María Moret, Vicepresidenta de Medtronic para el cluster Latinoamérica Sur: La misión de innovar al servicio de la salud

En un garage de Minnesota, Estados Unidos, un ingeniero eléctrico y su cuñado percibieron un nicho para abordar que, a su vez, les permitía explorar un terreno que los apasionaba al tiempo que colaboraba con la salud de las personas. Era 1954 y en los hospitales comenzaban a utilizarse equipos electrónicos, aunque carecían aún de personal idóneo para su mantenimiento y reparación.

Fue entonces cuando Earl Bakken junto a Palmer Hermundslie fundaron Medtronic, la compañía con la que desarrollaron, por pedido de un cirujano, el primer marcapasos artificial portátil transistorizado externo y operado a batería. Antes de eso, los marcapasos eran dispositivos enormes que debían ser transportados en carros y eran enchufados a un tomacorriente para funcionar.

De esta manera, desde sus inicios Medtronic se posicionó como una compañía innovadora, que en estos casi setenta años de vida desarrolló dispositivos médicos de todo tipo, siguiendo la misión que se propuso Bakken: aliviar el dolor, restaurar la salud y prolongar la vida.

María Moret hizo propias las pasiones de sus padres y consiguió ir más allá: su madre deseaba estudiar ingeniería, aunque en su casa consideraban que no era una carrera para mujeres, por lo que desistió y se dedicó a las matemáticas; su padre siempre quiso ser médico, pero la cotidianeidad del manejo del negocio familiar le impidió estudiar. Moret, en cambio, se alimentó de aquellos anhelos, los incorporó a su vida y se recibió de ingeniera biomédica. Desde noviembre de 2020, y luego de más de trece años en la compañía (y más de veinticinco en el área de la salud) es la Vicepresidenta de Medtronic para el clúster Latinoamérica Sur (Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Bolivia y Paraguay).

 

– Del amplio portfolio de la compañía ¿qué productos destacarías como emblemáticos?

Hoy tratamos más de setenta condiciones en el cuerpo humano y separaría nuestro trabajo en cuatro áreas principales: cardiovascular, neurociencias, cirugía o medicina quirúrgica y diabetes. Dentro de ese portfolio inmenso, hablaría de dos que hemos lanzado recientemente.

Uno es un infusor de insulina integrado al sensor de monitoreo continuo de glucosa: una bomba de insulina para pacientes que tienen diabetes tipo 1 y que son insulinodependientes. Esto se da principalmente en gente joven, en adolescentes y también en niños de tres a cinco años. Tienen que estar continuamente controlados porque la glucosa puede bajar o subir. Esta bomba de insulina es como un celular y mide los niveles de glucosa en sangre para, automáticamente, inyectar la cantidad de insulina necesaria. Una de las grandes preocupaciones de padres y madres es cuando estos chicos duermen, porque si tienen una hipoglucemia hay que tratar de medirla para controlarla. Con este dispositivo, vos directamente lo programas y va censando continuamente, haciendo que el paciente se encuentre en los niveles de glucosa en sangre correctos.

El otro producto que me gustaría destacar es el nuevo marcapasos, que es el más chiquito del mundo y fue recientemente lanzado en Argentina, en Tucumán. En un principio, el marcapasos era una consola grande con cables, y ahora tenemos este diseño que mide 2,6 centímetros. Se implanta y no es necesario ponerlo como en un bolsillito en la piel, sino que directamente a través de la vena se puede alojar en el corazón. Es para tratar a los pacientes que tienen alguna distorsión en la conducción de aurícula a ventrícula desde el punto de vista eléctrico, en pacientes con bradicardia, es decir, que tienen una frecuencia cardíaca menor de la que deberían. Este marcapasos pesa 93 por ciento menos de lo que pesaban los anteriores. No tiene cables y eso también permite que se reduzcan las infecciones y que haya incisiones menores. Es muy de avanzada.

 

– El avance es hacia la miniaturización, ¿verdad?

Sí, totalmente. En muchos de los productos. Y es muy complejo: imaginate que este marcapasos, en sus 2,6 centímetros, tiene una batería que debe durar de ocho a trece años. Así que es un gran desarrollo tecnológico. Lo que busca Medtronic es hacer que las terapias sean cada vez menos invasivas. No es lo mismo tener una cirugía a corazón abierto donde te abren el esternón y te cosen, que es hasta psicológicamente más impactante, que si esa misma terapia se trata con una incisión en la ingle. Todo esto lleva años de investigación, mucho tiempo evaluando que las terapias sucedan y cumplan con el objetivo estipulado antes de salir al mercado para la venta.

 

– ¿Hay desarrollos que se hayan realizado en Argentina?

