directivos, y actividades en espacios de educación no formal. Brindar charlas a los alumnos es una de las herramientas, pero no el objetivo final, por eso este programa pretende trabajar las asignaturas en todos los niveles.

Como miembro adherente de Coalition Plus, la plataforma Fòs Feminista y otras redes de investigación, Fundación Huésped cree y favorece el cupo laboral de personas trans y basa su actividad en la generación y utilización de recursos de forma transparente. Diversificar sus fuentes de financiamiento, generar un modelo de trabajo que permite sostener la entidad y el trabajo mancomunado con otras organizaciones se traduce en una sustentabilidad institucional que permite construir confianza responsablemente.

Skip to content