Abogada egresada de la Universidad de Belgrano (UB) y doctora en Ciencia Política en la Pontificia Universidad Católica Santa María de los Buenos Aires (UCA), Mónica Litza hizo toda la carrera legislativa: fue concejal, diputada y senadora. También estuvo en el Poder Ejecutivo como Directora del Registro Nacional de Reincidencia y fue además Vicepresidenta de Correo Argentino. Pero su vocación política empezó mucho antes, desde chica, en su casa de su Avellaneda natal, lugar del que nunca se fue.
Integrante del Frente Renovador que encabeza Sergio Massa, desde diciembre de 2021 es Diputada por el Frente de Todos y dirige con orgullo la Escuela de Políticas Públicas ProyectAR, “un espacio muy necesario que deberían tener todos los partidos políticos”. De todo esto y de la realidad argentina habla en esta entrevista realizada en el Congreso de la Nación.
¿Cómo fueron tus inicios en la política?
Mi trayectoria política empezó en mi casa. Nací en una familia peronista, soy peronista. Mi mamá y mi papá siempre estuvieron muy comprometidos con la política y siempre se discutió mucho sobre el tema. Mi papá era un gran lector, una autoridad en muchos temas. Mi mamá era un poco más activa, militante, así que eso lo respiré desde chica, y además siempre tuve una sensibilidad por lo social; mi carrera de Derecho tuvo que ver con eso. Digamos que hice toda la carrera política: fui militante (y lo soy, me considero todavía militante), fui Concejal de mi ciudad (soy de Avellaneda), Senadora por mi provincia (Buenos Aires) y Diputada Nacional (aunque no en ese orden), así que la carrera legislativa está cubierta. Y mi vocación la tuve desde siempre.
Es algo que siento profundamente, una tarea noble y que tiene que mejorar la vida de las personas. En eso pienso cada día que me levanto: en que soy una privilegiada. Estoy ocupando una banca en la Cámara de Diputados de la Nación, una de las 257 bancas que hay para 45 millones de argentinos. Eso es un privilegio en el buen sentido de la palabra: tenemos que honrarlo. Cada mañana que me despierto me pregunto por qué tengo el don y el privilegio de ocupar ese lugar y para qué, y eso me guía cada día de mi vida.
¿Cuál fue tu primer cargo político?
Mi primer cargo electivo fue el de Secretaria del Concejo Deliberante de Avellaneda. Me eligió el cuerpo y me reeligieron. Fui Secretaria Parlamentaria y Delegada Municipal de mi ciudad, Piñeyro, que queda en Avellaneda.
¿En el Poder Ejecutivo qué cargos desempeñaste?
Fui Directora del Registro Nacional de Reincidencia, que es el Registro que tiene competencia sobre los antecedentes penales de todo el país. Hicimos una labor muy importante, porque incorporamos mucha tecnología que no había. Al momento de juzgar, los jueces deben tener conocimiento de los antecedentes penales de las personas que están juzgando, y lamentablemente esos antecedentes no llegaban o llegaban muy lento. Los tiempos penales pedían que los jueces tuvieran esa información clave. En mi gestión armamos un sistema de informatización, de conectividad de todo el país, una gran base de da[1]tos para que todos tuvieran la información en pocas horas. Eso me enorgullece, porque fue un paso muy importante para agilizar los tiempos de la Justicia, una de las críticas que más se le hace.
¿Qué labor te gusta más: la del Ejecutivo o la del Legislativo?
La ejecutiva es mucho más linda, más interesante, porque es día a día y momento a momento. Y cuando uno puede desarrollar algo, como me pasó en el Registro, y ver la transformación del organismo, estás ante algo concreto que no se puede ver en Diputados. Ahí en cambio hay una ilusión, un sueño, un proyecto (tuyo o de alguien o de un colectivo que te lo acerca para que se convierta en ley). Eso es un proceso largo, hay que trabajar mucho en Comisión. El momento del recinto, que es el que la gente ve, es resultado de un proceso anterior de muchos días, meses y a veces años. Pero una vez que el proyecto llega al recinto de alguna de las dos cámaras, después se va y es como que se pierde hasta que lo toma el Ejecutivo. Entonces es como un niño que uno vio crecer y después se fue y no lo puede seguir. En cambio, la función ejecutiva es hacer todos los días cosas que se ven.
Estás a cargo de la Escuela de Políticas Públicas de ProyectAR. ¿Nos podés contar cómo funciona?
