Los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) son productos que están presentes en prácticamente toda nuestra vida. Se estima que en un hogar puede haber más de 40 dispositivos entre línea blanca, electrodomésticos, televisores, equipos de audio, de video o de iluminación, herramientas, aparatos deportivos, entre otros.
En el momento en que sus dueños consideran que no les son útiles y los descartan, se convierten en residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Aproximadamente cerca del 75 por ciento de los aparatos electrónicos viejos se encuentran almacenados en casas y oficinas ocupando espacio. Es importante que estos dispositivos puedan volver al circuito de recuperación, ya que para su fabricación se consumieron varios recursos, como minerales, además de plástico y metales.
Por ello, principalmente, grandes compañías han implementado políticas para su adecuada gestión, como es el caso de Acer, HP, Zebra y Siemens.
“Desde el inicio, en la etapa de diseño, nos esforzamos por reducir el impacto ambiental de nuestros productos en cada momento de su ciclo de vida, creando las mejores alternativas para entregar productos amigables con el ambiente y fáciles de reciclar, como nuestra Aspire Vero”, señala Ana Aquino, Marketing Regional de Acer.
¿Qué acciones realizan vinculadas con la gestión de residuos electrónicos?
A través de programas de reciclaje, tanto voluntarios como requeridos legalmente, brindamos a los consumidores de muchos países canales de reciclaje convenientes que cumplen con las normas. Además, promovemos el reciclaje y la reutilización de productos de TIC. Un ejemplo es Recycling Your PC, para empresas y particulares. A través de él, Acer puede ayudar tanto si se desea deshacerse de baterías de litio caducadas o asegurar que los componentes valiosos de una antigua PC se usen correctamente. Este programa puede ser de ayuda para cualquier empresa interesada en minimizar las responsabilidades mientras se maximizan las inversiones en tecnología y aprovechar la máxima recuperación de valor cumpliendo con los estándares ambientales.
¿Cuáles son los impactos negativos de su mala disposición?
Una gestión deficiente de residuos electrónicos tiene un impacto en la contaminación ambiental, ya que los componentes tóxicos como mercurio, plomo y cadmio pueden filtrarse en el suelo y las aguas subterráneas, causando gran contaminación. Esto puede afectar la salud de las personas, la vida acuática y los ecosistemas en general.
Además, la inhalación de gases y vapores tóxicos liberados durante la descomposición de los dispositivos electrónicos o el contacto directo con sustancias químicas pueden causar problemas de salud que van desde enfermedades respiratorias hasta daño al sistema nervioso.
Otro tema que se deriva de esto es la pérdida de recursos valiosos: los dispositivos electrónicos contienen metales preciosos y otros materiales valiosos que pueden ser recuperados y reciclados. Por último, prácticas inadecuadas como el vertido ilegal o la quema de dispositivos pueden afectar negativamente a las comunidades locales, que podrían sufrir degradación ambiental, disminución de la calidad de vida y daño a su imagen y reputación.
Otro asunto importante es el relacionado con la seguridad de los datos personales o confidenciales almacenados. Si no se eliminan adecuadamente de la notebook, por ejemplo, los datos pueden ser accesibles y utilizados de manera fraudulenta, lo que puede conducir a robo de identidad, pérdida de información sensible y violación de la privacidad.
¿Qué desafíos implica su correcta gestión?
Uno de los principales desafíos es establecer sistemas eficientes y amplios de recolección de residuos electrónicos, lo que implica educar sobre la importancia de desecharlos de manera adecuada y establecer puntos de recolección convenientes y accesibles. Urgen regulaciones, legislaciones adecuadas, políticas claras y aplicables, así como implementar sistemas de responsabilidad extendida del productor que promuevan la responsabilidad de los fabricantes y distribuidores en la gestión de los residuos generados por sus productos.
Muchas personas aún no son conscientes de los riesgos y los impactos negativos de una gestión inadecuada de los residuos electrónicos. Hay que educar y concienciar sobre la importancia de reciclar y desechar de manera responsable, promoviendo una cultura de reciclaje y reducción de RAEE.
La correcta gestión de estos residuos implica implementar medidas de seguridad y protección adecuadas durante su recolección, transporte, almacenamiento y tratamiento, minimizando la exposición de estas sustancias y garantizando la seguridad de los trabajadores y las comunidades involucradas en el proceso de gestión. Estos desafíos requieren una colaboración efectiva entre gobiernos, fabricantes, consumidores y organizaciones especializadas para superarlos y lograr una gestión adecuada de los RAEE.
