Manos que salvan vidas

En el marco del Día Internacional de la Enfermería, que se conmemoró el 12 de mayo, ALPI Asociación Civil acerca algunos tips sobre la reanimación cardiopulmonar (RCP) que pueden resultar muy útiles a la hora de realizar un procedimiento de emergencia.

“Cuando una persona sufre un accidente, son pocos los momentos en los que se cuenta con un profesional de la salud que sepa qué hacer -explica Mariel Mansilla*, jefa del departamento de Enfermería de ALPI-. Por eso, es importante conocer los primeros auxilios, a quién llamar y qué decir ante una situación de emergencia”.

El paro cardiorrespiratorio (PCR) es una de esas circunstancias que ameritan reaccionar de manera inmediata. Conocer la maniobra adecuada puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. En este sentido, saber y difundir la técnica de la RCP puede resultar de gran ayuda ya que aumenta el porcentaje de sobrevida de quienes reciben la atención adecuada de personas no profesionales.

¿Qué debemos saber para actuar correctamente ante un PCR?

Cuando un individuo sufre un colapso súbito o está tendido sin responder, el primer paso es identificar si efectivamente se trata de un PCR. “Para ello, debemos hablarle a la persona de forma fuerte y clara mientras observamos el movimiento del tórax y controlamos el pulso. Si no obtenemos respuesta alguna, no percibimos movimiento en el tórax y no logramos sentir el pulso, lo primero que debemos hacer es llamar al número central de emergencias nacional (911) o identificar con firmeza a una persona para activar el llamado”, remarca Mansilla.

En segundo lugar, se deben iniciar las compresiones en el medio del pecho. Para eso, es importante que se realicen de 100 a 120 compresiones por minuto y con una profundidad de entre 5 y 6 cm. Para esto, es necesario descubrir el pecho y buscar que el individuo se encuentre sobre una superficie firme.

¿Cómo realizar las compresiones correctamente?

Si bien la técnica parece complicada, es sencillo llevarla a cabo de manera eficiente. “En primer lugar, debemos arrodillarnos junto al torso del individuo, apoyar el talón de la mano sobre el esternón (hueso que se encuentra en el medio del pecho), colocar una mano sobre la otra entrelazando los dedos y dejar los brazos extendidos sin flexionar codos ni quebrar la cintura. Al realizar las compresiones se debe mantener el apoyo sobre el pecho y presionar al ritmo indicado”, detalla la experta. De todas maneras, una vez que se hace el llamado al número de emergencia, los operadores pueden guiar a la persona para realizar el trabajo correcto hasta la llegada de los profesionales.

¿Cuándo se detienen las compresiones?

Las compresiones se detienen si el individuo reacciona. En ese momento, se debe colocar a la persona en la posición de seguridad, es decir, de costado. Una vez que llegan los profesionales, se les trata de trasmitir todo lo sucedido de la manera más fiel posible. En el caso de que los profesionales acerquen un desfibrilador externo automático (DEA), entonces se enciende el equipo y se siguen sus instrucciones, que suelen ser muy claras. Si quien practica la RCP se cansa y hay otra persona en la escena, se le puede pasar la responsabilidad de continuar con las compresiones. Si esa persona no sabe cómo hacerlas, entonces se le debe explicar la técnica mientras se la supervisa. Este punto es importante ya que el cansancio resulta en compresiones poco efectivas.

“Debemos recordar que la RCP de un testigo presencial no profesional puede hasta triplicar las posibilidades de supervivencia. Cada segundo vale la pena”, concluye la responsable de Enfermería.

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