Palma de Mallorca, hechicera del mar

Glamorosa e impertinente, Palma es la hija pródiga de las islas. Su encanto natural se ve potenciado por la multiplicidad de culturas que conviven en ella: miles de extranjeros que llegaron un día y nunca más partieron, obnubilados por sus playas paradisíacas, majestuosa arquitectura e historia.

Dice la leyenda que los romanos fundaron una ciudad llamada Palma en el año 123 a. C., y que sobre sus ruinas se alza el actual casco histórico de la ciudad y la catedral, en el pintoresco barrio de La Seu. Como toda leyenda, no ha sido fundamentada empíricamente, pero de lo que podemos estar seguros es de que las dimensiones que hoy ostenta la bella Palma de Mallorca eran impensadas por esos primeros pobladores. El municipio se extiende a través de 20.863 hectáreas, un crecimiento demográfico abrumador.

Sus límites naturales están bien definidos: la sierra de Tramuntana, la sierra de Puntals y el mar. Sin embargo, sus murallas se han visto desbordadas por la abultada migración y su consecuente crecimiento poblacional, y por el torrente estrepitoso de turistas. A comienzos de los años 60, el crecimiento del turismo como industria comenzó a acelerarse en toda España hasta tornarse un verdadero fenómeno: 500.000 visitantes llegaban a la isla por esos años, un número muy respetable para la época. En 1997, esta cifra sería bucólica: 6.739.700 visitaron ese año la hermosa Palma de Mallorca. Según datos oficiales, en el año 2001 Palma registró una entrada de turismo por vía aérea de 1.207.045 personas, y de 1.410.709 por vías marítimas.

Inevitables e imponentes

La historia de Palma es digna de convertirse en cuento de Las mil y una noches. En el año 903, la ciudad fue conquistada por el general árabe Issam al-Khawlaní. Del dicho período se conservan algunos de los más maravillosos monumentos de la ciudad: el Palacio Real de La Almudaina, los baños árabes y la ciudad árabe enterrada bajo la ciudad actual.

El 31 de diciembre de 1229, Palma fue reclamada por el rey Jaime I de Aragón, quien construyó allí la Municipalidad de las Islas, convirtiéndola en el asentamiento más importante de ellas.

La Ciutat de Mallorca, como se la conoce dentro de las islas, cuenta con una peculiar distribución marcada por el torrente de la Riera, que divide la ciudad en dos: Vila de Dalt y Vila d’Avall (Villa de Arriba y Villa de Abajo, respectivamente).

Dejando de lado las maravillosas playas y su renombrada vida nocturna, los atractivos más populares de Palma están relacionados con su historia de moros, romanos y conquistas españolas. En orden de importancia, deberemos mencionar la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, más conocida por todos como La Seu. A orillas de la bahía de Palma, es dueña de la nave más alta de toda España y la segunda de Europa (detrás de la Catedral de Beauvais), y la única catedral del mundo que proyecta su reflejo sobre el agua del mar.

El Castillo de Bellver, de estilo gótico marroquí, es el único castillo medieval redondo de España y el primero en ser construido en Europa, a principios del siglo XIV. En el continente solo hay tres castillos de planta circular que datan de esa época. Está situado a unos tres kilómetros de la ciudad, sobre un monte de 112 metros sobre el nivel del mar, en una zona rodeada de bosque desde donde se puede contemplar la ciudad, el puerto, la sierra de Tramontana y Pla de Mallorca. Su nombre viene del catalán antiguo bell veer, que significa “bella vista”. Dentro de él se encuentra el Museo de Historia de la ciudad de Palma, abierto al público.

El Palacio de la Almudaina es una de las residencias de verano de la familia real española. Este imponente alcázar, conocido antiguamente como “Zuda”, fue reedificado en 1309 por el rey Jaime II, en concordancia con el Palacio Real de Perpiñán. La estructura actual de La Almudaina se mantiene desde el siglo XIV.