El creador del stent es un argentino: Julio Palmaz. Nosotros no tenemos fábricas en Argentina, pero creo que hay muchas ideas argentinas que vienen de profesionales de la salud. En Medtronic tenemos un programa en donde estos profesionales pueden compartir información a través de acuerdos de confidencialidad. Eso se analiza a nivel global: de qué se trata, y si es factible de implementar y diseñar. Se evalúa y se da una respuesta.

 

– ¿Qué productos hay actualmente en desarrollo?

A nivel mundial, los últimos desarrollos que se están lanzando son sistemas de cirugías asistidas por robots. Cirugías que se hacen a través de robots que buscan optimizar la precisión y visualización de los profesionales de salud y que el paciente tenga una recuperación óptima. Además, recientemente ha salido al mercado (y eso sí está disponible en Argentina) una máquina de diálisis para tratar a pacientes neonatales, que van desde los 2,5 a los 10 kilogramos. Es un gran avance para pacientes que necesitan una terapia de sustituto renal, porque muchas veces se utilizan dispositivos que no están adaptados a las necesidades de esos pacientes en particular, tan chiquitos. Es un diseño que hace una gran diferencia.

 

– ¿La pandemia cambió de alguna forma el trabajo en la compañía? ¿Cómo impactó?

Sí, en la compañía impactó a todos. Creo que nos invitó a pensar rápidamente en soluciones a brindar. A los sistemas de salud, a las instituciones, a los médicos, a nosotros. Imaginate que una de las cosas que hacemos es entrenar a los profesionales de la salud. Trabajamos mucho en eso, invertimos mucho, porque es fundamental la capacitación, que siempre se hizo de manera presencial. Tuvimos que realizar inversiones en plataformas que puedan entrenar a los profesionales de la salud, porque la salud no para, no es que podemos hacer un impasse dos años sin hacer nada y después retomar. Hubo una gran inversión de recursos humanos, tecnología, etcétera, para tener plataformas educativas, por ejemplo. Tuvimos que repensar la forma de cómo hacíamos cirugías a distancia, porque en las cirugías tenemos colaboradores especializados que son entrenados durante mucho tiempo para poder asistir en el uso de la tecnología, y eso no podía parar. Se hicieron cirugías en forma remota y felizmente hubo buenos resultados.

 

– En este tipo de desarrollos, ¿cuáles suelen ser los obstáculos más grandes? ¿tienen desafíos de índole económico, tecnológico, ético (por el manejo de datos y la intervención no humana)?

En la parte ética tenemos un fuerte departamento de legales y compliance, entonces todo lo que se hace, se hace de manera correcta. Por otro lado, tenemos todo un sistema de seguridad para protección de datos de pacientes, obviamente. Todo eso está controlado. Los sistemas que se utilizan para tener estos controles de pacientes a nivel remoto no son factibles de hackear. Todo eso se trata antes de ponerlo a disposición. En su momento, cuando surgió todo esto, nosotros podíamos avanzar en la educación, pero si del otro lado la parte tecnológica en una institución de salud no estaba disponible o no tenía conexión a internet, se complicaba muchísimo. Entonces, tenés este desafío, justamente, de que desde el otro lado también se puedan hacer las cosas y que sea factible avanzar. Lo que tenemos que pensar es en que las cosas sucedan, porque siempre nuestro core es el paciente. Nosotros no podemos detener nada, tenemos que tratar de pensar y reinventarnos en forma conjunta, porque de nada sirve que la compañía trabaje aislada. Tiene que trabajar con los financiadores, con los hospitales, los profesionales de la salud, para que esto suceda. Si es necesario invertir en esas cosas, no se piensa y se va adelante.

 

“No tenemos una estrategia basada solo en el negocio, sino que medimos de qué manera podemos impactar en la sociedad y en nuestros colaboradores”

 

– ¿De qué se trata el modelo de adquisiciones basadas en valor?

Primero, explico por qué surgen: los sistemas de salud están impactados por la situación macroeconómica, que ahora está afectando a todos los países con inflación, devaluación, etcétera. La pandemia afectó un montón y puso sobre la mesa cómo estaban las capacidades sanitarias, y lo cierto es que había mucho sobre qué trabajar; la expectativa de vida de las personas crece, o sea que tenemos muchas más personas para atender en un sistema de salud; tenemos enfermedades cada vez más complejas y pacientes que tienen más de una patología que atender. Todo suma y tenemos que buscar la forma de que los sistemas de salud sean sustentables.