Es una escuela de gobierno y políticas públicas que nació en la estructura del Frente Renovador. Es algo muy necesario que deberían tener todos los espacios políticos e incluso el Parlamento, porque la gestión no es el lugar para aprender. Creo que necesitamos aprender cómo es la génesis y qué significa una política pública, porque a veces repetimos palabras sin saber el sentido que tienen. Es importantísimo conocer qué es una política de Estado, cómo se logran los consensos. Y es importante que haya un lugar para debatirlo. Mi sueño es que en ambas cámaras de la Nación exista una especie de Consejo Académico que nos permita a diputados, diputadas, senadores y senadoras de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria tener un lugar que no sea el recinto, que sea previo, que ayude a discutir y debatir políticas públicas para que se conviertan realmente en proyectos que luego se transformen en ley. Con ProyectAR nosotros hacemos eso, pero en el seno del Frente Renovador. Todos los partidos polí[1]ticos tienen la obligación por ley de generar capacitación. Lo exige la ley orgánica de los partidos políticos. Cuando se creó el Frente Renovador, en 2013, creamos la Escuela de Gobierno que entonces no se llamaba ProyectAR y la dirigía Roberto Lavagna. A partir de 2020, la rediseñamos y le pusimos el nombre actual. Si bien nació en el Frente Renovador, le dimos una impronta: la hicimos abierta, plural, diversa, paritaria y federal. Nuestro consejo académico está integrado por investigadores e investigadoras de universidades de todo el país. A ninguno le preguntamos cómo piensa políticamente; son de distintos sectores, lo cual hace más rico el debate. Y es paritario porque hay paridad de varones y mujeres.
¿Quiénes pueden cursar?
Pueden cursar todos los ciudadanos de todo el país. Las clases se imparten de tres maneras: por un lado, hay clases magistrales; por otro, hay cursos federales que se dan en las provincias, en las universidades locales de cada región (que tocan temas regionales como hidrocarburos, recursos hídricos, agroindustrias, economía del conocimiento, según la zona), y, en tercer lugar, hay un laboratorio de ideas, donde nos juntamos con empresarios, con académicos, con gente de la política para pensar temas coyunturales.
Ahora hay uno sobre economía del conocimiento donde vamos a tratar la industria de videojuegos en la Argentina. Lo hacemos con la Secretaría de Economía del Conocimiento del Ejecutivo, pero también con universidades y empresarios del sector. Tratamos de generar algo abierto, diverso y no endogámico.
Que no sea capacitarnos a nosotros mismos, esa es una vieja idea de las antiguas escuelas de gobierno que funcionaban dentro de partidos políticos. Nosotros intentamos hacer algo superador.
¿Vos te dedicás a la docencia?
Yo he sido docente sin quererlo. Siempre me tocó trabajar con gente y me gusta hacer docencia dentro de mi equipo, explico por qué hay que hacer algo, cuál es el objetivo, doy charlas motivadoras. La gente con la que uno trabaja tiene que entender hacia dónde vamos. Cuando militaba, daba capacitaciones y charlas. En el peronismo se hacían charlas doctrinarias. Para mí es un concepto que ya hay que superar.
¿En qué comisiones estás como diputada?
Hoy estoy en la de Legislación General, que es troncal y por donde pasan la mayoría de los proyectos; soy Vicepresidenta de Legislación Penal, estoy también en la de Ambiente y en la de Comunicaciones y Tecnología.
¿Qué proyectos se están tratando en este momento?
Yo ingresé en diciembre de 2021, en receso. Luego se formaron las comisiones y hasta que empezaron a trabajar pasaron un par de meses. Este año lo he dedicado a seguir la agenda del gobierno nacional. Hay una responsabilidad mayor cuando uno está en el gobierno que cuando se es oposición, donde hay más libertad para proponer cosas. Desde el gobierno hay más responsabilidad para saber lo que se puede y lo que no. Cuando Sergio Massa asumió como Ministro de Economía, nos pidió seguir algunas leyes, especialmente la de economía del conocimiento, la de minerales raros, como la cadena de valor del litio a la que ahora le agregamos cobre, nitrógeno verde, azul y gris. En recursos renovables agregamos turismo, donde la Argentina tiene gran potencial, y el tema de la agroindustria.
¿Hay algún proyecto en concreto que quieras destacar?
Están el de biotecnología, el de la industria del software, el de electromovilidad, que es importantísimo para reemplazar los combustibles fósiles. El mundo está yendo hacia eso: autos, aviones, barcos eléctricos. A veces uno no tiene noción de lo que significan los combustibles fósiles en el mundo
Trabajaste en la función legislativa en un proyecto de responsabilidad social empresaria y después pudiste ver cómo se aplicaba en una empresa concreta, en Correo Argentino, ¿verdad?