Los baños árabes se encuentran en el jardín señorial de Can Fontirroig. De toda su estructura original, solo se conserva la sala central y una anexa, restos de chimeneas y tuberías de agua caliente y vapor. Los baños son uno de los pocos vestigios de la arquitectura musulmana conservados en la isla. Se trata de una sala de superficie cuadrada con 12 columnas que soportan una cúpula con diversas aberturas redondas. Esta sala estaba destinada a los baños calientes, y para ello disponía de un doble suelo con huecos por donde circulaba el agua y el vapor.
El castillo de San Carlos es un pequeño castillo de artillería situado en la entrada del puerto de Palma de Mallorca construido para la defensa de este. En la actualidad está dentro de la base naval de Portopí y alberga el Museo Histórico Militar de la ciudad.
La Plaza Mayor, al igual que en Madrid, es un centro neurálgico de la ciudad. Fue edificada durante el siglo XIX en el solar hasta entonces ocupado por el Convento de San Felipe Neri. De allí nacen importantes vías del centro de Palma, como San Miguel o Colón. La Lonja de Palma de Mallorca es una de las obras maestras de la arquitectura gótica de la ciudad construida por el arquitecto Guillem Sagrera entre 1420 y1452.

El Convento de San Francisco, la Iglesia de Santa Eulalia y el Palacio March merecen una visita breve pero dedicada. El palacio está situado en el centro histórico de Palma de Mallorca, junto a la catedral y a La Almudaina. Su construcción se inició en 1939 y fue inaugurado en 1945. Actualmente es un museo de arte que acoge la Fundación Bartolomé March.
Conocer la Fundación Pilar i Joan Miró puede tomarnos muchas horas y otorgarnos a cambio una sensación de felicidad extrema. Esta fundación fue creada por el pintor catalán Joan Miró (1893-1983) y su esposa Pilar, con el objetivo de dotar a la ciudad de un centro cultural y artístico. El complejo está ubicado junto a Son Abrines, que fue la residencia privada de Miró desde 1956. Incluye dos talleres de trabajo, jardines con murales y esculturas, así como un legado de 6000 obras del artista expuestas de manera rotativa. Se pueden visitar ambos edificios: el Taller Sert de Josep Lluís Sert (1956) y el Edificio Moneo de Rafael Moneo (1992).

Entretenimiento y cultura

Palma combina modernidad e historia de un modo tremendamente atractivo. Al caminar por la lonja o casco histórico, podemos perdernos por callecitas estrechas y plagadas de edificios del siglo XVII. Pero al dar vuelta a la cuadra, encontraremos modernos edificios, hoteles, pubs, discos y restaurantes con el más alto confort para el visitante.
Una de las cafeterías con mayor antigüedad de la ciudad es Can Joan de s’Aigo, de la calle Sans, que abrió sus puertas en 1700 y todavía ofrece productos gastronómicos artesanales de Mallorca. Otro sitio imperdible que data de este siglo es el Ábaco, de estilo barroco y alta coctelería.

La mayor actividad de la ciudad se le atribuye a los núcleos costeros de la playa de Palma y su paseo marítimo, postal clásica de la ciudad.

Por la noche, si se está en busca de diversión, se sugiere visitar la Plaza Gomila, bordada de clubes y bares con propuestas sumamente diversas.

No deje de probar, por mal que suene todo esto, el plato más popular de las islas: el frito mallorquín (frit mallorquí), que consiste en una fritura de hígado, papas y morrones, con sangre de cordero, cerdo o también marinero.
El arroz se encuentra muy presente entre los platos clásicos. El modo más típico de prepararlo es arròs brut: un arroz espeso, con hongos, caracoles, carne de cerdo, conejo y aves.
El pa amb oli acompañará casi cualquier instancia de comida, al igual que los embutidos.

El clima templado mediterráneo de Palma es uno de sus grandes atractivos. Con una temperatura media anual de 16 °C, tiene marcadas estaciones: verano cálido y seco con escasas precipitaciones, e invierno húmedo y fresco.
Cada sábado por la mañana se celebra un mercado semanal de objetos antiguos en los alrededores de la avenida Gabriel Alomar i Villalonga.
Los lunes, viernes y sábados por la mañana se instala en la Plaza Mayor un mercado de artesanías regionales.

