Cuando pensamos en la relación de la tecnología con el medioambiente, generalmente nos la imaginamos de conflicto y no de complementariedad. Y es que, al menos en el inconsciente colectivo, todo lo que rodea a la tecnología suele estar pensado en contraposición a lo natural. Incluso la misma palabra “artificial” suena a mala palabra en un mundo en el que el exceso de industrialización nos ha llevado a una revalorización de lo natural y lo orgánico en este sentido.
Sin embargo, la inteligencia artificial puede ser una gran aliada a la hora de pensar en la sostenibilidad del planeta. ¿Cómo? Ahí vamos.
En primer lugar, resulta fundamental entender que la inteligencia artificial es una herramienta que, combinada con conocimiento estadístico, datos e información, tiene la posibilidad de beneficiarnos o perjudicarnos, en función de cómo la utilicemos.
Esto podría traducirse en modelos que permitan realizar un manejo más eficiente de gestiones de desechos, que nos anticipemos a fenómenos climatológicos que impacten en la producción y generación de fuentes de energía alternativa, o volver más eficiente el uso de energía o agua. La IA ya se está utilizando para todas estas cosas, así como también para reducir las emisiones de carbono propias o de otras actividades y desarrollar modelos climáticos más precisos.
Existe, dentro de la discusión sobre el futuro de la IA, una tendencia al desarrollo de algoritmos verdes. Esto se enmarca dentro del movimiento que pregona por el desarrollo de inteligencia artificial ética y responsable, y tiene que ver con generar modelos que reduzcan al mínimo sus emisiones de carbono, ya sea por la capacidad de cómputo utilizada o por el almacenaje que requiere grandes volúmenes de datos.
El uso futuro de esta herramienta dependerá de cómo los humanos aprovechamos su potencial para resolver los desafíos que implican alcanzar un desarrollo sostenible. Depende de nosotros.
Fredi Vivas, CEO de Rockingdata
Ingeniero en Sistemas. CEO y cofundador de Rockingdata. Profesor de la Escuela de Negocios de San Andrés y autor de ¿Cómo piensan las máquinas? (Editorial Galerna). Fredi también es alumni de Singularity University, miembro de la Alan Turing Foundation.