Efectivamente, estuve de los dos lados sin saberlo. No sabía que después de ser diputada iba a estar en una empresa de esas características. Cuando tratamos la ley, que es la de responsabilidad penal de las personas jurídicas privadas, fue un proyecto del Poder Ejecutivo. En ese momento yo estaba en el bloque de la oposición, era integrante de la comisión de Legislación Penal e hicimos muchos aportes que fueron tomados y valorados. Trabajamos mucho con otros diputados y salió en el 2017. En enero de 2020 fui Vicepresidenta de Correo Argentino y ahí tuve la oportunidad de ver cómo se implementaba en las empresas. Es algo muy incipiente en la Argentina, pero está avanzando sin pausa. Todas las empresas tienen áreas de responsabilidad social empresaria, de integridad. En Correo Argentino se armó un área especial. Esto genera una impronta clave, porque para una licitación o para cualquier tipo de interacción hoy se mira mucho la importancia que se le da a la RSE, está en el ADN de la empresa. Hay normas internacionales que certifican el progreso, si la aplican o no. Va a llegar un momento en donde si no hay RSE, la empresa no va a poder participar en un montón de cuestiones. Lo vi nacer y veo que cada vez hay más conciencia sobre la importancia de tener un área de RSE.
¿Es lo mismo para las empresas privadas que para las públicas o mixtas?
La responsabilidad es para todas. Tiene que haber transparencia. Esto es en beneficio de la propia empresa y del Estado: tener trazabilidad, hoja de ruta, certeza de objetivo, control de calidad. Hay que trabajar mucho igual, pero cada vez hay más conciencia de que es algo más que necesario; es imprescindible.
Avellaneda es tu lugar de nacimiento, tu corazón está ahí. ¿Te ves en el futuro con un cargo político ahí?
Es mi casa, el lugar donde nací, donde crecí, donde vivo. Tuve muchas oportunidades de irme, pero me quedé. La elegí y la elijo todos los días de mi vida. A veces uno propone cosas y el destino te sorprende con otras. A mí me pasó en mi carrera política: apuntaba para un lado y aparecían las cosas por otro. Con Avellaneda siempre está el deseo, y si llega, bienvenido sea. Soy una vecina que quiere a la ciudad y desea lo mejor para ella. Estoy preparada para lo que me depare el futuro.
¿Quién será el próximo presidente?
Me gustaría que fuera Sergio Massa, pero no sé. Falta mucho. Estos meses son de gestión y de focalizarse en que al país le vaya bien y a los argentinos les vaya bien. La Argentina está creciendo y los índices son muy alentadores, pero ese bienestar tiene que llegar a todos. En eso estamos empeñados. En eso está Sergio Massa ahora, más que como Ministro de Economía como gran coordinador de toda el área económica de la Argentina. Creo que si las cosas le salen bien, nos va a ir mejor como país y le va a ir mejor a la gente. Después elegiremos quién será el candidato de nuestro sector. A mí me gustaría que fuera Massa.
¿Se van a respetar las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO)?
Voy a repetir lo que dijo Massa hace poco: si hay generosidad, se puede incluir a todos dentro de los espacios políticos, aunque no haya PASO. Si no hay generosidad, por más que haya PASO, no se incluye a todos. Así que es tema de cada espacio político cómo quiere incluir a los propios en un esquema amplio donde seguramente hay lugar para todos.
¿Cómo ves hoy al país?
Lo veo creciendo. Basta alejarte unos kilómetros de Buenos Aires para ver las rutas, los campos, los camiones, el movimiento de los puertos. Es muy grande la oportunidad que tiene la Argentina frente a la crisis mundial de lo que se llama la seguridad alimentaria. Cuenta con recursos naturales agrícolas, minerales, hidrocarburos (uno de los yacimientos más grandes del planeta), litio (es uno de los pocos países que tiene la posibilidad de extraerlo tan fácilmente junto con Bolivia y Chile). Tenemos energías renovables (eólica, solar, biogás, etc.), la pampa azul (la enorme costa del Atlántico), recurso humano (el valor agregado del talento argentino). Y el mundo lamentablemente está atravesando una guerra, donde se necesitan alimentos y energía. Y la Argentina tiene todo lo que necesita el mundo. Entonces, si sabemos enderezar el barco, tenemos un destino maravilloso. Estamos trabajando mucho para eso. Los gobiernos pasan, lo que no puede pasar es que no hayamos hecho hasta el último minuto todo el esfuerzo para que nos vaya bien como país. En eso estamos.