Cómo llegar

Por aire
Palma cuenta con un aeropuerto civil y militar situado a 8 km al este del centro: el Aeropuerto de Palma de Mallorca. Es el tercer aeropuerto español por número de pasajeros, solo detrás del Aeropuerto de Madrid-Barajas y el de Barcelona. Tiene conexiones diarias con estos dos últimos y con las principales ciudades del Reino Unido y Alemania.

Por mar
El Puerto de Palma de Mallorca es el puerto más grande e importante de las islas Baleares.
Existen actualmente dos estaciones marítimas en servicio en el Muelle de Peraires, pero dado al espectacular crecimiento del turismo que hace escala en Palma a lo largo de su viaje en crucero, está pronta la inauguración de otra estación en el Dique Oeste.

Por tierra
Palma cuenta además con varias estaciones de ferrocarril para desplazarse dentro de la isla. La terminal está ubicada junto a la Plaza España.
La estación Intermodal Plaça d’Espanya es la principal de la ciudad.
Existen además 34 líneas de autobuses urbanos y un excelente plan de integración de bicicletas. La bicisenda cuenta con 40 kilómetros de extensión.
Desde 2007, opera en Palma la primera línea de subte que une Plaza España con la Universidad de las Islas Baleares. Este año comenzó a operar la segunda línea, desde Plaza España hasta Marratxipletado.

Dónde comer
Es parada obligada tomar un delicioso café en Cappuccino Palau March (Conquistador 13).
Si se busca alta cocina, se debe visitar con certeza el Zee Restaurant (Calle Congre 26 | Cala Estància, 07610). Si se cuenta con tiempo y hambre, tomar el menú degustación. No tiene desperdicio.

Si se busca una cena más al paso, tapas o algún plato de mar, hay dos lugares que se debe conocer.
Es Vi (C/Raixa 2, dentro del Castillo Hotel Son Vida, 07013)
También es sabido que el menú degustación de este sitio puede enamorarnos.
Can Cera Gastro Bar (San Francisco, 8, Barrio Cort, 0700). De las mejores opciones para el mediodía.
Dónde dormir
Es posible alojarse en pleno centro de la ciudad, a orillas del mar, o en algún castillo o fuerte antiguo a pocos quilómetros del centro de Palma. Aquí algunas opciones muy interesantes.

En las afueras:

* La Alquería Blanca (Carretera Palma-Soller km 13,6; 07110, Bunyola)
Ubicado en una antigua alquería musulmana, este pequeño hotel ha sido reformado siguiendo un estilo que respeta la herencia típica mallorquina. Se encuentra en el interior de la isla y ofrece un idílico refugio rural.

* El Cap Rocat (Carretera d’Enderrocat, s/n, 07609, Cala Blava)
El Cap Rocat es una antigua fortaleza militar reformada que ofrece alojamiento de lujo. El hotel goza de vistas maravillosas al mar Mediterráneo y al campo mallorquín.

* El S’Olivar (Carretera C-710, km 93,5; 07192, Estellenchs)
Hotel rural con vistas a la montaña y al mar. Está cerca de Estellencs, en la sierra de Tramuntana. En los terrenos del establecimiento encontrará terrazas de piedra, olivos, higueras, almendros, robles y pinos. Hay una gran piscina con vistas a las montañas de los alrededores.

* Can Isabel (Isabel II, 13, 07100, Sóller)
Cálido, elegante, confortable, y situado en el centro del casco histórico de Sóller, enfrente de la famosa estación de trenes de Sóller, una de las más antiguas de España.

En el centro de la ciudad

* Hotel San Lorenzo (San Lorenzo, 14, 07012)
Hotel boutique con arquitectura clásica. Situado en el centro de Palma, en el histórico barrio de Sant Pere, el San Lorenzo se encuentra a cinco minutos a pie de la elegante avenida Jaume III y a pasos de la zona más importante de bares y restaurantes, Sa Lonja.

* Saratoga (Paseo Mallorca, 6, 07012)
El hotel se encuentra a cinco minutos a pie del Museo de Arte Contemporáneo, el puerto y la catedral de Palma. También está a solo 60 metros de la exclusiva avenida comercial Jaume III.

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