 

– Ahí es donde se propone este modelo

Exacto. Lo que se busca en esto es una acción que dé un valor agregado, medido en resultados. No tenemos que pensar que vamos a ahorrar si trabajamos en un precio en particular de un producto, porque no es lo único que afecta. Entonces, tenemos que tratar de ver cómo, en función de los resultados, se impacta en la parte económica, por ejemplo. Lo que se hace es ver al paciente en todo su camino: cómo se previene lo que tiene, cómo se trata, qué pasa después. En estos programas de valor hago referencia a uno en particular que estamos lanzando en Argentina, que es de protección de resultados. Hacemos un programa financiero donde podemos garantizar que, si no se cumplen los resultados que estamos determinando para una terapia en particular, Medtronic se hace cargo de la parte económica. Tomamos una terapia, firmamos contratos con ciertas condiciones, con financiadores o ciertas instituciones de salud, donde garantizamos que no se va a gastar más o que los resultados van a ser tales en toda esa cadena y que van a poder ahorrar. Los beneficios son para todos: el financiador no va a gastar más dinero o va a administrarla de manera diferente; el paciente va a tener tecnología de avanzada y va a tratarse con terapias mínimamente invasivas; el médico va a obtener buenos resultados por trabajar con tecnología de punta; el tiempo dentro del quirófano va a variar, va a ser menor; el tiempo de recuperación también va a ser menor y por lo tanto va a haber más camas disponibles para tratar a más pacientes.

 

– Para la precisión de esas predicciones, ¿desarrollaron algún algoritmo?

Ahí lo que se hace es elegir las terapias donde aplicarlo. Lo define en Medtronic un grupo interdisciplinario compuesto por médicos, economistas especializados en salud, el área de ingeniería, una parte financiera, una parte legal, regulatoria y de calidad, y la comercial. Todo esto se pone sobre la mesa. Se invita a profesionales de la salud y financiadores, porque esto no lo hacemos solos. Para armar un programa realmente robusto y que sea aplicable. Una vez que se decide, lanzamos y vemos cómo y en dónde.

 

– Por sus características, la empresa tiene un impacto social, ¿hay, además, acciones específicas de responsabilidad social empresaria?

Sí, por supuesto. Nosotros no tenemos una estrategia basada solamente en el negocio, sino que medimos de qué manera podemos impactar en la sociedad y en nuestros colaboradores. Cuando establecemos la estrategia también pensamos qué es lo que pasa a nivel mundial, porque si el mundo va para un lado, nosotros no podemos ir para el otro. Entonces, cuando nos sentamos a plantear una estrategia, pensamos y vemos el plan 2030 de la ONU, con sus diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible. Uno es que haya una salud de calidad, en tiempo y forma, y que la cobertura sea universal. Nosotros trabajamos mucho con gobiernos y financiadores en planes de acceso para los pacientes. También invertimos en educación, capacitamos continuamente a los profesionales de la salud. Hemos trabajado en los últimos dos meses en más de doscientas cincuenta actividades con profesionales de la salud e impactamos a más de dos mil quinientos médicos el último año. Financiamos estudios: en mi región hoy hay nueve estudios clínicos en proceso. Son propios de la compañía que decide investigar en ciertas áreas y estudios que pueden venir por asociaciones, sociedades e instituciones en donde Medtronic cumple un rol de partnership. A su vez, dentro de Medtronic existen los ERGs o Grupos de Afinidad, que son empleados que, más allá del cargo o función que tengan, comparten un propósito y deciden unirse de manera voluntaria para intercambiar experiencias y promover acciones que contribuyan a avanzar en los objetivos de diversidad e inclusión. Entre ellos, puedo mencionar a Medtronic Women’s Network, Pride Network, Hispano Latino Network y Men Advocating for Equity.

 

– ¿Cómo cuáles?

En estos últimos años hemos trabajado, por ejemplo, para que en ciertas áreas del norte del país los chicos cuenten con computadoras, a través de donaciones. Somos padrinos de diferentes chicos para que puedan tener no solamente una buena educación, sino garantizar también una buena alimentación, porque son el futuro de nuestro país. Se ha trabajado en las áreas lúdicas, algunos entretenimientos que podemos hacer con ellos, en donación de mobiliarios para escuelas de chicos sordos e hipoacúsicos. Se hacen un montón de actividades de voluntariado y se trabaja mucho en la parte de equidad e igualdad. Respecto a medioambiente, tenemos un proyecto que se llama Sustentronic por el cual coleccionamos plástico en botellas de amor. Se involucran las familias de todos los colaboradores. Traen esas botellas, las llevamos a reciclar y vamos contando las toneladas que obtenemos. A la vez, se hacen campañas de concientización. Tenemos medios internos de comunicación en donde continuamente vamos contando qué es lo que estamos haciendo con eso, cómo impacta en el mar, en los animales y en el medioambiente.

Skip to content