“Hoy el compromiso del sector privado para disminuir el uso de plástico virgen y la cantidad de residuos en el océano es fundamental. En HP la sustentabilidad es parte de nuestro ADN, y nuestro objetivo es convertirnos en la empresa de tecnología más sustentable y justa del mundo de cara al 2030”, indicó Nicolás González Bogotá, LATAM Sustainability & Compliance Manager de HP Inc.
¿Qué acciones realizan vinculadas con la gestión de residuos electrónicos?
Nuestra iniciativa HP Planet Partners tiene el compromiso de reducir el impacto de nuestros productos en el ambiente una vez que llegan al final de su vida útil. En 2021 comenzamos la primera fase del programa en la Argentina, ofreciendo los servicios de recolección y reciclaje a nuestras cuentas y nuestros canales de impresión, y para el 2023 lo extendimos a los puntos de venta.
El programa consiste en la recolección de cartuchos de tóner y tinta HP que nuestros clientes devuelven al llegar al fin de su vida útil; y ya reciclamos más de 1000 millones de cartuchos. Usuarios domésticos y comerciales pueden devolverlos en 18.000 sitios en todo el mundo, existiendo diversas opciones de recogida y reenvío en la mayoría de los países. Todos los cartuchos originales que son devueltos a través del programa pasan por un proceso de reciclaje de varias fases. Estos se convierten en materias primas que se pueden utilizar para fabricar productos nuevos de plástico y metal. Cualquier material remanente se desecha o procesa en forma responsable a través de la recuperación de energía.
¿Cuáles son los impactos negativos de su mala disposición?
Según uno de nuestros reportes, cada año ocho millones de toneladas de residuos ingresan a nuestros océanos, uniéndose a los aproximadamente 150 millones que ya están circulando.
¿Qué desafíos implica su correcta gestión?
Como toda acción, al comienzo el desafío estuvo en las reglas operacionales, los reglamentos y requisitos para poder operar HP Planet Partners. Luego de asegurarnos de cumplir con los requerimientos regulatorios e implementar el programa, nos enfrentamos a la búsqueda de proveedores locales que cumplieran con nuestros estándares y nos ayudaran a llevarlo a cabo de forma correcta y sencilla para las personas. Finalmente, uno de los mayores retos se encontró en generar el cambio de hábito en los usuarios. Buscamos informarlos sobre el programa, concientizar acerca del impacto a largo plazo y lograr que lo utilicen.
¿Qué objetivos tienen?
Según nuestro reporte de sustentabilidad, como mencionamos anteriormente, nos hemos propuesto eliminar el 75 por ciento del embalaje plástico de un solo uso de nuestras unidades hardware para el 2030, buscando así impulsar el uso de empaque sustentable. También esperamos reciclar 1,2 millones de toneladas de hardware y suministros para 2025, y utilizar un 30 por ciento de plástico con contenido reciclado posconsumo en el porfolio de HP para 2025.
“Dentro de nuestros procesos, es habitual encontrar generación de algunos residuos electrónicos, por eso desde Siemens tomamos este tema con la importancia que merece”, afirma Matías Salto, EHS Regional Manager de Siemens.
¿Qué acciones realizan vinculadas con la gestión de residuos electrónicos?
Desde el área de EHS analizamos e identificamos los procesos donde se generan, para estos procesos establecemos la segregación en contenedores especiales que se identifican y se disponen en cada punto de generación, para finalmente darles alguno de estos destinos sustentables: donación, recuperación de componentes útiles (reciclaje) o disposición final adecuada.
Los equipos y accesorios informáticos que ya no funcionan se reciclan, al igual que el scrap de los procesos operativos de integración de tableros y celdas y de reparaciones de equipamiento; todos son enviados a un proveedor especializado y habilitado para estas operaciones por la autoridad ambiental, para que recupere los componentes útiles que luego pueden reinsertarse en la cadena de abastecimiento, potenciando así el modelo de economía circular. Respecto de los equipos informáticos que funcionan, pero que, por cuestiones de seguridad informática o finalización del período de garantía, se vuelven obsoletos, estos pueden tener dos destinos: puede ser cedido al colaborador para que lo utilice de forma personal o donado a establecimientos educativos a través de la Fundación Siemens.
¿Cuáles son los impactos negativos de su mala disposición?
Al ser un residuo sumamente contaminante, la gestión inadecuada de los RAEE es perjudicial para el ambiente y para la salud de todos. Si no se reciclan, segregan ni tratan convenientemente, la mayor parte de sus componentes metálicos se descomponen generando sustancias químicas tóxicas que se mezclan con el suelo, con el agua y también con el aire, contaminando el suelo y las fuentes de agua, y agravando la lucha contra el cambio climático en cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Qué desafíos implica su correcta gestión?
