Operada por Coca-Cola Andina y Coca-Cola Embonor, la planta brindará una segunda vida a las botellas que se convertirán en nuevos envases. Además, esta inauguración marca un importante hito porque se trata de la primera vez en Chile en que se realiza la elaboración de estos envases con material reciclado de grado alimenticio.
A través de alianzas estratégicas con recicladores, la instalación generará un importante impacto social, económico y ambiental en toda la cadena de valor del reciclaje nacional.
Con una inversión de $35 millones de dólares, esta moderna fábrica operada en sociedad por Coca-Cola Andina y Coca-Cola Embonor, aporta a la disminución del plástico de un solo uso al tiempo que impulsa la economía circular con una capacidad de reciclar más de 350 millones de botellas. Re-Ciclar. Además, la puesta en marcha de la nueva fábrica generará nuevos puestos de trabajo y 25 mil empleos indirectos a lo largo del país.
Tecnología pionera
La operación utiliza tecnologías sustentables y combina equipos de última generación. Asimismo, se alimenta de energía solar mediante paneles fotovoltaicos, y el agua utilizada en el proceso productivo es tratada en un 80% para riego. Las grúas son eléctricas y cuentan con baterías de litio.
Gracias a esta planta, desde 2025 todas las botellas de bebidas del portafolio de Coca-Cola en Chile, contarán con un 15% de resina PET reciclada, porcentaje que irá aumentando gradualmente hasta elaborar envases 100% reciclados.
Cómo es el proceso de reciclaje
Re-Ciclar tiene un modelo colaborativo e inclusivo de alianzas estratégicas con todos los integrantes de la cadena de reciclaje, desde recicladores de base, gestores pequeños, medianos y grandes, gobiernos locales y organizaciones territoriales, entre otros.
Luego de que las personas depositen sus residuos correctamente segmentados en los puntos limpios, los recicladores de base y gestores los recolectan, acopian y entregan el plástico PET a Re-Ciclar. Al llegar a la planta, las botellas pasan por un proceso de limpieza, análisis y trituración. Las hojuelas resultantes (conocidas como flake) pasan por un proceso de extrusión, cristalización y post condensación para recuperar las propiedades físicas y químicas del PET, y convertirse en pellet de resina reciclada. Finalmente se producen las preformas, que son cargadas en las líneas de producción para un proceso de calentamiento, soplado y llenado con nuevas bebidas, listas para el consumidor final.
