Menorá colecta donaciones de artículos de limpieza y desinfección para un comedor comunitario de la Villa 24

La Organización judía mundial para la juventud, Menorá, presidida por el Gran Rabino Isaac Sacca organiza una nueva campaña de acción social, a cargo de su grupo de voluntarios Make The Difference.

En esta nueva actividad que se lleva adelante entre hoy y el domingo 25 de octubre, los jóvenes de entre 17 y 28 años se hacen cargo de recibir, recolectar e ir a buscar las donaciones de personas y empresas que desde distintos barrios puedan colaborar con el Centro Comunitario Ña Emi y Comedor Padre Daniel de la Sierra de la villa 24 en su necesidad de artículos de limpieza y desinfección.

El comedor distribuye 700 viandas de comida por día entre los vecinos del barrio afectados por la crisis actual y comunicó a la organización Menorá que en estos momentos su principal requerimiento para poder continuar brindando asistencia es contar con elementos que faciliten su labor: lavandina, detergente, trapos de mano y de piso, guantes de limpieza y escobas. También son bien recibidos artículos de bazar, anafes para cocinar, electrodomésticos en buen estado.

Los jóvenes voluntarios se encargan de centralizar las donaciones desde los distintos barrios de capital federal para hacer entrega de las mismas al finalizar esta campaña, el domingo 25 de octubre.

El programa Make the Difference de la Organización Menorá es un programa que lleva cinco años de ejecución, bajo la dirección del licenciado Ariel Berim, director de Juventud de Menorá. Mediante acciones solidarias basadas en el concepto judío de Tikún Olam (reparación del mundo) los jóvenes buscan  hacer una diferencia en la sociedad. El impacto del programa es bidireccional ya que es una instancia de aprendizaje y enriquecimiento espiritual para quienes lo llevan adelante como para quienes reciben la ayuda. “Todos necesitamos pensar en el otro y más aún los jóvenes, que en esta época de pandemia están saturados de actividades online y académicas. Muchas veces en la vida cotidiana, ocupados con nuestras obligaciones, nos olvidamos de pensar en el otro, y es justamente eso lo que nos nutre espiritualmente”, sostiene el Berim.

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