El primer desafío recae en contar con un proceso interno de gestión que sea funcional, para lo cual es importante la participación tanto de las gerencias de las áreas centrales como también de los sectores generadores de estos residuos. Un trabajo en conjunto es esencial para la correcta segregación.
El segundo desafío consiste en asegurar que nuestros socios en los procesos externos, tales como la recuperación de componentes, el reciclado y la disposición final, aseguren el cumplimiento de todos los requisitos legales que implica el manejo de estos residuos.
Por último, el desafío más importante que encontramos es que en los hogares podamos hacer una gestión adecuada de estos residuos, por lo cual en Siemens estamos trabajando en un plan que permita a nuestros colaboradores traer sus RAEE para que estos tengan una disposición adecuada, reduciendo la posibilidad de contaminación por una mala gestión, y generar así acciones que trascienden a lo que hacemos en la compañía.
“Somos conscientes de que las empresas son las mayores productoras y acumuladoras de residuos electrónicos, por lo tanto, es importante plantear nuevas estrategias con una visión a largo plazo, a la hora de adquirir o elaborar sus equipos”, afirma Andrés Rincón, Gerente del Portafolio de Servicios de Zebra Technologies para Latam.
¿Cuáles son los impactos negativos de arrojar los RAEE en la basura común?
Arrojar estos residuos puede tener varios impactos negativos. En primer lugar, la contaminación del suelo y el agua. Muchos RAEE contienen componentes tóxicos como mercurio, plomo, cadmio y bromo, así como productos químicos sumamente peligrosos. Cuando los residuos se desechan, estos componentes pueden filtrarse en el suelo y el agua, contaminando los ecosistemas naturales y causando un riesgo para la salud humana y animal, especialmente para los trabajadores encargados de la recolección y el manejo de la basura común. La exposición a estos componentes tóxicos puede generar, por ejemplo, daños en el sistema nervioso, el hígado, los riñones y otros órganos.
Asimismo, estos desechos a menudo contienen sustancias inflamables y explosivas, lo que aumenta el riesgo de incendios y accidentes laborales. De esta manera, el calentamiento global y el cambio climático se ven afectados.
¿Qué programas llevan adelante vinculados con su recuperación?
El programa Circular Economy nació con el objetivo de mejorar la sostenibilidad de las empresas. Esta iniciativa, diseñada para combatir el impacto ambiental que se genera a lo largo de la vida útil de los productos en las cadenas de suministro, ofrece un conjunto de servicios para restaurar, volver a comprar, reutilizar y reciclar los dispositivos informáticos móviles, tanto de Zebra como de cualquiera de nuestros clientes. La disponibilidad de dispositivos restaurados certificados ofrece una opción más económica para las empresas que han tenido que hacer frente a repentinos aumentos de la demanda de capacidad o que necesitan ampliar el ciclo de vida o el volumen de dispositivos.
Si una empresa cuenta con hardwares que no utiliza, puede revendérselos a Zebra, como también alquilar otros productos reacondicionados y certificados por nuestra compañía para probar nuevas tecnologías y tener una experiencia de usuario previa a la compra definitiva. De esta manera, los reciclamos de manera segura y sin cargo, beneficiando tanto al cliente como al ambiente. Cada dispositivo reacondicionado pasa por un riguroso proceso de prueba estándar y luego vuelve con una batería nueva y cargado con la última versión de software soportada por el equipo.
¿Cuáles son los desafíos para su gestión? ¿Y sus oportunidades?
Uno de los principales desafíos fue permitir a las empresas ahorrar costos al volver a vender los dispositivos calificados a Zebra y conseguir la devolución del dinero, para ayudar a compensar la actualización en tecnología y despejar así el espacio de trabajo para aquellos futuros dispositivos.
A su vez, con este programa, se reduce el impacto en el ambiente, asegurando que los dispositivos no terminen en el vertedero.
Por último, otro punto fundamental fue cambiar los paradigmas de consumismo de las últimas décadas, adecuándonos a las necesidades y preocupaciones de los clientes.
Para tener en cuenta: ¿Dónde podés llevar los RAEE en Ciudad de Buenos Aires? El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cuenta con Puntos Verdes Móviles o Puntos Verdes fijos, en los que se recibe estos residuos para ser reparados y donados a los fines de su reutilización, o reciclados para valorizar materiales como plástico, vidrio, metales, aluminio, entre otros.